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       Nabil Khalil PhD Sitio Web - Versión en Español

 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 Cien Horas Con Fidel-Capítulo 23-Cuba y España.

 
 
 
 

 

CUBA Y ESPAÑA

 

FELIPE GONZÁLES – JOSÉ MARÍA AZNAR – LOS SOCIALISTAS
ESPAÑOLAS Y LA REVOLUCIÓN CUBANA – LA IZQUIERDA ESPAÑOLA –
LA RUPTURA CON FELIPE GONZÁLES – FRANCO Y AZNAR –
EL REY JUAN CARLOS – EL PRINCIPE FELIPE – MANUEL FRAGA

 

 

Después de los arrestos de disidentes en marzo de 2003, el ex presidente del Gobierno español Felipe González hizo unas declaraciones muy agresivas contra usted.[1]

Una estupidez. Está muy bravo por lo que yo dije sobre las ejecuciones extrajudiciales de los vascos de ETA en España. Porque denuncié[2] que bajo el mandato de un jefe de gobierno español —Felipe González— decenas de etarras fueron ejecutados extrajudicialmente sin que nadie protestara ni lo denunciara ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y también dije que otro jefe de gobierno —José María Aznar— en un momento difícil de la guerra de Kosovo, aconsejó al presidente de Estados Unidos arreciar la guerra, multiplicar los bombardeos y atacar los objectivos civiles, que causarían la muerte de centenares de inocentes e inmenso sacrificio a millones de personas. La prensa sólo dice: “Castro arremetió contra Felipe y Aznar”. Del contenido real, ni una palabra.

Y yo le he dicho con toda claridad. El gobierno de la época está implicado en eso. Y su presidente, Felipe González, no puede haberlo ignorado. Eso de que él no sabêa no lo cree nadie, alguien que tenga un mínimo de noción de Estado sabe que tal operación no se puede realizar sin complicidad. Sus colaboradores más íntimos, el Ministro del Interior, el Jefe de la Policía, evidenmente, recibían órdenes. Esos colaboradores fueron juzgados y sancionados,[3] pero él no. Lo primero que tiene que hacer cualquiera es asumir lo que pasó. Si yo me comportara de esa manera, yo no pudiera dar una orden a nadie más aquí.

 

Usted tenía con Felipe González una larga amistad, ¿verdad? 

A Felipe lo conocí desde la época de la apertura democrática en España, en el año 1976, mucho antes de que el Partido Socialista fPSOE] fuera una gran fuerza en el país. Antes de las primeras elecciones de 1977 cuando fue elegido diputado. Visitó Cuba en junio de 1976 y conversamos bastante. Después, cuando él recorría América Latina, hacía a menudo escala en Cuba. Iba a Panamá, tenía buenas relaciones con Ornar Torrijos, iba a distintos lugares porque él siempre se interesó mucho por América Latina. Él venía aquí, le gustaba el mar, le gustaba la pesca, sentía una verdadera pasión por la pesca de cordel. Una vez estuvimos dos días en el mar. Y tuvimos con él muchas conversaciones amistosas. Vino García Márquez, vino Guayasamín, estaba el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique, y también Javier Solana, que luego fue Ministro de Cultura, creo, y después se convirtió en "gran mariscal", secretario general de la OTAN, y hoy es una especie de Ministro del Exterior de la Unión Europea. Reunimos distintas personalidades y estuvimos en familia conversando de todos los temas, de manera muy positiva, muy constructiva. 

Luego la prensa lo atacó en España porque aquí estaba preso el que era entonces jefe de una organización terrorista y que eraj de origen español.

¿Eloy Gutiérrez Menoyo?[4] 

Sí. Gutiérrez Menoyo, que nosotros decidimos liberar. Ya' había cumplido prácticamente su condena. No queríamos que eso le causara trastornos a Felipe. Él nos había hablado, con mucho cuidado, muy respetuoso, de ese problema. Y nosotros tomamos la iniciativa de liberar a Gutiérrez Menoyo. 

¿Usted mantuvo buenas relaciones con Felipe González cuando él llegó al poder en octubre de 1982, cuando es nombrado Presidente del Gobierno? 

Nosotros mismos deseábamos el triunfo de Felipe porque, on todos sus defectos, era un individuo con el que tú podías discutir, hablar, mantenía algunas formalidades y algunas formas de decencia. Ya cuando él es Presidente del Gobierno es otra cosa, hubo algunas diferencias, porque a nosotros nos parecía que el papel de España, dentro de aquella situación de guerra fría, era positivo en las relaciones con todo el mundo, porque era una situación privilegiada, era una situación de comercio y de paz, y no éramos partidarios de su ingreso en la OTAN, sencillamente. Se estaba discutiendo por aquellos tiempos la cuestión, que yo hice unas declaraciones a una... Ya él había ganado las lecciones. Yo comprendía perfectamente la cuestión de la integración económica en el seno de la Unión Europea, que se hizo en 1986, porque ésa era la conveniencia de Europa y, por tanto, de España. Pero discrepábamos totalmente en la cuestión de la OTAN y yo hice unas declaraciones abiertas, francas, anti OTAN, sobre qué papel yo le veía a España con la apertura diplomática y el papel que podía desempeñar en el mundo España, dentro de aquella situación —en vez de enrolarse en la OTAN, algo que Felipe González había dicho que no haría— y yo di mis opiniones, por ahí se pueden encontrar, en una larga entrevista, con relación al ingreso de España en la OTAN en mayo de 1982. 

¿Esa cuestión de la OTAN enfrió las relaciones entre ustedes? 

Bueno, Felipe cambió bastante. Pero éramos partidarios del triunfo de Felipe en las elecciones de 1992 contra Aznar. Yo seguía los debates, observaba a Aznar; era un robot, una máquina, que en la cabeza se ponía una serie de datos y de cifras. Tiene el debate televisivo con Felipe; Felipe no quedó muy bien en aquel primer debate. Vi la táctica de Aznar, su psicología, su forma de atacar, de acusar, de repetir como una máquina, y, a pesar de eso, Felipe, uy confiado, no le prestó mucha atención a aquel primer debate realmente los resultados, en esas encuestas que se hacen después los debates televisados, le fueron adversos. Hasta yo mismo ice con él algunos comentarios y le advertí un poco la necesidad de tomar en serio el segundo debate y de prepararlo bien. Como él tiene más cultura que Aznar, más experiencia, más habilidad... Y ya en el segundo debate ganó ampliamente Felipe, desconcertó al otro; Aznar no tenía guión, se quedó sin guión, porque Felipe lo sacó del guión, y ganó. 

Pero, bueno, todo el mundo sabe las cosas que ocurrieron en España durante el gobierno de Felipe González: hubo corrupción, gente que se hizo millonaria, la historia, incluso, de aquella casa que se construyó uno que tenía creo que cuarenta bidés, v así mucha gente se hizo rica, se hicieron negocios de todas clases. Hubo un proceso de corrupción, de enriquecimiento, de pérdida de la moral.[5] 

Recuerdo que en los primeros años después del triunfo de Felipe, en una cena en la Embajada de España, en La Habana, se discutía el número de años que podía estar el Partido Socialista en el poder, y yo dije que el Partido Socialista podía estar en el poder un tiempo sin límites, con una política honesta, mínimamente sincera. Yo no veía qué posibilidad podía haber en España de arrebatarle el poder. 

La derechización de ¡a política de Felipe, a mi juicio, condujo al desgaste, a la corrupción y a todas aquellas cosas. Nuestras relaciones fueron en un tiempo buenas y después iban siendo cada vez peores. En un momento dado se iniciaron las Cumbres Iberoamericanas, y, bueno, Felipe iba a las Cumbres y nos tratábamos normal y respetuosamente. Pero él se comprometía más con la política de Estados Unidos, de la OTAN y todo. Felipe se desgastó, realmente se desgastó, y luego ganó Aznar. 

¿Cuando se derrumbó la URSS, le dio Felipe González algún consejo sobre las reformas que había que hacer en Cuba para evitar un derrumbe semejante? 

Recuerdo muy bien, cuando se hundió la URSS, la cantidad de gente que me cayó a mí arriba para que nosotros hiciéramos las mismas porquerías que hicieron los demás. Entonces, usted iba a una reunión, una toma de posesión, allí siempre se reunían algunos, Carlos Andrés Pérez[6] Felipe González y se reunían otras personalidades latinoamericanas a aconsejarme a mí lo que teníamos que hacer para que Cuba pudiera sobrevivir... 

Yo, con mucho respeto, los escuchaba; discutía, en la medida que valía la pena discutir sobre esto, y me mantenía inflexible. Entonces Felipe dijo que esa era una "posición numantina", aquello de Numancia[7] y Maguncia, como diciendo: "Bueno, eso conduce a esto"; pero preferimos esto. 

Discutíamos sobre el tema, yo le decía que era un gran admirador de aquella gente, de los numantinos, por lo valiente v la actitud que tenían. Pero mi oposición completa a hacer las concesiones que estaban exigiendo y que fueron las que hundieron, uno por uno, a todos éstos, a Felipe, a Carlos Andrés, y a la URSS, en primer lugar. 

Creo que también vino el que había sido Ministro de Economía de Felipe González, Carlos Solchaga, ¿verdad? 

Sí, porque en aquellos días Felipe González quería "ayudarnos", figúrese, como si nosotros fuéramos unos tontos y no conociéramos a España. Pero él quería "ayudarnos" tanto que nos ofrece un asesor, y con la mayor calma del mundo le dimos las gracias. Le digo: "Te agradecemos mucho"; es decir, no le hicimos un rechazo. 

Ustedes escucharon con educación. 

Felipe no había dicho todavía a quién iba a mandar, pero sabíamos muy bien que el PSOE había estado asesorando a Gorbachov. Los primeros consejeros de Gorbachov fueron ía gente de Felipe, y un día Gorbachov, hablando conmigo, por teléfono o en una carta, me hablaba con admiración de Felipe González: "Felipe, un socialista". Yo hacía rato que me sabía de memoria que Felipe no tenía nada de socialista, en absoluto. Y Felipe feliz, estaba mandando su gente a asesorar allá a Gorbachov. 

Hay que hacerle un monumento al PSOE por lo mucho que contribuyó a que la URSS sea lo que es hoy Hasta un poco de ía gente que mucre al desaparecer los servicios médicos —que nunca fueron óptimos—, al elevarse la mortalidad infantil, acortarse las perspectivas de vida, llegar a las situaciones terribles que hay hoy en ese país. 

Según usted, ¿el PSOE tiene cierta responsabilidad en eso? 

Sí, el PSOE la tiene por mandar esos consejeros; después llegaron a Moscú los norteamericanos. Cada vez eran más y más, y cada vez más y más las concesiones, y, sencillamente, se desintegra la URSS. 

¿Esos mismos consejeros son los que le envía a usted Felipe González en un momento? 

Sí. Lo que le quería decir es que de sobra me sabía yo los consejos que me iban a dar. Las ideas de Felipe no se parecían en nada a los conceptos que nosotros tenemos; incluso una vez había un montón de miles de médicos sin empleo en España y le dije; "Por qué no hacen lo que nosotros estamos haciendo, formando médicos y creando el médico de la familia en la comunidad, los servicios tremendos en todas esas aldeas, en todos esos lugares." El costo es tanto; discutí hasta el costo de darles empleo a algunas decenas de miles de médicos y lo que valían esos servicios para la población. 

¿Y qué le contestó? 

Bueno, lo oía con mucho interés. En noviembre de 1986 vino de nuevo Felipe, fuimos ai mar de pesquería, estuvimos un día en el mar, regresamos; fuimos a Tropicana. Allí también había ido Raúl Alfonsín, que era Presidente de Argentina. Felipe quiso ir a Tropicana y allí le prepararon el gran show. Con unas mujeres muy bellas, negras en su inmensa mayoría, v muy buenas artistas, en ese show. 

Me acuerdo que con Felipe fui a saludarlas a la tribuna y allá tomaron todas las fotos que quisieron, todo el mundo muy afectivo. Y hay una muchacha muy buena, cantante, que se llama Linda Mirabal, que por fin después se nos quedó en España, porque ustedes los europeos roban cerebros... 

Cerebros y cuerpos también, si entiendo bien. 

Sí, se fijan primero en el cuerpo, pero estoy hablando de cerebro artístico. El cerebro artístico muchas veces está alojado en cuerpos muy bellos, de acuerdo con el tipo de arte que se trate. 

Le sacaron a Felipe una foto en que está así; la mujer aquella, muy bella y muy revolucionaria, es la que tiene a Felipe así por el cuello, v él mirándola así a aquella mulata por aquí... Y en una revista, no sé cuál de ésas en que ustedes gastan no se sabe cuánto papel, dinero en papel lustrado, que recogen toda la chismería de Europa y de aquellas sociedades, dicen: "Castro y Felipe, la gran francachuela", "Fiestón con el dictador en La Habana". Daba gracia porque Linda estaba con Felipe, y estaba simpática la foto aquella. 

Creo que en ese mismo periódico salió el hijo del Rey Juan Carlos, cuando estaba dando el viaje por el mundo como cadete, hubo como dos hojas consagradas al hijo del Rey. A Felipe y a mí, pero principalmente a Felipe, la revista ésa le dedicó: "El fiestón con el dictador", porque había ido a Tropicana. 

Más o menos hubo todo un período bien... Pero estaban en ese clima después de la desaparición de la URSS, y estábamos aquí en el período especial, y ellos se reunían conmigo para aconsejarnos cosas que habrían liquidado a esta Revolución en seis meses. Es decir que era una broma realmente; para nosotros y en el interior de nosotros... 

No siguieron esos consejos, pero algunas reformas hicieron, ¿no? 

Desde luego, sí, nosotros tuvimos que tomar algunas medidas. Tuvimos que aceptar las tiendas en divisas, cosa que odiábamos, porque sabemos lo que significaba; aquellos que tenían posibilidades de recibir divisas era por muchos de los que se habían ido. Pero determinadas circunstancias nos obligaron a tenerlas. Bueno, la idea de empresas mixtas la teníamos desde antes, o, mejor dicho, el desarrollo del turismo. 

¿La idea del turismo la tenían de antes ya? 

Sí, y la idea de algunas empresas mixtas también antes de eso; pero entonces fundamentalmente lo que hicimos fue tomar algunas medidas económicas moderadas, usted no se puede lanzar detrás de una aventura de ésas. Hicimos empresas mixtas, estudiamos las características, dónde era conveniente, dónde no era conveniente. Soportamos el dolor de las tiendas en divisas. Comprendíamos los inconvenientes del turismo, que los hay, porque puede introducir costumbres... Hay que luchar contra corrupciones, drogas pueden venir, aunque hemos tenido, por suerte, en general, un turismo de personas sanas, canadienses y de muchos países europeos. 

Casi todos los hoteles los hemos construido nosotros, y entonces aparecía: "Una empresa tal... El hotel tal en La Habana", parece que tal empresa extranjera se gastó el dinero, lo construyó. No. Los hemos construido nosotros, v como ellos tienen experiencias en turismo y en técnicas, pues el hotel era nuestro con un contrato de administración con ellos. Son muy pocos los hoteles edificados con capital mixto; unos cuantos, con dinero parte nuestra y parte de ellos. 

Nosotros, además, en la construcción de esos hoteles empleamos muchos materiales que los producimos en el país, no significa un desembolso. Ahora, a medida que van adquiriendo más calidad v más calidad, usted tiene que ir incluyendo elementos importados... Pero el 80 por ciento de la capacidad hotelera, por lo menos, ha sido creada por Cuba con nuestros propios recursos. 

Hubo empresas extranjeras, incluso, a las que después no les alcanzó el dinero v tuvimos nosotros que terminarlos. Ahora, están bajo contrato de arrendamiento, pero el 80 por ciento es cubano. El país se ha salvado fundamentalmente con su trabajo. Y por los recursos, por su sacrificio, aunque hemos hecho algunos buenos acuerdos con algunas buenas empresas; quiero decir, empresas serias. Claro, si usted discute, si usted sabe lo que busca, porque, de lo contrario, le compran la república por un dólar. 

También tuvimos que enfrentarnos, porque hubo empresas grandes, empresas medianas y empresas pequeñas, no fue perfecto, en las cuales estábamos asociados... Y tenemos ideas bien claras en qué usted debe mantener el ciento por ciento del control, y entramos en electricidad, en el petróleo y en todo; pero nosotros no privatizamos un hospital. 

¿Cómo se hizo la ruptura con Felipe González? ¿Por qué él tiene ahora esa actitud tan crítica? 

Bueno, porque todo empezó muy bien en una época en que existía el campo socialista, la URSS y todo, y el país no estaba apretado. Entonces había una cierta amistad. Luego, cuando desaparece la URSS, como le dije, Felipe y sus amigos nos quieren "salvar" con consejos que todo el que los ha seguido se ha hundido, que son consejos como la globalización neoliberal. Todos los que los han seguido se han hundido. Todos esos consejos, en el orden político y en el orden económico, han hundido a los países. Nosotros teníamos convicciones muy sólidas y muy firmes sobre nuestras ideas, nuestro propósito, nuestro objetivo, dónde se podía hacer una concesión y dónde no, y cada vez con más experiencia. 

Por ejemplo, con las empresas mixtas de las que hablábamos, aveces usted se encuentra que una máquina cuesta un millón de dólares, o un millón y medio, y se paga en un año, o año y medio. Usted no debe hacer ninguna empresa mixta en que alguien pone una máquina, usted pone otra cosa y lo que se amortiza en un año va a estar veinte años produciendo. 

Ahora, si usted tiene que perforar en el mar, si usted tiene que extraer el petróleo, hacer el estudio, todo eso y ésa es una rama que por los fenómenos monopólicos tiene un precio, los precios en el mercado son muchas veces el valor de costo, dispone de una enorme cantidad de capital, puede hacer contratos a riesgo si usted no tiene la tecnología, ni tiene el capital. Lo que debe conocer usted muy bien son todas las normas internacionales que rigen esos acuerdos, discutir al detalle y con firmeza. Aquí las empresas se aprueban centralmente, eso es altamente conveniente hacerlo. Hemos conocido algunas empresas mixtas altamente convenientes. Y también hemos conocido algunos negocitos, timbiriches. 

¿A qué le llama usted negocios "timbiriches"? 

Ya le conté la historia de aquellos dos españoles que vinieron con una inversión de ciento y pico mil dolares, y que organizaron un mecanismo de tráfico de droga. Compraban la materia prima en Colombia, y el mercado era España. Parecían los más eficientes administradores: cuando llegaba un contenedor lo esperaban en el muelle, lo llevaban hasta allí; cuando embarcaban la producción para España, en esos mismos contenedores, la acompañaban hasta allí... Y, como le dije, luego descubrimos que se trataba de contenedores que tenían un relleno que ¡llenaban de droga! Producían unos objetos; tenían unos doce o trece trabajadores —eso sí, eran muy amables con mucha gente, después lo supimos—, y de ahí el contenedor para España con las figuras dentro... y la droga para venderla allá en Europa o para mandaría a Estados Unidos. 

En un momento se descubre, allí mismo, en Colombia, y lo que hicieron fue que advirtieron a los tipos, que se quedaron por allá en España. Allá los tipos fueron acusados y alegaron que no, que lo que pasaba era un problema con Cuba, porque Cuba lo que quería era "apoderarse de su fábrica, de su producción" y que ellos eran unos inocentes. Y están libres, ya le dije, a pesar de que todo el mundo sabe, en Colombia y en Cuba, que fueron intentos de tráfico de droga en gran escala. Oiga, de verdad que nos sentíamos insultados, y andan libres los tipos en España, sin ninguna consecuencia, lo sabe todo el mundo. 

En la televisión,[8] lo he visto a usted muy enfadado contra el señor Aznar. Tengo la impresión de que no le tiene usted una simpatía gigantesca al ex presidente del gobierno español. 

Por suerte. Pero yo no creí haberme irritado, porque yo estaba tranquilo, puede ser que tuviera hasta indignación frente a esa declaración tan inoportuna de los europeos cuando todo el mundo ha visto los bombardeos en Irak, las bombas ésas cayendo, cuando saben que millones de gentes han quedado traumatizadas para toda la vida. Muchas veces hay que tenerles más envidia a los que mueren que a los que sobreviven, sobre todo cuando tienen mutilaciones. Y cuando hablo de mutilaciones, hay que pensar en las mutilaciones mentales: los mutilados mentalmente, los traumatizados por toda la vida, los niños esos que tienen 5, 6, 7 años, las personas de 30, de 60, de 80 si van a vivir hasta 90 años, millones de personas psíquicamente afectadas y traumatizadas por aquellos bombardeos cuyas víctimas no se pueden medir, sencillamente, porque hubo tantos heridos y tantos muertos. El trauma psicológico de ver perdidas todas las riquezas, la cultura, los museos. 

Entonces, la gente acaba de ver eso, que dio lugar a que en España el 92 por ciento de los ciudadanos se opusieran a esa guerra de Irak, y en Francia y en todas partes del mundo estuviesen contra la guerra. Nuestro pueblo vio lo mismo también, y está amenazado de que le hagan lo mismo. Entonces, cuando aparece una declaración de la Unión Europea[9] en que se está dando el arsenal de argumentos con que el gobierno de Estados Unidos quiere imponer su ley en el mundo y aplastar a nuestro país, ofendido, insultado, herido en su orgullo porque hemos resistido, porque no hemos obedecido sus órdenes... La indignación era muy grande. 

Yo puedo por dentro...; pero después la vi la emisión de que usted habla. Y bueno, había indignación... Ahora, niveles de exaltación o de rabia, no. 

Lo encontré bastante duro. 

Fui duro, puede ser que mi rostro fuera duro; pero también empleé mucho el humor, la ironía. Yo prefiero la ironía y el humor, a la rabieta o a la mala cara. Entonces, realmente, yo no estaba irritado en esa emisión. Yo no creía, por lo menos. A usted le dio esa impresión; a los demás, puede ser porque estuvieran más bravos que yo o más indignados que yo, no les pareció. Yo siempre les pregunto y ellos me dicen, y yo sé que tiene mucho más efecto la serenidad. 

Claro que a veces tengo que decir las cosas con cierta pasión. A mí me parece que yo hablaba con cierta pasión, cierta vehemencia, más que furia, o más que ira. Pero la reacción de todo el pueblo, que se vio al otro día,[10] estuvo determinada, realmente, por la indignación que resulta, el peligro que significa ese tipo de declaración que ninguno de esos países europeos ha podido justificar. 

Bueno, que tenemos un partido, que hay disidentes, que hay presos; no somos el único partido, ni el único país del mundo... ¿No podemos tener un partido? ¿Tenemos que tener disidentes de todas maneras? ¿No podemos aplicar ninguna ley?... Hay una serie de preguntas a las que ningún gobierno de Europa podría responder, con relación a la doble moral, al doble rasero, a la discriminación cuando se trata de un pequeño país. 

En esa intervención, usted calificó al señor Aznar de "führercito", y entre otras cosas lo llamó "cobarde". ¿Usted piensa que la actitud del señor Aznar, en particular, fue la que llevó a la Unión Europea a tomar medidas contra Cuba? 

Fue el principal cabecilla. Mire, Aznar es amigo de la mafia terrorista esta cubano-americana de Miami; le dieron dinero para su campaña electoral, viajaba en aviones de toda aquella gente. 

¿Los amigos de Jorge Más Canosa[11] y la Fundación Nacional Cubano-Americana? 

Sí. Aunque hav que decir que Felipe González ya comenzó también haciéndoles concesiones de tipo económico. Pero Aznar era íntimo amigo de toda esa gente, con el avión personal de Más Canosa era con el que se movía por ahí cuando iba por América Central; también lo ayudaron en la campaña de las elecciones generales del 2000. v así obtiene el triunfo sobre Felipe. 

Aznar llega al gobierno, en 1996, lleno de prejuicios, de odio reaccionario, porque Aznar es un reaccionario de pensamiento. Aznar es un hombre conservador, reaccionario. 

Ocurrió también un factor que le favoreció, que fue el atentado que le hicieron en abril de 1995 antes de las elecciones, con lo cual, realmente, lo ayudaron a ganar las elecciones. Tuvo un gesto, lo puedo apreciar así, se comportó —según he leído— con valentía. Fue a visitar inmediatamente a los que habían sufrido alguna herida, y eso al pueblo siempre le agrada. Tuvo ese gesto, es decir, explotó a fondo el atentado aquel, sumado a todos los errores, incongruencias, contradicciones y divisiones de la propia izquierda. Por eso, creo, pensó que podía explotar de nuevo el atentado horrendo del 11 de marzo de 2004 en Atocha, en Madrid, Pero ahí le salió el tiro por la culata, y su partido perdió las elecciones. Ganó José Luis Rodríguez Zapatero, retiró las tropas españolas de Irak, nos alegramos. 

¿La izquierda española está demasiado dividida, según usted? 

Ahí hav que decir la verdad, yo no soy un apologista de la izquierda española, hemos tenido relaciones con Izquierda Unida, pero han estado muy divididos. No puedo culpar a aquella izquierda de la división, porque el que más se oponía, intransigentemente, a buscar alguna forma de acuerdo con el resto de la izquierda era el PSOE. 

Lo de cómo pensaban Aznar y su partido, lo sabía todo el mundo. Y desde luego, no teníamos ninguna simpatía por él, ni deseos de que ganara las elecciones, porque sabíamos más o menos las consecuencias a partir de sus pensamientos y de sus relaciones con la mafia de Miami; era un hombre de la mafia, quiero decir, que recibió gran apoyo, y aquéllos tenían muchas esperanzas en la política de Aznar. 

El, cuando llega al poder en 1996, muy pronto empieza a hacer críticas bastantes sistemáticas contra Cuba. 

Se entablan polémicas fuertes en el Congreso de Madrid por su política, porque nombra a un embajador, José Cordech, que normalmente debe esperar a que se le dé el agreement, y aquel embajador empieza a hacer declaraciones de lo que haría y desharía aquí en Cuba, y sencillamente le quitamos el agreement al hombre, dijimos: "A tal señor no lo aceptamos como embajador y le retiramos el agreement, búsquense a otro," Todo esto dio lugar a grandes debates en el Parlamento de Madrid. 

En esa intervención en la televisión, cuando criticó la posición del señor Aznar, creo —de memoria— que dijo usted algo así como que "hasta Franco, finalmente, había tenido una actitud más correcta con Cuba." 

Por lo menos más digna. 

¿Más digna? ¿En qué sentido? 

Se lo digo. Nosotros, por doctrina, éramos antifranquistas rabiosos cuando triunfa la Revolución. Y los yanquis empiezan a tomar medidas de todo tipo contra nosotros y Europa entera también. Ya una vez la Revolución se desarrolló sin Europa y podría demostrarse que puede avanzar perfectamente bien sin Europa, porque en aquella época, en el año 1960, no había transcurrido tanto tiempo después de la guerra y estaba la OTAN, la guerra fría y todo aquello, el bloqueo... 

Estados Unidos le impuso la ruptura con Cuba a casi todos los países de América Latina y también ío exigió de sus aliados europeos, y nosotros criticando a Franco y atacando a Franco, y él era el único que no se plegaba al pedido de Washington. La nuestra fue una posición absolutamente doctrinaria. Yo, no había un lugar en que no hiciera un ataque contra Franco. 

Una vez, creo que fue en enero de 1960, un embajador de España, Juan Pablo de Lojendio, un marqués, era un miura... En aquella época las medidas nuestras de organización no eran muchas, la seguridad tampoco, eran como las doce de la noche y en el edificio de Telemundo donde yo estaba hablando por la televisión v criticando a Franco, se siente un bufido y entra una especie de toro miura que avanza como un tanque, porque era1 medio gordo también, y ha dado un escándalo colosal, de insultos y todo... Entonces, no sé qué cosa le dije, más bien porque tenía que protegerme, digo: "¡Saquen al malcriado éste de aquí!", y no conseguían sacarlo. El hombre fue valiente, tengo que reconocerlo. Yo no estaba ni muy ofendido, porque, bueno, después de la audacia de ese Embajador me reía casi de aquello. Pero hubo que expulsarlo, no quedó más remedio. 

Pero no se rompieron las relaciones, ¿verdad? 

No, las relaciones con Franco no había quien las rompiera. El tabaco nuestro quien lo compraba era España; el azúcar cubano lo compraba España; el ron cubano, España; y sirq embargo, realmente, nosotros lo que teníamos era una fiebre y una crítica incesante contra Franco. Y además relaciones ostensibles con comunistas españoles, Santiago Carrillo, La Pasionaria, con todo el mundo. 

Algunos de los que habían estado en la Guerra Civil española y después se habían ido para Rusia vinieron, que eran militares como el general Enrique Líster o tenían experiencia, a ayudarnos a organizar las milicias y todas esas cosas. Y Franco no rompió. 

Fue una actitud meritoria que merece nuestro respeto e incluso merece, en ese punto, nuestro agradecimiento. No quiso ceder a la presión norteamericana. Actuó con testarudez gallega. No rompió relaciones con Cuba. Su actitud fue firmísima. 

¿Cómo lo explica usted? 

Bueno, hay algunas explicaciones: Franco era del Ferrol, la escuadra de Cervera era de gente de allí del Ferrol. 

El almirante Cervera de la batalla de Santiago de Cuba, en 1898. 

De aquella batalla que fue un disparate, un sacrificio inútil. Cervera debió haber dejado aquellos barcos y poner a los marinos a combatir como infantería. Los cañones para defender la ciudad; la infantería para defender la ciudad. Le dan una estúpida orden, de ésas que dan los políticos que no saben nada de guerra, porque, óigame, ni Aznar sabía nada de guerra, ni Bush tampoco. Pueden dar órdenes —en general, éstos, los gobiernos norteamericanos, se atienen más a la experiencia—, y los militares se encargan de hacer la guerra. Allá, en Madrid, un político le dio la orden a la escuadra de salir de la bahía de Santiago y fue fusilada, barco a barco. Una de las cosas más crueles, a uno le duele; admirable el valor de aquellos marinos españoles. Se demostró allí el quijotismo y el heroísmo español en un grado muy alto. Nosotros los honramos, les rendimos tributo a aquellos hombres. Entonces, dicen que Franco era de allí, del Ferrol, de donde era la escuadra, y aquello fue un trauma muy grande, lo de Cuba fue un enorme trauma para los militares españoles. 

Porque en esas circunstancias, Estados Unidos lleva a cabo, contra España, una guerra oportunista, muy desigual, y le inflige una de las mayores humillaciones de la historia. Le destruyó toda su escuadra en una batalla fácil. Fue una enorme humillación para el orgullo militar y el orgullo nacional español. Y eso ocurrió cuando Franco era niño en Ferrrol. Franco tiene que haber crecido y haberse educado con aquella amarga experiencia, en una atmósfera de abatimiento y sed de revancha. Quizá asistió al retomo de los restos de la escuadra vencida, de los soldados y oficiales humillados y frustrados. Eso debe haberlo marcado profundamente. 

Y lo que hizo la Revolución Cubana, a partir de 1959, resistiendo a Estados Unidos, rebelándose contra el imperio y derrotándolo en Girón, puede haber sido visto por él como una forma de revancha histórica de España. En definitiva, los cubanos, en la forma en que hemos sabido enfrentarnos a Estados Unidos y resistir sus agresiones, hemos reivindicado el sentimiento y el honor de los españoles. Ese factor histórico, casi sentimental, tiene que haber influido en la actitud de Franco. No creo en razones económicas, ni creo en razones de otro tipo. 

Después Franco participa en una guerra colonial, la de Marruecos, en los años 1920, donde el ejército tiene enormes bajas, hay una batalla, la de Annual, en 1921, en la que tienen como tres mil bajas. Yo me he leído completa la historia de aquella guerra. Franco se destaca como jefe militar allí, adquiere fama de hombre valiente y ya lo usaban, tenía prestigio entre los militares. En Asturias, en 1934, lo usan para reprimir las huelgas de los mineros, va adquiriendo prestigio entre los sectores de la reacción. Era, sin duda alguna, astuto —no sé si eso será por la cosa de los] gallegos, que los acusan de ser astutos—, y bueno, todo el mundo sabe la historia, no hay que repetirla: la participación de Mussolini y de Hitler en la Guerra Civil española, Guernica, la batalla aquella de Guadalajara, donde los italianos fueron derrotados. Todo el mundo sabe cómo ocurrió. Franco fue astuto, porque después lo querían meter en la Guerra Mundial. 

Mussolini entra en la guerra, después que los alemanes derrotan a los franceses, invaden exitosamente Francia y desalojan a los ingleses, Mussolini declara la guerra; pero Mussolini creía que tenía las legiones romanas. Él se había olvidado de que las legiones romanas, al final, estaban constituidas por las tribus bárbaras y que el romano de los primeros tiempos aquéllos, de la época de Julio César, con los mejores militares, ya no existía. El italiano era un pueblo pacífico, con otra cultura, otra mentalidad, no tenía aquellas tradiciones bélicas que los romanos tuvieron siempre —los alemanes las mantuvieron—, entra en la guerra y usted sabe, conoce derrota tras derrota: en Etiopía lo barrieron, en Libia lo barrieron, de El-Alamein lo barrieron, acabaron por convertirse en un gran estorbo para los propios alemanes en la guerra, y tuvieron que mandar a Rommel. Rommel se hizo famoso, no tuvo fama de tipo represivo, era, parece, un militar caballeroso, al final incluso. 

Pero bien, está Hitler en pleno poderío, se entrevista, en octubre de 1940, en Hendaya con Franco y no logra persuadirlo. Franco es astuto. 

Prudente, no se mete en esa guerra. 

Entonces él se compromete a mandar una división —la División Azul— pero no se mete en la guerra mundial y soporta la situación hasta el final. Después, los norteamericanos, siguiendo su tradición de "profundas convicciones" por las cuales hacen la guerra, se asocian a Franco y se alian a Franco, y Franco fue entonces protegido también por Estados Unidos a partir de 1953. 

Si se analiza la vida de Franco, bueno, la cantidad de gente que mató, la cantidad de represión que aplicó en España... De hecho, trajo de Marruecos a los moros, aquellos mismos contra los cuales guerreó; los trajo, fueron las primeras tropas que llegaron, y los mantuvo como su guardia personal durante todo e¡ tiempo. No creo que Aznar, en el lugar de Franco, hubiera sido menos cruel. Pienso que habría sido hasta más cruel; lo más probable es que se hubiera embarcado en la guerra, como hizo Mussolini, en la Segunda Guerra Mundial. Sin tener necesidad de entregarse a los yanquis, Aznar se entregó a los yanquis y se convirtió en un criado de Estados Unidos. 

¿Usted considera que tenía menos visión política que Franco? 

Óigame, estaba muy por debajo de Franco, como personalidad, como capacidad, como estadista, es lo que quiero decir. Aznar es la chancleta de Franco como personalidad, como capacidad política; en definitiva, Franco demostró que la tenía. Aznar habría sido más incondicional y, además, tal vez más cruel, porque es un tipo de odios. 

Franco era un individuo de ideas reaccionarias... A lo largo de su vida adquiere un lugar, y Aznar es un heredero de Franco, porque se sabe que el Partido Popular surgió de esas filas, no de las filas socialistas. Aznar no procedía de las filas de los simpatizantes de Carlos Marx, procedía de las filas de los franquistas, y su mentalidad era franquista. 

Ahora, no oí decir que Franco se apoderara de tanto dinero como se han apoderado otros. Eran ricos los que lo apoyaban, pero, al parecer, era una administración menos corrupta. Si hacemos una especie de Vidas Paralelas v pusiera a un lado a Franco y pusiera por otro lado a ese "caballerito"... 

Franco tenía los periódicos; Aznar hizo más o menos lo mismo, pero simplemente comprándolos. En España, los medios masivos nacionales fundamentales, los grandes canales de televisión, estaban controlados por Aznar y su grupo. ¿Dónde están las diferencias? 

Luego, a mí me parece que Franco no era un hombre —aunque era un hombre bajito— de complejos, y no por cuestión de estatura ni nada; en todo caso es estatura moral y estatura política, que Aznar era de muy baja estatura moral y muy baja estatura política. Yo aprecié, la primera vez que me encontré con el individuo Aznar, complejos extraños; gente con poca confianza en sí mismo, y una cambiadera de corbatas y cosas — estaba un poco desconcertado—, y pude observar, a partir de eso, un hombre de complejos. 

Hay un período muy malo inicialmente, en las relaciones entre Cuba y el gobierno de Aznar, que es cuando se dan los debates en las Cortes. Entonces, un día, se pusieron de acuerdo con el Ministro de Relaciones Exteriores y lo arreglaron; que Aznar me iba a hacer una llamada. Espero una hora por la mañana y llama Aznar, llama en tono amable —en ese momento la crisis estaba fuerte, porque no dábamos agreement al embajador, estaba el debate aquel—-, y entonces él conversa, usa el tono amable —parece que puede usarlo cuando puede, sin que siempre pueda—, y habla del problema, que quieren mejorar las relaciones, que iban a nombrar un nuevo embajador, y entonces en esa conversación se crea un clima normal de relaciones entre los dos Estados. Pienso: "Bueno, habrá recapacitado; tal vez se haya dado cuenta de que a Cuba no se le puede tratar con la punta del pie ni poner nada por arriba", y nosotros fuimos asequibles, recibimos al nuevo embajador, Eduardo Junco Bonet. Claro que nos mandó un franquista, no podía mandar otra cosa, un hombre de pensamiento franquista total, pensamiento fascista,[12] y viene. 

Todo este tiempo, pero también antes, la embajada de España en Cuba estuvo como instrumento de conspiración, al servicio,.. No puedo decir lo mismo en época de Felipe González, había uno u otro, y el mismo Felipe, en determinada etapa, a medida que iba degenerando en sus ideas, en su pensamiento, en la misma medida que uno sabe sus aspiraciones cuáles son y dónde son, etcétera, él ya colaboraba con los yanquis. 

La Embajada española estuvo cooperando con Estados Unidos, en la conspiración ésta de James Cason y de los llamados "disidentes", etcétera. Y las Embajadas europeas, más de una ha fastidiado. Ya no le voy a mencionar a la checa, porque no la considero europea, o la polaca. Los nórdicos, las izquierdas, el Partido Socialdemócrata ya no es el partido de Olof Palme, que era un hombre excelente, un buen amigo, preocupación sincera por los problemas del Tercer Mundo, que no es hoy ni mucho menos; han ido involucionando hacia la derecha, casi tanto como el señor Blair, el hombre de la "Nueva Vía", el líder del Partido Laborista en el período post-Thatcher, que fue el período de la liberalización por excelencia de la economía, y entonces ahora vemos... 

¿Ha conocido usted a Tony Blair? 

Yo a Blair lo vi una vez en Ginebra, en una reunión de la OMS [Organización Mundial de la Salud], lo observé: porte altanero, orgulloso, como que mira a los demás por encima del hombro. Tuve algunas palabritas de intercambio breves, porque yo hice una referencia... Realmente, yo estaba pensando con cierto aborrecimiento en aquella política de entendimiento con Estados Unidos, fue por los días en que negociaron que los yanquis no aplicarían determinadas medidas de la ley Helms-Burton y, en cambio, los yanquis le dan permiso para algunas inversiones en Libia en petróleo, o en algunos otros lugares, Mediano Oriente, o tal vez Irán. Hicieron un pacto de conveniencia, absolutamente inmoral. 

¿Entre británicos y norteamericanos? 

Entre todos, europeos también, pero un embajador norteamericano discutía todo esto con Blair. Cuando lo veo allí, no estoy realmente muy... Siento el rechazo de lo que hicieron, como un acto de traición, un entendimiento sin moral y sin principios. 

Él había estado hablando de los niños trabajando y yo, realmente le dije: "Mire, yo observé que usted habló de los niños trabajando, pero tengo entendido que en Inglaterra hay como dos millones de niños que trabajan." Así le dije. Óigame, le pareció una insolencia de un tontuelo y un ignorante del Tercer Mundo, pero le dije la verdad:[13] "Tengo entendido..." 

Blair era primero allí en aquel lugar, mucha gente iba y venía, se trataban con naturalidad. Clinton sí había salido, pero Clinton no habría hecho eso, lo que hizo Blair. Pero yo veía en Blair... Se veía orgulloso, arrogante, pero nada más. No tengo que meterme si un individuo..., puede caerme más simpático o menos simpático, eso no tiene que ver; no, a mí me interesa lo que piensa la gente, lo que hace la gente. 

Leí el libro de Anthony Giddens, en el que está la teoría de la que se supone que surgió la supuesta "Tercera Vía".[14] No tiene nada de tercera vía, es una vía recorrida por todos los tránsfugas de este mundo. Ah, ya veía que se dirigía contra el estado de seguridad social alcanzado por los europeos: menos recursos para jubilaciones, menos ayuda a los desempleados. En fin, porque a aquéllos los convertía—según esas teorías— en vagos, que después no trabajan, había que obligarlos de cierta forma. Bueno, admito, hay que educar a la gente, no hay que obligarla a nada con mecanismos económicos, y vo lo veía de esa escuela. 

Pero Blair veía en Clinton un alter ego. Vaya, Clinton es un hombre culto, un hombre inteligente, de pensamiento. Me parecía ver en aquel británico alguien que rendía culto, pero jamás hubiera sido capaz de imaginarme que un día Blair convertiría a Bush en un alter ego. Eso es lo que ha hecho Blair, ha convertido a Bush en un alter ego. 

Yo he sido cuidadoso, no me gusta estar haciendo ataques y cosas, pero contando verdades y hablando de estos temas, recuerdo eso. 

Sin embargo, Blair me parece un hombre más franco que este franquista, este heredero de Franco que es Aznar, por eso veo en los dos... Además, en Inglaterra no hubo un Franco. Se sabe que hubo a lo largo de la historia muchos errores, abusos, de todo; pero veo diferencias entre Blair y Aznar. Veo en Aznar, como en Silvio Berlusconi, dos grandes lacayos, dos grandes herederos del fascismo, porque eso son. 

Berlusconi es dueño también de todos los medios y los maneja, y por eso está ahí, porque ya han descubierto, perfectamente, que el dueño de los medios crea opiniones, impone opiniones y son fuertes los medios masivos. Berlusconi es eso, allí tiene todos esos medios y con esos medios ha llegado, hace y deshace y destruye. 

Siguiendo con España y la política española. Usted ha sido, en cambio, muy elogioso con el Rey de España. ¿Considera usted que él ha tenido una postura correcta en sus relaciones en general con Cuba? 

Sí. Pienso que en todo. Yo empiezo por apreciar al Rey Juan Carlos, un rey que usted sabe que lo formaron en la época de Franco. Se le puede atribuir determinado mérito a Franco, por lo menos estableció un método mediante el cual el Rey se educó. Bueno, adquirió conocimientos militares, navales, todo eso. Empleó un buen método para formar a un Rey en España, y un Rey, sin duda, que es un caballero. 

¿En sus relaciones con usted? 

Yo creo que, en general, él es un caballero, porque, mire, nadie lo apreciaba de manera especial, no había motivos. Estaba de rey y todo el mundo sabía la razón por la cual estaba de rey, pero le prestó un servicio extraordinario a España, cuando se produce el disparate del golpe de Estado aquél. 

El golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. 

Y la conspiración. El Rey con el apoyo de algunos militares inteligentes —no recuerdo ahora el nombre de todos— logra establecer la disciplina e impide el triunfo de un golpe de Estado que habría tenido funestas consecuencias. Y esto, después de lo de Grecia, porque en Grecia hubo también un golpe de Estado en 1967, de los militares, que fue un desastre. No habría podido sostenerse a la larga. 

Eso le costó el trono a su cuñado, el rey Constantino de Grecia. 

¿Quién? El rey de Grecia, que apoyó aquel golpe de Estado en Atenas, Constantino, es hermano de la reina Sofía, y cuñado del Rey de España. Después quiso derrocar a la junta militar y fracasó, perdió el trono, y los coroneles, en 1973, instauraron la república. Al parecer, Juan Carlos saca ahí la lección de lo que no hay que hacer en esas circunstancias, que no hay que apoyar a militares golpistas. 

Yo estaba creo que en una reunión, en un congreso en Moscú, allá supe del golpe de estado de Tejero, después leí bastante, toda la historia del papel que jugó cada cual, y, realmente, el Rey demostró carácter, convicción, demostró capacidad y autoridad. Le prestó un enorme servicio a España, porque no se sabe lo que le ahorró a ese país. A partir de eso, todo el mundo —no teníamos ninguna razón para tener mala opinión de éí— empezó a sentir aprecio por ese rey. 

Ese día Juan Carlos se hizo Rey de España; antes lo habían hecho rey, en ese momento él se hizo Rey, y ha tenido una conducta caballerosa, respetuosa, nunca lo he visto extralimitarse, a pesar de su enorme prestigio. Ha sido superrespetuoso con las normas, la Constitución... Es una persona decente. Podría decir también que, en determinados momentos, algunos han tratado de chantajearlo. 

¿Chantajearlo? 

No digo nada más, pero hay gente que ha tratado de hacer presiones sobre él, para quitarle su autoridad, su prestigio. Vaya, no les gusta que haya un Rey con autoridad y con prestigio, y tan respetuoso. 

Fíjese que cuando a él le preguntaron: "¿Irá a Cuba?" Dijo: "Bueno, me gustaría volver", pero él no ha vuelto a Cuba porque... 

El señor Aznar no se lo permitió. 

Está claro. Es lo que está establecido y Aznar no querría, porque contestó: "Bueno, irá cuando le toque", es una forma un poco grosera de decirlo. 

Después lo he conocido, hemos conversado muchas veces, es un hombre simpático, hace cuentos, tiene carisma personal. Ha educado al hijo. Porque a la monarquía en Gran Bretaña le critican que no ha educado al príncipe; no se puede decir eso del Rey de España, porque, por lo menos, al príncipe Felipe ha tratado de educarlo. Pasó también la escuela, tiene conocimientos militares, navales, es un muchacho muy correcto; lo he visto también en las reuniones, en las cumbres. Y digo que el Rey Juan Carlos tiene ese mérito también, que ha educado al hijo; lo envía en su nombre a muchas actividades internacionales. Es por eso que tengo un alto concepto del Rey.

 Es por eso también que yo veo en aquellos soldados españoles que en mayo de 2003 murieron en ese trágico accidente de avión en Turquía,[15] que España no tenía nada que hacer en esa guerra, como no sea el señor Aznar ejercer el papel de lacayo y hacerse el importante. 

Eso es como cuando, en 1991, el presidente argentino Carlos Menem mandaba un barco de guerra al Golfo Pérsico para ver por televisión las guerras en Irak. Bueno, Aznar los mandó allá, a Afghanistán. Fíjese cómo es la cosa y el interés que tienen los yanquis en embarrar a todo el mundo, que soldados de Honduras, de Nicaragua, de El Salvador y de la República Dominicana, dirigidos por oficiales españoles, estaban de policías o limpiando minas, o de no sé qué cosa por allá por Irak. ¡Es el colmo! Digo, bueno, es el siglo XVII. 

Los españoles dirigiendo a soldados latinoamericanos — eso parecía de Las mil y una noches, ¿no?— allá, como policías en Irak, para ver si morían latinoamericanos y españoles. Esa gente no tenía que haber estado allí, en primer lugar. En segundo lugar, los habían montado en unos aviones que todo el mundo sabe que son aviones de compañías que se han creado buscando dinero por todas partes, y yo creo que España tiene recursos y aviones suficientes. 

Cuba es mucho más pobre, tiene mucho menos recursos y en 15 años... Tuvo su parte también en pérdida de vidas, porque un accidente se puede producir aun con todas las medidas, pero está claro que, en quince años, en que nosotros transportamos por aire cientos de miles de combatientes a África no hubo un solo accidente. En gran parte se debe a las medidas que tomábamos para asegurar esos viajes. 

Eso de alquilarle a una compañía cualquiera unos aviones... Compañías que debía saber muy bien todo el mundo allí cómo son, que lo que quieren es ahorrar dinero; si pueden ahorrar en piezas, ahorran en piezas, porque están guiadas por un desesperado afán de dinero. Los contrataron y mandaron a los militares en esos aviones... Así que hay una responsabilidad ahí, yo no tengo la menor duda. 

Usted le mandó un telegrama de pésame al Rey de España, pero no al Presidente del Gobierno. 

Sí, porque veo a esos oficiales y a esos militares como unas víctimas. Ellos fueron allí porque los mandaron, ellos no pidieron ir. Toda la gente nuestra que fue a misiones internacionalistas fueron como voluntarios. Mientras que estos militares españoles cumplen órdenes... Y ¿qué hacían en Irak? ¿Qué le hizo Irak a España? 

No, estos militares del accidente estaban en Afganistán. 

¡En Afganistán! Más lejos todavía, yo no sé si muchos de ellos sabrían en el mapa dónde estaba Afganistán; porque en realidad cuando les preguntaron a los jóvenes norteamericanos dónde estaba Afganistán, creo que apenas un 12 por ciento lo sabía; o sea, a los jóvenes norteamericanos los mandan a combatir a países que no saben dónde están en el mapa, si acaso han oído hablar de ellos. 

Por eso me pareció correcto enviar un pésame. Yo no le iba a mandar un telegrama al farsante de Aznar, que era el culpable de la muerte de esos militares, y se lo mandé al Rey. Suerte que había un Rey, porque si no yo no tengo a quién mandarle un telegrama sincero... 

En España usted tiene también muy buenas relaciones con Manuel Fraga, el ex presidente de la Xunta de Galicia. 

Sí, es un gallego astuto, inteligente. No vaya creer que lo hago porque tengo la mitad de gallego, no; Fraga se ha ocupado mucho de los amigos, él trata de buscar a todos los gallegos. Ha hecho cambios, ha trabajado por España, ha sido un buen administrador. Yo tengo parientes allí también, en Galicia, y hablo con ellos. 

Claro, no es totalmente educado, porque, por ejemplo, es muy amable por un lado y luego hace algunas cosas que son incorrectas. 

¿En qué sentido? 

Fraga es de los que, junto con Felipe González y otros y otros —no quiero mencionarlos a todos— formaba parte también del concierto que me quería a toda costa aconsejar cuando se derrumbó la URSS. A mí me llevó a un restaurante allí muy elegante, por la noche —fue en 1992, en la época de la Olimpiada— también a proponerme fórmulas. ¿Sabe cuál me propone? —que me perdone don Manuel Fraga—, ¿sabe cómo define la fórmula para Cuba que me dio él? "La fórmula para Cuba es la fórmula de Nicaragua", así, textualmente. Que me perdone don Manuel, yo le tengo aprecio, respeto. 

¿Y qué significa esa frase? 

Pues que todo lo que hicieron en Nicaragua después de los sandinistas había que hacerlo en Cuba... Todo eso que hicieron y que ha conducido a Nicaragua a un abismo sin fondo, de corrupción, robo, entrega, ¡terrible! Esa era la fórmula... Mire a ver qué tipo de formula; como si me ponen la rusa, la que Felipe y sus asesores de élite aconsejaron a Gorbachov, y otros aconsejaron a otros por ahí y no queda nada, todos esos que aconsejaron el neoliberalismo a ultranza, la privatización, el cumplimiento estricto de las reglas del Fondo Monetario Internacional que han conducido al abismo a todos esos países y a sus habitantes. 

¿Cuándo piensa usted regresar de visita a España? 

Bueno, no era posible mientras estaba este caballerito Aznar... Pero, ahora que ya no está, ya habrá alguna probabilidad. Yo, la primera vez que estuve en España fue en una escala técnica, en febrero de 1984, veníamos de Moscú con Daniel Ortega, del funeral de Yuri Andropov.[16] Estaba Felipe González en la Presidencia del Gobierno. Aterrizamos en Madrid y había una neblina tremenda. A pesar de la neblina nos llevaron a la Moncloa en helicóptero. Hablé con el Rey Juan Carlos por teléfono. Nos recibió Felipe, un buen anfitrión, y como él es sevillano de pura cepa, nos sirvieron jerez, jamón de jabugo, queso manchego... Luego fuimos a la residencia para el almuerzo, y el jerez me había abierto el apetito... Recuerdo que sirven el almuerzo, un vegetal, una pechuguita de codorniz que yo pensaba que era la entrada, v ¡de repente ya me sirven el postre! Fue divertido. Ésa fue la primera vez que estuve en España. Casi no vi Madrid. Fueron solo unas horas. Después volví con más tiempo, y entonces fui a Galicia.


(Tomado del libro "Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio Ramonet", editado por Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, Tercera edición, La Habana, 2006, páginas 549-574)  ©

 

 

Este texto fue leído veces desde el 28-03-2011

 
 

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