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       Nabil Khalil PhD Sitio Web - Versión en Español

 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 Cien Horas Con Fidel-Capítulo 16-Las crisis migratorias con Estados Unidos.

 
 
 
 

 

LAS CRISIS MIGRATORIAS CON ESTADOS UNIDOS

 

LOS ACUERDOS CON REAGAN – CAMARIOCA – MARIEL –
LOS “BALSEROS” – EL NAUFRAGIO DEL 13 DE JULIO DE 1994 –
LOS DISTURBIOS EN LA HABANA DEL 5 DE AGOSTO DE 1994 –
LA LEY DE AJUSTE – EMIGRANTES Y “REFUGIADOS”

 

 

Quisiera que abordásemos ahora un problema casi permanente que tiene Cuba con la personas que quieren marcharse —por razones políticas o por razones económicas— y que le ha causado fuertes tensiones con los Estados Unidos, o sea lo que se ha llamado las "crisis migratorias". Me imagino que, aun antes de la Revolución, siempre hubo gente que deseaba marcharse a Estados Unidos, ¿no? 

Había mucha gente —era tradición— que siempre quería ir allá; estaba idealizado ese país, por las películas, también después por la guerra mundial. En 1958, la población cubana registrada oficialmente en Estados Unidos alcanzaba va la cifra de unas 125 mil personas, incluyendo a los descendientes. Eso era antes de 1959, no hacía tanto tiempo que había pasado la guerra, el fascismo, eí Holocausto,y todas esas cosas... Ellos daban alrededor de 2 mil ó 3 mil visas, si acaso, al año. El poder, las riquezas, mucha gente educada en la idealización de los Estados Unidos, y, sobre todo, la idealización —acuérdese que es importante— del automóvil, de los recursos, de los salarios, de todo eso, en una población en Cuba que no tenía una educación y donde había un 30 por ciento de analfabetos y semianalfabetos.  

Ese país ejercía una enorme atracción. Y a partir del triunfo de la Revolución, el tema migratorio, en especial hacia los Estados Unidos, recibe un impacto trascendental. Con ese país se establecen entonces, con relación a este tema, nuevas y conflictivas relaciones. Se estima que, entre 1959 y 1962, se marchan a Estados Unidos más de 270 mil personas, entre ellas miles de médicos, ingenieros, maestros, profesores, cuadros técnicos... Y una parte de los primeros 70 mil que se van lo hacen sin mediar trámites migratorios. Acuérdese que Estados Unidos había roto sus relaciones diplomáticas con nosotros en 1961. 

¿El primer acuerdo migratorio ustedes lo firmaron con la administración Reagan? 

Sí, con Ronald Reagan hicimos el primer acuerdo, se suscribe en diciembre del año 1984. Él fue flexible en eso, por su interés de devolver a los "excluibles". Reagan estaba interesado en un acuerdo sobre los llamados "excluibles", gente que se había marchado por el puerto de Mariel en 1980 y que ellos querían devolvernos, una lista de los que habían cometido delitos allá, y estaban allí detenidos. Entonces, aceptamos, les dijimos: "Pongan la lista de excluibles." Habíamos hecho un acuerdo, en realidad, para ese problema. Un número de "excluibles", con nombres y apellidos, dos mil y tantos, y, entonces, ellos darían hasta 20 mil visas al año, como un elemento a cambio. 

Se llegó a un arreglo, y nosotros aceptamos recibir a los "excluibles". Todavía algunos están viniendo, de aquella lista, eran dos mil y pico, cumplen su pena de prisión allí y luego los mandan para acá. 

Después de aquellos acuerdos se crea una situación tensa que los paralizaron un tiempo, en 1986 y 1987. Eso coincide con una acción, la creación de "Radio Martí". Son muy pocas las veces en que ellos hayan actuado de buena fe. Después se volvieron a reanudar los acuerdos, se restablecieron porque seguía eí problema, y había que encontrar un medio para evitar las salidas ilegales. 

El acuerdo no era malo, pero ellos no lo cumplieron, y, realmente, todavía en ese período no se había tomado toda la conciencia del papel nefasto de aquella Ley de Ajuste,[1] que fue siendo interpretada, interpretada e interpretada, para añadirle cosas. 

¿Qué cosas? 

Bueno, antes, por ejemplo, los que se iban ilegalmente tenían que esperar un año para solicitar la residencia permanente en Estados Unidos y, además, para trabajar había todo un trámite... Pero después eso ha ido evolucionando, a través de sucesivas interpretaciones y adiciones, no como ley sino como práctica, y han hecho todavía más grave aquella política, 

Luego ellos cometieron la provocación de la llamada "Radio Martí", y todo eso obstaculizó la primera etapa del primer acuerdo con Reagan; estuvo suspendido dos años, como te dije, 1986 y 1987. Después, de común acuerdo, se restablece, y ellos están mandando para acá a los que tienen que mandar y nosotros estamos recibiendo a todos los que están en la lista de los "excluibles". Pero después, el "hasta 20 mil visas" se convierte en apenas mil... 

Y esa frase que había quedado —"Hasta 20 mil por año"— constituyó un engaño, porque lo más que llegaron a dar fueron unas mil y tantas visas, unas 1.200 por año; después bajaron de mil.[2] Es decir, estaban muy por debajo de los 20 mil. En esas circunstancias se produce la crisis migratoria después del 5 de agosto de 1994[3] que provocan ellos, realmente. 

Ese día 5 de agosto se produce un grave disturbio en un barrio popular de La Habana. 

Sí. En aquellos días, Clinton era presidente. Por "Radio Martí" habían anunciado que venían unos barcos a La Habana a buscar gente, y todos conocían que la regla establecida por nosotros desde el principio, casi desde muy al principio, era que un barco que estuviera navegando, secuestrado, aun dentro de la bahía de La Habana, nosotros no intentábamos interceptarlo para evitar accidentes. 

Y con motivo de aquella situación es que se producen esos sucesos del 5 de agosto de 1994, el disturbio aquel. 

Al parecer, usted mismo acudió en persona para calmar a los amotinados. ¿Es cierto? 

Sí. Yo mismo fui, y allí no se empleó un policía ni un carro de bomberos. Fui yo con la escolta, y orden de no disparar, sencillamente. Cuando me entero de aquello digo: "No se mueva nadie", ni tropas, ni soldados. Me llevé a Felipe Pérez Roque,[4] después Carlos Lage[5] nos buscó y se incorporó por el camino. Porque aquellos elementos, al ver que los barcos no llegan, se irritan, empiezan a tirar piedras, a romper algunas vidrieras. Y así es como se va produciendo un tumulto ya, rompiendo vidrieras, rompiendo cosas, atacaron a alguna gente. 

¿Era la primera vez que eso se producía en Cuba? 

La primera. Es el único tumulto que se ha creado en 46 años, y en aquellas condiciones del "período especial", con la situación económica difícil y el engaño de que los iban a ir a recoger, y la Ley de Ajuste, todo eso se concentró en ese momento. El no cumplimiento de un acuerdo que se había suscrito con Reagan después de la crisis migratoria del Mariel famoso, en 1980. Nosotros hemos tenido que forzarlos, los norteamericanos cerrando y nosotros abriendo puertas. Esa ha sido la historia. 

¿Esa Ley de Ajuste, cuándo la promulgaron en Estados Unidos? 

La Ley de Ajuste se promulgó en 1 966, después de lo de Camarioca, en la provincia de Matanzas. En virtud de la crisis de Camarioca de octubre de 1965, todos los que querían salir del país, tenían el pasaje gratis. Eso fue tres años después de la Crisis de Octubre, porque ellos, a raíz de la Crisis de Octubre, pararon los viajes. No había líneas de transporte entre Cuba y Estados Unidos. 

Antes de la Crisis de Octubre ya alentaban mucho a la gente a marcharse; entre 1962 y 1965, estimamos que, de manera ilegal, habían salido de Cuba unas 30 mil personas; y habían hecho la Operación Peter Pan, de que ya le hablé, en que se llevaron a 14 mil niños. 

¿Eso se acelera después de que ustedes declaran el socialismo en Cuba? 

Lo del socialismo se plantea el 16 de abril de 1961, casi dos años y medio después del triunfo de la Revolución, cuando estábamos enterrando a los que murieron en el bombardeo previo a la invasión de Playa Girón, con aviones de guerra norteamericanos tripulados por pilotos norteamericanos pero que traían insignias cubanas... Allí es cuando se habla de socialismo por primera vez. 

Hay que entender que el país se hizo socialista por las leyes revolucionarias. Todo empezó por los hechos. Primero Batista y los terrores, y después ejército y policía disueltos. Eso le gusta a cualquier país latinoamericano, aunque no haya Revolución ni nada: ladrones, con bienes mal habidos. Se juzgaron, se confiscaron los bienes mal habidos... Pero aún no había una conciencia socialista, sobre eso se puede hablar largo, de cómo se fue creando esa conciencia. 

Sigamos por el momento con la cuestión de los problemas migratorios. Usted me estaba diciendo que los Estados Unidos decidieron, después de la Crisis de Octubre, suspender los viajes. 

Sí, paran todos los viajes, cortan los viajes en 1962. Ya no había posibilidad de viajar y muchas familias separadas, entre ellos los 14 mil niños... Hubo muchos de los padres que cuando mandaron para allá a sus hijos todavía creían que la Revolución se caía, y muchos quedaron separados para siempre. 

La primera crisis migratoria se produce, dice usted, en Camarioca, ¿en qué circunstancias? 

Camarioca fue lo primero, fue en octubre de 1965, por lo que le digo, que cortaron los viajes, no dejaban salir. Entonces empiezan las salidas ilegales y los problemas y la propaganda. Los que estaban allí —ya se habían ido unos cuantos, le dije—, tenían recursos, porque los primeros que se fueron eran los jefes con dinero; los más pobres todavía no conocían el camino; se fueron, ya le cité, profesionales, médicos, obreros calificados, maestros, etcétera. Y nosotros aguantando aquí. Pero cortan la posibilidad de viajar cuando la Crisis de Octubre, y se empiezan a producir todos estos problemas de la separación, y las salidas ilegales con el peligro, los accidentes... Entonces dijimos: "No, no hace falta que corran riesgos, vengan a buscarlos", y habilitamos un pequeño puerto, Camarioca, cerca de Varadero. Vinieron hasta mil barcos, porque tenían una confianza ciega cuando dijimos: "Pueden venir, y pueden irse". Entre octubre y noviembre de 1965, por Camarioca, salieron, libremente, unas 300 mil personas, 

¿Eso paró por un tiempo las salidas ilegales? 

Sí. Había que parar. Sin un golpe y sin el menor problema se paró el tráfico aquel, porque esta gente actúa en sintonía, aunque tengan otros intereses, como el de irse, aunque no haya una conciencia patriótica, pero confían. Entonces se llegó a un acuerdo: todas las personas que soliciten, que tengan idea de viajar a Estados Unidos, pueden hacerlo. Conseguimos nosotros el permiso para cerca de 300 mil. Nosotros, la Revolución en primer lugar, hemos sido los que hemos conquistado las visas para que esa gente se pudiera marchar. Estuvieron tres años llevándose a gente, desde 1962 a 1965. Y, bueno, luego casi 300 mil personas se marcharon por Camarioca. Recuerdo que se llevaron obreros, incluso... El país aguantó. 

Lo que pasó fue que tuvieron más gente allá, y luego las aspiraciones del familiar que se quedó... Se fueron también en aviones, seguros, se creó un puente aéreo, no hubo una sola víctima y emigraron por esa vía, conquistada por nosotros, mediante la operación de Camarioca, ya le digo, unas 300 mil personas. Eso fue en octubre de 1965. Y los norteamericanos un poco después, en noviembre de 1966, no sé ni por qué... adoptaron la Ley de Ajuste. 

Sobre esta Ley de Ajuste va adquiriéndose conciencia de lo que era y de las consecuencias que tenía cuando va pasando el tiempo. Es por eso que en ninguno de esos momentos se plantea que quiten esa ley. 

Luego, en 1980, se produjo la crisis de Mariel... 

Mariel fue la segunda crisis, después de lo de las embajadas. Después de un incidente de penetración forzosa en la Embajada de Perú, en el que es asesinado el custodio cubano de la Embajada, y la decisión peruana de no entregar al asesino, nosotros decidimos retirar la custodia en la Embajada de Perú y se metieron allí unas 10 mil personas, en su mayoría lumpen. Habilitamos el puerto de Mariel y retiramos toda restricción a los que quisieran emigrar. Dejamos venir los barcos de allá a buscarlos. Se creó como un puente marítimo y más de 1OO mil personas se trasladaron a La Florida. 

Lo decidimos y lo resolvimos nosotros, como más adelante resolvimos el problema de los secuestros de aviones norteamericanos, con un sentido de responsabilidad, porque se había demostrado que condenar a los autores de esos secuestros a veinte años de prisión no los frenaba. Y pudimos comprobar que también las personas que secuestraban aviones en Estados Unidos eran personas desequilibradas. No recuerdo ningún caso de carácter político de alguien que haya secuestrado un avión de Estados Unidos para Cuba. Era, más o menos, gente con el mismo tipo de problema de los que lo hacen aquí para irse allá. 

Así que le digo, lo de Mariel lo paramos nosotros, porque no queríamos contribuir al triunfo de la derecha en Estados Unidos, por consideración al presidente Cárter; unilateralmente y sin condiciones. Permitimos que se traladaran unas 100 mil personas, y luego cerramos la vía de Mariel. Pero de nuevo se produjeron ios efectos de la Ley de Ajuste y la incitación fundamental a la emigración ilegal. 

La tercera gran crisis migratoria fue la de los "balseros" en 1994. 

Sí. En lo de I 994 ya ha ocurrido la crisis soviética, el derrumbe de la URSS, el "período especial", y en todo ese largo período los Estados Unidos daban menos de mil visas anuales... ¿Se da cuenta que las circunstancias van cambiando? No se pueden ver así, rectilíneas. 

Entonces, en ese período es cuando la Ley de Ajuste se convierte en el vehículo para trasladarse a Estados Unidos, y además, en un instrumento de propaganda tremendo. En 1994, en el "período especial", eran menos de mil los que salían legalmente con visas y como cinco mil o seis mil que se trasladaban ilegalmente para beneficiarse de la Ley de Ajuste. Al incumplir ellos el acuerdo de 1984, el camino para quien quería emigrar a Estados Unidos era la Ley de Ajuste. Pero los que se acogían a esa Ley, como siempre, no era un maestro, un trabajador, alguien sin antecedentes penales... La gente con ese tipo de características no era la que solía irse de forma ilegal, robando barcos y lanchas. Los que lo hacían eran elementos de otro orden: lumpen, gente fuera de la ley, esa categoría. Ésos fueron los que armaron aquel disturbio en La Habana en agosto de 1994. 

Esos disturbios del 5 de agosto, habían sido precedidos, el 13 de julio anterior, por un incidente al que la prensa internacional dio mucho relieve, el naufragio de un remolcador secuestrado que causó muchas víctimas, y los acusaron a ustedes de haber provocado esa tragedia. Eso dio lugar a una gran campaña contra ustedes. ¿Recuerda usted como fue aquello? 

Sí. Le cuento. Antes de ese asunto del remolcador se había producido un primer incidente en Cojímar, con una lancha rápida, que en el mismo puertecito de Cojímar se arrima a la orilla, y a la luz pública recogieron a gente que emigraba así, ilegalmente, a Estados Unidos. Una cosa inusitada, una lancha norteamericana pegada a la costa...Eso ya fue grave, porque los que estaban allí, unos policías, hicieron algunos disparos a la lancha. 

Después se había producido otro incidente cuando un tractor que se llevaba un número de gente, al acercarse a la orilla, un policía lo va a detener, y le lanzan el tractor encima al policía. Esos dos incidentes se habían producido. Entonces se dieron órdenes terminantes de que no se tratara de interceptar nunca una embarcación con personas. 

Esos dos incidentes se habían producido, y entonces se estableció esa regla. Después de los dos incidentes, hay un momento, y creo que fue efectivamente el 13 de julio de 1994, en que se produce el asunto del que usted habla, que nuestros enemigos han tratado de explotar mucho. 

Un grupo de personas se ponen de acuerdo y hay un lugar donde están los remolcadores que prestan servicios a los barcos que entran en el puerto de La Habana, y ese grupo secuestra un viejo remolcador —era un remolcador de madera, apto solo para la navegación de corta distancia en aguas interiores—, se lo llevan de noche, rompen las comunicaciones. Y los tripulantes, que eran tres o cuatro, de otros dos remolcadores, indignados, irritados porque les han llevado aquel remolcador, porque tienen eí espíritu de cuidar su centro de trabajo, se montan en otros dos remolcadores, por su cuenta, sin comunicarse con nadie, porque no había ni teléfono allí, y salen detrás del viejo remolcador que ya había salido del puerto. 

Ninguna autoridad está informada de nada. Debe haber transcurrido... Bueno, tendría que precisar, nosotros tenemos el informe completo de todo lo que ocurrió aquella noche del 13 al 14 de julio. Cuando se conoce, no sé si sería una hora después de aquel momento, debe haber sido un poco más, porque tan pronto se conoce, los guardafronteras mandan a una patrullera a toda velocidad, no para interceptar el barco que se fue, sino precisamente para ordenar a los tripulantes de los remolcadores que lo perseguían, y que se habían ido por su cuenta, que regresaran. 

Era una noche oscura, con olas. ¿Aquellos tripulantes qué hicieron? Cuando están, seguramente, a la vista — esos remolcadores caminan muy despacio, son de cinco o seis millas por hora; ellos venían siguiéndolos, pienso que como a las dos o tres horas después los alcanzan—, se ponen a maniobrar para hacer que el otro regrese. Pero va uno delante y otro detrás, y es en esa situación en que se produce un accidente: el que va detrás, un remolcador metálico, va bastante cerca y en un momento dado una ola provoca que choque con el viejo remolcador de madera. Al chocar produce una brecha en el barco secuestrado —iban más de 60 personas—, que empieza a hacer agua y empieza a caer gente al agua. 

El remolcador metálico, éste que choca —en él viajaban tres o cuatro tripulantes, no eran más—, no tiene medios para rescatar a los náufragos, pero empiezan a rescatar gente y rescatan a algunos, hasta el momento en que les entra temor de que el número de los que han rescatado los secuestren a ellos también. Ellos están en eso, y es la suerte que ya la patrullera, a toda velocidad, llega minutos después de que se produce el accidente. 

¿Y qué ocurre entonces? 

Los que chocaron salvaron a algunos; pero el grueso de los que se salvan, alrededor de la mitad, unas 30 personas, los salva la patrullera, porque tienen medios: salvavidas, sogas, todas esas cosas, para sacar a la gente del agua, y logran sacarlos. Bueno, la mayoría de los que se rescatan con vida los salva la patrullera. Pero ése fue un accidente trágico, una tragedia con unos 30 muertos, sumamente explotado por los del Norte. 

¿Ustedes consideran que fue un accidente? ¿El choque ése no fue intencional? 

No hay la más remota intención de parte de los que los siguieron... Ellos fueron por su cuenta a tratar de que viraran, lo hicieron por su cuenta, y es en esa maniobra cuando se produce el accidente. Aquí se abrió una investigación completa y esos tripulantes lo que habían cometido, realmente, fue una desobediencia. Ahora, ¿conocían ellos las órdenes? Yo pienso que deben haberlas conocido, pero esas órdenes no se les dan a los remolcadores. Los guardacostas, ios jefes, los capitanes de cada una de las patrulleras son los que tienen esas instrucciones de nunca obstaculizar un secuestro para evitar accidentes y víctimas. 

Estos de los remolcadores, en su irritación, o por su honor o lo que sea, hicieron el intento de que no se escaparan, de devolverlos, de rescatarlos. Las autoridades no tuvieron absolutamente nada que ver con eso, sino, al contrario, salvaron a la mitad de la gente. Pero usted comprenderá que eso se convierte en materia prima para acusar al gobierno de Cuba de haber provocado el hundimiento de una embarcación donde había civiles y había mujeres, e incluso niños, como suele haber en estas aventuras, en las que montan a mujeres y a niños a pesar del peligro. Eso ocurrió en julio de ese año 1994. 

Ese naufragio aún se sigue citando en las críticas contra ustedes. 

Bueno, eso fue motivo de mucha publicidad en contra de Cuba. Pero las instrucciones que tiene nuestra gente son esas que te digo: que un barco que esté navegando, secuestrado, aun en aguas nuestras, no se intenta interceptarlo para evitar accidentes. 

De ese accidente se hicieron investigaciones exactas, y realmente los de los remolcadores no tuvieron ni la menor intención, incluso salvaron gente. Hubiera sido demagógico, injusto, sancionar severamente a aquellos tripulantes por ese hecho. 

¿Piensa usted que ese naufragio y esa campaña a la que dio lugar vinieron a cargar aún más la atmósfera, el ambiente que había, y favorecieron los disturbios del 5 de agosto? 

Yo ya le mencioné eso. Los disturbios en La Habana se producen porque desde la mal llamada "Radio Martí" —cuesta mucho trabajo llamarle "Radio Martí" a esa emisora—, hablan de que un grupo de barcos venían a buscarlos ahí. Se reúne gente, lumpen por lo general, porque en esas aventuras de asaltar un barco en cualquier condición, de noche, aunque esté malo el tiempo, como le dije, se mete gente de otro tipo. No son personas que tengan una diferencia política, digamos, o inconformidad con nosotros. Más del 90 por ciento de los que han emigrado emigran, como los mexicanos u otros, por razones económicas y no porque no tengan empleo, o porque no tengan educación, o porque no tengan servicios médicos, o no tengan una cantidad de alimentos asegurada a precios casi gratuitos. 

¿Y por qué emigran entonces? 

Emigran porque quieren un automóvil; porque quieren vivir en una sociedad de consumo, muy publicitada. Se les podría preguntar a los chinos también: ¿por qué emigran? Todo el mundo habla de los grandes avances que tiene China, reales, objetivos, mejorías considerables, no sólo con la revolución tuvieron tierras y otros muchos derechos y posibilidades, me refiero a la China que avanza a un ritmo de crecimiento de un 10 por ciento por año, y, sin embargo, a cada rato viene un barco cargado con 800 o mil chinos que emigran clandestinos. 

Hay una presión migratoria mundial, como la que ustedes conocen en Europa, que de Argelia emigran, de Marruecos emigran, de toda África emigran. Según Europa, Marruecos es una maravilla, un aliado; y sin embargo, los marroquíes cruzan por el estrecho de Gibraltar y hay accidentes también, aunque la distancia es más corta. 

Hay muchos accidentes. 

¿Allá? 

Sí. Allá hay decenas de muertos cada año, por el estrecho. 

¡Ah!, ¿más que aquí? 

Probablemente más.[6] 

¿A pesar de lo cerca que están? 

A pesar de eso. 

Y los mexicanos, a pesar del TLC...[7] En la frontera de México mueren va alrededor de 500 por año. No sólo mexicanos, sino de América Central, que tratan de ir a Estados Unidos, pero la mayoría son mexicanos; otros tratan de ir por mar. 

De Santo Domingo han emigrado, en los últimos veinte años, más de un millón de dominicanos, y ésos van por el canal de la Mona, que es muy peligroso, y hay muchos que mueren. ¿Se da cuenta? Se meten en Puerto Rico. Así que hay más de un millón de dominicanos emigrantes. El ingreso más grande que tiene ese país es el ingreso de las remesas. 

¿Enviadas por los emigrantes? 

Sí. Es mucho más que cualquier otro ingreso, más que los salarios de muchas maquiladoras que hay allí en Santo Domingo. 

¿Ustedes reclaman la suspensión de esa Ley de Ajuste por inhumana? 

La Ley de Ajuste ha ocasionado la pérdida de ni se sabe cuántas vidas, miles de vidas. Nunca, incluso, informan quién llegó allá, si alguien murió, ¡jamás! Único país en el mundo. Si hicieran eso con México... No pido Ley de Ajuste para los demás, porque ésa es una ley asesina; pero sí planteo que si se defiende, en virtud del neoliberalismo, el libre tránsito de capital y de mercancía, debiera permitirse, como tienen los europeos en el espacio Schengen, el libre tránsito de personas. Es lo que defiendo y defenderé, y no una Ley de Ajuste que conduce a vías ilegales y produce la muerte de muchas personas. 

¿Cuántos están muriendo en este "muro"? Se hablaba del "muro de Berlín", correcto, un acontecimiento histórico. Todo el mundo, si quiere, puede investigar cuáles fueron las causas, en qué condiciones, los peligros de guerra allí en Berlín, los tanques enfrentados unos a otros, la terrible guerra ideológica y de propaganda entre el consumismo y los países más atrasados de Europa industrialmente. 

Bien, no voy a discutir las causas que originaron en 1961 la construcción del muro de Berlín, pero me puedo preguntar: ¿qué causas originan ese muro de 3 mil kilómetros entre México y Estados Unidos? Están muriendo unas 500 personas cada año en la frontera de México y Estados Unidos, en tierras que eran también territorio hispánico, y donde no se sabe los millones que hay, ¡ millones de ilegales! Incluso algunos se separan de sus familias por mucho tiempo. El ingreso más grande que tiene México, más que el del petróleo, 10 mil millones de dólares por año, proviene de las remesas de sus emigrantes. Y mientras más peligrosa sea la frontera, menos van a visitar a las familias; no pueden visitarse, hay millones. 

Los que quieren ir para Estados Unidos crecen en razón directamente proporcional a la población, al desempleo y a la diferencia de salario que hay, de quince veces, por lo menos, por el mismo trabajo, entre el que trabaja en una maquiladora y el que trabaja en Estados Unidos. De veinte veces entre los que trabajan en alguna industria que no es maquiladora —las maquiladoras pagan un poquito más— y los que trabajan en Estados Unidos, y no sé si treinta veces entre el salario que ganan en el sur de México y el salario que ganan en Estados Unidos. 

¿Los que se van de Cuba, dice usted, son emigrantes económicos igual que los mexicanos, los dominicanos o los argentinos? 

Sí, usted me hizo una pregunta: ¿por qué emigraban? Yo le decía que las emigraciones nuestras son como las dominicanas, las mexicanas, países que no están bloqueados, que no son socialistas, donde hay automóviles a montones... Tienen muchas de esas cosas de las sociedades de consumo, y no existe una Ley de Ajuste que les dé derecho a entrar ilegalmente a Estados Unidos, aunque acaben de cometer un crimen para robarse un barco. Una Ley de Ajuste que es el estímulo fundamental a esa emigración del que se marcha ilegalmente de aquí. 

En México no hay una ley de Ajuste; si la hubiera habría un 30 por ciento o un 40 por ciento de la población mexicana que emigraría a Estados Unidos. Con cientos y miles de fábricas allí donde están ensamblando, que tienen salarios un poco más altos que el salario nacional, si tuvieran una Ley de Ajuste, alrededor de 30 ó 40 millones de mexicanos estarían del otro lado. Yo no puedo dar un dato exacto; pero sé que en Argentina, y antes de la crisis... 

¿La de diciembre de 2001? 

Sí. Pero desde antes ya, por problemas y dificultades, y porque también aquélla fue una nación que se formó con muchos españoles que emigraron, e italianos que emigraron después de la Segunda Guerra Mundial. En Argentina, un 30 por ciento de la población querría emigrar para Europa, o Estados Unidos, ¡un 30 por ciento! 

También emigran muchos profesionales, científicos, intelectuales, eminentes profesores, porque los norteamericanos se llevan lo mejor. Aunque ésos suelen marcharse por vía legal. El robo de cerebros no se hace sobre la base de gente que se lleve un barco y corra riesgos, o cruce la frontera jugándose la vida. Yo pienso que Argentina tenía mejor situación económica que México, más estándar de vida que México, sólo que tanto a los mexicanos como a los argentinos que se marchan los llaman emigrantes. 

Y no refugiados políticos, como a los cubanos. 

Sí, todo el que sale de Cuba es un "exiliado". Desde hace más de 40 años, todo el que sale de aquí es un "exiliado", un "enemigo del régimen socialista"... Y resulta que los cubanos tienen los niveles más altos de educación entre los latinos, y por tanto, en Estados Unidos, los más altos ingresos entre los latinos, porque muchos de los que llegan de otros lugares a Estados Unidos son analfabetos, semianalfabetos, gente que no tiene un oficio, solo va para recoger tomates, vegetales, una fuerza de trabajo más barata. En realidad, si hubiera una Ley de Ajuste para América Latina, pienso que más de la mitad de los residentes en Estados Unidos serían latinoamericanos. 

Ahora, imagínese una Ley de Ajuste para China, para los países de Asia, incluso de Europa... Óigame, no se sabe cuánta gente de las regiones pobres de Europa, o desempleados, emigrarían a Estados Unidos. Ya por cada norteamericano real, de los nacidos allí, habría, por lo menos, dos o más venidos de fuera... En dos palabras: invaden los Estados Unidos, lo ocupan si hubiera una Ley de Ajuste mundial, como hay una Ley de Ajuste para Cuba. Esa Ley de Ajuste ya tiene como 39 años, y les da esos derechos a los que secuestran un barco o un avión. Es un estímulo al crimen. 

¿Según usted, son los desesperados los que acuden a esos métodos para emigrar? 

Es gente lumpen, porque ya le digo, los que tienen esperanzas de viajar, por una vía o por otra, a un país intermedio, España, México, Canadá, o cualquier otro país, para gestionar una visa, ésos no secuestran, ésos no se van en esas balsas. Eso lo hace el personal que tiene antecedentes penales, o pésima conducta, como regla, y que se la juega, corre cualquier peligro, es un personal para estas cosas muy decidido. Los otros no... El 90 por ciento de los que viajan ilegal mente son personas que las vienen a buscar en una lancha desde la Florida. Nosotros aquí tenemos medidas durísimas: hasta cadena perpetua con el individuo, si hay un accidente. Porque había que parar eso, porque estaba muriendo gente constantemente. Se hundían barcos, a veces un barco hundido con 30 ó 32 desaparecidos, sin dejar rastro. Y los norteamericanos, ya le dije, no dan ni datos, nunca nos dicen: "Llegó éste"; ni si hay heridos, nunca dan un dato, se comportan groseros hasta el máximo posible. 

¿Los que cometen un delito para emigrar no son detenidos y devueltos por las autoridades norteamericanas? 

Los que se van ilegales son los únicos ciudadanos en el mundo que si violan las leyes de Estados Unidos y entran por cualquier vía, incluso si aterrizan con un documento falso, pasaporte falso, al llegar al aeropuerto dicen: "Soy el ciudadano fulano de tal y me acojo a la Ley de Ajuste Cubano", ya tienen derecho a residir y a trabajar al día siguiente. [8] Antes les ponían un año de espera, todo eso lo han quitado. ¿Objetivo? Desestabilizar. ¡Cuántas vidas ha costado eso! 

Todo el que tenga antecedentes penales o cometa un crimen puede acogerse a esa Ley y lo declaran "exiliado", "enemigo del régimen socialista"... Cuando viene el período especial, como le conté, había un convenio de emigración y ellos no lo cumplían. Todo eso estimulaba las acciones ilegales, porque los que no reciben visas —vuelvo a repetir— a ésos la familia les manda un barco, llaman por teléfono, los traficantes de personas vienen con lanchas rápidas... 

¿Se ponen de acuerdo para que vengan a recogerlos en un lugar discreto? 

Se comunican telefónicamente, a cualquier hora del día o de la noche. No resulta difícil coordinar un puntico de la costa, fijar una hora en que llegan... Pero dentro de ese ambiente, de todos esos secretos, siempre hay gente, de los que no pueden viajar Legalmente que, cuando se enteran de alguno de esos provectos, chantajean y van para allá a montarse también en la lancha. Esto se une al hecho de que el traficante, en un barco que puede llevar, tal vez, a seis u ocho personas, monta a 20, 25 ó 30. 

Corre el riesgo de hundirse. 

Por eso es que no se sabe cuántos perecen. Se habla de "muchos", pero nadie tiene la cuenta, porque usted nunca recibe una información de quién llegó, si hubo un accidente, cómo se llaman los que se ahogaron. Las autoridades norteamericanas no dan ni los nombres de los que mueren, para que usted vea con qué espíritu llevan a cabo y aplican esa Ley de Ajuste. 

Los de Miami defienden esa ley, les crean espectáculos y shows públicos a las autoridades de allí, llevan periodistas de la televisión a los guardacostas para impedir que alguno trate de aguantar una lancha, y, figúrese, alguien que quiere llegar a la costa, luchando contra los tripulantes de un guardacostas que exige sacarlo del bote y llevarlo...[9] Entonces, se saben apoyados allá, y han hecho grandes escándalos para desmoralizar a los guardacostas norteamericanos. A veces les han organizado espectáculos en la misma orilla. 

¿Filman a los guardacostas? 

Sí, a toda la gente que está allí las ponen en la televisión. Entonces, bajo esas presiones han tratado de intimidar a los guardacostas, e incluso en una Administración que era menos hostil, como la administración de Clinton, se producía todo esto de que le estoy hablando, porque también están las campañas electorales, las luchas por la Florida. Clinton, incluso, había ganado también en la Florida. Él no decía nada; pero el poder que tiene esta gente es el poder del escándalo, el lobby anticubano en el Congreso. Clinton con una minoría en el Congreso, y ellos tienen poder allí —los de la Florida— demócratas y republicanos, porque les da mucho dinero esa Fundación Nacional Cubano-Americana, para las campañas y cuentan con decenas de congresistas, como el Bob Menéndez famoso[10] por ejemplo, de allá de New Jersey apoyado por los cubanos y es demócrata. Así que en el lobby anticubano y con abundante dinero, hay demócratas y republicanos. Todas estas cosas pasaban. 

¿Usted piensa que Clinton fue más constructivo? 

Si, él no era particularmente agresivo. Pero Clinton heredó toda aquella comunidad, heredó todas las campañas que se han hecho contra Cuba y era muy poco lo que podía hacer para ayudar. Estas cosas ocurrían antes de estar el presidente Bush actual. Bueno, ya ocurrían con Reagan. Pero después de 1989, en el período especial, está el padre de Bush ocupado en otras cosas: la guerra del Golfo, el desarme, sacar el máximo provecho de la nueva línea política de la dirección soviética, haciendo acuerdos de armas estratégicas, que todo el mundo conoce las concesiones que le hicieron Gorbachov y especialmente Shevardnadze.[11] Los dos negociaron sin saber mucho de armas ni de estrategias ni de nada, porque lo que querían era negociar y las ventajas las sacó el gobierno de Estados Unidos. 

Ustedes ahora, pese al embargo vigente desde 1962, le pueden comprar alimentos a los Estados Unidos, ¿verdad? 

Sí. En noviembre de 2001, tras el paso por la isla del devastador huracán "Michelle", las leyes contra el bloqueo de alimentos y medicinas se aprobaron, por amplia mayoría, en Estados Unidos;[12] quienes dominaban las comisiones del Congreso eran del partido del gobierno. 

¿Republicano? 

Eran demócratas y republicanos los que, por mayoría, aprobaron unas leyes autorizando la venta de alimentos y medicinas a nuestro país. 

En otras cosas, como el derecho a viajar a Cuba, bloquearon la iniciativa; no pudo ni discutirse. ¿A qué procedimiento acudieron? A proponer medidas en leyes fundamentales, las llamaban enmiendas. Cuando se discute una ley tan fundamental, digamos, como los presupuestos de la defensa, o los presupuestos para subsidios a los agricultores u otros temas, o el presupuesto del Estado, son problemas tan importantes que si una comisión de ésas acepta una enmienda, una percha, entonces la cuelgan allí, y cualquier batalla que se quiera dar contra esa enmienda se hace prácticamente imposible, porque la han puesto en esa ley contra la cual no se puede oponer nadie. De hecho, entonces, modifican la ley que se había aprobado. 

Bueno, nosotros no estábamos conformes, porque usted no puede estar conforme con que se venda en una sola dirección. Pero aquella la remendaron de tal manera que para cada venta a Cuba había que pedir permiso al Tesoro de Estados Unidos, que es igual que si usted, para comprar un traje en una sastrería, tiene que pedirle permiso al alcalde de su municipio. 

O a mi banco. 

No, no, al banco no, al jefe del Departamento de) Tesoro de Estados Unidos. Es un ministerio quien tiene que autorizarlo. Y así fue cómo, después del huracán "Michelle" —que después que se produjeron esos atentados allá, nosotros tuvimos un terrible huracán que le hizo daño al país por valor de 2.000 millones de dólares—, ellos tuvieron un gesto —igual que nosotros habíamos tenido un gesto con relación a la catástrofe del 11 de septiembre de 2001—; les planteamos que ya nosotros teníamos la reserva, que estábamos ayudando, que habíamos evaluado —planteaban gente para que evaluaran—, les agradecemos el gesto, y que nos podría ser útil adquirir unas cantidades similares a las de las reservas que íbamos a emplear para alimentar a los damnificados. 

Entonces, ellos aceptaron y, de acuerdo con esa ley llena de remiendos, es que nos vendieron algunos productos. Pidieron permiso.[13] 

Nosotros lo planteamos públicamente, que a cada gesto amable que tuvieran, habría un gesto amable de nuestra parte. El permiso lo dieron, incluso, por un año —ése es un gesto constructivo— y entonces incrementamos las compras de alimentos, y no simplemente la inicial para restablecer la reserva. Con esa ley llena de remiendos... 

Pero hay una amplia mayoría, en la Cámara y en el Senado, que es contraria al bloqueo.[14] Es favorable a que les den permiso para venir, a que respeten el derecho constitucional de los norteamericanos a viajar, y de hacer una ley que autorice, incluso, a adquirir productos cubanos. Todas las ventas las pagamos al contado. 

Hay una fuerte corriente también en la opinión pública, amplia, de más del 70 por ciento, que está contra el bloqueo y está por el derecho de los ciudadanos norteamericanos a visitar Cuba.[15] Porque lo tienen prohibido; sólo autorizan a los de origen cubano, y una vez al año.[16] 

¿Los ciudadanos norteamericanos no pueden venir? 

Está prohibido como regla. Pero son muchos los que viajan, de forma tal que, si lo sancionaran, tendrían que incrementar en un porcentaje alto las prisiones. Pueden ser condenados hasta a diez años de prisión. 

¿Por venir a Cuba? 

Por visitar Cuba un ciudadano norteamericano. Y si no me equivoco, hasta 500 mil dólares de multa por visitar Cuba sin permiso.


(Tomado del libro "Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio Ramonet", editado por Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, Tercera edición, La Habana, 2006, páginas 381-401)  ©

 

 

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