CUBA Y LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL
EL NUEVO CAPITALISMO – ¿QUÉ ES EL SOCIALISMO HOY? –
CONFUSIÓN IDEOLÓGICA – LA TRAGEDIA ECOLÓGICA –
PRESEVAR EL MEDIO AMBIENTE – LA BATALLA DE IDEAS –
POR UNA EDUCACIÓN GLOBAL
Hace algún tiempo, conversando con usted, le
pregunté cómo pensaba evitar que los efectos de la
globalización liberal se extendiesen a Cuba, y usted
me contestó: "Esperaremos, con paciencia, que la
globalización se derrumbe." ¿Sigue pensando lo
mismo?
Cuando te contesté aquello todavía Stiglitz no había
escrito ningún libro;[1] de Soros[2] lo que se oía
hablar eran sus grandes operaciones especulativas;
no había ocurrido la crisis argentina de diciembre
2001, ni el conjunto de crisis que conocemos ahora.
Nosotros habíamos ido tomando conciencia de lo que
era la globalización, y desde antes veníamos leyendo
muchos materiales que nos llevaban a la conclusión
de que se podía producir una situación más crítica
que la de 1929, lo que nos llevó a estudiar la
crisis del 29, invitar a Galbraith[3] y a otros
economistas, y a estudiar las tesis, las ideas
fundamentales del sistema capitalista de producción
y preguntarnos incluso qué quedaba de aquel sistema,
si quedaba algo, si aún había libre competencia en
el mundo, si existía la libre empresa y todas esas "verdades"
que se consideran como dogmas divinos. Usted ha
utilizado otro nombre para calificar esa
globalización, creo que lo llamaba el "pensamiento
único",[4] otros han hablado del "fin de la historia".[5]
Sin embargo, yo tenía la convicción completa de que
era a la inversa y que había que resistir. Ésa es la
seguridad que tenía.
¿Usted se preguntaba qué quedaba del capitalismo? ¿Piensa
usted que la globalización está
destruyendo hasta el propio capitalismo?
Hoy no hay capitalismo, no hay competencia. Hoy lo
que hay es monopolio en todos los grandes sectores.
Hay algunas competencias entre varios países por
producir televisores, o computadoras, hasta
automóviles los ha puesto a producir el Banco
Mundial, pero el capitalismo no existe ya.
Quinientas empresas globales dominan hov el 80 por
ciento de la economía mundial. Los precios no son de
competencia, los precios a que se venden, por
ejemplo, los medicamentos contra el SIDA... Los
medicamentos constituyen uno de los más abusivos,
extravagantes y explotadores renglones del mundo; la
medicina que le venden a la gente vale en muchos
casos diez veces los costos de producción. La
publicidad casi determina lo que se vende y lo que
no se vende, quien no tenga mucho dinero no puede
hacer publicidad de ninguna clase para sus productos
aunque sean excelentes.
Después de la última matanza mundial en la década
del 40, se nos prometió un mundo de paz, reducir la
distancia entre ricos y pobres y que los más
desarrollados ayudarían a los menos desarrollados.
Todo resultó una enorme falsedad. Nos impusieron un
orden mundial que no se puede sostener ni se puede
soportar. El mundo es conducido hacia un callejón
sin salida.
Ya ninguna de aquellas categorías en las cuales
creíamos que se basaba el capitalismo existen; no
existe, por lo tanto, la teoría que enseñan los
Chicago Boys[6] a la gente. Y por otra parte la
teoría y la práctica del socialismo están por
desarrollar y por escribir.
Usted me dijo en otra ocasión, que ya no había "modelo"
en materia política y que nadie sabía muy bien
actualmente lo que el concepto de socialismo
significaba. Me contaba usted que en una reunión del
Foro de Sao Paulo que tuvo lugar en La Habana, y que
reúne a todas las izquierdas de America Latina, fue
necesario ponerse de acuerdo para no pronunciar la
palabra "socialismo" porque es una palabra que
"divide".
Mire, ¿qué es el marxismo?, ¿qué es el socialismo?
Eso no está bien definido. En primer lugar, la única
economía política que existe es la capitalista; pero
la capitalista de Adam Smith[7] Entonces andamos
haciendo socialismo muchas veces con aquellas
categorías adoptadas del capitalismo, lo cual es una
de las grandes preocupaciones que tenemos. Porque si
uno utiliza las categorías del capitalismo como
instrumento en la construcción del socialismo,
obliga a todas las empresas a competir unas contra
otras, surgen empresas ladronas, piratas que se
dedican a comprar aquí y a comprar allá. Habría que
hacer un estudio bien profundo. Una vez el Che tuvo
algunas polémicas acerca de las consecuencias del
uso del financiamiento presupuestario, frente al uso
del autofinanciamiento... [Véase el capítulo 11,
nota 4.][8] Él, como ministro, había estudiado la
organización de algunos grandes monopolios y
aquéllos utilizaban presupuestos. En la URSS se
empleaba otro método: el autofinanciamiento, y él
tiene razonamientos fuertes en torno a eso.[9]
Marx hizo sólo un ligero intento, en la
Crítica
al Programa de Gotha,[10]de
tratar de definir
cómo sería el socialismo, porque era un hombre
demasiado sabio, demasiado inteligente y realista
para imaginarse que se podría escribir una utopía de
cómo sería el socialismo. El problema fue la
interpretación de las doctrinas, y se han hecho
muchas. Por eso estuvieron divididos los
progresistas durante tanto tiempo, y las polémicas
entre anarquistas y socialistas, los problemas
después de la revolución bolchevique de 1917 entre
trotskistas y stalinistas, o, digamos, para los
partidarios de aquellas grandes polémicas que se
produjeron, la división ideológica entre dos grandes
dirigentes, de los cuales el más intelectual de los
dos era, sin duda, Trotski.
Stalin fue más un dirigente de orden práctico, como
conspirador, no fue un teórico, y a veces, después,
se quiso poner de teórico... Me acuerdo de unos
libritos que se repartían en que Stalin estaba
explicando qué quería decir el materialismo
dialéctico, y usaba el ejemplo del agua... Quisieron
convertir a Stalin en un teórico. Él era un
organizador, de grandes capacidades, creo que era un
revolucionario, no creo que haya estado al servicio
del zar nunca. Luego cometió los errores que todos
sabemos, la represión, las purgas y todo eso.
Lenin era el genio, murió relativamente joven, pero
habría podido... No siempre la teoría ayuda. En la
época de la construcción del Estado socialista,
Lenin aplicó desesperadamente, a partir de 1921, la
NEP, la Nueva Política Económica... Ya hablamos de
eso, y le dije que el mismo Che no simpatizaba con
la NEP.
A Lenin se le ocurrió una cosa verdaderamente
ingeniosa: construir el capitalismo bajo la
dictadura del proletariado. Acuérdese que las
grandes potencias lo que querían era destruir a la
revolución bolchevique, la atacó todo el mundo. No
se puede olvidar la historia de la destrucción que
hicieron en aquel país subdesarrollado; Rusia era el
país menos industrializado de Europa, y Lenin,
además, creía, siguiendo la línea de Marx, que no
podía haber revolución en un solo país y que la
revolución tenía que ser simultánea en todas partes,
a partir de un gran desarrollo de las fuerzas
productivas.
Por eso el gran dilema, después que establece esa
primera revolución, es si sigue o no. AI fracasar el
movimiento revolucionario en el resto de Europa, no
le quedó a Lenin más que una opción: construir el
socialismo en un solo país, Rusia. Imagínese la
construcción del socialismo en un país con un 80 por
ciento de analfabetos y en una situación en la que
tenían que combatir contra todos los que los
atacaron, y donde todos los intelectuales
principales, todos, los que tenían más conocimientos,
se fueron o los fusilaron. ¿Se da cuenta?
Fue una época bastante terrible, con intensos
debates.
Hubo tantas polémicas... Yo, por ejemplo, veo en la
Unión Soviética una pérdida colosal de tiempo en los
diez años que aplicaron la NEP sin intentar siquiera
cooperativizar poco a poco a los campesinos. Como la
producción individual dio el máximo de lo que podía
dar en aquellas condiciones, quisieron hacer una
colectivización forzosa. Fíjese que nosotros nunca...
En Cuba siempre hubo, en el campo, más de 100 mil
propietarios individuales. Lo primero que hicimos,
en 1959, fue darles la propiedad a todos los que
eran arrendatarios y precaristas.
¿Piensa que estamos actualmente en un momento de
gran confusión ideológica?
Sí. Hay en la ideología una confusión colosal. El
mundo en que vivimos es muy diferente del de antes.
Hay muchos problemas que los grandes pensadores
políticos y sociales no podían, a tan larga
distancia, prever, aunque sus conocimientos fueron
decisivos para convertirnos a nosotros en personas
con ideas revolucionarias.
La gente lucha contra el subdesarrollo, las
enfermedades, el analfabetismo, pero todavía lo que
se puede llamar la solución global de los problemas
de la humanidad no se ha hallado. Los problemas de
la humanidad no tienen solución sobre bases
nacionales porque la dominación hoy es sobre bases
globales: la llamada globalización neoliberal. La
OMC [Organización Mundial del Comercio], el Banco
Mundial, el Fondo Monetario Internacional,
establecen las reglas de una situación de
dominio-explotación de hecho, que puede ser
esclavista, feudal.
Y mucha gente está buscando como librarse de esa
dominación. Usted es testigo de cuánta gente ha ido
al Foro Social Mundial de Porto Alegre, o la que fue
al de Bombay en 2004. Y no se sabe cuántos artículos
sobre la globalización liberal he leído de su
revista.[11] También he leído los artículos de
publicaciones norteamericanas, las inglesas, yo leo
todas.
Aquí los compañeros durante muchos años escogían, de
revistas como la suya, de revistas de centro, de
revistas de derecha también, durante toda la semana,
los artículos fundamentales sobre los problemas
económicos. De modo que sí, podemos decir que los
problemas son muy difíciles que la gente los
entienda, porque, en la mayoría de los países, no
reciben una educación económica, no reciben una
educación histórica, no reciben una educación
política.
Sin embargo, ¿no tiene usted la impresión de que la
globalización liberal ha recibido algunos golpes
fuertes y ya es menos arrogante que hace unos años?
Sí, yo también tengo esa impresión, porque ha
ocurrido el caso de Argentina, la victoria en mayo
de 2003 de Néstor Kirchner y la derrota del símbolo
de la globalización neoliberal que se ha producido
allí, precisamente, en ese momento crítico, de
crisis económica internacional. Ya no es sólo una
crisis en eí sudeste asiático, como la de 1997, es
una crisis en el mundo, más la guerra de Irak, más
las consecuencias de una enorme deuda, más el
fatalismo de que el dinero escape,
Es mundial el problema, y por eso mundialmente
también se está formando una conciencia y por ello
será un día de gloria ese día en que otro mundo sea
por fin posible. Fíjese que ha tomado fuerza esa
frase que creo que usted mismo propuso: "Un mundo
mejor es posible". Pero cuando se haya alcanzado un
mundo mejor, que es posible, tenemos que seguir
repitiendo: un mundo mejor es posible, y volver a
repetir después: un mundo mejor es posible. Porque
siempre habrá que mejorarlo.
Yo creo en las ideas y creo en la conciencia, en los
conocimientos, en la cultura y especialmente en la
cultura política, tengo una fe ciega en eso.
Nosotros hemos dedicado muchos años a crear una
conciencia, y tenemos una gran fe, digamos, en la
educación y la cultura, sobre todo en la cultura
política. Vivimos en un mundo carente de cultura
política. Usted lo debe saber mejor que nadie,
porque ha luchado por sembrar cultura política sobre
problemas tan complicados como el Nuevo Orden
Económico, la globalización neoliberal.
Lo que se enseña, en casi todas las escuelas del
mundo, son dogmas; incluso aquí se enseñaron
dogmas.
¿Los dogmas le irritan?
Yo soy antidogma; ya le he hablado de eso en otro
momento. Y ahí sí le digo, ahí es donde está la fe
de nosotros, en la fuerza tremenda que tienen las
ideas, en lo que hemos aprendido en cuarenta y
tantos años acerca del valor de las ideas y de los
conocimientos. No obstante, hay peligros y nosotros
siempre tratamos de educar, cada vez más, a las
nuevas generaciones. Porque hoy el mundo globalizado
obliga a tener mayores conocimientos y a encontrar
soluciones globales.
¿Cuáles, por ejemplo?
Primero, para que la humanidad se preserve, porque
no está asegurada de sobrevivir. Es la parte que
conocemos de la historia, que es muy breve, en que
menos está asegurada la supervivencia de la especie.
La especie es bastante nueva, no tiene más de un
millón de años, o un poco más, en sus distintas
etapas de evolución.
Este hombre actual, con sus capacidades
intelectuales, puede ser que tenga unos cien mil
años. Se sabe que la evolución de la vida fue
obstaculizada por un meteorito —es doctrina aceptada
por todos—, que cayó en el istmo de Tehuantepec,
mató a no se sabe cuántas especies de dinosaurios,
las otras evolucionaron... Pero el hombre todavía no
está evolucionado.
Entonces hay un problema, y sé que usted se ha
interesado mucho por este problema, pero hay un
nuevo peligro para el mundo industrializado: una
población que tiene 6.400 millones de habitantes,
que crece casi 100 millones por año, 80 por lo menos;
tengo tres relojes que marcan más o menos lo que
crece a diario la población. Y valga que China hizo
esfuerzos heroicos para limitar su demografía; de lo
contrario ya estaríamos como en 6.700 millones de
habitantes en el planeta.
Todo el mundo sabe cuánto va a crecer, todo el mundo
sabe la relación que hay entre analfabetismo,
incultura y número de hijos en una familia. Todo el
mundo sabe eso y mil cosas más en este mundo real.
Hay una verdadera explosión demográfica donde no hay
desarrollo, donde hay deudas.
Y la globalización sigue ignorando esas realidades
explosivas. Las reglas del FM1 van a seguir
conduciendo al abismo a muchos países y a muchas
gentes porque esas reglas siguen con plena vigencia.
Aunque al liberalismo le gusta proteger los
intereses de las grandes empresas aun a costa de
fajarse con todo el mundo; le pone un impuesto a
cualquiera, hasta a Canadá un día le pusieron un
impuesto del 30 por ciento para la exportación de la
madera, afectando un mercado de siete mil millones
de dólares.
Pero es que hay además un amo del mundo... Al acero
importado, cuando quisieron reventar a unos cuantos
países, Estados Unidos le puso tremendo impuesto...
Pero a sus empresas chiquiticas, a ésas les hacían
todo tipo de concesiones. Nunca la política
económica norteamericana fue tan egoísta con
relación al resto del mundo y a sus aliados.
Por todo el mundo se están desarrollando
sentimientos nacionales fuertes. Y eso no es bueno;
ya es hora de que las preocupaciones no sólo sean
nacionales, sino mundiales. Ahora, el mundo tiene
que desarrollar sentimientos internacionalistas,
porque no seríamos internacionalistas, ni
poseeríamos una doctrina de solidaridad mundial si
empezamos a culpar a los pueblos. Es como culpar a
todo el pueblo alemán, y mire que apoyaron una causa
terrible...
La de Hitler y el nazismo.
Pero aquél había sido el pueblo que sufrió las
consecuencias del Tratado de Versalles de 1919, que
fue insoportable. Lo que le dio la mayoría a Hitler
fueron los puntos acordados en el Tratado de
Versalles, que llevaron a aquel pueblo a una
situación muy dura. Después de una derrota, después
de una guerra, aquel tratado los unió... Y votaron.
Sí, porque Hitler llegó al poder a través de unas
elecciones, no dio ningún golpe de Estado. Es verdad
que él, en 1923, había tratado de hacer un putsch
allí en Munich, una aventura de ésas, y hasta preso
estuvo un tiempo... Y llevó a su pueblo, a través de
una causa nacionalista, a una doctrina racista,
absurda y criminal. Estuve en Auschwitz, en 1972, y
es difícil imaginar los crímenes horribles que allí
se cometieron.
El crimen de los crímenes.
Durante miles de años la humanidad recordará el
Holocausto, esos crímenes de Auschwitz v de los
otros campos de exterminio, con horror y repugnancia...
Sin que nada sea comparable al horror de Auschwitz,
hoy la globalización favorece los grandes crímenes
que se cometen contra el medio ambiente que causan
daños tremendos, y que pueden tener consecuencias
nefastas para las generaciones futuras. ¿Es usted
sensible al problema de la protección del medio
ambiente?
Hace treinta años no se hablaba de lo que sabemos
hoy sobre eso. Estaban los del Club de Roma,[12] en el
que se reunían unos cuantos y hacían profecías y
hablaban de distintas cosas. Los criticaban, les
decían que eran "utópicos", catastro Pistas,
etcétera. Fueron los primeros. Yo creo que no tiene
mucho más de treinta años. La cuestión ecológica se
ha ido desarrollando verticalmente, a toda velocidad,
en el último cuarto de siglo. Y quizá el verdadero
drama está en la ignorancia sobre tales riesgos en
que hemos vivido durante tanto tiempo.
¿Usted piensa que no se sabía o que no se quería
saber porque había una confianza ciega en la ciencia
y en la técnica?
Mire, yo creo que la totalidad de las personas que,
25 años después de finalizada —en 1945— la Segunda
Guerra Mundial tenían uso de razón y sabían leer y
escribir, nunca escucharon una sola palabra sobre la
ciega marcha humana, inexorable y acelerada, hacia
la destrucción de las bases naturales de su propia
vida.
Ninguna otra de las miles de generaciones que
precedieron a la actual conoció tan amargo riesgo,
ni cayó sobre alguna de ellas tan enorme
responsabilidad.
Hace apenas treinta años, insisto, la humanidad no
tenía la menor conciencia de la gran tragedia.
Entonces se creía que el único peligro de
extinción estaba en la cifra colosal de armas
nucleares listas para ser disparadas en cuestión de
minutos. Hoy día, sin que amenazas de esa índole
hayan cesado en absoluto, un peligro adicional,
aterrador y dantesco, la acecha. Seguro que usted
mismo cuando estaba en la universidad no oyó hablar
de la capa de ozono y del cambio de clima. De eso se
habló muchos años después de haberse graduado. Son
muchos problemas nuevos.
Hoy se sabe que del petróleo, que fue una maravilla
de la naturaleza, y que tardó 300 millones de años
en formarse, la humanidad habrá liquidado las
reservas probadas y probables en sólo 150 años...
Ese desastre es tan grande como el mayor de los
desastres ecológicos, porque si de repente nos
quedamos sin energía se paran todos los automóviles
del mundo. Y todavía no existe el sustituto del
petróleo, que en un tiempo se creyó que era la
energía nuclear.
Aquellos mismos del Club de Roma hablaban de que
se necesitaban no sé cuántos miles de centrales
nucleares, y los territorios contaminados ya
aterrorizaban, pero ellos estimulaban lo nuclear.
Ustedes estuvieron un momento tentados por la
energía nuclear, y hasta empezaron la construcción
de una central en Cienfuegos creo, que luego
abandonaron.
Sí, ese proyecto se abandonó. No era una central
abierta y de grafito como la de Chernobil, sino
cubierta y de enfriamiento por agua, es decir, la
tecnología más usada y más segura del mundo. La
energía nuclear ha resuelto el problema de la
energía en algunos países como Francia, por su
tecnología, y porque le hizo un favor a los vecinos,
la puso allí, y cuando le sobra electricidad se la
vende barato a los demás europeos que no
construyeron centrales. Pero, sin duda, cuando el
precio del petróleo empezó a subir, que tampoco lo
preveía nadie, porque todo el mundo creía que el
petróleo era tan abundante como el mar Pacífico...
Entonces ese aumento de los precios tuvo una cosa
buena: obligó a desarrollar una tecnología más
sobria en consumo de energía, en fábricas, en
industrias, etcétera; utilizaban mejor la energía
automóviles, ómnibus, aviones, etcétera, para que
durara, digamos, tres o cuatro años más. Obligó a un
ahorro, y países como Francia y otros desarrollaron
su industria nuclear; eso permitió menor
contaminación de la que habría ocurrido si no se
hubieran puesto caros los precios del petróleo.
Francia pudo desarrollar su industria nuclear, pero
por ejemplo, Irán quiere hoy producir combustible
nuclear, y Washington no se lo permite, y se origina
una crisis mundial. ¿Qué opina usted de esta
situación que se ha creado con Irán?
Irán reclama su derecho a producir combustible
nuclear como cualquier nación entre las
industrializadas, y no ser obligada a destruir la
reserva de una materia prima, que sirve no sólo como
fuente energética, sino como fuente para producir
numerosos productos: fertilizantes, textiles, e
infinidad de materiales que hoy tienen un uso
universal. El imperio amenaza con atacarlo si Irán
produce ese combustible nuclear. Combustible nuclear
no son armas nucleares, no son bombas nucleares.
Prohibirle a un país producir el combustible del
futuro, es como prohibirle a alguien que explore en
busca de petróleo, que es combustible del presente y
llamado a agotarse. ¿A qué país en el mundo se le
prohíbe buscar combustible, carbón, gas, petróleo?
Con más de 70 millones de habitantes, Irán se
propone el desarrollo industrial v piensa con toda
razón que es un gran crimen comprometer sus reservas
de gas o de petróleo para alimentar el potencial de
miles de millones de kilowatios/hora que requiere;
con urgencia de país del Tercer Mundo, su desarrollo
industrial. El imperio quiere prohibirlo y está
amenazando con bombardear. Hoy [diciembre de 2005]
ya se debate en la esfera internacional qué día y
qué hora, o si será el imperio, o si utilizará —como
utilizó en Irak— al satélite israelí para el
bombardeo preventivo y sorpresivo sobre centros de
investigación que buscan obtener la tecnología de
producción del combustible nuclear. Y veremos qué
pasará si se les ocurre bombardear a Irán.
A ustedes los han acusado de estar ayudando con
tecnología a Irán.
Sí, nos acusaron —a nosotros nos acusan de todo— de
que estábamos colaborando con irán, transfiriendo
tecnología con aquel objetivo. Y lo que estamos
construyendo, en sociedad con Irán, es una fábrica
de productos anticancerígenos! Eso es lo que estamos
haciendo. Irán ha firmado el Tratado de No
Proliferación nuclear, como Cuba lo ha firmado.
Nosotros nunca nos hemos planteado la cuestión de la
fabricación de armas nucleares, porque no las
necesitamos. Aunque fueran técnicamente accesibles,
¿cuánto costaría producirlas? Y ¿de qué sirve
producir un arma nuclear frente a un enemigo que
tiene miles de armas nucleares? Sería entrar en el
juego de los enfrentamientos nucleares.
Nadie debe tener derecho a fabricar armas nucleares.
Y menos aún el derecho privilegiado que ha impuesto
el imperialismo para imponer su dominio hegemónico y
arrebatarles a los países del Tercer Mundo sus
recursos naturales y sus materias primas. Lo hemos
denunciado mil veces. Y defenderemos a rajatabla, en
todas las tribunas del mundo, sin ningún temor o
miedo, el derecho de los pueblos a producir
combustible nuclear. Debe acabarse en el mundo la
zoquetería, los abusos, el imperio de la fuerza y
del terror. Cada vez son más los pueblos que tienen
menos miedo, cada vez serán más los que se rebelen y
el imperio no podrá sostener el infame sistema que
aún sostiene. Un día Salvador Allende habló de "más
temprano que tarde", pues pienso que más temprano
que tarde ese imperio se desintegrará.
En cierta medida, esta crisis es una primera
consecuencia del agotamiento actual del petróleo y
de los cambios que eso está produciendo.
Si, porque un 80 por ciento del petróleo está
actualmente en manos de países del Tercer Mundo, ya
que los otros agotaron el suyo, entre ellos Estados
Unidos, que tuvo inmensas reservas de petróleo y
gas. Ya sólo le alcanza apenas para algunos años,
por lo cual trata de garantizar la posesión del
petróleo en cualquier parte del planeta y de
cualquier forma. Esa fuente energética, sin embargo,
como ya vimos, se está agotando, y a la vuelta de 25
ó 30 años solo quedará, para la producción masiva de
electricidad, —aparte de la solar, la eólica, la
biomasa, etcétera—, una fuente de energía
fundamental: la nuclear. Porque está todavía lejano
el día en que el hidrógeno, mediante procesos
tecnológicos muy incipientes, se convierta en fuente
más idónea de combustible, sin el cual no puede
vivir la humanidad. Una humanidad que ha adquirido
determinado nivel de desarrollo técnico. Éste es un
grave problema presente. Así anda este mundo.
Hay un montón de problemas ecológicos que ni
siquiera se conocen, las catástrofes avanzan de una
en una, v hay desastres mayores, como es el cáncer.
O el SIDA.
El SIDA no existía hace 25 años, y hoy hay cuarenta
millones de enfermos o contagiados por el virus VIH
del SIDA. Y los que poseen los mejores laboratorios
están dedicados a la terapéutica, no a la prevención,
no a las vacunas, porque un tratamiento —se conoce
muy bien— que se vende a 10 mil dólares por año y
cada año el enfermo tiene que repetido, produce más
beneficios. Sencillamente, produce mucho más
beneficio la medicina terapéutica que la medicina
preventiva. También apareció ahora el virus de la
neumonía atípica, el SRAG [síndrome respiratorio
agudo y grave], cuando nadie lo esperaba; o el de la
fiebre del Nilo, que vino del noreste de Estados
Unidos, evidentemente trasladada de algún otro lugar
del mundo; o el dengue famoso, tan mencionado, que
tiene cuatro formas diferentes de virus, y la
combinación de unos y otros da lugar a complicadas
enfermedades como el dengue hemorrágico... Y puede
surgir el virus de la gripe aviar y provocar una
pandemia temible, inédita. Todos esos problemas no
se conocían; hoy se tiene conciencia de que hay una
relación fuerte entre todos esos temas: economía,
industria, demografía, desarrollo, ecología...
En general los países del ex campo socialista —ya
hablamos de eso— se preocuparon poco por la cuestión
ecológica. ¿En Cuba existe esa preocupación?
La preocupación por lo ecológico nosotros la hemos
visto crecer; el cambio de clima lo hemos visto y
medido aquí; la subida del nivel del mar la hemos
visto y medido aquí, las contaminaciones las hemos
visto y medido aquí. Y de verdad que hay fiebre por
la ecología, los niños todos han sido educados en
eso. Se está educando a la gente, aquí hay programas
televisivos constantemente, v los niños son los
principales defensores del medio ambiente.
La humanidad en sólo cien años creció de
aproximadamente 1,500 millones a más de 6.300
millones de habitantes. Tendrá que depender por
entero de fuentes de energía que aún están por
investigar y desarrollar. La pobreza crece; viejas y
nuevas enfermedades amenazan con aniquilar naciones
enteras; la tierra se erosiona y pierde fertilidad;
el clima cambia, el aire, el agua potable y los
mares están cada vez más contaminados.
Se le arrebata autoridad, se obstruye y destruye la
Organización de Naciones Unidas; se disminuye la
ayuda al desarrollo; se exige al Tercer Mundo el
pago de una deuda de 2,5 millones de millones de
dólares que es absolutamente impagable en las
condiciones actuales; se gasta en cambio un millón
de millones de dólares anualmente en armas cada vez
más sofisticadas y letales. ¿Por qué?, y ¿para qué?
Una cifra similar se emplea en publicidad comercial,
sembrando ansias consumistas, imposibles de
satisfacer, en miles de millones de personas. ¿Por
qué?, y ¿para qué?
Nuestra especie, por primera vez, corre real peligro
de extinguirse por las locuras de los propios seres
humanos, víctimas de semejante "civilización". Hace
unos quince años, cuando casi ningún político
hablaba de eso, lo dije en un discurso ante la
Cumbre Ecológica que se efectuó en Río de Janeiro en
1992, convocada por las Naciones Unidas, y muchos
pensaron que exageraba y me tildaron de "catastrofista".
Dije entonces que una especie zoológica estaba en
peligro de desaparecer: el hombre. El tiempo me ha
dado la razón, desgraciadamente cada día con mayor
claridad.
¿Establece usted alguna relación entre la
globalización liberal y la aceleración de la
destrucción del medio ambiente?
Yo pienso que todo esfuerzo por preservar el medio
ambiente es incompatible con el atroz sistema
económico impuesto al mundo, esa despiadada
globalización neoliberal, con las imposiciones y
condicionamientos con que el FMI sacrifica la salud,
la educación y la seguridad social de miles de
millones de personas. Y con la forma cruel en que,
mediante la libre compraventa de divisas entre las
monedas fuertes y las débiles monedas del Tercer
Mundo, le arrebatan a éste sumas fabulosas cada
año.
Para decírselo en síntesis, yo creo que preservar el
medio ambiente es incompatible con la política de la
OMC, al parecer diseñada para que los países ricos
puedan invadir al mundo con sus mercancías sin
restricción alguna, y liquidar el desarrollo
industrial y agrícola de los países pobres, sin más
futuro que suministrar materias primas y mano de
obra barata; con el ALCA [Área de Libre Comercio de
las Americas] y otros acuerdos de libre comercio
entre los tiburones y las sardinas; con la
monstruosa deuda externa que en ocasiones consume
hasta el 50 por ciento de los presupuestos
nacionales, absolutamente impagable en las actuales
circunstancias; con el robo de cerebros, el
monopolio casi total de la propiedad intelectual y
el uso abusivo y desproporcionado de los recursos
naturales y energéticos del planeta.
La lista de injusticias sería interminable. El
abismo se profundiza, el saqueo es mayor...
Cuba no es una sociedad consumista, el consumo es
más bien austero, y algunas personas aquí mismo lo
lamentan. ¿Usted qué les diría a los que se quejan
de no disponer de los productos de las sociedades
capitalistas de consumo?
Mire, yo les diría que la sociedad de consumo es uno
de los más tenebrosos inventos del capitalismo
desarrollado y hoy en la fase de globalización
neoliberal. Es nefasto, porque trato de imaginarme a
1.300 millones de chinos con el nivel de automóviles
que tiene Estados Unidos. No puedo imaginarme a la
India, con mil millones de habitantes, viviendo en
una sociedad de consumo; no puedo imaginarme a los
520 millones de personas que viven en el África
subsahariana, que no tienen ni electricidad y en
algunos lugares más del 80 por ciento no sabe leer
ni escribir, en una sociedad de consumo.
Bajo un orden económico diabólico y caótico, las
sociedades de consumo en cinco o seis décadas habrán
agotado las reservas probadas y probables de
combustibles fósiles... No existe siquiera una idea
coherente y clara sobre la energía que, dentro de
cincuenta años, moverá los miles de millones de
vehículos motorizados que inundan ciudades y
carreteras de los países ricos, e incluso de muchos
del Tercer Mundo. Es la expresión de un modo de vida
y de consumo absolutamente irracional, que no podrá
servir jamás como modelo a los diez mil millones de
personas que se supone habitarán el planeta cuando
ía era fatal del petróleo haya concluido.
Tal orden económico y tales modelos de consumo son
incompatibles con los recursos esenciales limitados
y no renovables del planeta y con las leyes que
rigen la naturaleza y la vida. Chocan también con
los más elementales principios éticos, la cultura y
los valores morales creados por el hombre.
Pero el ciudadano también necesita bienes materiales,
¿no cree usted?
Por supuesto. No disminuyo, ni mucho menos, la
importancia de las necesidades materiales, siempre
hay que colocarlas en primer lugar, porque para
poder estudiar, para adquirir otra calidad de vida
hay que satisfacer determinadas necesidades que son
físicas, que son materiales; pero la calidad de vida
está en los conocimientos, en la cultura. Los
valores sí constituyen la verdadera calidad de vida,
la suprema calidad de vida, aun por encima de
alimento, techo y ropa.
Sigue usted siendo un incorregible soñador.
Los soñadores no existen. Se lo dice un soñador que
ha tenido el privilegio de ver realidades que no fue
ni siquiera capaz de soñar.
¿Hay que desesperar del ser humano? ¿O aún podemos
conservar un poco de esperanza en su capacidad de
detener la carrera hacia el abismo?
Bueno, hoy sabemos lo que ocurre. Desde mi punto de
vista, no hay tarea más urgente que crear una
conciencia universal, llevar el problema a la masa
de miles de millones de hombres y mujeres de todas
las edades, incluidos los niños, que pueblan el
planeta. Las condiciones objetivas y los
sufrimientos que padece la inmensa mayoría de ellos
crean las condiciones subjetivas para la tarea de
concientización. Todo está asociado: analfabetismo,
desempleo, pobreza, hambre, enfermedades, falta de
agua potable, de viviendas, de electricidad;
desertificación, cambio de clima, desaparición de
los bosques, inundaciones, sequías, erosión de los
suelos, biodegradación, plagas y demás tragedias que
usted conoce bien.
¿Qué resultados hemos alcanzado desde la Cumbre de
Río en 1992? Casi ninguno. Al contrario. Mientras el
Protocolo de Kyoto naufraga víctima de un arrogante
boicot, las emisiones de dióxido de carbono, lejos
de disminuir, han aumentado un 9 por ciento, y en el
país más contaminador —los Estados Unidos— ¡en un 18
por ciento! Los mares y ríos están hoy más
envenenados que en 1992; 15 millones de hectáreas de
bosques son devastados cada año, casi cuatro veces
la superficie de Suiza...
La sociedad humana ha cometido colosales errores y
aún los sigue cometiendo, pero yo estoy
profundamente convencido de que el ser humano es
capaz de concebir las más nobles ideas, albergar los
más generosos sentimientos y, superando los
poderosos instintos que la naturaleza le impuso, es
capaz de dar la vida por lo que siente y lo que
piensa. Así lo ha demostrado muchas veces a lo largo
de la historia.
¿En Cuba, ustedes han tomado algunas iniciativas que
usted pudiera citar para ayudar a preservar el medio
ambiente?
Mire, nuestro país, bloqueado durante más de cuatro
décadas, al derrumbarse el campo socialista y verse
obligado a enfrentar una situación sumamente difícil,
pudo, por ejemplo, producir y está produciendo, en
espacios disponibles dentro de las ciudades, más de
3 millones de toneladas de vegetales al año en
cultivos orgánicos, con empleo de pajas y desechos
agrícolas, utilizando riego por goteo o microjet,
con un gasto mínimo de agua, dando empleo
adicionalmente a unos 300 mil ciudadanos y sin
emitir un gramo de dióxido de carbono a la
atmósfera.
Cuba produce tabaco, y hoy muchas asociaciones de
consumidores denuncian que el tabaco produce cáncer.
Usted mismo fue un famoso fumador de puros pero ha
dejado de fumar. ¿Cómo ve este problema?
Bueno, es conocido que nosotros somos históricamente
productores de tabaco, y no podemos renunciar a él,
y mucho menos bloqueados. Pero cuando le regalamos
una caja de puros a un amigo le decimos: "Con ella,
si fumas, puedes fumar; si algún amigo fuma, le
puedes brindar, pero lo mejor que puedes hacer con
esa caja es regalársela a tu enemigo."
Cuba es productora y exportadora de tabaco y, sin
embargo, hace campaña contra el hábito de fumar.
Cuba es productora de ron de cierta calidad, y no lo
recomiendo, pero si alguien puede probarlo... A las
mujeres embarazadas lo que les recomiendo es que no
lo consuman, que no consuman alcohol ni tabaco. Lo
sabemos porque sabemos el daño que el alcohol y el
tabaco producen en una mujer gestante.
Ustedes apuestan por lo que llaman la "batalla de
ideas". ¿Qué entiende usted por "batalla de ideas"?
La batalla de ideas es lo que nosotros estamos
haciendo. Hay cosas nuevas, pero muy nuevas; hay
cosas que yo las podría calificar, sin preocupación,
de extraordinarias. Hemos aprendido mucho, mucho;
pero, sobre todo, eso ha venido a culminar —y ha
sido un privilegio— en los últimos años.
Ustedes contribuyeron también, porque su libro sobre
la cuestión de la invasión cultural[13] y los datos
que dio acerca del monopolio transnacional de los
principales medios de comunicación, nosotros lo
estudiamos, lo discutimos y lo planteamos en un
congreso de cultura. Antes de la batalla de ideas,
la primera batalla en la que entramos fue: ¿cómo se
salva la cultura del país? Y los intelectuales
recuerdan una frase que yo dije cuando el período
especial en que todo estaba en peligro, una frase,
de la forma más natural del mundo: "Hay que salvar
la cultura".
Tuvimos un congreso de la UNEAC [Unión de Escritores
y Artistas de Cuba] unos cuantos meses antes, y ese
congreso se prolongó muchos días, y ya estábamos
hablando de la "invasión cultural" y allí había
datos que estaban en ese libro suyo que después
nosotros editamos.[14] Pero también los periodistas
hicieron otro congreso, y después esos debates se
repetían casi cada seis meses. Tomamos conciencia.
Usted mismo ha puesto en evidencia muchos de estos
problemas de la famosa globalización neoliberal. ¿Desde
cuándo han tomado conciencia de ese problema los
sectores intelectuales, los estudiosos, y los
economistas del mundo? Yo pienso —porque soy
optimista— que este mundo puede salvarse, a pesar de
los errores cometidos, a pesar de los poderíos
inmensos y unilaterales que se han creado, porque
creo en la preeminencia de las ideas sobre la
fuerza.
Son las ideas las que iluminan al mundo, y cuando
hablo de ideas sólo concibo ideas justas, las que
pueden traer la paz al mundo y las que pueden poner
solución a los graves peligros de guerra, o las que
pueden poner solución a la violencia. Por eso
hablamos de la "batalla de ideas".
Ustedes apuestan por lo que podríamos llamar una "educación
global", un aumento general del nivel de
conocimientos, de educación y de cultura de todos
los ciudadanos. Una socialización del saber. Del
saber como bien común. ¿No es así?
Nosotros tardamos en descubrir lo siguiente: Uno
piensa que el dinero es lo decisivo. Error. El nivel
de conocimientos y de educación que tienen las
clases es lo decisivo. Muchas personas que tenían
alto conocimiento y educación se fueron para Miami,
y la Revolución ha graduado alrededor de 800 mil
profesionales e intelectuales.
¿Y qué hemos descubierto, con dolor? Que aquéllos
que tienen más conocimientos y más cultura en el
seno del núcleo familiar, van a las mejores escuelas
porque se entra en esas escuelas por expediente, y
obtienen las mejores posiciones y los mejores
cargos. Y tiende así a perpetuarse el sector que
produce a los dirigentes y todos los principales
cuadros. Mientras que los pobres, cuyo núcleo
familiar tenía poca educación, tienden también a
perpetuarse, hijos de obreros, hijos de negros...
Fíjese que no estoy hablando de una diferencia de
clases desde el punto de vista económico; el
problema de la construcción de una sociedad nueva es
mucho más difícil de lo que pueda parecer, porque
son muchas cosas que se van descubriendo por el
camino.
Entonces, para responder a eso, en la sociedad
socialista nuestra, al cabo de un montón de años, y
cuando ya no había analfabetos, donde todo el mundo
tenía un mínimo de noveno grado, tú te encontrabas
que un sector, digamos privilegiado, tendía a
perpetuarse, y otro sector, más marginalizado,
también tendía a perpetuarse.
Nosotros, después de 1959, cambiamos todo el sistema
de educación, ya no hay analfabetismo, ya no hay
niño sin escuela, pero está todo el sistema escolar,
la universidad, a donde se llega por expediente y
por exámenes, por selección; y ahí, todo un sector
social tiene todas las ventajas sobre otro sector
donde se encuentran los negros, los más pobres, o
los blancos más pobres. El nivel de escolaridad de
los padres, aun cuando se haya hecho una Revolución,
sigue influyendo tremendamente en el destino
ulterior de los niños. Y tú ves que los niños cuyos
padres vienen de los sectores más humildes, o con
menos conocimientos, no sacan las notas necesarias
para acceder a las mejores escuelas. Y eso tiende a
perpetuarse a lo largo de decenas de años. Y, si se
dejan las cosas como están, se puede predecir que
los hijos de esas personas nunca serán directores de
empresas, gerentes, u ocuparán posiciones
importantes porque hoy nada puede ser dirigido sin
un nivel universitario. Los esperan, en primer lugar,
las prisiones.
¿Y cómo cambiar ese determinismo social?
Para tratar de corregir eso, nosotros estamos
haciendo ahora una verdadera revolución. Estamos
revirtiendo todo eso. Y no es quitándoles
oportunidad a los que acceden a las mejores escuelas,
que son también revolucionarios. Estamos extendiendo
la facultad universitaria a todo el país, estamos
tomando a todos aquellos muchachos de 17 a 30 años
que tenían noveno grado y no estudiaban ni
trabajaban por distintas causas, y les damos un
estipendio económico, y los ponemos a estudiar.
Fíjese, esto empezó en septiembre del año 2001, y en
septiembre de 2005 más de 45 mil estudiantes de ésos
ingresaron en las universidades. Van a ser los más
revolucionarios, esto es para ellos una segunda
oportunidad en la vida, porque ¿sabe qué les
tocaba?
No, ¿cuál hubiera sido su destino?
Ya le dije: las prisiones. Fuimos a ver, pedí que
investigaran la situación de todos los presos entre
20 v 30 años, las causas por las cuales estaban
presos, etcétera, persona por persona. Y descubrimos,
es increíble, que solo el 2 por ciento de los presos
por algún delito son hijos de profesionales o de
intelectuales. Te vas a las mejores escuelas y allí,
a la inversa, la inmensa mayoría son hijos de
profesionales, y muy pocos hijos de alguien de estos
barrios pobres y de obreros. Bueno, ya le di todos
esos datos.
Ahora estamos revolucionando eso. De los 12 mil
estudiantes de las escuelas de instructores de arte,
están todos por encima de la composición social, y
no solo en danza, que puede una etnia tener más
facilidad para esa actividad: en teatro, en música,
en pintura, y en danza. Y eso me ha dado una gran
satisfacción. Estos que no estudiaban ni trabajaban,
ahora en todas estas escuelas empiezan 75 mil
estudiantes más. Estamos extendiéndolo, porque si ya
tenemos las escuelas, la televisión, las
computadoras, no hay que hacer una escuela nueva, lo
que necesita es el profesor de geografía o de
matemática de primer año, segundo, etcétera, y hoy
buscamos el mejor profesor, filmamos una clase con
él, y hacemos cincuenta mil o cien mil casetes.
La mejor clase la da el que más sabe, y el que mejor
enseña, porque ya tú tienes todas esas condiciones.
En las escuelas están los laboratorios de
computación, de medios audiovisuales, y a estudiar
computación, a estudiar idiomas. Eso ha dado
excelentes resultados...
¿Hay que "racionalizar" a alguien porque se reduce
la plantilla en tal o tal actividad? Páguele el
salario y póngalo a estudiar. En las condiciones
nuestras, cuesta más algo que se esté produciendo de
manera ineficiente, como la caña de azúcar, que lo
que usted necesita para darle el ciento por ciento
del salario al trabajador que estaba en esa
actividad.
¿Cuántos estudiantes hay en Cuba?
En la actualidad hay más de 500 mil estudiantes en
nuestras universidades, de todas las ramas de la
ciencia, y que son calificables y recalificables,
pueden pasar de una a otra actividad y serán capaces
de muchas cosas. Entre los estudiantes, más de 90
mil eran jóvenes que no poseían matrícula ni empleo,
muchos de ellos de extracción humilde, que hoy están
teniendo excelentes resultados en los estudios
universitarios. Existen ya 958 sedes universitarias.
Hay 169 sedes universitarias municipales, del
Ministerio de Educación Superior; hay 84 sedes
universitarias en bateyes azucareros; 18 sedes en
prisiones, sedes de estudio superior que tienen
centenares de matriculados en licenciatura de
estudios socioculturales.
Eso es nuevo: sedes universitarias en las prisiones.
Existen, por otro lado, 1 69 sedes universitarias
municipales de salud pública, 1.352 sedes en
policlínicos, unidades de salud y bancos de sangre,
en los que se estudian distintas licenciaturas
asociadas a la salud pública. Y hay casi 100 mil
profesores entre titulares y adjuntos. Muchas
personas que estaban en el aparato burocrático de
los centrales azucareros y en otros lugares hoy
están dando clases, son profesores adjuntos. Entre
los dos, estudiantes y profesores —y no hablo de
otros trabajadores de las universidades—, suman
alrededor de 600 mil.
(Tomado del libro
"Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio
Ramonet", editado por Oficina de
Publicaciones del Consejo de Estado, Tercera edición, La Habana,
2006, páginas 439-460)
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