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       Nabil Khalil PhD Sitio Web - Versión en Español

 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 Cien Horas Con Fidel-Capítulo 21-Arresto de disidentes en marzo de 2003.

 
 
 
 

 

ARRESTO DE DISIDENTES
EN MARZO DE 2003

 

JAMES CASON EN LA HABANA – REUNIONES EN LA OFICINA DE
INTERESES
DE ESTADOS UNIDOS – ¿UNA GUERRA CONTRA CUBA? –
EL CASO RAÚL RIVERO – EL ASUNTO VALLADARES –
LA PENA CAPITAL

 

 

Prolongando el tema anterior, quisiera evocar los arrestos de varias decenas de disidentes en marzo de 2003 y las ejecuciones de tres secuestradores de un barco en abril de ese mismo año. Yo leí la declaración y la conferencia de prensa de Felipe Pérez Roque,[1] la intervención de usted el 25 de abril, y también su discurso del Primero de Mayo; por consiguiente, globalmente, conozco las explicaciones de ustedes sobre esos acontecimientos. 

La pregunta es: ¿por qué se decide arrestar a los disidentes en ese momento? Es decir antes de los secuestros del barco, y antes del inicio de la guerra de Irak. ¿Qué es lo que motiva a las autoridades cubanas a detenerlos en ese preciso momento? Los primeros arrestos son el 15 de marzo creo. 

Exactamente. En estos hechos tiene una importancia decisiva la llegada de un nuevo jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos,[2] [3] James Cason. Ya el hombre había sido anunciado desde septiembre del año 2002, incluso había realizado algunas visitas previas explorando el terreno. 

Era un hombre de Otto Reich, se habían conocido en los tiempos aquellos de la guerra sucia contra Nicaragua, desempeñaba un cargo en uno de los países, no sé si Honduras o El Salvador, en la misma área donde estaba la dirección de toda esa guerra sucia. Había allí una serie de personajes, pero entre esos personajes estaba Otto Reich dirigiendo las operaciones. Una de las tareas de Otto Reich era redactar proclamas y manifiestos a nombre de los grupos organizados por ellos y que llevaban a cabo la guerra sucia. En la parte publicitaria, para todas las declaraciones que hacían, tenía un papel, entre otros, que le correspondía a Otto Reich, redactaba manifiestos en cualquier lugar a nombre de todos aquellos supuestos jefes contrarrevolucionarios y los lanzaba a la publicidad. 

Esto, desde luego, el escándalo aquel del "Iran-Contra", los procedimientos y la mala fama, dieron lugar a que en el 2003 el Senado de Estados Unidos, aun con una mayoría republicana, no quisiera apoyar a Otto Reich, y así estuvo sin ocupar el cargo de Subsecretario de Estado para Asuntos de América Latina durante mucho tiempo, hasta que en un momento de receso del Congreso...[4] El Senado se oponía a designar a Otto Reich, no pudo el presidente Bush de Estados Unidos elegirlo a través de los mecanismos normales, y lo que hizo fue que, en un momento de receso, lo nombra en ese cargo de Subsecretario para atender a América Latina. [5]

Luego lo nombraron consejero del Presidente Bush, especialmente para la isla de Cuba, un puesto que no requiere ratificación del Congreso; ya no es Subsecretario de Estado. Reich debía mantener una provisionalidad en espera de que lo ratificaran. Entonces este hombre que envían, James Cason, como jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, es un hombre de él. Sustituye a la señora Vicki Huddleston, que fue muy hostil con nosotros, como se correspondía con la política que sigue el gobierno de Estados Unidos; estaba allí desde antes, incluso, de la toma de posesión de Bush, pero no era una enviada precisamente a desempeñar una misión. Cason ya viene designado. Se sabía que vendría un sustituto; nos imaginábamos que ese sustituto sería más o menos similar a la persona que estaba, con la misma política hostil. Pero no, a Cason lo eligieron especialmente, lo eligió Otto Reich y le dan todas las instrucciones. 

¿Cuándo llega el señor Cason a La Habana? 

Él viene en septiembre del 2002, hace algunos viajes de exploración; se caracteriza por una serie de declaraciones previas, antes de asumir, en noviembre, como jefe de la Oficina de Intereses. Lo han nombrado, hay que distinguir el momento en que lo nombran, que es el 10 de septiembre, y el momento en que toma posesión. Él hace visitas previas, estudiando todo. Viene con un plan concebido, muy provocador. En los primeros tiempos se dedicó a recorrer eí país, hacer contactos. 

Nosotros estábamos enfrascados en una serie de actividades, como siempre; ese final del año 2002 y principios del 2003, además de las muchísimas actividades que desempeñamos internamente, estaban los problemas internacionales complicándose cada día más. Había unas actividades a fines del año anterior, cuando tuve que hacer unos viajes, sobre todo, a finales de noviembre de 2002, a Quito, donde se inauguraba la Capilla del Hombre, de Guavasamín,[6] donde fueron distintos dirigentes, y conversé con ellos. Fue un viaje breve, pero muy intenso. Después, en diciembre, tengo unos días en que por primera vez no puedo asistir a la Asamblea Nacional, porque tenía el problema de una lesión en una pierna... 

Sí, me acuerdo, a causa de unos mosquitos, al parecer. 

Posiblemente, porque es que no fue un golpe; pero sí que parece que con la uña me hice una lesión y se me produjo un comienzo de linfangitis, que eso no tiene más remedio que el reposo. Te puedes comunicar por mensajes. No puedo ir a la reunión de la Asamblea Nacional de diciembre, fue el periodo previo a las elecciones. Las elecciones fueron el 19 de enero. 

Estaba todo eso; pero antes de llegar ahí hago un esfuerzo especial de reposo para estar en condiciones de participar en la toma de posesión de Lula en Brasil, el primero de enero del 2003, y por eso no pude estar en la Asamblea Nacional. Viajé allí, a Brasil, estuve el mínimo de tiempo, tres días. Después, creo que fue a principios de enero, tuve la visita del que estaba de Presidente de Ecuador, Gustavo Noboa, tuve que atenderlo, y salgo también para Quito, para la toma de posesión de Lucio Gutiérrez el 19 de enero. Se producen las elecciones y después de las elecciones vienen la sesiones de la Asamblea Nacional viene la reunión en que se elige al Consejo de Estado v se elige al Presidente del Consejo de Estado, que se elige por el voto de toda la Asamblea. [7]

¿Todas esas actividades hacen que usted no preste demasiada atención a lo que hace el señor Cason aquí? 

Tengo tal cantidad de tareas en esos días, que es probable que no esté ni muy informado. Tal vez me deben haber llegado algunos informes habituales, pero uno selecciona. 

Yo no me percato en realidad de lo que está haciendo y en qué está trabajando. Bueno, como estamos tan habituados, casi no se le había prestado la mayor atención a esta actividad de organización de grupos y de promover actividades contra la Revolución. Sí se había comportado de una forma anómala haciendo declaraciones allá antes de tomar posesión, y después de tomar posesión iba y venía, en contacto allá, en la Florida, con la gente de la mafia extremista, terrorista, que fueron los que desempeñaron el papel decisivo en la elección de Bush. 

Eran cosas serias, un poquito más allá de las normales, sus declaraciones, pero no extraordinarias. En esas actividades, llega el 24 de febrero del 2003, que es un día de festividad patriótica en Cuba, pues se conmemora el inicio de la última guerra de independencia contra España en el año 1895. En esa fecha, Cason convoca una multitud. 

¿En la Oficina de Intereses? 

No, en un apartamento... En casa de una de las cabecillas más activas. Va allí, allí es donde reúne... Digo una multitud..., vaya, algunas decenas, unas 20 ó 30 personas, no recuerdo ahora el número exacto, en una fiesta. Eso se correspondía con el pretexto de la fecha, invita a los amigos. 

¿Qué importancia tenía esa reunión? 

La importancia de esa reunión fueron las declaraciones. Él hace allí, el 24 de febrero, unas declaraciones bien insolentes y bien ofensivas de carácter público. Cason está hablando, además, de un programa de 6 mil millas de recorrido por el país. No acudió ningún otro diplomático, fue él solo, y al preguntarle si él no tenía miedo de estar allí, dijo horrores, incluso ofensas de tipo personal, ataques personales, insultantes, realmente intolerables. 

¿Contra usted? 

Sí. Yo estoy en tantas cosas y en tantos programas, que ya a eso ni le presto mucha atención. Pero unos días después, el 6 de marzo, tenemos la reunión en la Asamblea Nacional y entonces me entero de esas declaraciones. 

Transcurren los días entre el 24 y el 6 y yo no he hablado en público, pero ya he leído todas sus declaraciones, las de aquí, y las de Miami,[8] porque éí iba y venía, una cosa abierta, provocadora. Era evidente. No sé si él está loco y creía que eso se podía permitir o, deliberadamente, como piensan muchos, lo que él quería era crear un conflicto. Todo esto preocupaba mucho a nuestros amigos en Estados Unidos y en todas partes, que decían que no nos dejáramos provocar. 

¿Porque podía ser una trampa? 

Pero, bueno, en qué dilema lo ponen a uno, un hombre que empieza a recorrer toda la isla, estaba organizando, incluso... El pretexto era el monitoreo de la gente que los norteamericanos capturan en el mar y que envían aquí de regreso. No a todos, sino a una parte, porque no cumplen, nunca han cumplido el acuerdo migratorio del que le hablé, realmente siempre se quedan con algunos. Un número de los que en el mar podían capturar los devolvían. Pero esta gente, muchas veces, en el mar y sabiéndose apoyados por los grupos de Miami, ni obedecían las órdenes. Y buscaron conflictos con los propios guardacostas norteamericanos, que eran acusados por el lobby anticubano de Miami como "perseguidores de patriotas cubanos". Ya le expliqué que la mayoría de los que se marchaban no tenía nada que ver con la política, porque los que se querían marchar por razones políticas, era gente que recibían una visa, según el acuerdo migratorio, 

El sentido de la pregunta que yo le hacía al principio es el siguiente, independientemente de la respuesta técnica: en ese momento el mundo está en vísperas de la guerra de Irak... 

Bueno, no estaba tan cerca todavía. La guerra de Irak empieza el 19 de marzo y las cosas más provocadoras de Cason se producen el 24 de febrero. 

Le explico. Él hace una declaración. Bueno, aquello era ya intolerable. Otros diplomáticos recibieron invitación para aquella reunión del 24 de febrero y no fueron. Cason da ahí una entrevista de prensa. Cuando le pregunta el periodista si su presencia no confirma la acusación del gobierno cubano, Cason dice: "No, porque yo creo que han invitado a todo el Cuerpo Diplomático, y nosotros como país siempre apoyamos la democracia", etcétera, etcétera, "y yo estoy aquí invitado", entonces dice: "No tengo miedo." 

Respondió escuetamente otra pregunta, pero de forma grosera... Añadió en perfecto español: "Infelizmente el gobierno cubano sí tiene miedo: miedo a la libertad de conciencia, a la libertad de expresión, miedo a los derechos humanos; los grupos están demostrando que hay cubanos que no tienen miedo, etcétera, etcétera", toda una arenga. Y el señor Cason finalizó la declaración: "Estoy como invitado y voy a ir a todo el país visitando a todas las personas que sí quieren libertad y justicia." 

Bueno, yo no sé qué habrían hecho los franceses o los europeos si alguien hace declaraciones de este tipo. Cualquier ciudadano comprende que se trata de una provocación ya... Fíjese que se va creando esta crisis con independencia total de los acontecimientos internacionales. 

Y la crisis con la Unión Europea, ¿tiene algo que ver con algún problema internacional, o tiene que ver con una decisión que se toma? Nosotros tenemos muchas cosas que hacer, grandes actividades, no estamos interesados en andar creando problemas. Pero, ¿le podemos permitir a la Unión Europea que haga esa declaración?,[9] ¿después de la guerra de Irak?, y cuando estamos en una lista de "países terroristas" y, por lo tanto, debemos ocupar los primeros lugares entre los "60 o más" de los que habla el señor Bush, que pueden ser atacados de forma preventiva y sorpresiva. ¿Se nos puede reprochar que nosotros veamos en eso un gran peligro? ¿Tenemos ahora que ponernos a discutir diplomáticamente con la Unión Europea? A nosotros nos basta que se haya hecho una felonía semejante para responder como hay que responder. Los que no responden, los que no luchan, los que no combaten, esos están perdidos de antemano, y en nosotros nunca encontrarán ese tipo de gente. 

Con Cason pasó igual. Eso nunca lo hizo ningún funcionario de ninguna Embajada, y lo hace éste en la casa de una cabecilla contrarrevolucionaria, y reunido con un grupo allí, celebrando una fecha de la Independencia; porque si hay un pueblo que ha defendido su independencia es éste, pero quieren anexar a Cuba a Estados Unidos, convertir esto en un apéndice de la Florida. Si hay muchos países, hasta grandes, que están convertidos en apéndice de Estados Unidos, dígame usted ¿en qué se convertiría Cuba si gente como ésta, asociada a bandidos como los que dirigen a este señor, Otto Reich y compañía, y la extrema derecha de Estados Unidos, pudieran manejarla? ¿Qué seria de Cuba? Ahora, ¿cómo este grupo de vendepatrias pueden estar celebrando el día de la Independencia de la patria? 

Entonces yo digo: "Resulta tan extraño, que cualquiera tendría derecho a preguntarse qué cantidad de bebida se consumió en ese 'patriótico' acto." Y digo —y esa es la ironía—: "Como Cuba realmente tiene muchísimo miedo, se tomará toda la calma necesaria para decidir la conducta a seguir con este extraño funcionario. Tal vez los numerosos miembros de la Inteligencia norteamericana que trabajan en esa Oficina de Intereses le expliquen que Cuba puede prescindir tranquilamente de tal oficina, incubadora de contrarrevolucionarios y puesto de mando de las acciones subversivas más groseras contra nuestro país. Los funcionarios suizos que los representaron largo tiempo realizaron durante años un excelente trabajo y no hacían labores de espionaje ni organizaban la subversión." Entonces decía: Bueno, que vengan los suizos y los representen de nuevo. 

"Si eso es realmente lo que desean provocar con tan insolentes declaraciones, es mejor que tengan la vergüenza y el valor de decirlo. Algún día, no importa cuándo, el propio pueblo de Estados Unidos enviará a un verdadero embajador..." Eso es lo que yo digo el 6 de marzo, cuando se confirma que nuestros cinco héroes[[10], detenidos en Estados Unidos, habían sido transferidos a unidades especiales. Toman duras medidas contra ellos, algo muy sensible aquí, pues los cinco son ídolos populares, han sido designados "Héroes de la República", y allí los encierran en el "Hueco",[11] por nada, por gusto, por venganza, hostilidad, ofensa. Se crea una bronca porque los han metido en un sepulcro, de manera cruel, despiadada. Al otro día se confirma que están metidos allí. Nosotros diciendo los discursos, y ellos están haciendo eso. 

El 10 de marzo, el M1NREX entrega una nota diplomática al Jefe de la Oficina. Usted la tiene. 

La tengo, y la he leído. 

Usted la tiene, bien. Pero lo que importa es lo que viene después. A este señor Cason, que dice que va a recorrer toda la isla, le indicamos dos cosas: primero, el monitoreo de los balseros devueltos no está en los acuerdos migratorios, es un gesto que hemos tenido con ellos, y no hay un solo caso, en diez años, de violación por parte nuestra de esos acuerdos. 

¿Esos acuerdos indican que los balseros devueltos por las autoridades norteamericanos regresan a su vida normal, a su trabajo? 

Sí. Y a veces no es fácil, algunas veces hemos tenido que poner a estos balseros en otro trabajo, porque los que trabajaban con ellos se niegan a que tomen de nuevo tranquilamente su trabajo. En el caso, por ejemplo, de alguna universidad, de alguno que trabajaba allí, usted no va a ocupar una universidad, no va a entrar en guerra con la gente para que acepte al balsero devuelto, y se le puede buscar un trabajo más o menos similar. Ya Cason, realmente, recorría la isla, porque los balseros se han organizado en una organización de ex balseros. 

¿Hay una organización de ex balseros? 

Son balseros devueltos que están aquí, con los cuales Cason se reúne, ya casi los organiza; organiza grupos con los propios balseros, a título de monitoreo. No es una obligación, fue una gentileza nuestra, igual que con un gran número de balseros que tenían en Guantánamo, cuando la crisis de 1994, más de diez mil tenían allí, estaban "empachados". Les ofrecimos que utilizaran una parte de las veinte mil visas para que los fueran sacando. Ellos después dieron un número un poquito mayor, pero aquí no estábamos discutiendo si visas más o visas menos; hasta eso hicimos. Pero ellos no tenían derecho a monitorear. Se lo dijimos, que eso no estaba en los acuerdos. 

Y, segundo, les dijimos además que los diplomáticos norteamericanos no podían viajar. Restringidos. Ellos antes tenían la obligación de avisar que viajaban para esto o para cualquier cosa, avisarnos 72 horas antes. También era una obligación para nuestros diplomáticos allí en Washington, pero ésta es una islita chiquita, aquél es un país inmenso, ellos tienen aquí en su Oficina de Intereses con diez veces más gente que nosotros allá. A veces, lo que ellos pueden hacer con ese derecho... En esto no puede haber reciprocidad ninguna. No se puede comparar. El número de gente nuestra allá con el tamaño de aquel país, y el número de gente que ellos tienen aquí con el tamaño de este país... Para visitar no basta informar, tienen que solicitar permiso con 72 horas de anterioridad, y, desde luego, al caballero no le íbamos a dar permiso. 

Ellos lo aplicaron también allá, pero, bueno, no era comparable la situación. ¿Qué hacemos? Se les informa que no pueden viajar. Entonces Cason hace dos reuniones. Después de aquella del 24 de febrero, nuevamente... Tienen dos reuniones más, el día 12 de marzo una y el día 14 la otra. 

¿Usted considera esas reuniones como una respuesta a su declaración del 6 de marzo y a la decisión de limitar sus desplazamientos? 

Mire, yo hablo el 6, he dicho esto, que podemos prescindir de la Oficina de Intereses, que no se va a acabar el mundo ni nada de eso... Y el día 12 de marzo del 2003 se realiza, en la residencia de Cason, esa actividad con un grupo de 18 contrarrevolucionarios. Les dejó la casa, el hombre que va no puede hacer las 6 mil millas de viaje contrarrevolucionario e injerencista, utiliza ya su casa para una reunión con 18 llamados "disidentes". Toda esa gente organizada, estimulada y pagada, porque, óigame, ahí están todos los papeles. Nosotros tenemos todas las pruebas, y podíamos haber sido mucho más rigurosos en cuanto a eso. 

He leído el libro Los disidentes,[12] que ustedes han publicado. 

Se reúnen también el 14 en la casa de Cason. La nota dice: "14 de marzo. Nuevamente tiene lugar en la residencia del Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana una reunión de cabecillas", ya era prácticamente cada dos días. Se trataba de un "taller de ética" para supuestos periodistas cubanos, y de los 34 presentes soío hay cuatro que alguna vez estudiaron algo; pero todos son "periodistas" titulados por Cason y la propaganda. 

Ese día 14 de marzo me reúno tarde, como a las 11:00 de la noche, preguntando los detalles: ¿qué pasó?, ¿qué ocurrió ese día? Porque no se podía tolerar más. ¿Qué teníamos que esperar? ¿Una guerra que podía durar seis meses? No se sabía lo que iba a durar todavía, incluso. Esto era una cosa que ya no se podía tolerar. Los amigos allá, en Estados Unidos, diciendo: "Oigan, no se dejen provocar", preocupados. 

¿Por qué no expulsaron al señor Cason? 

Nunca hemos expulsado a un diplomático norteamericano. Ellos en cambio han utilizado lo de la expulsión. Además, Cason no estaba cometiendo ningún delito, sólo estaba violando las normas internacionales. No se puede ir al Tribunal Penal Internacional porque no se trata de un criminal... Está creando las condiciones para el genocidio, pero no está participando todavía en un genocidio. 

¿Podíamos permitir esto? Entonces, usted no va a exigirle responsabilidad legal, diplomática, a un señor que es inmune. Pero él no puede hacer nada de eso. Y esta gente, llena de aliento, ya se estaban organizando abiertamente, descaradamente. Yo no sé lo que habrían hecho los franceses, los conozco bien, los franceses tienen un sentido muy elevado de la dignidad. 

Bueno, tampoco nadie sabía qué día iba a empezar la guerra de Irak, y dijimos: "Hay que proceder contra los principales cabecillas". Porque estaban muy activos, entre ellos estaba la señora Martha Beatriz Roque, que ya había organizado en su casa la reunión del 24 de febrero. ¿Impunidad total? ¡No podíamos permitirlo! Ni podíamos permitírselo a un hombre que representa a un país cuyos planes conocemos, porque cometen muchas indiscreciones. Sabemos lo que están pensando, lo que quieren probar. Ya nosotros sabíamos, y había habido declaraciones, sobre la idea de desatar una emigración masiva, que sería el argumento para una agresión al país. Ya estábamos peor que en los días anteriores a aquel 5 de agosto de 1994, en cuanto a clima... Entonces, esta conducta abierta ya estaba vinculada a ideas de agresión, eran provocaciones. 

Dice usted "provocaciones". ¿No piensa usted que el comportamiento de Cason era precisamente una provocación, y responder con los arrestos era caer en la provocación? 

¿Cuál es el concepto de provocación? El que uno tiene, habrá que buscar tal vez un diccionario, pero el que yo tengo es el de acciones que se realizan en busca de un objetivo. Hay provocaciones que pueden ser un insulto, a veces gratuitas. A veces la gente provoca a otro para que pelee... De provocaciones está lleno el mundo; pero hay provocaciones y provocaciones. Nosotros entendíamos lo que nos pedían nuestros amigos en Estados Unidos y en otras partes: que no nos dejáramos provocar. No querían que expulsáramos a Cason. Si a ti te van a entrar a tiros, están creando todas las condiciones para entrarte a tiros, ya no veo de qué forma lo puedes evitar, ¿dejándote matar? 

Pero había un contexto. Esas provocaciones, en cierta medida, mucha gente las ha analizado como bien calculadas en el contexto internacional de vísperas de la intervención norteamericana en Irak. Existía una repulsa en muchos movimientos sociales contra el presidente Bush y contra sus aliados. Había un contexto en el que, internacionalmente, el señor Bush aparecía realmente como la personalidad política más criticada. Y en ese momento, al producirse los arrestos aquí, se crea una diversión, se le da un argumento a la Administración norteamericana, que puede decir: "Miren lo que está pasando también en Cuba, donde arrestan a opositores no violentos." Entonces, los propios amigos de Cuba que habían protestado contra Bush, encontraron una dificultad, y muchos de ellos, como sabe usted, se vieron presionados y obligados a decir: "Lo que hace Bush no está bien, pero lo que pasa en Cuba tampoco está bien," Como si fuese el mismo nivel de infamia. Ese contexto contribuyó a que se debilitase el apoyo a Cuba. 

Correcto, y nosotros lo comprendíamos. No estábamos pensando tanto, se lo digo con franqueza, en los problemas que se pudieran crear en el exterior, porque cuando estás haciendo algo, estás partiendo de una convicción total y absoluta. Uno no actúa sin convicciones profundas: hay que defender el país, el país está corriendo riesgo, el país está siendo amenazado, es injusto todo eso, es insolente todo eso. 

Estábamos pensando en el adversario norteamericano. Nuestro problema no es con los europeos, no es con más nadie, nosotros estamos pensando en éste, que es el que directamente nos amenaza, el que directamente nos provoca, el que directamente nos crea un peligro. Y son muchos los que allí, en Estados Unidos, luchan todavía en condiciones más difíciles que los de Europa, porque un europeo no tiene peligro aunque sea gente progresista; defiende, desde luego, sus argumentos, parte de una serie de principios. 

Ahora, en el caso de nuestros amigos en Estados Unidos, ellos mismos nos decían: "No expulsen"; pero nosotros tampoco veíamos en la expulsión el camino. Porque la batalla se está librando no en Europa, no en Japón, no en ninguna otra capital, la batalla se está librando aquí, frente a un vecino que lleva 46 años hostigándonos. 

Se llega a una situación que es intolerable. Bueno, si lo hubiéramos expulsado era una acción diplomática simplemente... Pero yo no creo que nosotros, se lo debo decir honestamente, hubiésemos meditado mucho en lo que iba a suceder. Aunque lo sabíamos, no es que uno se detenga a meditar o a adivinar todo cuanto va a ocurrir, porque nadie es adivino. Es más fácil analizar las cosas después que han ocurrido y no antes. Entonces decimos: "Bueno, esto hay que cortarlo." 

Ellos tienen a los cinco héroes allí y el pueblo indignado aquí porque los tienen presos, en una causa injusta totalmente, eso en primer lugar. Segundo, ellos tienen todos los planes que le he estado mencionando, están realizando estas cosas aquí sin que nadie los pare, sin que haya manera de pararlos. Uno analiza, bueno, ¿estaré cometiendo un delito, incluso? No. ¿Quienes están cometiendo un delito? Precisamente toda esa gente. 

Allá tienen presos injustamente a cinco personas que buscaban información, porque nosotros hemos estado recibiendo bombas, ataques piratas, sabotajes, planes de atentados, bombas en los hoteles... Y estos cinco están presos no ahora, sino hace ya mas de seis años, desde el 12 de septiembre de 1998. 

En plena ofensiva terrorista, después del 11 de septiembre del 2001 hubo una gran campaña contra el terrorismo y todo eso. Y en el momento en que arrestan a aquellos cinco compañeros, el 12 de septiembre de 1998, también fue en medio de una campaña antiterrorista, porque se habían producido, el 7 de agosto de 1998, los terribles atentados contra las embajadas norteamericanas en tres países de África oriental que provocaron cerca de 300 muertos. Y et papel fundamental de esos compañeros nuestros era la penetración y conocer la información sobre las actividades terroristas.

¿Ellos trataban de detener las acciones terroristas contra Cuba? 

Sí. Una paradoja tremenda en la mente de nuestros ciudadanos, entre aquellos cinco presos allí que los han metido en un sarcófago, y por otro lado, todos estos amigos de Cason gozando de impunidad total. Y, además, las leyes durísimas que hicimos, simplemente, en condiciones normales, no se aplicaban. Incluso una vez que los sancionamos hubo grandes presiones, pero no se cedió a las presiones, cumplieron las sanciones según el comportamiento, como ahora. 

Yo ie confieso que ningún otro razonamiento habría prevalecido en estas condiciones sobre la necesidad, porque tú estás amenazado de guerra, tú no puedes permitir que te organicen una quinta columna en que te involucren, que eso es ío que hicieron, incluso, con el potencial delictivo. Hay teóricos que no aceptan, Jiménez de Asúa, ya le dije, uno de los grandes penalistas españoles, no aceptaba que los que hicieran actos de este tipo, los que lucharan contra un proceso de progreso, pudieran ser calificados de responsables de delitos "políticos". Nosotros les llamamos "delitos contrarrevolucionarios"; pero están indiscutiblemente asociados a la política y, en este caso, a la política internacional. 

Esa gente sabe que, aunque hay cierto sufrimiento en el pueblo, la Revolución ha tenido y tiene, y en los últimos años mucho más, el apoyo casi unánime de la población, y las motivaciones que tiene las conocemos también. Entonces, digo: "Bueno, señores, se acabó la tolerancia y la impunidad, hay que responderles." No los íbamos a botar, si ellos quieren marcharse que se vayan, hay que arrestar a los principales, y ni siquiera a todos, sino a los que habían estado más activamente en estos programas directos: la reunión en casa de la señora Martha Beatriz donde Cason hace las declaraciones del 24 de febrero, los cursos aquellos de "ética periodística", y las otras reuniones de ese carácter. 

Yo estuve con los compañeros allí como hasta las 11:00 de la noche analizando todos los datos, todas las cosas, las noticias, la confirmación de que estaban todas aquellas condiciones, y dijimos: "Bueno, la única decisión que puede tomarse es ésta, a pesar de su costo." 

¿Ustedes calcularon el costo que iba a tener eso, en términos de imagen para Cuba? 

El costo, pero principalmente para el enemigo que nos estaba provocando y organizando todo esto. La respuesta era para ellos, no era para nadie más. Ahí es donde estamos, en un conflicto político con ellos y en un riesgo de un conflicto militar con ellos. Nosotros no tenemos la mente en otra cosa; para nosotros lo principal, lo esencial, lo fundamental, lo vital, la cuestión de vida o muerte, realmente, era la lucha con ellos. Nadie nos va a atacar de Europa, a menos que sea algún loco; así que nosotros estamos concentrados en eso, y yo estoy convencido, no sólo yo, sino los demás compañeros también con quienes analizamos la situación que no había otra alternativa que esa respuesta. Porque nosotros estábamos pensando que había algo mucho más preocupante: la posibilidad de una guerra. No se había producido todavía ni siquiera el ultimátum, pero se podía percibir por la propaganda y por las discusiones que eso venía. Ahora, usted no podía saber si eso era dentro de un mes. 

¿Una guerra contra ustedes? 

Sí. Nuestra decisión se hubiera podido producir antes si este material del 24 de febrero, unido a todo lo que venía haciendo Cason, yo lo veo antes. Pero, como le digo, yo estaba en todo un montón de actividades, papeles de esos llegan todos los días, pero de repente usted ve uno que no se parece a ningún otro y que llega a extremos que son absolutamente intolerables, y no por ofensa personal. A mí no me importa que digan de mí millones de cosas, porque estoy habituado a los ataques y a veces llegan ataques de todo tipo, y algunos más infames que producen a veces náusea. 

La lucha lleva este camino y hay que responder. Hay un momento que te desembarcan en las costas. Tú dices: "Bueno, una provocación"; pero tú no puedes dejar de disparar. ¿Dónde una provocación que busca tales objetivos se puede contener y cuál es el punto en que no se puede contener? Ellos estaban decididos a hacer lo que fuera para provocar situaciones... Entonces llegó el punto en que, a nuestro juicio, mas allá no se hubieran podido contener. Ese es el elemento que determina nuestra reacción y lo demás es coincidencia. 

Realmente, ¿ustedes pensaron que los Estados Unidos estaban preparando una trampa para desencadenar una guerra contra Cuba? 

Mire, esto de la guerra no se ha producido, nadie sabe cómo se va a desenvolver, aunque uno sabe, porque ha pensado mucho cómo sería una guerra contra el país, cuántas bajas habría, cuánta destrucción tendría lugar. Dante no habría podido imaginar el costo de una agresión aquí; no se sabe cuántas veces mayor que lo de Irak. Nosotros lo hemos pensado mucho, porque ya hubo guerra en Vietnam, sabemos las cosas que ocurrieron allí; ya hubo guerra en Kosovo; ya hubo una guerra anterior, la deí Golfo, en el propio Irak... Si usted tiene una situación en que la vida del país, la vida de millones de personas peligra, se puede comprender perfectamente que ese país esté preocupado por eso mucho más que por cualquier otra cosa, que priorice por encima de todo lo que le interesa. 

¿La defensa del país? 

Sí. Permítame decirle que aquí hay millones de cubanos preparados para la guerra de todo el pueblo. He dicho alguna vez que habíamos alcanzado la "invulnerabilidad militar", que ese imperio no puede pagar la cuota de vidas, no imaginada y tal vez tantas o más que en Vietnam, si trata de ocuparnos. Y además ya la sociedad norteamericana no está dispuesta a concederles a sus gobernantes el crédito de decenas de miles de vidas para aventuras imperiales. Pero no vaya a creer que disponen de abundantes reservas de soldados. Como lo estamos viendo con ía guerra en Irak, ya cada vez menos norteamericanos se inscriben. Han convertido el enrolamiento para el ejército en una fuente de empleo, contratan desempleados, y muchas veces tratan de contratar el mayor número de negros para sus guerras injustas. Pero han llegado noticias de que cada vez menos afronorteamericanos están en disposición de inscribirse en el ejército, a pesar del desempleo y la marginación a que son sometidos; porque tienen conciencia de que los están usando como carne de cañón. En los guetos de Luisiana, cuando azotó el ciclón "Katrina", a finales de septiembre de 2005, el gobierno gritó sálvese quien pueda, y abandonaron a miles de ciudadanos —y entre ellos a muchos afronorteamericanos—que perdieron la vida ahogados, o en los asilos de ancianos, o en los hospitales, y a algunos se les aplicó hasta la eutanasia por temor del personal facultativo de verlos morir ahogados... Son historias reales que se conocen y sobre las cuales debiera meditarse. 

Buscan, para sus guerras, latinos, inmigrantes que, tratando de escapar del hambre, cruzaron la frontera, esa frontera donde están muriendo más de 500 inmigrantes cada año, muchos más, en doce meses, que los que murieron durante los 28 años que duró el muro de Berlín. Del muro de Berlín el imperio hablaba todos los días; del que se levanta entre México y Estados Unidos, donde mueren centenares de personas al año, pensando escapar de la pobreza y el subdesarrollo, no hablan una sola palabra. Ése es el mundo en que estamos viviendo. 

Un mundo en el que hay que saber defenderse. 

El enemigo también hace una lucha psicológica. Si el enemigo cree que uno lo tolera, si el enemigo cree que uno no hace nada, se le desata lo que biológicamente se pudiera llamar el instinto de persecución. 

Los domadores de leones a veces dan la espalda al león, usan el látigo, el fuete, que hace ruido y de vez en cuando saludan, reciben los aplausos y se mueven otra vez para allá, porque si no, reacciona el león, por instinto de persecución. Hasta un perrito faldero, de esos mansos, empieza a ladrarle, y si uno huye, sale corriendo detrás y hasta le puede morder el pantalón. Pero si uno se vira, el perrito va para atrás. A mí me ha ocurrido en el mar con las barracudas, los tiburones, cuando uno íes hace frente, entonces viene el instinto de conservación de ellos que les hace retroceder. No hay nada peor que darle la espalda al enemigo, porque desarrolla ese instinto de persecución, eso es de las fieras, y un imperio es mucho más que una ñera, y la psicología de los que dirigen un imperio y manejan sus armas es la de las fieras. 

Y ustedes no quieren ser presa de ninguna fiera. 

No. La fieras hay que enfrentarlas. Primero, el imperio tiene que saber que va a haber lucha y que el precio será alto. Segundo, debieran sospechar que todo puede terminar como han terminado estas aventuras y como estoy seguro de que terminaría una aquí; mas, fíjese bien, no ío deseamos ni mucho menos; no lo podemos desear. 

Entonces, es nuestra pelea, fíjese, y es nuestra respuesta, y la encontrarán siempre, no de la forma que se imaginan, porque otra de las cosas que tiene que hacer el que es más débil es usar la inteligencia, la psicología, la astucia. Es decir, estoy hablando de cosas limpias, porque jamás, dentro de los medios de lucha, nosotros contemplamos lo inmoral. Nunca serán procedimientos que estén contra nuestra ética y contra nuestros principios. Porque ¿desde cuánto tiempo estuvieron planeando asesinarme?, y sin embargo por la mente de ningún cubano, en este país, pasó jamás la idea de responder con un plan de asesinato del Presidente de Estados Unidos. Y eso duró años, y ésa fue la base por lo que algunos pensaron si Cuba tenía algo que ver con la muerte de Kennedy o la de los otro. Se sabe la historia. Eso no está de acuerdo con nuestra ética. Tampoco es político hacer eso. Usted, frente a los problemas, defiéndase. 

La batalla esa hay que ganarla dificultando que ellos alcancen los objetivos en lo político también, lo otro puede ser un disparate. Bueno, la esencia es que estábamos enfrascados en esa batalla. 

Sobre esto, quisiera hacerle dos preguntas. Primero, ha sorprendido, yo diría hasta entre los amigos de Cuba, que los disidentes hayan sido condenados a penas tan elevadas, cuando se trata, en definitiva, de opositores no violentos y que ustedes hablan frecuentemente de la "batalla de ideas". Segundo, entre estos disidentes arrestados hay un poeta y hay unanimidad hasta en Cuba para considerar que se trata de un gran poeta, Raúl Rivero.[13] ¿No piensa usted que es negativo, como imagen, para un país encarcelar a un gran poeta? 

Es lamentable. Es lamentable pero, dentro de una línea de justicia, el oficio que pueda tener una persona no debe ser causa de impunidad. Yo, realmente, no he leído, ni he oído decir que era un gran poeta. Dicen que, de poetas y de locos, todos tenemos un poco. Pero, para mí, por ejemplo, un gran poeta es García Lorca.[14] Habría que definir, incluso, ¿qué es un "gran poeta"? Si un gran poeta puede ser alguien que esté divorciado de la ética, que esté divorciado de la patria, que viva del dinero de los que bloquean a su país, de los que quieren matar de hambre a su país, de los que fraguan planes para destruirlo, entonces, puede haber alguien que técnicamente organice y elabore palabras pero para mí nunca será un gran poeta. Para mí un gran poeta es José Martí que da su vida; Antonio Machado[15], García Lorca, Miguel Hernández,[16] aquellos que murieron acosados o fusilados por el fascismo, porque hace falta algo más que bellas y armoniosas frases. A Raúl Rivero no lo he leído, no puedo juzgarlo como poeta. 

¿Usted no ha leído a Raúl Rivero? 

No, pero óigame, mire que yo tengo cantidad de poetas que leer. En este país hay miles de buenos poetas, pero no han tenido la suerte de la publicidad mundial o la conveniencia de hacerles una estatua como "grandes poetas". Técnicamente no lo puedo juzgar, éticamente lo puedo juzgar, y entonces tengo el derecho también a decir que no hay poesía donde no hay ética, realmente, Porque la poesía es algo más ético, incluso, que la novela. La novela es un argumento histórico, pero la poesía yo la asocio con la ética, con un sentimiento. Recuerdo, por ejemplo, el caso de Valladares.[17] De repente aparece un "poeta en el mundo"... 

Armando Valladares, un caso célebre, estaba encarcelado aquí. 

Sí, estaba preso por actos de terrorismo puro, de colocación de bombas. Había dos, uno era más nuevo y no lo sancionamos, porque no tenía la edad, pero a Valladares le correspondía una sanción. Eran los días posteriores a Girón, cuando estaba el famoso Plan Mangosta, que incluía decenas de planes de atentados, actos de terrorismo por miles, ¡por miles!, y entonces Valladares, en uno de esos actos, es que cae detenido, es juzgado y condenado. En un momento dado se hace pasar por paralítico, engaña a todo el mundo, porque hay una enorme campaña. 

Había una enorme emoción en el mundo porque ustedes tenían preso a alguien que los medios presentaban como un poeta y además estaba paralítico y se suponía que era consecuencia de los malos tratos en la cárcel. Se hace un libro de poesías, Desde mi silla de medas, y se publica, sobre un "poeta preso" —un terrorista de petardos y de dinamita, no es un terrorista económico, sino de petardos y dinamita—, y Valladares se convierte en un conocidísimo personaje, con libros escritos en el exterior, y "paralítico". Bueno, tú conoces a Regis Debray, como lo conozco yo, trabajando en aquella época de asesor del presidente francés Francois Mitterrand; viene a Cuba a abogar por Valladares, me dice prácticamente que se cae el gobierno de Mitterrand si no se libera al "poeta preso". 

Una gran responsabilidad... 

Ahora, ¿qué ocurría? Le pregunto a un eminente médico: "Mira, chico, ¿realmente qué es lo que tiene?" Porque había mucha bulla y mucha campaña, y me dice: "No tiene nada." Digo: "¿Pero cómo es que no tiene nada? Eso no puede ser." Insiste: "No tiene nada." 

Valladares estaba en una silla de ruedas. 

Sí. Y me dice: "Compruébenlo." Ah, bueno, comprobar es sencillamente utilizar un medio técnico audiovisual para chequear sus actividades. Eso no se había hecho nunca aquí, ni nada parecido. Se hace eso, se chequea, y se obtiene toda la grabación de lo que hacía. Porque hay que darle un premio olímpico de simulación a Valladares, fue capaz de engañar a todo el mundo. 

En cuanto estaba solo, miraba —por ahí están los filmes— se ponía de pie, iba al baño, y allá en el baño, hacía todo tipo de ejercicios, estaba mejor que usted, que yo y que un atleta, perfectamente saludable. 

Simulaba. 

Ya le conté lo que me dijo Regis Debray Llamamos a Debray y lo llamamos a él. 

A Valladares. 

Sí. Antes de dar la respuesta definitiva, llamamos a Valladares y le presentamos el filme que teníamos acumulado de sus excelentes ejercicios —él puede escribir un manual para ejercicios que mantengan a las personas en excelentes condiciones y hacer el papel de estar paralítico—, y su reacción, cuando lo vio, fue levantarse como un resorte. 

Entonces, se lo mostramos a Regis Debray, y después se le dijo a Valladares: "Mira, tú vas a ser puesto en libertad —había cumplido una parte importante de su condena y había sido instrumento de una feroz campaña—, sólo ponemos una condición, de que tú te subas al avión caminando y te bajes del avión caminando." Debray sabía ya que la única condición que nosotros íbamos a poner es que subiera y bajara y que renunciara a ese papel de paralítico. Ni lo critico, porque el que está preso inventa cualquier cosa para salir.

Tiene derecho a hacerlo. 

Sí, yo diría que tiene derecho a inventar cosas; pero nosotros lo captamos. Fíjese si fue hábil que engañó a muchos médicos, yo estaba incrédulo. Mandamos a un especialista eminente y dijo: "No tiene nada." 

¿Usted personalmente pensaba que él tenía una parálisis, realmente...?

Yo pensaba que tenía algún problema y quería saber qué tipo de problema y por qué él tenía ese problema. Además porque llevaba años de campaña mediática... Nosotros no cederemos jamás a presiones. Ése es un principio que es tan invariable como el respeto a la persona humana, como los principios que han guiado a nuestra Revolución. Hay uno de ellos: por la fuerza no se obtiene nada en este país, de otra forma se pueden obtener muchas cosas. 

Volviendo a Raúl Rivero, hoy excarcelado desde noviembre de 2004, él no había actuado usando la fuerza, no había puesto bombas, y además era el discípulo preferido de Nicolás Guillen, que usted sí considera como un gran poeta. 

También el hijo de Blas Roca, Vladimiro, era el hijo preferido de Blas Roca, jefe del Partido Comunista durante mucho tiempo. 

Pero Vladimiro Roca, en la oposición, no fue detenido, ni él, ni Osvaldo Paya, por ejemplo, ni Elizardo Sánchez. ¿Por qué ha habido esa diferencia entre algunos que estaban en las mismas actividades y otros? Realmente no hay diferencias. 

Pero éstos no fueron detenidos. 

Ha habido una diferencia en el tratamiento. Estos vienen delinquiendo hace rato, y vienen delinquiendo gravemente, y los conocemos exhaustivamente. Pero aquí la acción se dirigió, fundamentalmente, contra los hechos recién ocurridos, y entonces eso fue lo que determinó quiénes eran los que tenían más responsabilidades. Y algunos de éstos podían ser motivo de tanto escándalo como cualesquiera de los otros, fíjese. 

Hay dos hechos que podrían responder a la primera pregunta que usted planteaba sobre si las medidas habían sido severas. Yo le iba a decir que no fueron tan severas, por cuanto las sanciones aprobadas por la Asamblea Nacional para ese tipo de delito, que es "traición a la patria", la hacen, dentro de nuestro código penal, acreedora, incluso, a pena capital, a la cadena perpetua o a treinta años, y hay algunas de las pronunciadas ahí que han sido de acuerdo con la gravedad de las circunstancias, y ha habido otras que son las mínimas, cinco años. Han girado entre cinco y 28 años. 

Hay personas con responsabilidades graves, y no son sólo los mencionados, que, sin embargo, no fueron sometidas al proceso judicial, pero tenían méritos de sobra para serlo, y, además, nadie puede pensar que tengan derecho a hacer lo que están haciendo o que el Estado se cruzará de brazos. Si resultare una necesidad proceder contra los que tú has mencionado y unos cuantos más, procederíamos. No caímos en los extremos, porque fue relativamente moderada la acción. 

Usted lo pregunta y yo se lo explico: nadie tiene impunidad garantizada, y todo dependerá del desarrollo de los acontecimientos y cuando haya que tomar una medida la tomaremos, puesto que las cosas que estamos defendiendo, para nosotros, están por encima de todo lo demás. Nosotros, cuando sea imprescindible tomar medidas, las tomaremos, pase lo que pase y cueste lo que cueste. 

Le digo esto porque usted me ha preguntado, casi me ha obligado a que le responda, como amigos que somos. Usted me hace las preguntas lógicas, pero lo que sí quiero decir es que no deseo que se tome esto como una amenaza. No le voy a mentir, tengo que responderle y le he respondido con toda sinceridad, pero deseo muy sinceramente que nadie tome esto como una amenaza, sino en los términos, las condiciones y dentro de las circunstancias que he planteado. Pero es un derecho, una potestad ejercer... Hemos tenido paciencia un montón de tiempo, esas leves están aprobadas hace unos cuantos años. 

¿No se habían aplicado hasta ahora? 

No se habían aplicado estas leyes, que están ahí vigentes, las conoce todo el mundo y las aprobó por unanimidad la Asamblea Nacional de Cuba. Los que crean que la Asamblea Nacional es un conjunto de personas idiotas, incondicionales y todo, ¡allá ellos con sus creencias! Pero nosotros tenemos uní concepto muy alto de las mujeres y de los hombres que están en esa Asamblea Nacional, y nosotros respetamos sus criterios. 

Por ejemplo, hay un grupo de religiosos en la Asamblea que están contra la pena capital. Ninguna ley de ésas ellos la apoyan; por eso algunas de estas leyes donde pueda estar la pena capital no han sido aprobadas por unanimidad. Hay algunas excepciones en eso, y nosotros las respetamos totalmente, porque expresan la voluntad de la inmensa mayoría de la Asamblea Nacional, y, por lo general, algo que es más difícil incluso en esto de la pena de¡ muerte, que son las opiniones públicas. 

Entonces vamos a hablar de ello. 

Si usted cree que hemos terminado con esto... 

Sí. La lógica de la pregunta es: en Europa, ningún país de la Unión Europea tiene ya la pena capital. ¿Cuál es la pena máxima que sustituye a la pena capital, y que se aplica por los peores crímenes? Es cadena perpetua. Que corresponde, en la práctica, en general, a una pena máxima de unos veinte años de cárcel efectiva. Entonces, evidentemente, una parte de la opinión pública en Europa se interroga: ¿por qué a opositores que, en definitiva, no son violentos, que no han cometido crímenes de sangre, se les condena a penas tan largas? 

Yo no sabía que era la pena más alta. 

Máxima. En Europa nadie puede estar, en principio, más de veinte años en prisión. 

¿Incluso en los códigos militares? 

En los códigos militares, en Europa, tampoco hay pena de muerte en tiempo de paz. 

No hay pena de muerte, pero ¿ponen veinte años de cárcel como pena máxima en el caso de un acto de traición al país, en el código militar? En caso de guerra, incluso, ¿cuáles son las leyes que rigen? 

No lo sé. La pena máxima es cadena perpetua. Por ejemplo, no se puede extraditar a alguien que corra el riesgo de ser condenado a muerte o a más de veinte años de prisión efectiva en su propio país. Entonces, por eso hay una gran emoción en Europa de ver que a algunos de estos opositores pacíficos los han condenado hasta a 28 años... 

Bueno, y los etarras asesinados allá en Francia, ¿fue con el conocimiento o sin el conocimiento de las autoridades? 

Ése es otro problema, ya lo hemos abordado. La última vez que hablamos de la pena capital y usted me había hablado de su oposición filosófica y habíamos dicho que usted pensaba que en Cuba se podía avanzar hacia su supresión.  

Sí, y lo ratifico. Yo entiendo, y le agradezco ese dato que usted me da, de que no sólo en Europa tienen erradicada la pena capital, sino que no tienen la cadena perpetua o no pueden pasar de veinte años. 

En principio, aunque puede haber excepciones, nadie puede pasar más de veinte años en prisión.[18] 

Usted sabe que nosotros en determinado momento tuvimos que hacer y modificar leyes, porque estaban un poco inspiradas en la ilusión de que el derecho internacional existía, de que ningún país se tomaría el derecho de invadir a otro, aunque había uno, pero excepcional, como el vecino del Norte que un día, en 1983, invade Granada —porque había unos estudiantes norteamericanos allí que no corrían ningún peligro—, y porque fue un desquite de una acción que habían realizado contra Estados Unidos en otro lugar; que, en 1989, invade Panamá... Entonces no existía un mundo unipolar, una superpotencia hegemónica, había dos. 

La situación misma de Cuba, desde el punto de vista de la seguridad, parecía mucho mayor. La situación económica, aún en medio del bloqueo, era soportable en el sentido de que materias primas, combustible, una cantidad importante de alimentos y de otras cosas eran seguras, nuestro azúcar se vendía a un precio razonablemente beneficioso... Pero todo aquello cambió. 

Ahora, yo pienso que hubo ilusionismos entre los compañeros que trabajaron en aquella época, en 1976, elaborando la Constitución[19] y elaborando todas esas leyes, de modo tal que la pena de muerte siempre existió y no se discutió, precisamente, en razón de una historia de treinta años de actos de agresiones, amenazas de guerra, peligros hasta de guerra nuclear, bloqueo, miles de personas muertas, como las que murieron en actos terroristas que se cometieron durante mucho tiempo, y se siguieron cometiendo hasta hace muy poco, oficialmente por parte del gobierno de Estados Unidos y después extraoficialmente, es decir, tolerados, permitidos e, incluso, impulsados, de acuerdo con las circunstancias, por las autoridades de Estados Unidos. 

Se tomaban en cuenta, por ejemplo, los más de 600 planes de atentados para eliminarme, unos directos, otros inducidos, de los que ya le hablé. La gente es muy ingenua y tiende a simplificar las cosas, pero de todas maneras es matar, bien porque usted organice una conspiración para matar a alguien, o usted elabore y cree todas las condiciones y todas las circunstancias psicológicas para inducir a mucha gente a que mate. Estoy hablando de los planes inducidos, toda una propaganda induciendo, induciendo e induciendo. 

Estoy seguro de que en Europa ustedes no aceptarían, pienso, una propaganda por todos los medios masivos induciendo a matar. Y que diga: "Oiga, mate al que le robe en su casa"; "mate al que ofenda a un hijo", "mate ai que ofenda a su mujer", o "mate a la mujer porque la mujer no se ha atenido a todas las reglas del compromiso matrimonial". Ustedes dirían: "Esto hay que prohibirlo." Pero Estados Unidos, o digamos los responsables de la política norteamericana, se han pasado el tiempo induciendo el asesinato. Yo le hablo con todos esos antecedentes. Y por mí no tengo ninguna preocupación, se lo aseguro, pero le quiero decir que, en la primera etapa, la invasión de Girón, atacar el país con cañones que llevaban las insignias del país siendo aviones de otra potencia, es calificado como una de las cosas peores. 

La pena de muerte quedó como disociada de todo lo que se refiere a las sanciones penales, se puede decir que desde el principio hubo una suspensión y tuvo que reanudarse otra vez, porque se iban descubriendo una cantidad de crímenes, se crea una situación política seria. Pero, en realidad, había una suspensión de la aplicación de la pena capital al principio de la Revolución. 

Porque yo me imagino que, como ustedes no están en guerra, no tienen casos similares a los casos que tenemos, nadie quiere subvertiré) orden en Europa, la guerra fría se acabó... La existencia de ustedes no está en peligro, la muerte de decenas de millones de europeos, hablo a nivel de ustedes... 

No está anunciada. 

No está anunciada, no se ve, hay OTAN, super OTAN, desaparición de la llamada "guerra fría", nada los amenaza. Aunque ha habido terribles atentados, en Madrid, en Londres... Yo le pregunto, ¿desde qué año ustedes ya lograron suprimir la pena capital? 

En Francia, hace más de veinte años la suprimió el presidente Francois Mitterrand en 1981. La opinión pública estaba a favor de la pena de muerte; pero el presidente Mitterrand matuvo su decisión, y nosotros, quiero decir, como intelectuales, como ciudadanos, militamos, apoyamos para que se aboliera la pena de muerte. Se suprimió, en particular, porque hubo un juicio en el que dos presos, Buffet y Bontemps, que estaban en una cárcel en 1971 tomaron como rehenes a un guardia y a una enfermera, y los degollaron; los dos presos fueron juzgados por "asesinato" y los dos fueron condenados a la pena capital y se les guillotinó en 1972; pero surgió una polémica enorme, porque uno de los dos degolló, pero el otro no degolló. Entonces se dijo: "¿Cómo se va a condenar a muerte a alguien que no ha matado?", uno de los dos mató y el otro puede ser cómplice pero no mató, luego no debió ser condenado a muerte. Hubo una polémica muy importante, y hubo además otros dos o tres casos polémicos; y a partir de esas polémicas se estableció que la pena de muerte había que suprimirla. Y, finalmente, Mitterrand decidió que la abolía. 

¿Fue en Francia primero, y después los demás? 

No, otros países que ya la habían suprimido, no recuerdo la cronología;[20] España la suprimió más recientemente. 

¿Cuándo se eliminó? 

En España, en la práctica, se suspendió a partir de la Constitución democrática de 1978. Y oficialmente se abolió en 1995. 

¿Y qué países de Europa mantienen hoy la pena capital? 

Ninguno, en el seno de la Unión Europea ninguno. 

¿Y de los que van a ingresar? 

Los que van a ingresar, si la tienen, no pueden mantenerla porque el Protocolo Número 6 del 28 de abril de 1983 de la Convención Europea de los Derechos Humanos exige la supresión de la pena de muerte. 

Pero ¿la tienen? 

No creo que la tengan, y si la tienen, aunque sea oficialmente, tienen que suprimirla para poder integrar la Unión Europea. 

¿La República Checa[21]" la tiene? ¿Hungría-[22] la tiene? ¿Polonia [23] la tiene? 

El Consejo de Europa, de Estrasburgo, exige que, en función del respeto de los derechos humanos, se suprima. Entonces, para ser miembro de la Unión Europea hay que abolir la pena de muerte. Ese es uno de los problemas que tenía Turquía. Turquía tenía pena de muerte, pero como aspira a ser miembro de la Union Europea se le pidió que la suprimiera. Por ejemplo, ¿recuerda usted?, cuando detuvieron a Abdullah Ocalan, el jefe del PKK, el Partido Kurdo de los Trabajadores —que había sido el jefe de un grupo que había cometido muchos atentados—, Europa le pidió a Turquía que no se le condenara a muerte. 

Yo terminaba de explicarle que la cuestión de la pena de muerte en todo ese período nunca dejó de existir, porque estaba muy asociado a la historia que te hice. 

Empieza a surgir una especie de corriente..., no estaba asociada a actividades políticas, estaba asociada estrictamente a los delitos de carácter común. Empieza por ahí, se dejó de aplicar la pena de muerte por razones asociadas a las actividades contrarrevolucionarias. 

Debe haber por lo menos más de diez, o mucho más de diez años, puede ser veinte, 25 años. 

Usted me dijo que prácticamente no se aplica. 

Yo tendría que ver exactamente. Se aplicó, algo que han tratado de presentarlo como político y no fue realmente político. 

¿Lo de Ochoa? 

Sí, lo de Ochoa. Ya le conté que era una actividad de carácter común. Sólo que aquellas actividades realizadas por personas que tenían responsabilidades muy importantes, incluso grandes méritos, porque Ochoa era un hombre que tenía grandes méritos en misiones de la Revolución, en misiones internacionalistas, de facto se vuelven un acto de traición, y el país estuvo expuesto a acciones sumamente delicadas, y hasta sorpresivas, que podían ser de carácter político, destructoras, o podían ser hasta de carácter militar, aunque fuera limitado. Se consideró que en nuestro país, en esas condiciones, personas de una responsabilidad tal, además del carácter de esas responsabilidades, que realizaran un acto de esa naturaleza, sería conceptuado como un acto de traición; no tenía un sentido político, pero se correspondía con un acto inconcebible. Por eso se consideró un acto de traición hacer aquello. 

¿Por eso fué juzgado por un tribunal militar? 

Sí, porque él y los otros eran oficiales de las fuerzas armadas y de los cuerpos de seguridad del Estado. Mira, yo pienso que a poca gente le dolió tanto como a todos nosotros lo que ocurrió con esos fusilamientos de Ochoa, de Tony de La Guardia y de los otros dos. Usted sabe que la propaganda enemiga, la propaganda de Estados Unidos, trató de presentar aquel problema como uní problema de rivalidades, de lucha por el poder. (Cada vez que ocurre algo aquí, inevitablemente es asociado a la mentira, a ambiciones, a temores, a rivalidades. Así que, a lo largo de 46 años, cada una de las cosas que ocurren, de cualquier tipo, es utilizada en un sentido político. 

¿Ustedes, por causas políticas, ya no aplican la pena capital? 

Por hechos contrarrevolucionarios no se aplica. No sé qué habría pasado aquí si a Posada Carriles o a alguno de esos que pusieron bombas y cometieron tantos atentados lo capturan. Pero quiero que sepas que nos hemos encontrado con la inconformidad de mucha gente, incluso casos de contrarrevolucionarios que desembarcaron con armas, casos en que incluso ha habido pérdidas de vida, y hemos sido sumamente tolerantes para no llegar a la aplicación de la pena capital. 

Los hechos no sólo tienen equis gravedad intencional, fueron actos graves, es decir, no como una cuestión de acto inmoral, de acto cínico, de acto bajo. Yo creo que esa gente no tenía que haber desembarcado, ésos eran acreedores de la pena de muerte, según la ley y según la opinión de la inmensa mayoría de la población, y nosotros hemos tenido hasta dificultades de carácter político por no aplicar la pena capital a esas personas. 

Pero lo que yo quería decirle es que hay hechos que, independientemente de las intenciones, tienen más trascendencia o menos trascendencia; cuando tienen más trascendencia, las dificultades para adoptar una opción u otra son mucho mayores. Ese es un detalle que no se debe olvidar. 

Porque, realmente, una pena capital es elevada de oficio al Consejo de Estado, lo cual convierte al Consejo de Estado en Tribunal Supremo colectivo. Ésa responsabilidad podría tenerla una persona, pero es colectiva, son 31 los miembros del Consejo de Estado, y entonces los delitos acreedores de la pena de muerte son precisamente aquellos delitos comunes que resultan repugnantes, monstruosos, el asesinato, una niña violada... Violar a una niña y asesinarla es algo que para la gente aquí, lo que se crea con eso son problemas serios, de tipo político; se vuelven problemas de tipo político ante la población. 

Usted sabe que aquí no hay publicidad sobre los hechos de sangre; no existe aquí lo que se llama la "crónica roja" esa, los reportajes, y no hay escándalos de ese tipo. Antes era muy habitual: un descuartizado, una publicidad tremenda, y después, al poco tiempo, había otro descuartizado con métodos todavía peores; locos, gente con tendencia enajenada totalmente que existen y la publicidad de todos esos hechos incita, en un grado relativamente grave, a la comisión de ese mismo tipo de delito. 

Ahora, cada vez que había una sanción, silencio —desde el año 1976, así que han transcurrido casi treinta años—, y lo más amargo de la tarea que tenían los miembros del Consejo de Estado era cada vez que les llegaba, por vía de oficio, la apelación sobre la aplicación o no de esa pena, y usted veía a los 31 miembros del Consejo de Estado rompiéndose la cabeza, porque le puedo asegurar que a ninguno le gusta la pena capital, no siente ningún placer. Ahora, ponderan la situación, la gravedad de lo ocurrido, los estados de opinión que todo eso suscita. De modo que no hay un caso que, aunque usted no haya publicado las características monstruosas de ciertos hechos, la gente no conozca. El hombre se comunica mucho, simplemente, aunque usted no haya hecho una "crónica roja", no se haya excitado tampoco el odio; pero las cosas se saben. 

Y hay que ver las quejas de la gente... Siempre fue un dolor de cabeza doble y hasta triple: uno, ía repugnancia del crimen; dos, la decisión que pareciera más correcta y más adecuada dentro de la idea de que los castigos existen sobre la base de que son instrumento de contención del delito, sobre esa base se aplican. 

¿Pero el Consejo de Estado establece una diferencia entre un delito de tipo político y un delito común? 

Se ha estado haciendo la distinción entre un tipo de delito y otro. Para los que se han opuesto a la pena capital, entre otros argumentos, está el de que esa pena no impide que ese delito se repita, se reproduzca. 

Viendo todas estas situaciones inicialmente, se dilataba el proceso y el análisis, y después se empezó conscientemente a dilatar el proceso de aplicación de la sanción. Era un movimiento incipiente a lo largo de años. 

También está presente la conciencia de que la oposición a la pena capital se va convirtiendo en una oposición cada vez más generalizada en el mundo; hay un rechazo natural, si se quiere, el rechazo de personas que no están educadas en el odio, en pasiones o espíritu de venganza, que no es concebible en un dirigente político.

Por lo menos nosotros no concebimos espíritu de venganza; en nosotros está la experiencia de la guerra, ya le conté de cuando hubo un principio de bandidismo en el Ejército Rebelde, y hubo que aplicar las leyes revolucionarías, y fusilar. Muy pocos casos. Pero se cortó aquello. Nunca más se produjo. 

Esto es independiente de los sentimientos, que pueden ser filosóficos, pueden ser religiosos, y, a mi juicio, son argumentos mucho más fuertes que el argumento, discutible, de si tiene o no un efecto. Yo pienso que hay tipos de delitos en que no tiene ningún efecto en realidad, y pienso que hay determinadas circunstancias en que una pena drástica de esa naturaleza sí tiene un efecto y puede tener un efecto duradero.


(Tomado del libro "Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio Ramonet", editado por Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, Tercera edición, La Habana, 2006, páginas 491-521)  ©

 

 

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