JOSÉ A. ARBESÚ:
“Nosotros llegamos, aproximadamente, a las 8:00 de la
noche a Bogotá, hora de Bogotá. Ahí nos dividimos, porque
cuando llegamos al aeropuerto le dije a Joa que fuese
para el hotel donde estaba Gaviria y yo me fui directo
del
aeropuerto para la cárcel, que es la prisión modelo.
”En
un carro blindado que me puso la policía, yo me voy
con
dos coroneles.
”Gaviria no estaba en el aeropuerto, ni estaba Santamaría,
era
la policía.
”Voy directo a la cárcel. Llego y vamos a la oficina del
director. Ellos tienen un informante que les ha penetrado
la
organización —es lo que me van contando en el trayecto.
Son
dos coroneles, uno de Inteligencia, y el otro
que
es el especialista en la cuestión de secuestros.
”Llegamos a la cárcel, esperamos un rato en la oficina
del
director y me traen al jefe del comando de la organización,
a
Bochica, supuesto jefe hasta ese momento, porque él no ha reconocido nada. Es un hombre que tiene
más
de 50 años, físicamente se ve bien.
”Pasamos a un cuarto, y cuando estamos en el cuarto ese,
él
y yo solos, me dice: ‘¿Usted cree que aquí estén grabando?’
Le
digo: ‘Por supuesto que esto lo está grabando
todo el mundo; olvídese, que esto lo están grabando’.
Anteriormente los coroneles me dijeron que no, que ellos
no
estaban grabando. Yo saco mi pasaporte y le digo:
‘Mire’, y le explico quién yo soy. Ni siquiera mira el pasaporte.
”Yo
empiezo a partir de lo que el Comandante me dice, y
le
digo: ‘Oiga, mire, aquí hay una información que nosotros
tenemos, que hipotéticamente pudiera ser que tenga
que
ver con la situación del hermano de Gaviria’. Dice:
‘Sí, sí, yo soy el jefe de la organización esta’, y lo reconoció.
Le
digo: ‘¿Usted mandó esta carta?’ Responde: ‘Yo
mandé esa carta’. Entonces me dice: ‘¿Usted se leyó los
libros?’ Le digo: ‘Sí, yo me leí los libros’. Empezamos
una
discusión sobre los libros. Él está verificando si yo
efectivamente me había leído los libros.
”Comenzó como a las 9:00 de la noche y acabó a las
3:00 de la mañana.
”Me
doy cuenta de que él está verificando si yo efectivamente,
primero, soy cubano, si me he leído los libros, y
empezamos a discutir sobre los libros. Hay un momento
en
que le digo: ‘Mire, aquí no tenemos mucho tiempo, de
lo
que se trata es de lo siguiente: ¿Usted conoce el comunicado
del
Comandante?’ Dice: ‘Yo lo conozco’. Le digo: ‘¡Oiga, léase eso!’ Lo leyó. Le digo: ‘Ustedes pidieron
esto, nosotros estamos satisfechos de lo que ustedes
pidieron. Ahora, yo quisiera ver si hay efectivamente
una
posibilidad, alguna garantía de que se suspenda esta
ejecución’. Dice él: ‘Ya con esto que nosotros pedimos,
se
suspende la ejecución’. Digo: ‘¡Ah, perfecto!’
Ӄl
me dice: ‘Mire, yo tengo aquí un problema: el problema
que
tengo es que yo quiero sacar a mi mujer y a mi
hija, ¿usted puede ayudarme en eso?’ Digo: ‘Sí, con su
mujer y su hija no hay problema ninguno’.”
JORGE L. JOA:
“Mató a un hombre, está en la prisión por matar a una
persona por problema personal”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Le
digo: ‘Mire, yo ahí sí no puedo. Usted está preso desde
hace tres años por delito de homicidio, que no es político.
Yo
ahí no puedo hacer nada’.
”Dice: ‘Bueno, hay otro caso, que es un compañero de
nosotros, que está en otra cárcel por un delito político’.
Digo: ‘Bueno, ya eso es otra cosa, eso lo podemos ver,
pero comprenda usted —y por eso le dije que se leyera
el
comunicado del Comandante— que nosotros no podemos
interferir en los asuntos internos de Colombia ni
podemos asumir compromisos que están fuera de nuestro
alcance’.
”Entra uno de los coroneles y me dice: ‘Yo quiero hablar
con
usted’. Salgo. Me dice: ‘Mire, el problema es que
nosotros hemos operado contra la dirección de la organización
y
los tenemos presos a todos’.”
JORGE L. JOA:
“Yo
estoy con Gaviria cuando eso se produce, y le digo:
‘Hay que llamar a Arbesú, hay que advertirle, porque ya
está pasando película vieja. Tienen al comando en la
mano y la negociación es desde otro punto de vista ahora,
tienen a todo el comando preso y hay que negociar
desde otras condiciones; ya Arbesú se puede manejar
con
más soltura, pero hay que interrumpirlo’.
”Ahí es cuando Santamaría llama y dice: ‘Coronel, hay
que
llamar a Arbesú, porque se operó contra eso y se
cogió, una cosa limpia, sin tirar un tiro, está todo el mundo
preso y detenido, y entonces lo que quieren es negociar’.”
JOSÉ A. ARBESÚ:
“El
coronel me dice eso. Ahí es donde le digo: ‘¡No me
venga usted a joder a mí!, ¿desde cuándo lo tienen preso?’
—‘No, desde hace un rato’.
”Le
digo: ‘Ustedes lo tienen preso desde hace dos días,
no
vengas a jugar conmigo’. Digo: ‘Mire, se acabó la negociación
esta; ustedes no tienen ningún tipo de principio
ni
de respeto’. Digo: ‘Además, no es conmigo es con el
Comandante’. Dice: ‘¡No, no, no!’ Entonces me empieza a
dar
garantías. Me dice: ‘Hable con el presidente Gaviria’.
”Llamo a Gaviria, me sale Ricardo Santamaría y le digo:
‘Esta gente me han dicho a mí esto, ¿es verdad o es
mentira?’ Dice: ‘Es verdad, los cogieron a las 7:30 de la
noche’. Voy al Coronel y le digo: ‘Ven acá, ¿por qué los
cogieron?’ Dice: ‘¿Por qué los cogieron?, porque el problema
es
que estaban reunidos discutiendo el comunicado
del
Comandante y no sabíamos si era para actuar
de
buena fe o para ejecutar’. Dígole: ‘¿Ustedes están
claros de que todo esto se fastidió, que ahora lo pueden
ejecutar por eso que ustedes han hecho?’ Dice: ‘Claro,
es
un riesgo. Oiga, yo le aseguro efectivamente que fue
ahora. Nosotros los teníamos ubicados desde hace tiempo’.
Lo
cual es cierto, Gaviria nos lo había dicho.
”Ya
ahí cambia, por supuesto, la negociación. Yo entro y
le
digo a Bochica: ‘Óigame, toda la dirección suya está
presa’.
”No
lo sabía”.
JORGE L. JOA:
“El
hombre lo cogió con una filosofía espectacular, impasible”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Sí, porque yo primero le había dicho a él: ‘Oiga, a la dirección
suya la tienen ubicada’.
”Entonces los coroneles presionando, Gaviria presionando,
que
esto tenía que resolverse antes de las 6:00 de la
mañana. Era el límite”.
JORGE L. JOA:
“El
problema es que como tú estabas del lado de allá y
yo
estaba del lado de acá, desde que llegué, Gaviria me
recibió allí, me sentó; lo saludé y me dice: ‘Joa, la situación
es
muy difícil. Yo se lo explicaba a Fidel, porque el
problema es que la orden de ejecución está dada, esta
gente pueden ejecutar a mi hermano en cualquier momento.
Lo
que queda es cuestión de horas, de minutos;
yo
pienso que antes del amanecer tiene que buscarse
una
solución, y si no se busca una solución estamos perdidos’.
”Posteriormente, Santamaría me dice: ‘¡Oye, Joa, buenas
noticias: operaron y cogieron a todo el mundo sin tirar
un
tiro!’ Le digo: ‘Santamaría, ¿pero está el hermano
de
Gaviria ahí?’
”No
estaba el hermano de Gaviria, porque eso fue en Cali
y
el hermano de Gaviria estaba en Pereira; es que nos
guardaron la bola quince veces. Entonces Arbesú dice:
‘Arranca para Pereira, porque los tipos ponen como condición
que
vaya uno de nosotros con ellos, porque ellos
no
tienen garantía’.”
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Le
digo al Coronel: ‘Que vengan los presos en el avión,
y
entonces que vayan a buscar al hermano de Gaviria’.
Dice: ‘Bueno, déjame ver’. Llamó por el teléfono, y dijo:
‘Se
acepta eso’.”
JORGE L. JOA:
“Habló con Gaviria; Gaviria habló con el General y el General
le
dijo: ‘Presidente, yo asumo la responsabilidad
de
ese cambio, y podemos darles a los que cogimos y a
los
otros. No se preocupe, Presidente, que yo asumo la
responsabilidad’.”
JOSÉ A. ARBESÚ:
“El
General es el jefe de la policía”.
JORGE L. JOA:
“El
jefe de la policía, Serrano”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Todo esto son como seis horas de discusión. El viejo
llamando por teléfono, teorizando, quería discutir conmigo
los
libros, la revolución mundial. Y yo discutí un rato,
los
coroneles no entendían nada. Hay un momento en que
me
dice un coronel: ‘Óigame, el tiempo se va’, y le digo:
‘Bueno, y usted qué quiere que haga, si él quiere discutir
de
la revolución mundial’. La que nos faltaba a nosotros.
La
que nos falta a nosotros, a los chinos, a los vietnamitas,
a
los coreanos y a todo el mundo.
”Seis horas nos metimos en eso, finalmente logramos
algo con el hombre.
”Yo
salgo como a las 3:00 de la mañana, voy para el hotel,
hablo con Gaviria, le explico: ‘Mire, este es el punto’,
me
doy una ducha y arrancamos para el aeropuerto.
”Llegan los presos, llegan en un avión a las cinco y pico
de
la mañana”.
JORGE L. JOA:
“Éramos cuatro: el general Serrano, el jefe de la Inteligencia,
yo
y el segundo jefe del comando, que es el que
estaba operando, que él pide llevarse una chiquita, porque
dice: ‘Esta me puede ayudar, porque yo conozco una
parte de la gente y mientras yo me muevo por un lado,
ella se puede mover por otro’; porque ellos cambiaban al
hermano de Gaviria cada cierto tiempo de lugar. Entonces
nos
están diciendo que es en Cali, y cuando nos montamos
en
el avión, a la hora de salir el avión, dice que no
es
en Cali, que es en Pereira. Entonces el piloto tiene
que
poner rumbo a Pereira, y para Pereira va el avión”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“A
la esposa del segundo jefe le querían quitar el chiquito,
un
niño de meses, y ella dijo que no; pero la amenazaron
con
eso de que le iban a quitar el chiquito y le soplaron
un
piñazo por el medio de la cara”.
JORGE L. JOA:
“Yo
voy para el aeropuerto. Arbesú me dice: ‘Tú eres el
que
vas a acompañar al general Serrano’, que apareció
en
ese momento, el jefe de la policía, todo el operativo
este, el jefe de la Inteligencia, uno de los que estaba con
Arbesú allí, y el segundo jefe que había venido de Cali,
que
se monta y pide también que le monten a la chiquita,
que
no había sido detenida, pero él la manda a buscar,
porque es la que lo va a ayudar a buscar en Pereira la
ubicación del hermano de Gaviria.
”El
avión rumbo a Pereira es una chivichana de ocho plazas.
”El
segundo jefe es el que estaba operando.
Ӄl
me dice: ‘Mira, te voy a ser sincero. A mí me detienen
en
Cali. El hombre está en Pereira, yo solo no puedo
ubicarlo. Además, eso no puede ser tan rápido como
ustedes me lo solicitan. Eso me va a llevar por lo menos...’
Le
pregunto: ‘Mínimo de tiempo’. Me dice: ‘Entre
tres y cuatro horas me puede llevar eso, porque yo tengo
que
salir a localizar a la gente que sabe dónde está el
hombre, porque yo no sé dónde está. Yo quiero dejarlos
a
ustedes en el centro en un lugar, que ustedes me den
un
voto de confianza, llevarme a la chiquita, quitarme las
esposas, quitarme todo esto, y yo salir a buscarlo’.
”Le
digo: ‘Mira, aquí todo esto tiene que ser sobre la base
de
confianza y de palabra, y tener bien presente esto’ —se
lo
digo para que lo oiga el General—, ‘que está la palabra
de
Fidel Castro de por medio, fíjate bien, y ustedes
respetan a Fidel’. Dice: ‘Sí, sí, por supuesto’. Le digo:
‘Está la palabra de Fidel Castro. Eso tiene que quedar
bien claro’. Dice: ‘Yo te cumplo, hermano, yo te cumplo,
yo
te cumplo’. Arbesú me había dicho: ‘Dale seguridad al
hombre, habla con él, trata de ganártelo, porque está
desconfiado, y es lógico’.
”Llegamos allí en el avión y dice: ‘Bueno, pero yo necesito
que
ustedes se queden en un lugar y moverme solo’. Dije:
‘Te
vas a mover solo’. Le digo al General: ‘No hay otra
manera’. El General asiente. Le dice al preso: ‘Oye, hermano,
esto es sobre la base de confianza, lo que te dice
el
compañero cubano es lo que es. Nosotros te dejamos
a
ti, haz lo que tú quieras, muévete para donde tú quieras’.
Luego el General añade: ‘Yo me quedo en el aeropuerto;
el
coronel se va a mover, que es desconocido, se
va
a mover con el cubano; tú los dejas donde tú entiendas
y
después tú llevas allí a la gente, de ahí salen y yo
los
espero; él me avisa y yo los espero’.
”El
problema es que se demoró, no fueron dos ni tres
horas, fueron como seis horas.
”Nos dejó en el centro de la ciudad. Ahí mismo nos despedimos,
en
un restaurantico, a las ocho y pico de la mañana.
”Dice el Coronel: ‘Bueno, Joa, vamos a desayunar, vamos
a
comer algo aquí, porque hemos amanecido y no hemos
tomado nada’. Efectivamente, entramos a desayunar ahí,
y
entonces le digo: ‘Bueno, hay que confiar en mi compay.
Yo
estoy seguro de que el tipo cumple’.”
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Yo
estoy en el aeropuerto, empieza a prolongarse eso
y
entonces me empiezan a agitar Gaviria por una parte y
los
guardias por la otra”.
JORGE L. JOA:
“A
Arbesú le metían unas velocidades, y daban ultimátums
allí; sin embargo, el General, el jefe de la Policía,
que
estaba con nosotros en Pereira, y el Coronel que estaba
conmigo, que estuvo las seis horas conmigo allí en
Pereira —caminamos medio Pereira, recorriendo, caminando
por
allí, dando vueltas, haciendo tiempo; hablábamos
cada media hora con el General y decía: ‘General,
hay
que esperar’.
”A
las dos horas y media el Segundo Jefe de la organización
hace una llamada y dice: ‘Hermano, yo le cumplo,
estoy complicado, al hombre que tengo que buscar, que
me
tiene que llevar adonde es, no lo encuentro, pero estoy
seguro de que antes de dos horas yo lo localizo; quiero
que
me den hasta las dos y media’.”
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Lo
que pasa es que ahí estaban operando distintos servicios,
yo
me doy cuenta de eso en el aeropuerto. Ahí estaban operando la Policía, la Inteligencia. Ahí hay un
personaje, que es un personaje muy estratégico en esto,
que
no sé quién es, pero es el último al que yo llamo a la
cordura.
”Yo
estoy en el aeropuerto con los presos, y entonces empiezo
a
negociar con los guardias, les digo: ‘Por favor, hay
que
darle leche a la niña esta, bañarla’.
”Entonces hay un momento ya, como a la una y pico de la
tarde, que yo llamaba a Joa y este me decía: ‘Vamos a
seguir esperando, el tipo se está moviendo’. Entonces,
uno
de los coroneles les mete una velocidad a los presos:
‘Si
a las dos y media aquí no hay solución, nos los
llevamos’.
”Le
pregunto: ‘¿Cuáles son los cargos que tienen ellos?’
Me
responde: ‘Tenemos pruebas’. Les vuelvo a preguntar:
‘¿Y
a la niña de cinco meses también se la llevan presa, y
a
la niña de tres años, y a la muchachita esta de 18?’ Dice:
‘Bueno, no’. Digo: ‘Yo me las llevo para Cuba. A la niña de
cinco meses, a la chiquita de tres años, y a la otra de 18,
me
las llevo para Cuba. ¿Hay algún problema con eso?’
Me
responde: ‘No, no’. Digo: ‘Además, Coronel, no me
joda, no me empiece a presionar’.
”Ya
yo había hablado con Pititi, y le dije: ‘Dile a Gaviria
que
aquí están presionando: que a las dos y media; y
que
por lo menos, a las 3:00 de la tarde’ —claro, Gaviria
estaba presionado—, ‘salvo que quiera que maten al
hermano. Que avise, que me monto en un avión y me voy
para Cuba’.
”Me
dice el Coronel: ¿Por qué usted no habla con el amigo
suyo de la cárcel? Es el tipo con el que yo había estado
seis horas. Le digo al Coronel: ‘Llámelo ahí’. Hablo
por
teléfono y le digo: ‘Oye, esto está complicado’. Me
responde: ‘Coño, hermano, ¿pero cuál es el problema?’
”Fue como a la una y pico o las dos de la tarde. Le digo:
‘Mira, viejo, el problema es que no hay contacto con el
que
tú mandaste para allá, no hay contacto y aquí están
presionando’.
”Entonces dice: ‘Ponme a La Negra’, que es una de las
comandantes, y le da instrucciones. La Negra me dice:
‘Necesito llamar por teléfono, pero yo sola, por un teléfono
público’. Le respondo: ‘Ah, está bien’. Le digo al Coronel:
‘Ella necesita un teléfono, yo no tengo dinero aquí,
présteme dinero’. Me dice: ‘¿Pero no es una llamada?’
Le
digo: ‘Es una llamada de larga distancia. Ponga a dos
gentes que la acompañen a un teléfono público, pero
déjenla que hable’.
”Regresa la muchacha y me dice: ‘En media hora lo sueltan’.
Le
digo al Coronel: ‘En media hora’. Dice: ‘No, pero...’
Le
vuelvo a decir: ‘Espérese, usted me dijo que era a la
una
y media; eran las dos menos diez’.”
JORGE L. JOA:
“Es
que el que sabía dónde estaba el tipo, estaba perdido,
no
lo encontraban”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Pero La Negra, que es una gata, me cuenta después en
el
avión que llamó a la mamá de ella a la casa. Parece que
la
vieja sabía dónde estaba, y no sé qué fue lo que le dijo,
y
la vieja es la que llama ya, efectivamente, a las 2 y 20”.
JORGE L. JOA:
“El
Segundo Jefe está preocupado por algunos que se
quedarían en el país. Me dice: ‘¿Qué hago con ellos?’ Le
digo: ‘Tú me das los nombres y después los sacamos
del
país’.
”Digo al Coronel: ‘Llama al general Serrano, para que dé
instrucciones en el aeropuerto. Que nos diga por dónde
entramos y que nos esté esperando allí, y que despeje el
aeropuerto; que no quieren a nadie allí, ni policía, ni prensa,
¡a
nadie!’
”A
la hora de llegar al aeropuerto, los tipos venían con un
arsenal y querían meter el arsenal para el avión, para llevárselo,
para traerlo para acá. Le dije: ‘General, eso lo
negociamos después en el avión, que monten las cosas
ahí. Ellos desconfían, es real, es real, ellos están inseguros’.
Dice: ‘¿Pero ni con usted?’ Respondo: ‘Ni conmigo
mismo confían. Es la vida de ellos’.
”El
hermano de Gaviria venía con un AR-15 en la mano,
pero venía con un tipo con una pistola y otro con una metralleta
y
un AR-15 en la mano; decían que si los asaltaban,
todo el mundo tenía que defenderse, porque creían
que
los iban a matar a todos. Todo el mundo iba a disparar,
hasta el hermano de Gaviria tenía el AR-15 montado
para disparar también.
”Les digo: ‘Caballeros, bajen las armas ya, ¡bajen las armas
ya!’ Entonces los tipos no me identifican, no me ubican.
Les
digo: ‘¡Yo soy cubano, coño!’ Y cojo el pasaporte
y
se lo tiro: ‘Míralo, mira para el pasaporte, mira’. Le
digo al segundo: ‘¿Tú eres jefe aquí o no eres jefe? Pon
orden aquí. ¿A qué yo vine aquí entonces? Me voy para el
carajo y los dejo a ustedes que se maten aquí’. Les digo:
‘¡Espérense un momentico, vamos a resolver las cosas!’
Y
luego al General: ‘Vamos a resolver esto aquí. Que monten
las
armas, que las lleven allí, que se queden con una o
dos
pistolas nada más, y todo el arsenal ese que lo dejen
ahí’. Dice: ‘Sí, sí, está bien, vamos a hacerlo así’.
”Como el Coronel estaba un poco cerrado, el General le
dice: ‘Vamos a hacerlo así, que lleven dos pistolas discretas,
dos
pistolas nada más’.
”En
el avión los tipos iban todavía con el hermano de
Gaviria apuntándole con una pistola. Era la vida de ellos,
era
el salvavidas de ellos”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“En
otro aeropuerto yo les estoy insistiendo a los tipos,
diciéndoles: ‘¿Dónde está el avión en que nos vamos
para Cuba?’ Dicen: ‘No, el avión está’. Digo: ‘¿Dónde
está el avión? Tan pronto se tire el avión este aquí, yo me
voy’. Porque yo sabía lo que iba a pasar, que es lo que
pasa después. Me decían: ‘El avión está’. Y yo: ‘¿Pero
dónde está el avión?’ Y ellos: ‘Aquel avión que está ahí,
el
avión blanco aquel’, que era un Boeing. Digo: ‘Está
bien, el avión’.
”Cojo a este personaje y le digo: ‘Óigame, aquí hay que
poner cordura en esto. ¿Usted no se da cuenta de que
esta gente tienen un anillo de seguridad exterior, por eso
es
que se demoran?’ Dice: ‘Es verdad lo que usted dice’.
Le
digo: ‘Ellos no pueden romper el anillo de seguridad
exterior donde tienen a Gaviria. No se puede presionar,
aquí hay que tener calma, porque lo van a matar’. Me dice:
‘Es
verdad’.
”Llega esta gente en el avión con el hermano de Gaviria”.
JORGE L. JOA:
“Antes de que se tirara el avión, yo negocio con el General,
con
el Coronel, porque él me dice: ‘Joa, ¿cómo hacemos
la
operación? Yo quiero que me den un carro para
manejarlo yo y llevarlo hasta allí’. Le digo: ‘No, no, no,
vamos a hacer las cosas de modo que el avión que nos
va
a llevar para Cuba esté con la gente tuya, ya allí en el
avión con Arbesú y la gente de la embajada que tú conoces,
que
esté allí; entonces nos bajamos y punto’.
”Sube la gente, tú dejas a una gente aquí cuidando al hermano
de
Gaviria, y después que suba toda la gente tuya,
Arbesú se queda contigo, o yo me quedo contigo, voy
contigo y subo, y tú entregas al hermano de Gaviria. Así
lo
hacemos, hermano.
”Bien, perfecto todo.
”El
General da instrucción por teléfono: ‘Oye, el avión que
debe parquearse cerca del otro avión que va a salir...’ Lo
parquearon en casa del carajo, lejísimos por allá, a 500
metros, no sabía nadie dónde estaba el avión, ni cuál era
el
avión, ni cómo era.
”Yo
llamo a Arbesú y le digo: ‘Ven acá’.”
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Me
asomo. El tipo en el avión con una pistola en la mano,
apuntando a la cabeza del hermano de Gaviria; otro con
otra pistola, y entonces el Coronel, que está dentro, decía:
‘Los uniformados que se vayan. ¡A 50 metros!’
”Llega el avión, están armados toda esta gente en el
avión, y el Coronel, que está en tierra, me dice: ‘Mire,
están armados’. Digo: ‘Venga a acá, Coronel, ¿usted
piensa que esta historia se acabó así? Por supuesto que
están armados’. Dice: ‘No, pero no nos lo entregan’. Digo:
‘Oiga, olvídese de eso’.
”El
segundo jefe se va conmigo, pero deja en el avión a
dos
con el hermano de Gaviria apuntándole. Llegamos al
avión, montamos en el avión, entonces él manda a una
muchacha de ellos”.
JORGE L. JOA:
“Arbesú me dice a mí: ‘Joa, acuérdate que cuando el
avión despegue hay que recoger las armas, porque los
compañeros no pueden llegar armados allá’. Y el Segundo
Jefe lo oyó, y apenas levantó el avión, el tipo vino y
nos
trajo las armas”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Dos pistolas, una Smith & Wesson; ahí los desarmamos
y
les sacamos las balas.
”Entonces, allí en el avión es que nos cuentan: a esta muchacha
la
golpearon, al otro le dieron patadas...
”Uno es el segundo jefe de la organización”.
JORGE L. JOA:
“El
que estaba dirigiendo la organización de Bochica
afuera”.
JORGE L. JOA:
”Los cuatro son Comandantes y hay tres mujeres, y las tres
mujeres son Comandantes también, menos la mujer del tipo
y
la hija.
”Dos mujeres, la chiquitica del Comandante, y la otra que
hablaba mucho, que estaba hablando contigo siempre
allí”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Los tipos son obsesivos, unos fanáticos.
”Yo
me enredé en la discusión con este hombre ahí en la
cárcel; pero ahora en el avión los tipos, y en especial el
Segundo Jefe, son obsesivos.
Ӄl
me pide a mí, en medio de eso, que cuando lleguemos
al
final de todo este lío, hay que buscar un espacio
para que busquen los otros libros que faltan, los seis libros,
para que se los den al Comandante.
”Digo: ‘Óigame, hermano, por favor, aquí lo que hay es
que
irse para el carajo de aquí y acabar de resolver esto.
Yo
después mando a buscar los libros’. Pero, ¿ahora en
el
avión...?
[Risas.]
El
Segundo Jefe y la esposa del segundo jefe estaban repartiendo libros a las aeromozas,
desbarrando ahí, firmando. Vaya, los tipos son obsesivos”.
JORGE L. JOA:
“Hablaron con las aeromozas, les firmaron autógrafos”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Además, te voy a decir una cosa: en todo el largo día
este, hablando con los coroneles que estaban en el aeropuerto,
me
di cuenta de que ellos respetan a este hombre,
lo
respetan”.
JORGE L. JOA:
“A
Bochica, que está en la cárcel, que dirige desde la
cárcel”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Y
hay un personaje, que es el personaje este que te digo,
que
es con el que hablo en un momento determinado y le
digo: ‘Oiga, esto va a terminar en un baño de sangre. Si
hemos esperado casi 36 o 40 horas, podemos esperar
una
hora más’. Dice: ‘Usted tiene razón’.
”Yo
no sé quién es, él nunca se identificó”.
JORGE L. JOA:
“Pero ahí se calmó la cosa”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“El
individuo hizo así y paró todo. Es colombiano. Yo no
sé
si es de la DEA, si es del FBI, si es de la INTERPOL,
si
es de la Fiscalía o si es del Antisecuestro ese; pero
paró la locura aquella. Y le dije: ‘Óigame, por favor, esto
va
a terminar en un baño de sangre’. ‘Usted tiene razón’,
me
dice. Digo: ‘Si hemos esperado casi 40 horas, podemos
esperar 42 horas; además, ustedes están presionando
aquí, no jueguen conmigo. Ya yo sé que tengo una
hora más... Y este hombre, además, conoce a Cuba; me
habló de
La
historia me absolverá.
Este personaje, que no
sé realmente quién es, no me dio ni el nombre; yo le di
la
tarjeta mía y él nunca me dio tarjeta’.”
JORGE L. JOA:
“El
Coronel que estuvo conmigo es interesante también,
porque ha venido dos veces a Cuba, ha recorrido la isla
completa. Es un enamorado de la Revolución Cubana;
ha
pasado escuelas en Estados Unidos, en Argentina;
es
un admirador de Fidel. Me habló y me dice: ‘Oye, Joa,
estamos aquí resolviendo el problema del hermano de
Gaviria; pero aquí entre nosotros, tú sabes que Gaviria
es
el primer neoliberal metido aquí, que ha jodido todo
esto. Por eso hay tanta delincuencia y tantas cosas aquí,
porque los pobres son más y más pobres, y los ricos son
cada vez menos y más ricos. Sí, esta es la desigualdad
que
hay aquí, y estamos salvándole la vida; pero bueno,
este es el papel que nos toca, compadre. Tenemos que
hacer esto, en definitiva. Fíjate, estoy consciente de eso,
pero te estoy hablando con sinceridad, entre tú y yo’.”
JOSÉ A. ARBESÚ:
“Ese coronel es el único que se metió, de los dos Coroneles,
en
la discusión filosófica que yo tengo con el jefe
de
la organización”.
JORGE L. JOA:
“Sí, está preparado, estudió filosofía. Yo discutí con él,
discutí cantidad”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
“En
medio de la discusión le digo: ‘Óigame
[dirigiéndose
a Bochica],
le
voy a decir una cosa, usted no entiende a
Cuba’. Dice: ‘¿Que yo no entiendo a Cuba?’ Digo: ‘Usted
no
entiende a Cuba. Eso de que le atribuya todas
esas cosas de la carta suya... ¿Y el bloqueo, usted soslaya
el
bloqueo? ¿Usted soslaya 37 años de enfrentamiento
con
Estados Unidos?’ Porque, además, él me había hablado antes de Viet Nam. Dígole: ‘¿Usted soslaya
la
guerra de Viet Nam?’
”Ahí entra el Coronel y dice: ‘Claro, esto es muy fácil, teorizar
aquí. En la guerra de Viet Nam derrotaron a los americanos.
Cuba ha parado a los yanquis. ¿Quién ha parado
a
los yanquis aquí en este continente?’
”Hay un momento en que me dice el Coronel: ‘Óigame,
compañero, ¿qué usted piensa de esto?’ Dígole: ‘Chico,
esta es la cosa más original que yo he hecho en mi vida’.
Dice: ‘Sí, sí, la más original, ¿pero usted cree que esto
es
serio?’ Digo: ‘Yo, para decir verdad, respeto las ideas
de
Colombia, pero desde el punto de vista operativo hay
algunos problemas’. Me dice: ‘¿Cuáles?’ Digo: ‘El primer
problema que no entiendo es cómo es posible que
un
jefe de una organización revolucionaria caiga preso
porque haya cometido un homicidio’.”
JORGE L. JOA:
“Este es un intelectual”.
JOSÉ A. ARBESÚ:
”Dice el coronel: ‘¿Usted sabe cuál es el problema? El
problema es que este tipo (Bochica) es muy culto, es inteligente, y mi operativo es un desastre’. Añade: ‘Aunque
yo
lo respeto, respeto las ideas’. Le digo: ‘Yo también
respeto las ideas’.
”Cuando la revista
Semana
escribe más tarde un artículo
titulado
Historia Secreta,
fechado el 15 de julio de 1996,
afirma: ‘El escenario de los hechos parecía sacado de
una
novela de Agatha Christie’.
”Un
informante se había filtrado en el JEGA: ‘Yo sé toda
la
historia... Los libros fueron escritos en 1995 y su autor
está detenido en la cárcel de La Picota, en el pabellón
séptimo, pagando una condena de 25 años de prisión
por
homicidio [...]’.
”Antes de marcharse, el informante le dijo al oficial: ‘Si
quieren encontrar más pistas, lean los libros y compárenlos
con
los comunicados de Dignidad por Colombia. Ahí
está el secreto del Bochica que ustedes están buscando’.
”El
sábado 1º de junio, un oficial de la Policía viajó a Panamá
para entrevistarse con el ex presidente Gaviria y lo
puso al tanto de todo lo que sabía sobre el JEGA [...]
Gaviria llamó a Fidel Castro. El Presidente cubano le
contestó que al día siguiente José Arbesú llegaría a Ciudad
de
Panamá”.