Capítulo V
JACOBO ARENAS
El
dirigente comunista Jacobo Arenas, enviado por su partido
a
la más importante zona guerrillera, escribió un interesantelibro que tituló
Diario de la resistencia de Marquetalia.
Es
imprescindible para disponer de valiosa información sobre una
etapa que, infortunadamente, se limita a un breve pero decisivo
período de
la guerrilla del que ya conocemos en parte por los
Cuadernos
de
Marulanda. Es de interés político y a la vez humano. Narra
las
durísimas condiciones en que se libra la lucha, y no deja de
salpicarlas con
fino humor.
“Los primeros días de abril de 1964 tuvimos conocimiento
de
que la guerra de exterminio contra la región de
Marquetalia comenzaría en la tercera semana de mayo
de
ese año”.
“La
dirección central del Partido Comunista necesitaba
reforzar la presencia de sus cuadros en el teatro de los
acontecimientos futuros. A Hernando González y a mí nos
cupo el gran honor de ser comisionados para cumplir esa
tarea, el primero en representación de la Juventud Comunista
y
el segundo en la del Partido”.
“En
la madrugada del 11 de abril nos pusimos en marcha.
Al
día siguiente penetramos en la montaña. Seis días
después nos confundíamos en abrazo fraternal con Manuel
Marulanda y un grupo de muchachos que ya esperaban
el
avance de las tropas enemigas”.
“En
la reunión acordada rendimos nuestros informes
y
hubo una discusión animada en torno a muchos problemas
importantes de la táctica revolucionaria armada.
Entre muchas medidas aprobadas resolvimos enviar una
carta abierta al presidente de la República, Guillermo
León Valencia”.
“En
reunión posterior acordamos enviar cartas abiertas
y
mensajes a todas las personalidades y organizaciones
democráticas del país”.
“Este monstruoso plan pretende ser justificado por el gobierno
y
los jefes militares con el argumento de destruir
‘focos de bandoleros’.”
“El
mensaje finalizaba con un llamamiento a la solidaridad
nacional con los campesinos agredidos”.
“El
ataque contra Marquetalia no es sino el inicio de una
nueva fase de la política ‘a sangre y fuego’.”
“La
‘rotativa’ del Movimiento —como cariñosamente bautizamos
al
viejo mimeógrafo— reprodujo por miles nuestros
mensajes para las masas. Fusil terciado y fornituras
pendientes como antiguos escapularios, las manos embadurnadas
de
tinta, el oído atento, un centinela en la orilla
de
una mata de monte, éramos el equipo de propaganda
que
bien podía imprimir o pelear en caso de un asalto
enemigo. Así pasamos los primeros días, que parecían
transcurrir al ritmo perezoso de la ‘rotativa’.”
“Marquetalia es el nombre convencional de una zona situada
sobre la Cordillera Central, entre las sierras de Atá
e
Iquira. Su parte central es un pequeño altiplano. Toda la
región es muy montañosa y elevada, y allí se levanta una
de
las mayores alturas geográficas de Colombia: el Nevado
de
Huila, con 5 750 metros de altitud”.
“En
varios kilómetros a la redonda, el caminante es un
ser
humano único y absolutamente solo”.
“El
enemigo que teníamos enfrente era en verdad una potente
fuerza contraguerrillera con dirección operacional
móvil y con un centro o mando operacional no móvil, en
el
seno del cual los especialistas norteamericanos iban
a
poner en práctica sus experiencias de combate en
Viet Nam, Corea y Argelia”.
“El
27 de mayo, en La Floresta, sobre el cañón del río
Atá, se produjo el primer combate al mando del comandante
Joselo. El sábado 30, en La Suiza, tuvo lugar un
segundo encuentro comandado por Isaías Pardo”.
“El
3 de junio hubo tres choques. La radio informó de un
oficial muerto y varios soldados heridos”.
“El
sábado 14 de junio, a las 8:05 de la mañana, los filos
colindantes del altiplano de Marquetalia, sobre puntos analizados
por
la observación aérea, fueron bombardeados con
proyectiles cohetes. El bombardeo iba acompañado
de
fuego aéreo de ametralladoras punto 50. Diez minutos
después, seis helicópteros dieron comienzo al desembarco
de
tropas. Once aparatos sobrevolaban la región en
apoyo del desembarco. Ochocientos hombres ocuparon
los
dos filos en 55 minutos e iniciaron el dominio del
altiplano enlazándose con las tropas que avanzaban por
tierra y consolidaban posiciones cañón arriba del Atá.
”La
táctica del enemigo era la de dar un golpe por sorpresa
con
las fuerzas aerotransportadas. Es entonces cuando la fuerza aérea lanzó bombas napalm sobre las
casas del poblado”.
“Quince niños resultaron muertos por la acción de las bombas.
El
bombardeo fue sorpresivo, lo cual impidió a los
mayores poner a salvo a los niños”.
“El
17 de junio se produjo el primer gran combate desde
que
comenzó la operación militar”.
“A
las nueve de la mañana comenzó el combate. Las tropas
enemigas contaron con el apoyo de la aviación, que
ametralló con máquinas punto 50, mientras los puestos
consolidados del otro lado del río, en Ucrania y el Alto de
los
Socorreños, apoyaban el avance enemigo a tiro de
morteros múltiples y lanzacohetes de tiro rápido, de los
tipos M20, M20A1 y M20B1, de tres y cinco pulgadas”.
“Los días 19 y 20 de junio se produjeron dos bombardeos
y
ametrallamientos diarios sobre lugares al parecer
no
fundamentales, ya que no hubo objetivo preciso”.
“El
22 las tropas tomaron el paraje de Juntas, consumándose
así
la ocupación total de la región por el enemigo.
Ese
mismo día amanecieron varios compañeros y compañeras
con
la ‘viruela negra’. Por parte del enemigo se
abre entonces un paréntesis de expectativa, en espera
de
la acción de las bacterias. El paréntesis se prolonga
hasta el 2 de julio”.
“El
7 de julio escuchamos por la radio que el ejército había
encontrado documentos muy importantes en
Marquetalia. Efectivamente, allí, por física desidia, alguien
había dejado abandonados unos cuantos papeles que
creyó sin importancia, sin comprender que con ellos se
nutre la inteligencia enemiga”.
“Días antes se había colado un informador, espía que llevó
al
ejército un informe preciso de la ubicación nuestra y
de
las posibles vías de escape en caso de sorpresa. En la
primera acometida, perforada por una bala punto 50,
murió la compañera Georgina de Ortiz, quien no logró
refugiarse oportunamente”.
“El
10 hubo varias bajas enemigas y se tomaron cuatro
fusiles M1 y cuatrocientos cartuchos punto 30”.
“Nuestros efectivos realizan otro asalto el 24 de agosto.
El
25 las tropas fueron hostigadas a tiro largo, y el 3 de
septiembre los guerrilleros asaltan a las tropas oficiales
en
Peñarrica. Se produjeron varias bajas enemigas y fueron
tomados por los nuestros dos fusiles automáticos.
Del
20 de septiembre en adelante se produjeron asaltos
relámpagos en San Pedro y otros puntos estratégicos
de
las fuerzas gubernamentales”.
“Manuel Marulanda, quien acababa de llegar a la choza,
intervino burlonamente en la conversación. En medio de
risas, y con la ironía de nuestros campesinos dio su opinión.
”—Tienes que aprender la táctica de los dos filos contra
las
pulgas —dijo dirigiéndose a mí. O sea que uno debe
estarse quietecito para que se harten; luego ellas no
molestarán más, hasta que vuelvan a tener hambre.
”—¡Salud, comandante! —respondí, y violando la disciplina,
como una ardilla, salté al zarzo en un santiamén.
”En
condiciones semejantes el reglamento prohíbe dormir
en
un zarzo o en segundo piso. Hay que dormir listos
para lo peor. Hay que acostarse completamente vestido,
calzado y con el arma al alcance de la mano. El equipo
sirve de almohada. Antes de acostarse hay que precisar
la
dirección del posible escape. A las tres de la mañana
ya
el guerrillero está nuevamente en pie. Los asaltos enemigos
se
producen, por lo común, de esta hora hasta el
amanecer”.
“Hay que ir a las reuniones celulares. Hay que explicar de
manera sencilla y clara la línea política, poniendo ejemplos,
en
un lenguaje accesible a la mentalidad de las gentes.
Hay
que escuchar atentamente a los compañeros. Hay
que enseñar sin ninguna pedantería y al mismo tiempo
aprender”.
“El
guerrillero necesita comprender el curso del proceso
revolucionario y sus perspectivas, a escala nacional e
internacional. Se
aprende a vivir en comunidad, a compartir aflicciones, escaseces, tragedias y alegrías.
”La
vida guerrillera está libre de falacias. Es real, descarnada”.
Como puede apreciarse, Jacobo Arenas expresa elevadísimos
conceptos de lo que debía ser un guerrillero revolucionario; él
influyó en
Marulanda y Marulanda, con sus dotes naturales de mando, influyó
en
él. Más adelante utiliza las propias palabras del jefe militar
guerrillero para reflejar las concepciones de este.
Nos
cuenta primero cómo era la vida en aquel teatro de operaciones.
“En
la selva es más corto el día que la noche. El hambre
comienza a morder. Noches largas de insomnio. Deseos
de
saltar sobre la alfombra de palma verde que
nos
sirve de lecho. Fiebre. Sueños de enfermo. Viruela
negra. Las bacterias. Los aviones yanquis. Sueños, fiebre
alta, mosquitos insoportables. Se escuchaban ruidos
de
animales selváticos, quejidos humanos, cantar de fuentes,
monótona lluvia [...] una gotera helada sobre el cuerpo
de
un niño que también soñaba.
”—¡Pobres, carajo! —dice mi vecino de camastro, un muchacho
de
la Juventud Comunista que ha andado siempre
conmigo, desde el comienzo de la agresión. Le pregunté
qué
le pasaba.
”—Las bacterias, hermano. Me están tragando. Tengo fiebre,
dame una pasta de plaquinol.
”Le
respondo, también en voz baja, que no tenga ningún
temor, pues está vacunado contra todo eso que han lanzado
los
gringos desde los aviones”.
Arenas se extiende en consideraciones de esa índole. Después
expresa:
“En
mi cuaderno de notas he tomado las palabras de Manuel
Marulanda y ahora las reproduzco:
”El
guerrillero y todo integrante del movimiento revolucionario
debe prepararse en todos los terrenos, principalmente
en
el terreno político y en el militar [...].
”Estamos obligados a prepararnos políticamente para
que
el guerrillero esté en condiciones de ganar a las
masas populares para la lucha, no solamente a las masas
campesinas sino a todas las masas del pueblo, porque
de
otra manera no será posible el triunfo de la revolución”.
“En
esta lucha iremos acompañados de todo el pueblo,
de
todos los guerrilleros y guerrilleras que vayan surgiendo
para encarar la lucha armada contra el despotismo,
por
las libertades para el pueblo y por una democracia
efectiva”.
“Por estas y otras razones nosotros estamos obligados
a
poner en vigencia todo el contenido de nuestras normas
militares, de nuestro reglamento, de nuestra disciplina
interna, sobre la base de los acuerdos anteriores y
los
principios del movimiento armado revolucionario, bajo
la
dirección de nuestro Partido”.
“En
el movimiento guerrillero hay cosas que tienen que ser
absolutamente secretas. El enemigo no tiene por qué darse
cuenta de ellas”.
“La
moral del guerrillero, como de todo integrante del movimiento,
debe ser una moral alta, cada día más alta [...]”.
“El
guerrillero no tiene para qué pararle bolas a la aviación,
cuando está de puesto, cuando está emboscado o
cuando está en combate, porque si se dedica a poner atención
a
los aviones, no ve cuando el enemigo de tierra avanza
[...]”.
“Esa moral revolucionaria le indica cómo comportarse
ante las masas, con su pueblo, con sus hermanos de clase
y
de lucha. No tiene por qué tomar en sus manos ni la
más
modesta cosa ajena. De ninguna manera. El guerrillero
revolucionario no tiene por qué manchar sus manos
con
las cosas ajenas”.
“Nosotros no podemos confundirnos con los bandoleros,
con
los ladrones. Nosotros somos revolucionarios, y si
no
fuera porque lo necesitamos para que la revolución
triunfe, tampoco tomaríamos los bienes del enemigo”.
“Esa es la filosofía de las clases enemigas y nosotros
peleamos contra esa filosofía”.
“Otra cuestión sumamente importante para nosotros es
la
cuestión del colectivismo revolucionario”.
“Cuando seamos completamente errantes, cargando solamente
lo
estrictamente necesario, y encontremos una vaca, una danta o una pava silvestre, es para todos... ‘el
que
tiene más saliva come más harina’ corresponde a la
moral burguesa, a la filosofía reaccionaria”.
“El
imperialismo es nuestro enemigo mayor. Los altos
mandos militares, los banqueros, los grandes industriales
y
comerciantes, los grandes latifundistas, los políticos
de
alto coturno no vienen aquí, porque ellos, en primer
lugar, le tienen mucho miedo al pueblo en armas, y
en
segundo lugar porque no están en capacidad física
de
hacerlo. Si no fuera por la ayuda norteamericana, pronto
daríamos buena cuenta de la oligarquía.
”El
imperialismo yanqui es no solamente nuestro enemigo,
sino el enemigo de todos los pueblos de la tierra. Él
desembarca sus tropas en cualquier país que quiera una
vida mejor”.
“El
pueblo de Cuba nos dio un ejemplo grandioso aquí
en
nuestro continente”.
Jacobo Arenas concluye afirmando:
“El
hombre que así nos habló es Manuel Marulanda Vélez.
35
años, casado, cinco hijos. Campesino, hijo de campesinos,
obligado a transformarse en guerrillero, luego
en
comandante de guerrillas y ahora en jefe del movimiento
guerrillero del Bloque Sur y líder de las masas del
Nudo de la Cordillera Central.
”Para la reacción y el imperialismo, Marulanda es el ‘bandolero
Tiro-Fijo’. Con ello pretenden rebajar la estatura
de
este cuadro político y militar, uno de los combatientes
guerrilleros que más pesadillas ha dado a las fuerzas
militares oficiales. Es miembro destacado del Comité
Central del Partido Comunista”.
“Siempre está desarrollando planes de lucha porque entiende
que
la energía de las masas es inagotable y que
del
contacto con ellas brotan todos los días tareas nuevas
en
beneficio de la causa revolucionaria”.
“En
sus intervenciones, en sus escritos, en su actividad
diaria encontramos a Manuel dedicado a la gran labor
de
construir ese tipo de combatiente que las exigencias
de
la época y de la lucha moderna imprimen a la organización
guerrillera.
”Forjar ese tipo ideal de combatiente es difícil. Hombres
de
semejantes atributos no son fáciles de encontrar”.
Hacía 13 años que Marulanda había sido ganado por las ideas
revolucionarias comunistas.
La
Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, constitutiva
de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se realizó
entre el 5 de abril y el 5 de mayo de 1966.
“Los destacamentos guerrilleros del Bloque Sur, nos hemos
unido en esta Conferencia y constituido las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que iniciarán
una
nueva etapa de lucha y de unidad con todos los
revolucionarios de nuestro país, con todos los obreros,
campesinos, estudiantes e intelectuales, con todo
nuestro pueblo, para impulsar la lucha de las grandes
masas hacia la insurrección popular y la toma del poder
para el pueblo”.
Con
esas palabras termina el libro de Jacobo Arenas.
Marulanda era ya un experimentado guerrillero y tenía una doctrina.
Lucharía 42 años más.
Manuel Marulanda, José Arbesú y Antonio López durante un diálogo en
el
campamento de las FARC. Febrero de 1999.
Manuel Marulanda y Raúl Reyes en la comandancia de las FARC. Febrero de
1999.
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