Capítulo IV
LOS
CUADERNOS DE MARULANDA
Un
pequeño libro titulado
Manuel Marulanda Vélez, cuadernos de campaña,
publicado en marzo de 1973 por el Partido Comunista de Colombia, le atribuye al jefe militar
guerrillero a finales de la década de 1960 ideas y conceptos que es
justo consignar aquí.
La
presentación del libro va precedida por un profundo pensamiento
de
Julius Fucik, autor de
Reportaje al pie de la horca,
valiente comunista y periodista checo fusilado por los nazis: “El optimismo
no
puede alimentarse con mentiras sino con la verdad”. Dicha
presentación lleva la firma de José Modesto Campos.
Marulanda afirma en ese libro que entre 1949 y 1953 los
destacamentos guerrilleros liberales en el Sur del Tolima fueron ocho, y los
dirigidos por los comunistas, catorce. Él se incorpora después de la
muerte de Gaitán a una guerrilla liberal integrada por familiares
suyos y
vecinos del municipio de la región. Tenía entonces alrededor
de
18 años. Eran destacamentos campesinos de autodefensa, que
históricamente se enfrentaban a las matanzas de la oligarquía
conservadora. Este factor, a mi juicio, configura la extrema complejidad
del
proceso colombiano, muy diferente al de Cuba y los países
mencionados de
Centroamérica. Dentro de ese especial contexto es que debe analizarse el papel
de
Marulanda, el Partido Comunista y la política colombiana.
Desde un punto de vista teórico y práctico, en ningún otro país se
desarrollaron en grado tan alto los vínculos típicos del
imperialismo de
Estados Unidos y el destino de una nación latinoamericana. El
fenómeno se comprenderá mejor a medida que avanzan los
acontecimientos que
se abordan, iniciados diez años antes de la Revolución
Cubana.
“De
nuestro grupo forman parte” —escribe Marulanda—
“los cinco Loaizas, encabezados por su padre Gerardo;
los
cinco Garcías; los cuatro Ospinas; los cuatro Radas y
otros que llegaron a ser célebres por su valor”.
Más
adelante añade:
“Las informaciones hablaban de que los grupos comunistas
o
dirigidos por ellos eran muy bien organizados y
tenían muchos y muy buenos militares, que entrenaban
permanentemente a la gente y que además se dirigían a
menudo al personal para explicar las razones de la lucha,
para educarlo y politizarlo. Y en verdad en los grupos
liberales, como es apenas natural, se adolecía de
estas formas de organización y la orientación política se
inspiraba en el antigodismo”.
En
Colombia,
godo
es
palabra despectiva que equivale a reaccionario
y
conservador recalcitrante. Marulanda explica que en la
permanente lucha entre conservadores y liberales, ambos grupos
se
hacían la guerra despiadadamente, ojo por ojo y diente por diente.
Le
llama por ello la atención el comportamiento de las guerrillas
comunistas, la importancia que prestan a la educación política de
los
combatientes. No obstante, se queja a veces de la actitud sectaria
de
algunos cuadros. Detesta los actos de bandolerismo y los
detesta porque dan base a las calumnias. Uno de los hechos que
más
le preocupan es que los familiares de los grupos de autodefensa
campesina los acompañan buscando protección para evitar las
matanzas de los conservadores y la policía armada.
“El
gobierno” —narra el jefe guerrillero— “sabiendo que
la
orientación oficial de los jefes liberales era la de combatir
contra la policía y no contra el ejército, destacó un
seleccionado grupo de oficiales que entrando por la vía
del
valle del Cauca, se dispondría a ‘entregarse’ a los
efectivos liberales en armas [...]. Al traspasar los límites
del
valle y avanzar en territorio tolimense, hablaban de
que
venían a entregarse a las guerrillas ya que habían
desertado del ejército y que estaban en conexión de un
vasto plan para tomar el gobierno [...]. Treinta hombres
excelentemente armados llegaron a un pequeño núcleo
periférico [...]. En medio del regocijo general propusieron
esa
misma noche, cuando se desarrollaba una brillante
fiesta en su honor, que al siguiente día tendrían que
viajar todos los que estuvieran en armas hasta la ciudad
de
Rioblanco, donde según el plan en desarrollo tomarían
pacíficamente la localidad, que en adelante seguiría gobernada
por
el señor Gerardo Loaiza como alcalde [...].
Dijeron sí que esperaban que participaría el mayor número
de
combatientes [...]”.
Continúa narrando:
“Todo se cumplió más o menos de acuerdo a lo convenido”.
“Gerardo Loaiza y sus hijos no se hicieron presentes en
ella y por escrito el candidato a la alcaldía de Rioblanco
anunciaba que llegaría un día más tarde.
”La
trampa ya estaba armada y sus autores se conformaron
en
enredar a quienes entraron en ella. Todos los
que
llegaron hasta la ciudad con los falsos emisarios del
Ejército fueron capturados [...]. Cerca de 100 campesinos
pagaron con sus vidas las ilusiones golpistas
insufladas por los jefes liberales de la capital [...]. Durante
cerca de 20 años las cruces enterradas en los recodos
del
viejo camino de herradura que de Rioblanco conduce
a
Chaparral, fueron mudos testimonios del lugar y
la
forma en que cada uno de estos colombianos fue asesinado
[...]. Era el año de 1950”.
Estas palabras reflejan el impacto que sobre él tuvo el episodio
que
con amargura reporta.
Va
señalando en su cuaderno vicios de las guerrillas de autodefensa
liberales a las que pertenecía: “Se hizo corriente el comercio
de
armas entre jefes y las tendencias caudillistas de estos [...] que
rían ir a las acciones con el ánimo de ‘revanchar’, esto es, agarrar
para sí lo que pudieran”.
Varios párrafos de sus extensos
Cuadernos
que
incluyo a continuación revelan importantes esencias de su pensamiento en plena
evolución:
“Las guerrillas comunistas del Sur del Tolima propinaban
duros golpes al enemigo y con su relativamente mejor
organización acrecentaron la simpatía de los demás jefes
liberales guerrilleros que llegaron a la conclusión de
que
era necesario entrar en contacto y coordinación. El
primer encuentro entre guerrilleros liberales y comunistas
se
realizó en la zona de Irco, Chaparral, hacia finales
de
1950”.
“Entre la dirección comunista, al producirse la unificación,
surgieron dos posiciones: una, consideraba que al entrar
en
contacto con los guerrilleros liberales los destacamentos
comunistas deberían hacer parte de estos, tratando
de
ganar autoridad realizando un trabajo desde la
base; la otra sostenía y sostuvo la organización autónoma
de
destacamentos, en los cuales nada tuvieran que
ver
los aliados liberales”.
“Esta situación provocó las primeras fricciones en el Estado
Mayor Unificado que fue roto en tres ocasiones por
los
liberales y solamente restablecido mediante un trabajo
paciente de los comunistas”.
“Antes había sido provocado el rompimiento de liberales
y
comunistas en el movimiento obrero”.
“Sentían miedo de que las guerrillas colombianas llegaran
a
levantar la consigna de toma del poder por el pueblo
para un cambio profundo de régimen”.
“Liberales dentro y fuera del Estado Mayor Unificado
actuaban como si sus aliados, los comunistas, fuesen simplemente
una
minoría que debía someterse a sus orientaciones,
organización, métodos y disciplina”.
“Los jefes guerrilleros liberales y muchos de sus combatientes
campesinos ricos, no comprendían los planteamientos
comunistas por la liberación nacional del país
del
predominio imperialista [...] preocupación para ellos,
agravada con la forma sectaria y superficial con que presentaban
a
los oradores comunistas en algunas reuniones”.
“El
distanciamiento se produjo cuando los dirigentes comunistas
difundieron y explicaron los ocho puntos del
Programa aprobado por la Primera Conferencia Nacional
del
Movimiento Popular de Liberación Nacional”.
“Los liberales no llegaban más allá del derrocamiento del
gobierno conservador y la defensa de la Constitución avasallada
por
el estado de sitio.
”Procedentes de otros lugares del país, especialmente
de
departamentos como Caldas, El Valle, Antioquia y
Cauca, liberales por tradición, con su trabajo habían creado
promisorias economías en fincas que se encontraban
en
pleno florecimiento al presentarse las oleadas de violencia.
Inicialmente no fueron anticomunistas. Cayeron en
la
trampa de la lucha anticomunista cumpliendo las orientaciones
de
sus jefes regionales y nacionales que, al ser
puestas en práctica, encontraron una actitud sectaria, inflexible,
estrecha de los comunistas que les abonó el terreno
de
la división y el enfrentamiento armado”.
Prosigue hasta el final de sus
Cuadernos,
con
el largo relato siguiente, un verdadero y valioso extracto de su pensamiento militar
y
político:
“Una de las últimas Conferencias Conjuntas de guerrilleros
liberales y comunistas se realizó en el comando de
Horizonte. Unos dos mil soldados al mando de dos coroneles
trataron de hacer una operación de peine en direcciones
encontradas”.
“Después de 21 combates, contabilizamos cerca de cien
bajas enemigas y nuestro hostigamiento persiguió las distintas
patrullas en que se dividió y desorganizó el Ejército
en
su retirada.
”Esta vez fue la primera en la historia del movimiento guerrillero
del
Sur del Tolima en que la ofensiva terrestre del
enemigo fue apoyada por la aviación”.
“Entre los liberales muchos combatientes y jefes, como
me
sucedía a mí [...] nos solidarizábamos con los planteamientos
y
actuaciones del movimiento guerrillero comandado
por
los comunistas”.
“La
presión militar sobre los destacamentos comunistas
se
hizo frecuente y muy grande. No ocurrió así con los
comandos liberales. Las fuerzas oficiales no los atacaban
y
estos por su parte no volvieron a combatirlas durante
un
lapso prolongado. Los destacamentos comunistas
fueron el blanco predilecto por las fuerzas del gobierno
y
esto obligó a que se produjera una reestructuración
general de sus mandos y efectivos”.
“Los liberales caían cada vez más profundamente en las
redes del anticomunismo. En sus arengas y conversaciones
realizaban una campaña abierta difundiendo las
siguientes consejas:
”•
Los comunistas se van a adueñar de nuestras tierras.
”•
Los comunistas les quitan a los guerrilleros parte de
lo
que consiguen para dárselo a quienes no salen a
combate.
”•
Los comunistas defienden a los conservadores al
decir que entre ellos hay gente buena. Tienen pacto
con
los godos contra los liberales.
”•
Los comunistas organizan a las mujeres para volverlas
rebeldes, obligarlas a trabajar y aprovecharse de ellas.
”•
Los comunistas hacen trabajar a la gente para que
los
dirigentes vivan tranquilos.
”•
Si triunfan los comunistas a la gente le quitan todo,
hasta los hijos.
”•
Si los comunistas triunfan, nos fusilan a todos los liberales
y a
los curas.
”•
Si triunfan los comunistas nos entregan a Rusia para
que
nos exterminen”.
En
estos párrafos de Manuel Marulanda se expresa el proceso
de
aprendizaje a partir de lo que su mente ágil percibía. No es fácil
desentrañarlo porque en los
Cuadernos
él
explica numerosos hechos y
anécdotas, los retoma y luego vuelve hacia adelante. Solo
una
síntesis a partir de sus palabras textuales permite extraer sus
ideas, sumamente interesantes, no fáciles de captar.
Después de lo que parecía ser el final de las acciones comunes
entre guerrillas comunistas y liberales, otra vez vuelven a luchar
juntos lo que queda de los grupos de autodefensa liberales y las
guerrillas comunistas. Marulanda lo expone de este modo:
“En
este momento los mandos militares intensificaban
en
todo el país la cruzada antiguerrillera y anticomunista
a
la vez. La experiencia del Tolima les indicaba que las
guerrillas liberales podían ser objeto de un tratamiento
político mientras que los comunistas no caerían en emboscada
de
tal naturaleza. A confirmar esta apreciación
contribuyó la entrega del comandante guerrillero apodado
‘Pasillo’, en Gaitania, con cincuenta hombres entre
combatientes y civiles. Este hecho fue señalado como
ejemplo del ‘nuevo trato’ que el Ejército prodigaba a los
guerrilleros liberales. En que cundiera este convencimiento
ponían especial empeño los altos mandos que
ya
venían comprometidos en la preparación del golpe
militar que derrocó la dictadura conservadora en Junio
de
1953 [...]”.
“Los emisarios del Ejército, que supervigilaban la marcha
de
la guerra entre guerrilleros, se reunían con los comandantes
liberales que ahora se autodenominaban
‘limpios’ para que no se les fuera a confundir con los
‘comunes’. En estos encuentros los limpios recibían nuevas
promesas. Les llegaron a decir que cada jefe destacado
ganaría, como indemnización de veteranía, cien
mil
pesos, que les construirían en la capital de la República
un
gran edificio donde cada comandante viviría
con
su familia rodeado de todas las comodidades y atenciones
[...]”.
“Es
una guerra entre guerrilleros que conocen palmo a
palmo la tierra que pisan [...]”.
“[...] perdieron la vida dos de los Loaizas y uno de los
Garcías, jefes de los combatientes liberales [...]”.
“Se
presenta una nueva ofensiva gigante del enemigo [...]”.
“Al
conocer que se trataba de una ofensiva general de
exterminio contra todos, se enfrentaron y combatieron con
fiereza. Se produjo nuevamente una especie de unidad
en
la acción [...]”.
“En
unas tres semanas el más grande y coordinado asalto
destructor de las fuerzas represivas estaba anarquizado.
Algunas unidades ya no se retiraban, se desbandaban,
momentos que lograban los guerrilleros de
ambos bandos para perseguirlas y causarles muchas
bajas [...]”.
“Se
percibía un cierto cansancio. La guerra nunca iniciada
por
los campesinos ya se prolongaba tres años. Estos
pensaban en sus fincas, en sus intereses abandonados.
Deseaban un cambio en su situación. Al fin y al cabo
eran campesinos trabajadores que habían llegado a la
guerrilla obligados por las circunstancias.
”La
guerra interna entre guerrilleros había probado que
los
únicos que habían ganado con ella eran el gobierno
conservador, los reaccionarios militares y civiles que lo
sostenían y los dirigentes liberales que estaban pescando
en
ese río revuelto de la violencia”.
“Después de varias asambleas de guerrilleros, en las que
unos cuantos se oponían a entrar en conversaciones para
normalizar las relaciones o intentar hacerlo, la mayoría
de
los combatientes comunistas decidieron aceptar las
propuestas de entrevistas para llegar a acuerdos preliminares.
Se
llegó a los siguientes, que supieron aprovechar
los
liberales pero que nunca cumplieron: respeto
mutuo a la vida y bienes; libre tránsito para unos y otros;
acción conjunta en caso de nuevas agresiones del Ejército;
intercambio comercial individualmente y entre los
comandos si fuere posible”.
“Se
produce el golpe militar del 13 de junio de 1953. Rojas
Pinilla y un grupo de militares de alta graduación toman
el
poder respaldados por la oligarquía y el imperialismo.
Al
día siguiente del golpe todos los comandos y
sus
alrededores fueron sobrevolados pero esta vez no
se
lanzaban bombas sino ejemplares de los diarios liberales
que
se publican en la capital. Viene luego la campaña
de
pacificación de los golpistas, respaldados ardorosamente
por
los jefes liberales y gran parte de los conservadores. Los guerrilleros liberales inmediatamente
responden a los llamados del nuevo Gobierno en el
sentido de que quienes depusieran las armas serían amnistiados
y
ayudados para la reconstrucción de sus haberes
perdidos. Comienzan a salir en masa a los poblados,
pequeñas localidades y puestos militares donde se
les
permitía andar con sus armas, emborracharse y dar
desahogo a sus privaciones y ciertas costumbres primitivas”.
“La
campaña de atracción de los guerrilleros arreció,
y
creció en estos el deseo de entregarse. Por lo demás
se
notaba cierto cansancio, especialmente en aquellos
hombres que solo habían llegado a la guerrilla a defenderse
de
la persecución política chulavita.[*] Los grandes
titulares de la prensa que diariamente llegaba a manos
de
los guerrilleros anunciaban la entrega de guerrilleros
en
los Llanos Orientales, en Antioquia, en uno y otro lugar.
Se
mostraban fotografías y se daban informaciones
acerca de las giras que algunos guerrilleros liberales,
principalmente de los Llanos, realizaban tratando de convencer
a
sus compañeros de armas de otros lugares del
país sobre la conveniencia de cesar la lucha armada y
entregarse con armas al Gobierno.
”En
los destacamentos guerrilleros dirigidos por los comunistas
se
vio claro desde estos momentos el panorama de
dificultades que se interponía para la continuación
de
la lucha armada. Pero la entrega de los hombres que
habían sacrificado su vida y las armas conquistadas al
precio de la sangre de muchos combatientes caídos era
una
traición en la cual no se incurría. Esto hacía la situación
de
este sector de combatientes guerrilleros extremadamente
difícil. El análisis político que se hacía, a la
luz
de orientaciones centrales era el de que la dictadura
militar no constituía la solución de los problemas que el
pueblo colombiano estaba buscando”.
“La
mayoría seguía siendo influida por el deseo de aprovechar
la
coyuntura que se presentaba para ‘legalizar’ su
vida y regresar a las actividades normales en sus lugares
de
origen”.
“Los guerrilleros, según los militares, deberían entregarse
con
sus armas y sin condiciones”.
“Las ofertas de dinero por la cabeza de los dirigentes, a
quienes se creía responsables de la orientación de no
entregar ni hombres ni armas, eran reiteradas. La verdad
es
que eran tan tentadoras que nadie podía garantizar
seguridad a nadie en medio de semejantes condiciones”.
“Al
cesar en el año 1953 la lucha guerrillera, por entrega
de
la mayoría de los combatientes liberales, los comunistas
subjetivamente no podían continuar por su cuenta
y
riesgo un movimiento para el cual las condiciones objetivas
habían cambiado tornándose adversas. Por ello, aun
en
esta primera etapa y pese a lo limitado de sus alcances
políticos, tomando todo el movimiento guerrillero nacional
en
su conjunto, la lucha armada popular fue derrotada
no
en el terreno militar sino en el campo político”.
“Surge aquí una nueva etapa de acciones guerrilleras
cuyo teatro de operaciones fue más limitado pero más
avanzada políticamente”.
“Se
trata de una etapa de lucha armada en la cual los
comunistas solos tienen que levantarse en armas contra
la
represión que se proponía exterminarlos físicamente
del
territorio nacional”.
“Algún día trataremos de sistematizar nuestros apuntes y
nuestros recuerdos sobre los hechos históricos de esta
segunda etapa de la lucha guerrillera en nuestro país, recogiendo
nuestro testimonio en un nuevo cuaderno”.
“[...] cuando llegamos a Riochiquito, después de una campaña
inicial de resistencia al enemigo mediante lo cual
deseábamos fijar en la conciencia del pueblo colombiano
la
justeza de nuestra lucha, encontramos la más amplia solidaridad. Gracias a ella, que estaba en nuestra
retaguardia inmediata, y a la solidaridad nacional logramos
desplegar una guerra de guerrillas fluida, incisiva y
de
alto rendimiento”.
“Los mandos militares colombianos aún no saben exactamente
cuándo dejamos Marquetalia como epicentro de
nuestras operaciones”.
“Por tal dominio de nuestra táctica es que tanto amigos
como enemigos se han equivocado muchas veces al
hacer sus apreciaciones acerca de nuestra lucha”.
“Hay otros factores que seguirán perteneciendo a nuestros
secretos militares”.
“Durante nuestra permanencia en Riochiquito llevamos a
cabo la Primera Conferencia del Bloque Sur que unificó
la
táctica nuestra en todos los destacamentos y acogió
una
serie de iniciativas hacia la creación de las actuales
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
”[...] las fuerzas militares colombianas han perdido todo
su
tiempo al tratar de liquidar nuestro sistema de guerrillas
por
el camino de su llamada guerra contraguerrillera”.
“Al
presentarse la agresión a Marquetalia, por ejemplo,
creamos una sola Dirección. Constituimos un nuevo tipo
de
Estado Mayor como suprema autoridad política y militar,
cuidando de que el militarismo no absorbiera todo.
Establecimos la estructura militar que corresponde a una
lucha extraordinariamente móvil y ajustamos la táctica a
las
necesidades de esa necesaria movilidad”.
“La
disciplina no se impone sino que se hace surgir en el
combatiente conscientemente como una necesidad de
la
lucha.
”[...] nuestra estructura militar se guía por principios militares
revolucionarios conscientes ajustados a nuestro tipo
de
guerrillas [...] una conducta profundamente respetuosa
en
nuestro trato con las masas y hacia sus intereses.
”El
grupo armado, por pequeño que sea, puede enfrentarse
exitosamente al enemigo si cuenta con el apoyo de
las
masas y una dirección político-militar que desarrolle
planes perspectivos y acciones políticas que motiven la
solidaridad”.
“Para que la guerrilla estabilice su acción y se desarrolle
dentro de una perspectiva de lucha prolongada debe
saberse combinar con todas las demás formas de expresión
de
la lucha de masa”.
“La
guerrilla debe manifestar su acción permanente. Ello
la
hace crecer, la fortalece orgánicamente, le proyecta su
presencia ante las masas manteniendo su simpatía y
estabilizando su solidaridad. La guerrilla que vegeta simplemente
se
desintegra y sus miembros caen en posiciones
bandoleriles”.
“La
unidad de los combatientes armados por la libertad y
la
independencia de la patria es un elemento primordial.
Dentro de la diversidad de tácticas, formas organizativas
y
de comando; métodos de acción y actitudes hacia las
masas propias de cada movimiento, debe existir la unidad
de
acción y la solidaridad”.
“El
papel jugado por la Conferencia del Bloque Sur en la
unificación de los distintos destacamentos que surgieron
en
el Tolima y el Huila, así como en el extremo sur
del
Meta y norte del Cauca como resultante de la agresión
oficial a muchas regiones campesinas que la reacción
había bautizado como ‘repúblicas independientes’.”
“El
Estado Mayor que habíamos creado en Marquetalia
solamente tenía jurisdicción sobre los guerrilleros procedentes
de
allí”.
“El
defensismo ‘puro’ que llevaba a algunos movimientos
a
responder a los agresores y nada más, imponía a la vez
cierto localismo y en el mejor de los casos regionalismo”.
“Es
apenas un defecto lógico de las peculiaridades de este
momento guerrillero en una lucha que había surgido como
reacción armada del campesino para defenderse de la
agresión armada reaccionaria. El movimiento guerrillero,
dirigido en su inmensa mayoría por jefes liberales rurales,
campesinos ricos, algunos ganaderos y unos cuantos
‘cerebros’ políticos simplemente anticonservadores,
no
podía fácilmente desprenderse del lastre que le impedía
tomar altura en el terreno de la concientización política
hacia derroteros nítidamente revolucionarios.
”La
clase obrera, como tal, estaba aún aislada de las masas
campesinas en armas y la fuerza de su ideología solamente
comenzaba a penetrar parcialmente ya con la
vinculación de algunos obreros y principalmente por el
sistemático trabajo organizado por los comunistas que
ya,
para el final de esta etapa, habían logrado ganar mucha
autoridad y lugares de honor entre los combatientes
por
su claridad, abnegación y valor”.
“Esta Conferencia, tan oportuna e importante, es la única
asamblea nacional de delegados guerrilleros que en verdad
se
ha efectuado en Colombia hasta hoy. En ella deliberaron
delegaciones de los tres principales frentes
guerrilleros del país y de toda una serie de grupos más,
la
inmensa mayoría de ellos liberales”.
“En
los momentos en que el Ministro de Gobierno, señor
Luis lgnacio Andrade, anunciaba al país por radio el 15
de
Agosto que estaban a punto de ser sofocados todos
los
núcleos revolucionarios organizados en el país para
combatir a la actual dictadura, se reunía en un lugar del
Departamento de Boyacá la primera Conferencia del
Movimiento Popular de Liberación Nacional”.
Más
adelante Marulanda enumera y recuerda cada uno de los
9
puntos que la Conferencia acordó. Era un programa de liberación
nacional. Fue suscrito en el departamento de Boyacá, el 18 de agosto
de
1952.
Batista dio su clásico golpe de Estado el 10 de marzo de 1952.
Rojas Pinilla dio el suyo el 13 de junio de 1953; el ataque al
Moncada, hace 55 años, tuvo lugar el 26 de julio de 1953. La Revolución
Cubana triunfa el 1ro de enero de 1959.
El
jefe de las FARC continúa puntualizando en sus
Cuadernos
cada uno de los acuerdos concretos que dieron vida a las FARC.
No
tengo la menor duda de la autenticidad de esas publicaciones ni
pienso que alguien las pueda desmentir. En algún lugar tal vez se
guarden los manuscritos u otros documentos de su puño y letra.
Queda todavía un largo trecho entre esa fecha y el día de su muerte
natural en marzo de 2008. No tengo nada que objetar a los conceptos
básicos expresados en sus
Cuadernos.
Es
impresionante la forma en
que evolucionaron sus ideas.
[*]
Con la derrota liberal en 1946 y la restauración del conservadurismo
en el poder, la
violencia contra toda idea liberal o de librepensadores se acentúa;
el asesinato del
líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, en 1948, genera una organización
de matones adscritos a la policía y al ejército a los cuales se les
denominó “chulavitas” por el origen de sus más representativos personajes, la
vereda Chulavita del municipio de Boavita, al norte de Boyacá. Estos
esbirros del régimen conservador se expandieron por todo el territorio nacional con el
objetivo de matar liberales y comunistas, ateos y masones; bajo estas diversas
denominaciones se
tildaba y nombraba a todo el que no fuera conservador. El espacio
ocupado por los chulavitas llega hasta el golpe de Estado del
general Rojas Pinilla, propiciado por liberales y una fracción del
conservadurismo.
Los
presidentes Fidel Castro y César Gaviria durante la celebración de
la III
Cumbre Iberoamericana. Salvador de Bahía, Brasil, julio de 1993.
Fidel Castro con el Premio Nobel de Literatura Gabriel García
Márquez y su
esposa Mercedes, durante la IV Cumbre Iberoamericana. Cartagena de
Indias,
Colombia, 16 de junio de 1994.
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