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       Nabil Khalil PhD Sitio Web - Versión en Español

 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 La paz en Colombia-Capítulo IV.

 

 

Capítulo IV

 LOS CUADERNOS DE MARULANDA

 

Un pequeño libro titulado Manuel Marulanda Vélez, cuadernos de campaña, publicado en marzo de 1973 por el Partido Comunista de Colombia, le atribuye al jefe militar guerrillero a finales de la década de 1960 ideas y conceptos que es justo consignar aquí.

La presentación del libro va precedida por un profundo pensamiento de Julius Fucik, autor de Reportaje al pie de la horca, valiente comunista y periodista checo fusilado por los nazis: “El optimismo no puede alimentarse con mentiras sino con la verdad”. Dicha presentación lleva la firma de José Modesto Campos.

Marulanda afirma en ese libro que entre 1949 y 1953 los destacamentos guerrilleros liberales en el Sur del Tolima fueron ocho, y los dirigidos por los comunistas, catorce. Él se incorpora después de la muerte de Gaitán a una guerrilla liberal integrada por familiares suyos y vecinos del municipio de la región. Tenía entonces alrededor de 18 años. Eran destacamentos campesinos de autodefensa, que históricamente se enfrentaban a las matanzas de la oligarquía conservadora. Este factor, a mi juicio, configura la extrema complejidad del proceso colombiano, muy diferente al de Cuba y los países mencionados de Centroamérica. Dentro de ese especial contexto es que debe analizarse el papel de Marulanda, el Partido Comunista y la política colombiana.

Desde un punto de vista teórico y práctico, en ningún otro país se desarrollaron en grado tan alto los vínculos típicos del imperialismo de Estados Unidos y el destino de una nación latinoamericana. El fenómeno se comprenderá mejor a medida que avanzan los acontecimientos que se abordan, iniciados diez años antes de la Revolución Cubana.

“De nuestro grupo forman parte” —escribe Marulanda— “los cinco Loaizas, encabezados por su padre Gerardo; los cinco Garcías; los cuatro Ospinas; los cuatro Radas y otros que llegaron a ser célebres por su valor”.

Más adelante añade:

“Las informaciones hablaban de que los grupos comunistas o dirigidos por ellos eran muy bien organizados y tenían muchos y muy buenos militares, que entrenaban permanentemente a la gente y que además se dirigían a menudo al personal para explicar las razones de la lucha, para educarlo y politizarlo. Y en verdad en los grupos liberales, como es apenas natural, se adolecía de estas formas de organización y la orientación política se inspiraba en el antigodismo”.

En Colombia, godo es palabra despectiva que equivale a reaccionario y conservador recalcitrante. Marulanda explica que en la permanente lucha entre conservadores y liberales, ambos grupos se hacían la guerra despiadadamente, ojo por ojo y diente por diente. Le llama por ello la atención el comportamiento de las guerrillas comunistas, la importancia que prestan a la educación política de los combatientes. No obstante, se queja a veces de la actitud sectaria de algunos cuadros. Detesta los actos de bandolerismo y los detesta porque dan base a las calumnias. Uno de los hechos que más le preocupan es que los familiares de los grupos de autodefensa campesina los acompañan buscando protección para evitar las matanzas de los conservadores y la policía armada.

“El gobierno” —narra el jefe guerrillero— “sabiendo que la orientación oficial de los jefes liberales era la de combatir contra la policía y no contra el ejército, destacó un seleccionado grupo de oficiales que entrando por la vía del valle del Cauca, se dispondría a ‘entregarse’ a los efectivos liberales en armas [...]. Al traspasar los límites del valle y avanzar en territorio tolimense, hablaban de que venían a entregarse a las guerrillas ya que habían desertado del ejército y que estaban en conexión de un vasto plan para tomar el gobierno [...]. Treinta hombres excelentemente armados llegaron a un pequeño núcleo periférico [...]. En medio del regocijo general propusieron esa misma noche, cuando se desarrollaba una brillante fiesta en su honor, que al siguiente día tendrían que viajar todos los que estuvieran en armas hasta la ciudad de Rioblanco, donde según el plan en desarrollo tomarían pacíficamente la localidad, que en adelante seguiría gobernada por el señor Gerardo Loaiza como alcalde [...]. Dijeron sí que esperaban que participaría el mayor número de combatientes [...]”.

Continúa narrando:

“Todo se cumplió más o menos de acuerdo a lo convenido”.

“Gerardo Loaiza y sus hijos no se hicieron presentes en ella y por escrito el candidato a la alcaldía de Rioblanco anunciaba que llegaría un día más tarde.

”La trampa ya estaba armada y sus autores se conformaron en enredar a quienes entraron en ella. Todos los que llegaron hasta la ciudad con los falsos emisarios del Ejército fueron capturados [...]. Cerca de 100 campesinos pagaron con sus vidas las ilusiones golpistas insufladas por los jefes liberales de la capital [...]. Durante cerca de 20 años las cruces enterradas en los recodos del viejo camino de herradura que de Rioblanco conduce a Chaparral, fueron mudos testimonios del lugar y la forma en que cada uno de estos colombianos fue asesinado [...]. Era el año de 1950”.

Estas palabras reflejan el impacto que sobre él tuvo el episodio que con amargura reporta.

Va señalando en su cuaderno vicios de las guerrillas de autodefensa liberales a las que pertenecía: “Se hizo corriente el comercio de armas entre jefes y las tendencias caudillistas de estos [...] que rían ir a las acciones con el ánimo de ‘revanchar’, esto es, agarrar para sí lo que pudieran”.

Varios párrafos de sus extensos Cuadernos que incluyo a continuación revelan importantes esencias de su pensamiento en plena evolución:

“Las guerrillas comunistas del Sur del Tolima propinaban duros golpes al enemigo y con su relativamente mejor organización acrecentaron la simpatía de los demás jefes liberales guerrilleros que llegaron a la conclusión de que era necesario entrar en contacto y coordinación. El primer encuentro entre guerrilleros liberales y comunistas se realizó en la zona de Irco, Chaparral, hacia finales de 1950”.

“Entre la dirección comunista, al producirse la unificación, surgieron dos posiciones: una, consideraba que al entrar en contacto con los guerrilleros liberales los destacamentos comunistas deberían hacer parte de estos, tratando de ganar autoridad realizando un trabajo desde la base; la otra sostenía y sostuvo la organización autónoma de destacamentos, en los cuales nada tuvieran que ver los aliados liberales”.

“Esta situación provocó las primeras fricciones en el Estado Mayor Unificado que fue roto en tres ocasiones por los liberales y solamente restablecido mediante un trabajo paciente de los comunistas”.

“Antes había sido provocado el rompimiento de liberales y comunistas en el movimiento obrero”.

“Sentían miedo de que las guerrillas colombianas llegaran a levantar la consigna de toma del poder por el pueblo para un cambio profundo de régimen”.

“Liberales dentro y fuera del Estado Mayor Unificado actuaban como si sus aliados, los comunistas, fuesen simplemente una minoría que debía someterse a sus orientaciones, organización, métodos y disciplina”.

“Los jefes guerrilleros liberales y muchos de sus combatientes campesinos ricos, no comprendían los planteamientos comunistas por la liberación nacional del país del predominio imperialista [...] preocupación para ellos, agravada con la forma sectaria y superficial con que presentaban a los oradores comunistas en algunas reuniones”.

“El distanciamiento se produjo cuando los dirigentes comunistas difundieron y explicaron los ocho puntos del Programa aprobado por la Primera Conferencia Nacional del Movimiento Popular de Liberación Nacional”.

“Los liberales no llegaban más allá del derrocamiento del gobierno conservador y la defensa de la Constitución avasallada por el estado de sitio.

”Procedentes de otros lugares del país, especialmente de departamentos como Caldas, El Valle, Antioquia y Cauca, liberales por tradición, con su trabajo habían creado promisorias economías en fincas que se encontraban en pleno florecimiento al presentarse las oleadas de violencia. Inicialmente no fueron anticomunistas. Cayeron en la trampa de la lucha anticomunista cumpliendo las orientaciones de sus jefes regionales y nacionales que, al ser puestas en práctica, encontraron una actitud sectaria, inflexible, estrecha de los comunistas que les abonó el terreno de la división y el enfrentamiento armado”.

Prosigue hasta el final de sus Cuadernos, con el largo relato siguiente, un verdadero y valioso extracto de su pensamiento militar y político:

“Una de las últimas Conferencias Conjuntas de guerrilleros liberales y comunistas se realizó en el comando de Horizonte. Unos dos mil soldados al mando de dos coroneles trataron de hacer una operación de peine en direcciones encontradas”.

“Después de 21 combates, contabilizamos cerca de cien bajas enemigas y nuestro hostigamiento persiguió las distintas patrullas en que se dividió y desorganizó el Ejército en su retirada.

”Esta vez fue la primera en la historia del movimiento guerrillero del Sur del Tolima en que la ofensiva terrestre del enemigo fue apoyada por la aviación”.

“Entre los liberales muchos combatientes y jefes, como me sucedía a mí [...] nos solidarizábamos con los planteamientos y actuaciones del movimiento guerrillero comandado por los comunistas”.

“La presión militar sobre los destacamentos comunistas se hizo frecuente y muy grande. No ocurrió así con los comandos liberales. Las fuerzas oficiales no los atacaban y estos por su parte no volvieron a combatirlas durante un lapso prolongado. Los destacamentos comunistas fueron el blanco predilecto por las fuerzas del gobierno y esto obligó a que se produjera una reestructuración general de sus mandos y efectivos”.

“Los liberales caían cada vez más profundamente en las redes del anticomunismo. En sus arengas y conversaciones realizaban una campaña abierta difundiendo las siguientes consejas:

”• Los comunistas se van a adueñar de nuestras tierras.

”• Los comunistas les quitan a los guerrilleros parte de lo que consiguen para dárselo a quienes no salen a combate.

”• Los comunistas defienden a los conservadores al decir que entre ellos hay gente buena. Tienen pacto con los godos contra los liberales.

”• Los comunistas organizan a las mujeres para volverlas rebeldes, obligarlas a trabajar y aprovecharse de ellas.

”• Los comunistas hacen trabajar a la gente para que los dirigentes vivan tranquilos.

”• Si triunfan los comunistas a la gente le quitan todo, hasta los hijos.

”• Si los comunistas triunfan, nos fusilan a todos los liberales y a los curas.

”• Si triunfan los comunistas nos entregan a Rusia para que nos exterminen”.

En estos párrafos de Manuel Marulanda se expresa el proceso de aprendizaje a partir de lo que su mente ágil percibía. No es fácil desentrañarlo porque en los Cuadernos él explica numerosos hechos y anécdotas, los retoma y luego vuelve hacia adelante. Solo una síntesis a partir de sus palabras textuales permite extraer sus ideas, sumamente interesantes, no fáciles de captar.

Después de lo que parecía ser el final de las acciones comunes entre guerrillas comunistas y liberales, otra vez vuelven a luchar juntos lo que queda de los grupos de autodefensa liberales y las guerrillas comunistas. Marulanda lo expone de este modo:

“En este momento los mandos militares intensificaban en todo el país la cruzada antiguerrillera y anticomunista a la vez. La experiencia del Tolima les indicaba que las guerrillas liberales podían ser objeto de un tratamiento político mientras que los comunistas no caerían en emboscada de tal naturaleza. A confirmar esta apreciación contribuyó la entrega del comandante guerrillero apodado ‘Pasillo’, en Gaitania, con cincuenta hombres entre combatientes y civiles. Este hecho fue señalado como ejemplo del ‘nuevo trato’ que el Ejército prodigaba a los guerrilleros liberales. En que cundiera este convencimiento ponían especial empeño los altos mandos que ya venían comprometidos en la preparación del golpe militar que derrocó la dictadura conservadora en Junio de 1953 [...]”.

“Los emisarios del Ejército, que supervigilaban la marcha de la guerra entre guerrilleros, se reunían con los comandantes liberales que ahora se autodenominaban ‘limpios’ para que no se les fuera a confundir con los ‘comunes’. En estos encuentros los limpios recibían nuevas promesas. Les llegaron a decir que cada jefe destacado ganaría, como indemnización de veteranía, cien mil pesos, que les construirían en la capital de la República un gran edificio donde cada comandante viviría con su familia rodeado de todas las comodidades y atenciones

[...]”.

“Es una guerra entre guerrilleros que conocen palmo a palmo la tierra que pisan [...]”.

“[...] perdieron la vida dos de los Loaizas y uno de los Garcías, jefes de los combatientes liberales [...]”.

“Se presenta una nueva ofensiva gigante del enemigo [...]”.

“Al conocer que se trataba de una ofensiva general de exterminio contra todos, se enfrentaron y combatieron con fiereza. Se produjo nuevamente una especie de unidad en la acción [...]”.

“En unas tres semanas el más grande y coordinado asalto destructor de las fuerzas represivas estaba anarquizado. Algunas unidades ya no se retiraban, se desbandaban, momentos que lograban los guerrilleros de ambos bandos para perseguirlas y causarles muchas bajas [...]”.

“Se percibía un cierto cansancio. La guerra nunca iniciada por los campesinos ya se prolongaba tres años. Estos pensaban en sus fincas, en sus intereses abandonados. Deseaban un cambio en su situación. Al fin y al cabo eran campesinos trabajadores que habían llegado a la guerrilla obligados por las circunstancias.

”La guerra interna entre guerrilleros había probado que los únicos que habían ganado con ella eran el gobierno conservador, los reaccionarios militares y civiles que lo sostenían y los dirigentes liberales que estaban pescando en ese río revuelto de la violencia”.

“Después de varias asambleas de guerrilleros, en las que unos cuantos se oponían a entrar en conversaciones para normalizar las relaciones o intentar hacerlo, la mayoría de los combatientes comunistas decidieron aceptar las propuestas de entrevistas para llegar a acuerdos preliminares. Se llegó a los siguientes, que supieron aprovechar los liberales pero que nunca cumplieron: respeto mutuo a la vida y bienes; libre tránsito para unos y otros; acción conjunta en caso de nuevas agresiones del Ejército; intercambio comercial individualmente y entre los comandos si fuere posible”.

“Se produce el golpe militar del 13 de junio de 1953. Rojas Pinilla y un grupo de militares de alta graduación toman el poder respaldados por la oligarquía y el imperialismo. Al día siguiente del golpe todos los comandos y sus alrededores fueron sobrevolados pero esta vez no se lanzaban bombas sino ejemplares de los diarios liberales que se publican en la capital. Viene luego la campaña de pacificación de los golpistas, respaldados ardorosamente por los jefes liberales y gran parte de los conservadores. Los guerrilleros liberales inmediatamente responden a los llamados del nuevo Gobierno en el sentido de que quienes depusieran las armas serían amnistiados y ayudados para la reconstrucción de sus haberes perdidos. Comienzan a salir en masa a los poblados, pequeñas localidades y puestos militares donde se les permitía andar con sus armas, emborracharse y dar desahogo a sus privaciones y ciertas costumbres primitivas”.

“La campaña de atracción de los guerrilleros arreció, y creció en estos el deseo de entregarse. Por lo demás se notaba cierto cansancio, especialmente en aquellos hombres que solo habían llegado a la guerrilla a defenderse de la persecución política chulavita.[*] Los grandes titulares de la prensa que diariamente llegaba a manos de los guerrilleros anunciaban la entrega de guerrilleros en los Llanos Orientales, en Antioquia, en uno y otro lugar. Se mostraban fotografías y se daban informaciones acerca de las giras que algunos guerrilleros liberales, principalmente de los Llanos, realizaban tratando de convencer a sus compañeros de armas de otros lugares del país sobre la conveniencia de cesar la lucha armada y entregarse con armas al Gobierno.

”En los destacamentos guerrilleros dirigidos por los comunistas se vio claro desde estos momentos el panorama de dificultades que se interponía para la continuación de la lucha armada. Pero la entrega de los hombres que habían sacrificado su vida y las armas conquistadas al precio de la sangre de muchos combatientes caídos era una traición en la cual no se incurría. Esto hacía la situación de este sector de combatientes guerrilleros extremadamente difícil. El análisis político que se hacía, a la luz de orientaciones centrales era el de que la dictadura militar no constituía la solución de los problemas que el pueblo colombiano estaba buscando”.

“La mayoría seguía siendo influida por el deseo de aprovechar la coyuntura que se presentaba para ‘legalizar’ su vida y regresar a las actividades normales en sus lugares de origen”.

“Los guerrilleros, según los militares, deberían entregarse con sus armas y sin condiciones”.

“Las ofertas de dinero por la cabeza de los dirigentes, a quienes se creía responsables de la orientación de no entregar ni hombres ni armas, eran reiteradas. La verdad es que eran tan tentadoras que nadie podía garantizar seguridad a nadie en medio de semejantes condiciones”.

“Al cesar en el año 1953 la lucha guerrillera, por entrega de la mayoría de los combatientes liberales, los comunistas subjetivamente no podían continuar por su cuenta y riesgo un movimiento para el cual las condiciones objetivas habían cambiado tornándose adversas. Por ello, aun en esta primera etapa y pese a lo limitado de sus alcances políticos, tomando todo el movimiento guerrillero nacional en su conjunto, la lucha armada popular fue derrotada no en el terreno militar sino en el campo político”.

“Surge aquí una nueva etapa de acciones guerrilleras cuyo teatro de operaciones fue más limitado pero más avanzada políticamente”.

“Se trata de una etapa de lucha armada en la cual los comunistas solos tienen que levantarse en armas contra la represión que se proponía exterminarlos físicamente del territorio nacional”.

“Algún día trataremos de sistematizar nuestros apuntes y nuestros recuerdos sobre los hechos históricos de esta segunda etapa de la lucha guerrillera en nuestro país, recogiendo nuestro testimonio en un nuevo cuaderno”.

“[...] cuando llegamos a Riochiquito, después de una campaña inicial de resistencia al enemigo mediante lo cual deseábamos fijar en la conciencia del pueblo colombiano la justeza de nuestra lucha, encontramos la más amplia solidaridad. Gracias a ella, que estaba en nuestra retaguardia inmediata, y a la solidaridad nacional logramos desplegar una guerra de guerrillas fluida, incisiva y de alto rendimiento”.

“Los mandos militares colombianos aún no saben exactamente cuándo dejamos Marquetalia como epicentro de nuestras operaciones”.

“Por tal dominio de nuestra táctica es que tanto amigos como enemigos se han equivocado muchas veces al hacer sus apreciaciones acerca de nuestra lucha”.

“Hay otros factores que seguirán perteneciendo a nuestros secretos militares”.

“Durante nuestra permanencia en Riochiquito llevamos a cabo la Primera Conferencia del Bloque Sur que unificó  la táctica nuestra en todos los destacamentos y acogió una serie de iniciativas hacia la creación de las actuales Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

”[...] las fuerzas militares colombianas han perdido todo su tiempo al tratar de liquidar nuestro sistema de guerrillas por el camino de su llamada guerra contraguerrillera”.

“Al presentarse la agresión a Marquetalia, por ejemplo, creamos una sola Dirección. Constituimos un nuevo tipo de Estado Mayor como suprema autoridad política y militar, cuidando de que el militarismo no absorbiera todo. Establecimos la estructura militar que corresponde a una lucha extraordinariamente móvil y ajustamos la táctica a las necesidades de esa necesaria movilidad”.

“La disciplina no se impone sino que se hace surgir en el combatiente conscientemente como una necesidad de la lucha.

”[...] nuestra estructura militar se guía por principios militares revolucionarios conscientes ajustados a nuestro tipo de guerrillas [...] una conducta profundamente respetuosa en nuestro trato con las masas y hacia sus intereses.

”El grupo armado, por pequeño que sea, puede enfrentarse exitosamente al enemigo si cuenta con el apoyo de las masas y una dirección político-militar que desarrolle planes perspectivos y acciones políticas que motiven la solidaridad”.

“Para que la guerrilla estabilice su acción y se desarrolle dentro de una perspectiva de lucha prolongada debe saberse combinar con todas las demás formas de expresión de la lucha de masa”.

“La guerrilla debe manifestar su acción permanente. Ello la hace crecer, la fortalece orgánicamente, le proyecta su presencia ante las masas manteniendo su simpatía y estabilizando su solidaridad. La guerrilla que vegeta simplemente se desintegra y sus miembros caen en posiciones bandoleriles”.

“La unidad de los combatientes armados por la libertad y la independencia de la patria es un elemento primordial.

Dentro de la diversidad de tácticas, formas organizativas y de comando; métodos de acción y actitudes hacia las masas propias de cada movimiento, debe existir la unidad de acción y la solidaridad”.

“El papel jugado por la Conferencia del Bloque Sur en la unificación de los distintos destacamentos que surgieron en el Tolima y el Huila, así como en el extremo sur del Meta y norte del Cauca como resultante de la agresión oficial a muchas regiones campesinas que la reacción había bautizado como ‘repúblicas independientes’.”

“El Estado Mayor que habíamos creado en Marquetalia solamente tenía jurisdicción sobre los guerrilleros procedentes de allí”.

“El defensismo ‘puro’ que llevaba a algunos movimientos a responder a los agresores y nada más, imponía a la vez cierto localismo y en el mejor de los casos regionalismo”.

“Es apenas un defecto lógico de las peculiaridades de este momento guerrillero en una lucha que había surgido como reacción armada del campesino para defenderse de la agresión armada reaccionaria. El movimiento guerrillero, dirigido en su inmensa mayoría por jefes liberales rurales, campesinos ricos, algunos ganaderos y unos cuantos ‘cerebros’ políticos simplemente anticonservadores, no podía fácilmente desprenderse del lastre que le impedía tomar altura en el terreno de la concientización política hacia derroteros nítidamente revolucionarios.

”La clase obrera, como tal, estaba aún aislada de las masas campesinas en armas y la fuerza de su ideología solamente comenzaba a penetrar parcialmente ya con la vinculación de algunos obreros y principalmente por el sistemático trabajo organizado por los comunistas que ya, para el final de esta etapa, habían logrado ganar mucha autoridad y lugares de honor entre los combatientes por su claridad, abnegación y valor”.

“Esta Conferencia, tan oportuna e importante, es la única asamblea nacional de delegados guerrilleros que en verdad se ha efectuado en Colombia hasta hoy. En ella deliberaron delegaciones de los tres principales frentes guerrilleros del país y de toda una serie de grupos más, la inmensa mayoría de ellos liberales”.

“En los momentos en que el Ministro de Gobierno, señor Luis lgnacio Andrade, anunciaba al país por radio el 15 de Agosto que estaban a punto de ser sofocados todos los núcleos revolucionarios organizados en el país para combatir a la actual dictadura, se reunía en un lugar del Departamento de Boyacá la primera Conferencia del Movimiento Popular de Liberación Nacional”.

Más adelante Marulanda enumera y recuerda cada uno de los 9 puntos que la Conferencia acordó. Era un programa de liberación nacional. Fue suscrito en el departamento de Boyacá, el 18 de agosto de 1952.

Batista dio su clásico golpe de Estado el 10 de marzo de 1952.

Rojas Pinilla dio el suyo el 13 de junio de 1953; el ataque al Moncada, hace 55 años, tuvo lugar el 26 de julio de 1953. La Revolución Cubana triunfa el 1ro de enero de 1959.

El jefe de las FARC continúa puntualizando en sus Cuadernos cada uno de los acuerdos concretos que dieron vida a las FARC.

No tengo la menor duda de la autenticidad de esas publicaciones ni pienso que alguien las pueda desmentir. En algún lugar tal vez se guarden los manuscritos u otros documentos de su puño y letra.

Queda todavía un largo trecho entre esa fecha y el día de su muerte natural en marzo de 2008. No tengo nada que objetar a los conceptos básicos expresados en sus Cuadernos. Es impresionante la forma en que evolucionaron sus ideas.

 

[*] Con la derrota liberal en 1946 y la restauración del conservadurismo en el poder, la violencia contra toda idea liberal o de librepensadores se acentúa; el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, en 1948, genera una organización de matones adscritos a la policía y al ejército a los cuales se les denominó “chulavitas” por el origen de sus más representativos personajes, la vereda Chulavita del municipio de Boavita, al norte de Boyacá. Estos esbirros del régimen conservador se expandieron por todo el territorio nacional con el objetivo de matar liberales y comunistas, ateos y masones; bajo estas diversas denominaciones se tildaba y nombraba a todo el que no fuera conservador. El espacio ocupado por los chulavitas llega hasta el golpe de Estado del general Rojas Pinilla, propiciado por liberales y una fracción del conservadurismo.

 

 

Los presidentes Fidel Castro y César Gaviria durante la celebración de la III Cumbre Iberoamericana. Salvador de Bahía, Brasil, julio de 1993.

Fidel Castro con el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes, durante la IV Cumbre Iberoamericana. Cartagena de Indias, Colombia, 16 de junio de 1994.

 
Índice | Introducción

 

Capítulo I | Capítulo II | Capítulo III | Capítulo IV | Capítulo V

Capítulo VI | Capítulo VII | Capítulo VIII | Capítulo IX | Capítulo X

Capítulo XI | Capítulo XII | Capítulo XIII | Capítulo XIV

Epílogo

 
 

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