Sierra Maestra, 10 de Octubre de 1958
Estimado F.:
Le escribo estas líneas para expresarle mi pena por la
muerte de su padre y al mismo tiempo darle las gracias por su respuesta a
mi mensaje.
Ud. debe exhortar a sus amigos a que se decidan. Es
inexplicable que los militares cubanos no comprendan la magnitud y el
alcance de los acontecimientos que están teniendo lugar. Que como hombres
que han seguido la carrera de las armas sean tan indecisos y vacilantes.
Que no tengan inventiva ni imaginación para idear formas de lucha
revolucionaria para combatir la dictadura. Si el triunfo no está asegurado
de antemano no dan un paso. Si no tienen fuerzas para asegurar el triunfo
se cruzan de brazos. Si intentan extender los contactos más tarde o más
temprano los pescan. Mientras tanto no hacen absolutamente nada por ayudar
a la lucha como si pensaran que el mero privilegio de pertenecer a las
Fuerzas Armadas, les va a permitir recoger, a última hora, los frutos
maduros.
No destruyen un solo avión de los que bombardean y atacan
poblados indefensos; no ejecutan uno solo de los tantos jefes asesinos que
los tiranizan a ellos tanto como a los civiles; no hacen estallar un
arsenal de bombas o de parque; no hacen en fin el menor esfuerzo en ningún
sentido. Si solo una parte de los descontentos se decidieran a actuar de
alguna forma para colaborar con la revolución, sería suficiente. Ya
tenemos cinco frentes de combate en la Provincia de Oriente, un frente en
Camagüey, uno en Las Villas y otro en Pinar del Río, donde cualquier
militar puede trasladarse en caso de dificultad insuperable o de fracaso,
en vez de irse para el extranjero y vivir en espera de que la tiranía
caiga para reintegrarse en sus cargos, como si no se estuviera librando
una guerra en la propia patria donde debieran estar prestando sus
servicios a la revolución como técnicos y como hombres de carrera.
Hemos preparado cerca de la Sierra Maestra varios campos de
aviación, así como en el frente Norte, donde puede aterrizar cualquier
avión civil o militar con los que deseen incorporarse a la lucha.
Los militares pueden colaborar de mil formas a esta lucha,
que no es contra las Fuerzas Armadas, sino contra la dictadura y el grupo
de jefes asesinos que desde los mandos militares sostienen su régimen.
Las Fuerzas Armadas no tienen más culpa que la pasividad con
que han aceptado los horrores y los actos de barbarie de los criminales
que tienen dentro de sus filas, que por vestir el uniforme de los
institutos armados les han ganado a éstos el descrédito y el odio del
pueblo, en cierto sentido con razón, porque los militares de un modo o de
otro están sosteniendo con sus armas un régimen que viola y asesina
mujeres, masacra presos en las propias prisiones o los desaparece cuando
son puestos en libertad por los tribunales, asesina a los prisioneros aún
después que nosotros hemos puesto en libertad más de seiscientos militares
en lo que va de lucha. Regiones enteras han sido diezmadas por Sánchez
Mosquera, Meroc [Merob] Sosa, Grau, Morejón, Ugalde Carrillo, etc. En un
solo pueblecito fueron asesinados más de doscientos cincuenta campesinos;
en un sólo día, en el Oro de Guisa, 53 infelices fueron ultimados. A una
madre le mataron de golpe los siete hijos y el esposo. Actos como los que
nunca perpetraron los españoles en las peores épocas de represión. Y los
huesos de estas víctimas indefensas algún día serán desenterrados por la
Historia.
Por último toleran una milicia de gangsters, no aforados,
verdaderos intrusos que ejercen funciones de Fuerza Pública, que al mando
de Masferrer se dedican a sembrar el terror y a matar a las puertas de los
cuarteles con la complicidad de los mandos y la impotencia de muchos
oficiales que están en desacuerdo, pero que cuando les dan la orden de
combatir para defender este estado odioso e insoportable de cosas, salen a
combatir. ¡No se rebelan! Los vejan, los humillan, los obligan a pelear
para defender el crimen, desconfían de ellos y terminan licenciándolos o
deteniéndolos. ¡Pero, ninguno se rebela! Les ponen a los peores jefes, a
los más odiados y desprestigiados, en los mandos del Ejército porque
Batista no puede confiar más que en los incondicionales, en los más
asesinos, en los más comprometidos. Los Tabernilla, los Pilar García, los
Ventura, los Chaviano, los Ugalde Carrillo, son una vergüenza y un
deshonor para todos los militares. ¡Pero ninguno se rebela! ¡Qué
impotencia, qué cobardía! ¿Cómo podrán justificar eso en el futuro ante la
Nación y ante la Historia? ¿Con qué derecho podrán reclamar luego la
honrosa misión de mantener el orden, hacer respetar la Ley y garantizar la
vida y demás derechos del ciudadano? ¿No comprenden que cada ciudadano
asesinado, cada crimen que la posteridad conozca será una vergüenza
infinita para todos los hombres que hoy visten el uniforme de las fuerzas
armadas?
Mucho menos criminal y odiosa que esta tiranía fue la de
Machado y los oficiales que, sordos y ciegos a la tragedia, se cruzaron de
brazos, no tuvieron luego autoridad ni moral para hacerse respetar de los
propios soldados, y fueron arrojados con desprecio de sus mandos. Y es
lástima, porque hay mucha gente buena en los Institutos Armados, pero
enfermos de abulia, de inercia, de ceguera, de sumisión, de
impotencia.
¡Y eso Ud. lo sabe mejor que yo! ¿Por qué no les abre un
poco los ojos?
Lo saluda su sincero amigo,
Dr. Fidel Castro Ruz
Le dedico, por aquellos días, especial atención a la Ley 2,
contra la farsa electoral de 1958, que fue suscrita por el Dr. Humberto
Sorí Marín y por mí el 10 de octubre de 1958. En sus artículos se
estableció:
Artículo 3: Cualquier agente político que se dedique al
corrompido sistema de recoger cédulas, será sometido a Consejo Sumarísimo
de Guerra y fusilado en el acto.
Artículo 4: El candidato a cualquier cargo electivo que sea
capturado en la zona de operaciones del Territorio Libre, será condenado a
pena, que puede fluctuar de acuerdo con el mayor o menor grado de
responsabilidad, entre 10 años y la pena de muerte.
Artículo 5: En las zonas urbanas, la pena de muerte podrá
ser ejecutada contra los culpables, tanto por las tropas rebeldes como por
las Milicias que operan en pueblos y ciudades.
Ese mismo día fue suscrita, por los mismos firmantes, la Ley
3, sobre el derecho de los campesinos a la tierra. En los tres últimos Por
Cuanto de esa ley queda definido:
POR CUANTO: El asentamiento de la tierra de los pequeños
agricultores que la trabajan es el primer paso de la Reforma Agraria y un
derecho que pueda ya y debe garantizarse al campesinado cubano, por los
que han asumido la responsabilidad histórica de liberar a la Patria de la
tiranía política y de la injusticia social.
POR CUANTO: La Revolución es fuente de derecho.
POR TANTO: En uso de las facultades de que está investido
este mando del Ejército Rebelde como Poder constituido del Pueblo
levantado en armas contra la Tiranía, se dicta la siguiente [Ley
3].
La Ley 3, sobre el derecho de los campesinos a la tierra,
contiene tres capítulos, 38 artículos, tres disposiciones finales y una
disposición transitoria. Esta última expresa:
En la Sierra Maestra, en el Segundo Frente Oriental Frank
País y en todos los frentes dominados firmemente por las fuerzas rebeldes,
esta Ley será de aplicación inmediata, a cuyos efectos se dictará un
Reglamento especial, a fin de que los posesionarios de tierras del Estado
puedan recibir sus títulos e inscribir los mismos en los Registros de
Propiedad Rústica que a este fin se habilitarán y los de tierras
particulares radicados en territorio Libre, inscribir su posesión y
solicitar los beneficios de esta Ley, que quedarán pendientes del trámite
de indemnización previa por el Estado en la forma y oportunidad que
señalan los preceptos de la misma.
Dada en la Sierra Maestra el día 10 de Octubre de 1958, a
los noventa años del Grito de Yara y como homenaje a los patricios que en
aquella ocasión gloriosa se despojaron de sus tierras, de sus esclavos y
de todos sus bienes para conquistar a Cuba la Libertad que sus
descendientes tenemos el Deber de afianzar en esta hora.
Dr. Fidel Castro Ruz, Comandante Jefe
Doctor Humberto Sorí Marín, auditor general
Humberto Sorí Marín, graduado como abogado, fue enviado a la
Sierra Maestra por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio. Era Auditor
General cuando suscribió estas leyes.
Traicionó más tarde a la Revolución Cubana en sus momentos
más difíciles. Los días previos a la invasión mercenaria de Girón,
fraguada por Estados Unidos, fue capturado en las proximidades de las
costas con un importante alijo de armas suministradas por la CIA.
En esa acción resultó herido. Tan pronto lo supe fui a
visitarlo al hospital y me dijo que era inocente de aquellas acusaciones,
que había desembarcado solo para entrevistarse conmigo y confesarme el
error. Sorprendido por aquellas palabras pedí comunicarme con la Seguridad
del Estado y estos me explicaron cómo se produjeron los hechos.
Si hubiese sido sincero, con seguridad le habríamos
conmutado la pena capital por otra sanción. Vino la invasión a Girón y fue
ejecutada la sentencia.
Su hermano gemelo, de enorme parecido, era médico, miembro
también del 26 de Julio. Hasta donde yo recuerdo mantuvo una conducta
correcta. Más de una vez me encontré con él y no guardaba rencor
alguno.
Viernes 17
RADIO REBELDE
Octubre 17 de 1958
LA SITUACIÓN MILITAR
Hemos recibido hoy de la Comandancia General el siguiente
parte de guerra:
La columna Nº 11, al mando del capitán Jaime Vega, sufrió un
serio revés en su zona de operaciones en la provincia de Camagüey.
Sobre este hecho ocurrido hace más de dos semanas no
habíamos ofrecido información alguna en espera de las investigaciones y
los datos exactos que fueron ordenados al respecto. Un revés táctico puede
ocurrir a cualquier unidad en una guerra, porque el curso de la misma no
tiene que ser necesariamente una cadena ininterrumpida de victorias contra
un enemigo que ha contado siempre con ventajas de armamentos y recursos
bélicos que ha llevado sin embargo la peor parte en esta contienda.
Consideramos un deber del mando de nuestro ejército informar
de cualquier vicisitud que pueda ocurrir a cualquiera de nuestras fuerzas
en operaciones, por cuanto entendemos como norma moral y militar de
nuestro movimiento que no es correcto ocultar los reveses al pueblo ni a
los combatientes.
Los reveses hay que publicarlos también, porque de ellos se
derivan lecciones útiles; para que los errores que cometa una unidad no
los cometan otras, para que el descuido en que pueda incurrir un oficial
revolucionario no se repita en otros oficiales. Porque en la guerra las
deficiencias no se superan ocultándolas y engañando a los soldados, sino
divulgándolas, alertando siempre a todos los mandos, exigiendo nuevos y
redoblados cuidados en el planeamiento y ejecución de los movimientos y
acciones.
Pero en este caso, además, la acción fue caracterizada por
hechos posteriores que el pueblo debe conocer cabalmente, que atañen muy
seriamente al destino de las fuerzas armadas de la república y que de
continuarse repitiendo pueden tener consecuencias muy graves para el
futuro de esos institutos.
Nosotros hemos proclamado muchas veces que no estamos en
guerra contra las fuerzas armadas sino contra la tiranía. pero la
actuación y la corresponsabilización de los oficiales, clases y soldados
del ejército principalmente, con ciertos actos de inaudita barbarie puede
llegar a un grado tal, que ningún militar hoy en activo tenga
justificación para sentirse ajeno de culpa con los hechos que están
ocurriendo, desde que la ambición desmedida de un dictadorzuelo sin
escrúpulos y la traición de unos cuantos oficiales el diez de marzo de mil
novecientos cincuenta y dos, condujo al ejército [a al] rol
antidemocrático, inconstitucional e indigno que está desempeñando.
Los hechos a que me refiero ocurrieron así: El Capitán Jaime
Vega, descuidando las medidas tácticas de seguridad contenidas en las
instrucciones precisas recibidas y que deben tomarse siempre en
territorios dominados por el enemigo, avanzaba [con sus fuerzas] en
camiones la noche del 27 al 28 de Septiembre, por un terraplén que conduce
del Central Francisco al Central Macareño, al sur de la provincia de
Camagüey.
La compañía 97 de las fuerzas de la Dictadura, emboscada en
el terraplén abrió fuego por sorpresa sobre la columna a las dos de la
madrugada del día 28, apoyada con barraje de ametralladoras pesadas. Las
descargas cerradas del enemigo contra los vehículos ocasionaron a la
Columna, 18 muertos, cayendo prisioneros once de los heridos que no
pudieron ser recuperados en medio de la noche bajo el fuego de las
ametralladoras enemigas emplazadas en posiciones ventajosas. Los
prisioneros heridos rebeldes fueron llevados al hospital de Macareño,
siendo atendidos por el médico de ese lugar y dos médicos que mandó a
buscar a Santa Cruz del Sur el Teniente Suárez, Jefe de la Compañía 97. Al
día siguiente llegó en un avión el coronel Leopoldo Pérez Coujil y poco
después arribaron en un automóvil el teniente coronel Suárez Souquet, el
Comandante Domingo Piñeiro y el Sargento Lorenzo Otaño de su guardia
personal.
El coronel Pérez Coujil le obsequió a la compañía [con] $
1,000.00 en efectivo que se distribuyeron entre los soldados.
Después, lo primero que hizo fue golpear en el rostro a uno
de los prisioneros heridos. Una vez que los hubo interrogado dio
instrucciones al Teniente Coronel Souquet de que había que matar a todos
los heridos. Este último, designó al comandante Piñeiro para que,
simulando un combate, al trasladar a los heridos para Santa Cruz del Sur,
los ultimara en el camino.
Prepararon camiones con colchones donde los colocaron y
partieron con ellos. Después de caminar algunos kilómetros empezaron ellos
mismos a tirar mientras el comandante Piñeiro gritaba: "Nos están atacando
los rebeldes", en cuya oportunidad el sargento Otaño lanzó dos granadas de
mano en los camiones donde iban los heridos, los que a su vez creyendo que
realmente eran sus compañeros decían: "Compañeros, somos nosotros que
estamos heridos, no disparen". El sargento Otaño subió a los camiones y
con un fusil ametrallador fue ultimando a los que estaban agonizando;
algunos habían perdido los brazos por efecto de las granadas, otros la
cabeza, y en el interior del camión no quedó más que un amasijo de carne y
sangre humana. Al sargento Otaño, desde entonces, los propios soldados lo
apodan "el carnicero". Después colocaron los restos en un camión y los
llevaron para Santa Cruz del Sur donde abrieron una fosa y los
enterraron.
La narración de estos hechos por sí sola es suficiente para
indignar al más insensible. Pero sobre ningún ciudadano puede producir los
mismos efectos que sobre los médicos rebeldes que curaron a más de cien
soldados prisioneros heridos en los días de la ofensiva contra la Sierra
Maestra, sobre nuestros combatientes que los transportaron en hombros y
camillas, desde los campos de batalla a los hospitales a muchas millas de
distancia. Tal vez entre esos heridos rebeldes asesinados se encontrasen
algunos de los compañeros que durante la batalla del Jigüe transportaron
enemigos heridos desde la línea de fuego a los sitios donde recibieron la
primera atención en horas de la noche, escarpando las farallas casi
inaccesibles. Esos heridos asesinados en Camagüey vieron desfilar ante sus
ojos en la Sierra Maestra los 442 soldados de la tiranía entregados a la
Cruz Roja Internacional y Cubana y compartieron con ellos sus medicinas y
alimentos.
La falta de reciprocidad no puede ser más repugnante y
cobarde, no es éste un caso aislado por parte de un oficial o una tropa
determinada, es una costumbre generalizada en todo el ejército hasta un
grado que produce asco.
Cuando el ataque al Moncada, asesinaron a los prisioneros;
cuando el Goicuría, asesinaron a los prisioneros; cuando el desembarco del
Granma, asesinaron a los prisioneros; cuando el asalto a Palacio,
asesinaron a los prisioneros; cuando el desembarco de Calixto Sánchez,
asesinaron a los prisioneros; cuando la sublevación de Cienfuegos,
asesinaron a los prisioneros. Pero en todos aquellos casos el ejército
podía tener todavía alguna esperanza de conservar el poder, era fuerte, no
había sufrido derrotas sustanciales, podía pensar que sus crímenes iban a
permanecer impunes, ante la impotencia de un pueblo desarmado. Lo sucedido
en Camagüey, sin embargo es doblemente indignante y absurdo, primero
porque todavía está fresca en la memoria de la ciudadanía los cientos de
sus soldados que fueron devueltos a la Cruz Roja por los rebeldes, sanos y
salvos, y segundo, porque los soldados de la tiranía están perdiendo la
guerra, han sido vencidos en numerosas batallas, pierden cada día más
terreno, retroceden en todas partes.
Están perdiendo la guerra, y sin embargo, asesinan a los
pocos heridos prisioneros que caen en sus manos del ejército que está
venciendo. Por ese mismo territorio de Camagüey, marcharon victoriosas e
incontenibles las columnas Nº 2 y Nº 8 de los Comandantes Camilo
Cienfuegos y Ernesto Guevara, sin que pudieran detener su paso las
numerosas fuerzas que lanzó contra ellos la dictadura. La vanguardia
invasora ha penetrado ya más de cincuenta kilómetros en el territorio de
Las Villas.
¿Qué sentido político o militar puede tener ese alevoso
asesinato de los rebeldes heridos, sino lanzar sobre las fuerzas armadas,
harto desprestigiadas ya, una mancha de sangre que muchas veces recordará
la Historia como una vergüenza infinita para cualquier soldado que hoy
viste el uniforme infame y deshonrado del que no puede volver a llamarse
jamás "Ejército de la República". Este hecho será denunciado ante la Cruz
Roja Internacional y demandaremos el envío de delegados de la misma para
investigar lo sucedido, y será dirigida también una carta abierta a las
fuerzas armadas, haciéndoles ver la responsabilidad que están echando
sobre sus hombros. En poder nuestro están, además, numerosos soldados
prisioneros, un Teniente Coronel, para mayor paradoja herido y siendo
atendido en un hospital nuestro, un comandante y dos capitanes.
Constituye una cobardía infinita y una ausencia total de
compañerismo, la conducta del coronel Leopoldo Pérez Coujil, el Teniente
Coronel Suárez Souquet, el Comandante Triana y demás miserables asesinos,
olvidarse de esos compañeros suyos que están aquí, prisioneros de
nosotros, sin otras garantías para sus vidas que la calma y la serenidad
que hay que tener frente a estos hechos vandálicos, el sentido humano y
justiciero de la guerra que estamos librando, el ideal de lucha que nos
inspira y el concepto verdadero que tenemos del Honor Militar. No crean
ninguno de los responsables de tales actos que tendrán escapatoria. No los
salvará siquiera un viraje del ejército a última hora, porque una de las
condiciones que hemos puesto y mantendremos firmemente ante cualquier
golpe de Estado es la entrega inmediata de los criminales de guerra y de
todos los militares y políticos que se hayan enriquecido con la sangre y
el dolor del Pueblo, desde Batista hasta el último torturador.
De lo contrario tendrán que seguir afrontando la guerra
hasta su total destrucción, porque la Revolución no podrán obstruccionarla
lo más mínimo ni la asquerosa farsa que se prepara para el próximo 3 de
Noviembre, ni el golpe de Estado que no venga precedido por las
condiciones que establece el Movimiento "26 de Julio" y mediante acuerdo
previo.
Los que han sembrado vientos recogerán tempestades. Nadie
duda ya que las decadentes y desmoralizadas fuerzas de la tiranía no
podrán contener el empuje victorioso del pueblo.
Para eso tendrían que vencer primero a cada una de las
columnas que ya están operando sólidamente en cuatro provincias y después
tomar en la Sierra Maestra hasta la última trinchera en la cúspide del
Pico Turquino defendida por el último soldado rebelde, y el ejército de
Batista ha demostrado ya suficientemente que es incapaz de hacerlo.
A la Comandancia General ha llegado un informe extenso de la
Columna Invasora Nº2 Antonio Maceo, que después de atravesar
victoriosamente la provincia de Camagüey ha penetrado en el territorio de
Las Villas. Dicho informe, que contiene la narración detallada de una
extraordinaria proeza militar, será leída, por Radio Rebelde y el pueblo
tendrá oportunidad de conocer uno de los episodios más emocionantes con
los que se está escribiendo la historia viva de la Patria.
Fidel Castro
Comandante Jefe
Sábado 18
Sierra Maestra
Oct. 18 de 1958
Lara:
No puedo armar a estos muchachos por varias razones:
1o Porque las armas hay que distribuirlas entre las
distintas zonas de operaciones de acuerdo con las necesidades y los
planes.
2o Porque tengo que tener en cuenta los 300 muchachos que
están en la escuela esperando su oportunidad.
3o Porque no está clara la actuación de esos muchachos al
abandonar la tropa que iba para Camagüey y quedarse aquí, yo no voy a
premiar ahora ese proceder.
[entregándoles Entregaré] armas con preferencia a los que
están en la escuela, muchos de ellos después de prestar muchos meses de
servicio en las carreteras y otros lugares.
La zona de operaciones que te asigné cuenta ya con 125 armas
buenas en los pelotones de [Oscar] Orozco, Cristino [Naranjo] y [Eddy]
Suñol. Tú tienes a la gente de Orozco bien armada que están al regresar de
un momento a otro para que te acompañen personalmente cuando te traslades
al llano. Estos muchachos tienes que irlos armando con lo que ese pelotón
pueda ir ocupando. Recuerda que en los cálculos contábamos que aquellos 34
hombres bien armados debían tratar por todos los medios de aumentar sus
efectivos.
Yo no puedo ahora ir allá porque estoy ocupado enteramente
de las transmisiones de Radio-Rebelde en estos días que preceden las
elecciones, además de todos los asuntos que ya me ocupaban. Había pensado
matar dos pájaros de un tiro con lo del congreso obrero bajando un día a
Providencia, pero el acto fue suspendido y me vinieron a informar el día
antes sin tiempo de avisarte.
Le diré al médico que vaya a verte. Si te quitan el yeso,
podrías venir para tratar de los planes relacionados con las elecciones.
Si el médico cree que todavía no estás en condiciones de actuar, tienes
entonces que esperar dos o tres semanas más, en cuyo caso mandaré
instrucciones a Cristino y a Suñol para que junto con Orozco cumplan su
cometido.
Ya yo hablé con Cristino de la nueva organización que le
vamos a dar al mando abajo y le ofrecí un pequeño refuerzo para el pelotón
de él que es el que cuenta con menos efectivos. Ese pequeño aporte que le
ofrecí cuando vino de 10 fusiles, tengo que cumplirlo y es el máximo que
puedo ya dedicar a la zona de la columna por ahora y que es sin embargo
más de lo que creía haber podido enviar para esta fecha.
Hasta tanto el médico no te dé de alta y estés en
condiciones razonables de poder moverte en el llano, Cristino seguirá
desempeñando las funciones que tenía; él no puso objeción alguna al mando
que vas a desempeñar y es un muchacho disciplinado y bueno.
No tengo aquí ninguna Cristóbal para cumplir lo ofrecido,
pero te mando un M-1; con lo que puedes hacer dos cosas: cambiárselo a
cualquiera del pelotón de Orozco que tenga una Cristóbal o mandármelo para
convertirlo en M-2, como tú prefieras; ya en el taller se convirtió uno de
[Roberto] Fajardo y quedó perfecto.
Lo que no hay es peines. Balas sí porque llegan hoy aquí y
tal vez peines; pero esto último no es difícil de resolver pues uno de los
muchachos de Orozco tiene seis o siete.
Pienso hablar con [Julio] Martínez Páez ahora.
Saludos
Fidel
Este mismo día 18 de octubre publicamos dos informaciones
relacionadas con el Ejército de la dictadura, la primera sobre la cada vez
más deteriorada moral de sus tropas y el afán de abandonar sus filas por
parte de hombres de honor que preferían pasarse al lado de los rebeldes.
La segunda noticia abordaba el desesperado e iluso propósito de la tiranía
de compensar sus derrotas con la adquisición de aviones ingleses, la
agresión imperial del Reino Unido al venderlos y la denuncia de nuestro
Ejército Rebelde de la acción de comerciar con la tragedia de Cuba, ante
la cual no quedaríamos impasibles ni nos cruzaríamos de brazos. Así fue
que, el día 19, decretamos la Ley No. 4 contra la agresión inglesa al
pueblo de Cuba.
RADIO REBELDE:
Octubre 18 de 1958
Como una compensación moral en el ánimo conturbado por los
detalles del bárbaro y cobarde asesinato de prisioneros heridos rebeldes
al sur de Camagüey, por las fuerzas del sanguinario Coronel Leopoldo Pérez
Coujil, la Comandancia General del Ejército Rebelde ha recibido una
emocionante carta de un soldado de Camagüey, que en hermoso gesto
patriótico abandonó las fuerzas de la Tiranía y se pasó con su arma y su
experiencia militar a las filas rebeldes.
La matanza de heridos prisioneros, ocurrió el 28 de
septiembre, pues bien, tres días después, el primero de Octubre, este
humilde soldado abandonó las fuerzas del Ejército de la Dictadura para
combatir en defensa de su Pueblo. Abandonó un ejército donde se paga un
sueldo, para formar filas en un ejército donde nadie cobra por combatir;
abandonó un ejército donde todo se lo dan, para combatir junto a un
ejército donde el soldado lo da todo por un ideal; trajo su arma, porque
esa arma que él llevaba es un arma del Pueblo, la pagó el Pueblo con el
sudor de su frente para defender la República, para disfrutar sus Leyes,
para defender sus Libertades, no para oprimirlo, pisotear su derecho,
asesinar sus hijos y defender la infame Tiranía.
Ya van sumando muchos los soldados de la Dictadura que se
están pasando con sus armas al ejército Rebelde para combatir junto a
nosotros. Así, día a día, no irán quedando junto al Tirano más que los
esbirros, los pusilánimes y los cobardes. Este soldado, de Camagüey, que
ingresó en nuestras filas tres días después de la masacre de los
prisioneros heridos, ha escrito sus sentimientos patrióticos y
revolucionarios en una carta conceptuosa y que revela una gran dignidad
humana y una conciencia muy clara de su Deber como Soldado.
Viene a combatir junto a nosotros, ofrece sus conocimientos
y su experiencia; no se expresa con rencor de sus antiguos compañeros de
armas, pero no vacila en su firme determinación, pues es bien claro para
él que el Soldado debe estar con el Pueblo y no contra el Pueblo. Y no
cabe alternativa posible.
Como este soldado, se expresan todos los militares que han
ingresado en nuestro Ejército.
Hay Hombres con suficiente personalidad y entereza para no
dejarse engañar ni arrastrar como borregos a la causa del Mal.
Para un soldado del Ejército no es ningún secreto la
inmoralidad y corrupción que corroe los institutos armados. Conoce los
crímenes que se cometen en los cuarteles, los negocios de los jefes, los
márgenes escandalosos que perciben por la explotación del juego y la
prostitución; sabe toda la desvergüenza y el impudor que entraña asesinar
a tantos compatriotas por defender la odiosa Dictadura.
Para eso no vale la pena dar la vida; para eso no vale la
pena dejar huérfanos a sus hijos y desamparadas sus esposas y sumidos en
eterno luto a sus padres y hermanos.
Esto lo están empezando a comprender miles de soldados que
ingresaron al Ejército cuando no había guerra fratricida y los militares
no estaban al servicio de la opresión y el crimen.
Dice así la carta del soldado Carlos Urquiza Cabrera,
perteneciente al Escuadrón 26 de la Guardia Rural, Regimiento 2 Agramonte,
Guáimaro, Camagüey:
Al Comandante Jefe Dr. Fidel Castro Ruz, Cuartel General de
las Fuerzas Revolucionarias, Sierra Maestra, CUBA.
SEÑOR
Tengo el honor de dirigir a Ud. las presentes líneas, para,
entre otros, hacer llegar hasta Ud. mi más cálido y afectuoso saludo,
brindándole mi más decidida cooperación en el Movimiento "26 de Julio",
para libertar a Cuba, nuestra Patria querida, del yugo opresor.
Al mismo tiempo aprovecho la oportunidad para hacerle
presente que soy un hombre que me encontraba en el Ejército hasta el día
primero del actual en que decidí unirme a las fuerzas que Ud. se digna en
comandar; desde mucho antes hubiera podido [hacer hacerlo], pero por
razones de haber venido padeciendo mis hijos y esposa de enfermedades, no
lo había podido realizar, pero pienso que nunca es tarde para ofrecer a
Ud. mi sacrificio personal en beneficio del Pueblo y de la Democracia.
Comandante en Jefe, quiero sepa [que] yo ingresé al ejército
el día 14 de Febrero de 1948, esto es, cuando en Cuba existía un ejército
disciplinado y leal al gobierno debidamente constituido y elegido por la
mayoría del Pueblo de Cuba, cosa ésta que hoy no existe.
Hoy me encuentro bajo las órdenes del Teniente Concepción
Rivero, bajo cuyo mando estoy sirviendo; pero sobre mi persona puede
obtener referencias por mediación del Teniente Machado, que opera en la
zona de Cauto el Paso, ya que con él mismo fueron dos sobrinos míos que a
esta fecha deben de estar en esa. Nómbranse éstos: Gerardo Urquiza
Guerrero y Gerardo Echenique Urquiza. Además, sepa que soy primo hermano
del Capitán Ciro Frías Cabrera, muy identificado con Ud., del cual, según
tengo entendido, murió en un combate en el mes de Marzo pasado, así como
del hermano de éste, que fué vilmente asesinado al principio de la
contienda en el Macho, donde tenía Ciro una tienda de víveres, por el solo
hecho de ser hermano de Ciro. También le diré que el día que me fuí traje
conmigo a un sobrino mío, hermano del antes mencionado Gerardo Echenique,
nombrado éste Fernando Echenique Urquiza, dispuesto a defender la causa
del Movimiento "26 de Julio".
De mí puedo decirle que soy experto tirador de fusil y
certero en ametralladora y distinguido en revólver, aparte de conocer
todas las armas automáticas.
No puedo relatarle tantos miembros de mi familia porque
sería interminable la lista de hermanos, sobrinos, primos y parientes que
se encuentran precisamente junto a Ud. en ese lugar, sirviendo una causa
noble y justa como verdaderos cubanos.
Solo me resta decirle que me tiene a sus órdenes y espero de
Ud. única y exclusivamente su reconocimiento oficial como un miembro más
en sus filas del Movimiento Revolucionario "26 de Julio".
De Ud. respetuosamente,
POR UNA CUBA LIBRE
Carlos Urquiza Cabrera (Mérito Militar)
NUESTRA RESPUESTA AL SOLDADO URQUIZA CABRERA
La Revolución lo recibe con los brazos abiertos. El soldado
que abandona las comodidades del cuartel y el sueldo que le paga la
Tiranía para venir a soportar la vida dura y sacrificada del Rebelde,
merece el reconocimiento especial de su Patria. Aquí experimentará Ud. la
satisfacción infinita de defender una causa justa; aquí tendrá Ud. por
compañeros a Hombres que no manchan su Honor con el robo ni el crimen;
aquí tendrá Ud. el reconocimiento y el cariño de su Pueblo. Mañana lo
respetarán sus conciudadanos; mañana, cuando vuelva al seno de su Hogar,
sus hijos se sentirán orgullosos; mañana, cuando la patria sea libre, se
contará entre los que ayudaron a forjar su hermoso porvenir y si cae, el
pueblo nunca lo olvidará, porque los Valientes que mueren defendiendo la
Justicia, viven siempre en el corazón de sus compatriotas y en la Historia
inmortal de su tierra.
RADIO REBELDE
Octubre 18 de 1958
Otra noticia de sumo interés para el pueblo de Cuba: parece
confirmada la venta de 17 aviones ingleses a la tiranía de Batista. Cuando
hasta los propios Estados Unidos, tradicionales abastecedores de armas al
ejército de Cuba han decretado el embargo de todo suministro bélico a la
dictadura de Batista, Inglaterra viene a comerciar con nuestra tragedia.
Sordo al dolor de nuestro pueblo, el gobierno inglés se ha decidido a dar
este paso criminal.
No escuchó la voz de la emigración cubana que unánimemente
solicitó se cancelase esa operación de suministros bélicos a la Dictadura.
No escuchó las razones elevadas y serenas trasmitidas por Radio Rebelde.
No escuchó la opinión de América Latina, contraria a ese repugnante
comercio con la sangre y el dolor de un pueblo.
¡Inglaterra no es lo suficientemente poderosa para intimidar
a los cubanos que luchan por la libertad! ¡Inglaterra no es lo
suficientemente poderosa para realizar impunemente esta intervención en la
lucha interna de Cuba! ¡Inglaterra no es lo suficientemente poderosa, como
para despreciar el sentimiento de un Pueblo heroico destinado a ser
masacrado con los aviones que le vende a Batista! ¡Inglaterra traiciona el
recuerdo de los bombardeos de Coventry y de Londres, pero olvida la
lección que dió su propio pueblo, que no existe poder suficiente en el
mundo para doblegar el patriotismo y la dignidad humana. Nosotros
tendremos también nuestra [cuota de] "lágrimas, sudor y sangre", pero
venceremos en esta guerra aunque Inglaterra le envíe a Batista todos los
aviones que sea capaz de fabricar.
Y de este acto de agresión nos defenderemos dignamente. Esos
aviones les van a hacer más daño a los ingleses que a los rebeldes. Esos
aviones podrán derribar muchas casas campesinas y matar a muchos
compatriotas, pero no quedará indemne ni una sola propiedad inglesa. Los
ingleses están lejos, pero las propiedades de los ingleses están cerca. En
Londres no se sentirán los bombardeos, pero en Cuba, los ingleses van a
sentir los efectos de la acción revolucionaria. Mañana, la Comandancia
General del Ejército Rebelde dictará una Ley revolucionaria, declarando el
embargo de todos los bienes de ciudadanos y compañías inglesas del
Territorio Libre; la confiscación de todas sus propiedades en el
Territorio Nacional quedará cumplimentada tan pronto termine la contienda
y el sabotaje sistemático de las industrias y el comercio inglés
establecido en el territorio nacional mientras dure la guerra, que tendrá
vigencia desde el momento mismo en que llegue a Cuba el primero de los 17
aviones vendidos a Batista. Como quien vende aviones para asesinar cubanos
está en guerra contra Cuba, que no venga el Gobierno Inglés a quejarse
después de las consecuencias de sus actos, porque los pueblos poderosos
están en el Deber de respetar a los pueblos pequeños, no inmiscuirse en
sus cuestiones, no comerciar con su sangre, no pisotear sus sentimientos,
no destruir su Libertad. ¿No le bastan a Inglaterra sus conflictos en
Chipre en Egipto, en el cercano Oriente, en la Guayana Inglesa, en las
Honduras Británicas, y en todas partes del mundo donde intenta mantener su
decadente colonialismo, para venir a provocar también conflictos en Cuba?
Pues bien, sepa Inglaterra que los rebeldes cubanos están dispuestos a
responder la provocación y la agresión, ahora, luego y siempre que haya
que defender la soberanía, el derecho y la dignidad de nuestra Patria. Los
tiempos del colonialismo y las intervenciones impunes en el destino de las
naciones pequeñas, van quedando atrás. Cuba no está sola; por ella vela
también el sentimiento de todos los pueblos hermanos de América Latina y
la solidaridad de la opinión pública del Mundo.
Cuba no puede ser convertida, como España, en campo de
experimentación de guerra para aparatos ingleses; o de cualquier otro
país; o al menos no lo será sin que los ingleses tengan que pagar bien
caras las consecuencias.
Domingo 19
Radio [Rebelde], Sierra Maestra,
19 de Octubre de 1958.
LEY No 4
Contra la agresión Inglesa al Pueblo de Cuba, dictada por la
Comandancia General del Ejército Rebelde. Ejército Rebelde 26 de Julio,
Jefatura.
POR CUANTO: El incontenible desarrollo de la Revolución
Cubana, ha lanzado a la tiranía a una desenfrenada carrera de compra de
armamentos que en definitiva es impotente para impedir la victoria,
compromete más aún de lo que está el crédito de la República, y somete a
la población del País a mayores atropellos en su creciente política de
asesinatos.
POR CUANTO: La venta a la Tiranía de aviones y equipos
bélicos y de otra clase, constituye una ayuda manifiesta a quienes
usurpando los mandos públicos mantienen a la población cubana sometida al
más inhumano régimen de fuerza, desconociéndose por el Gobierno extranjero
que se presta a semejante colaboración, los más elementales principios y
derechos de los pueblos y de la persona humana.
POR CUANTO: El Gobierno de Inglaterra, ha desoído cuantas
apelaciones se le han formulado por el pueblo de Cuba, y ha accedido a la
venta de aviones de guerra al Gobierno de la Tiranía, con los cuales ésta
intenta persistir en su macabra tarea de ametrallar pueblos y ciudades
abiertas, hogares de campesinos indefensos, aparte del plan de cobardes
represalias contra las invencibles columnas del Ejército Rebelde, en
combate leal frente al enemigo.
POR CUANTO: La Nación cubana, está obligada a defenderse por
igual de los enemigos internos como de los externos y a tomar contra unos
y otros las medidas adecuadas contra tales agresiones.
POR CUANTO: Frente a la ayuda militar extranjera a la
Tiranía, la Revolución Cubana denuncia la situación beligerante en que se
ha colocado el Gobierno de Inglaterra, al tomar partido contra el pueblo
cubano, en la guerra que está librando para reconquistar sus
libertades.
POR CUANTO: Consecuentemente con la actitud beligerante, de
hecho adoptada por el Gobierno Inglés, los bienes de ciudadanos Ingleses
deben responder del daño material, moral y en vidas humanas que esos
aviones ocasionen a Cuba.
POR CUANTO: Inglaterra no es lo suficientemente poderosa
para intimidar a los cubanos que luchan por la Libertad.
POR CUANTO: Inglaterra no es lo suficientemente poderosa
para realizar impunemente esa intervención en la lucha interna de
Cuba.
POR CUANTO: Inglaterra no es lo suficientemente poderosa
para despreciar el sentimiento de un pueblo heroico destinado a ser
masacrado con los aviones que le venda a Batista.
POR TANTO: En uso de las facultades de que este mando está
investido y como Poder constituido en representación del Pueblo de Cuba,
alzado en armas contra la Tiranía, se dicta la siguiente Ley número 4,
contra la agresión inglesa al Pueblo de Cuba.
ARTÍCULO 1: A partir del momento en que sean recibidos por
el Gobierno de la Tiranía, los aviones ingleses de guerra y equipos
bélicos de otras clases, procedentes de Inglaterra, y con autorización de
su Gobierno, tendrán vigencia los artículos de esta Ley y los preceptos de
la misma serán aplicables solamente a los bienes y funcionarios Ingleses,
no así, a los del Dominio del Canadá, o demás naciones que integran el
Reino Unido.
ARTÍCULO 2: Se declaran propiedad del ejército Rebelde,
todos los bienes de Compañías y ciudadanos Ingleses radicados en el
Territorio Libre, cuyo valor será dedicado a la adquisición de armas para
combatir la Dictadura.
ARTÍCULO 3: Todos los bienes de Compañías y ciudadanos
ingleses radicados en el resto del territorio Nacional se declaran
igualmente propiedad del Pueblo de Cuba, para responder a los perjuicios
morales, materiales y en pérdidas de vidas que se deriven del suministro
de aviones de guerra al dictador Batista.
ARTÍCULO 4: Cualquier funcionario Diplomático, Consular o
súbdito Inglés que a los diez días de llegados esos aviones no hayan
abandonado el territorio Nacional podrán ser detenidos e internados en el
Territorio Libre, como agentes de un Gobierno agresor.
Dada en la Sierra Maestra, a los 19 días del mes de Octubre
de 1958.
Dr. Fidel Castro Ruz, Comandante en Jefe
Dr. Humberto Sorí Marín, Auditor General
A mediados de Octubre continuaba la faena de distribuir lo
más equitativamente posible armas y balas. Para mí tenía importancia hasta
el último fusil. En carta a Eddy Suñol le anuncié que Raúl, desde el
Segundo Frente, enviaría una tropa al mando de Carlos Iglesias, Nicaragua,
para operar en Banes.
Sierra Maestra
Oct. 19, 58
Suñol:
Te mando seiscientas balas M-1. Espero que tú hayas podido
gestionar algunas más por allá.
A Víctor [Mora] le encargué que te enviara otro máuser que
él tenía por Canabacoa, y si aparece alguno más te lo envío. Ya sabes que
puedes contar con doscientas balas adicionales por cada uno de esos
fusiles, pues recibí más.
Raúl mandará una tropa al mando de Nicaragua [Carlos
Iglesias], desde el segundo frente, que abrirá una zona de operaciones en
el territorio de Banes. Mientras tanto tú te ocupas también de ese
municipio en lo que puedas.
Te deseo grandes éxitos.
Saludos a las muchachas y a todos los demás compañeros.
Fidel
Siguiendo órdenes de la Comandancia, durante todo este mes
las fuerzas del Tercer Frente asediaron la Carretera Central y las
proximidades de Santiago de Cuba.
RADIO REBELDE
OCTUBRE 19/1958
RESUMEN DE ACCIONES REPORTADAS POR LAS COLUMNAS REBELDES:
Se han recibido por radio, en esta Comandancia General, los
partes que transcribimos a continuación:
Octubre 9.-FRENTE número 3, SANTIAGO DE CUBA:
Una patrulla rebelde interceptó en la carretera central, un
camión que transportaba un equipo de control remoto de Televisión, de la
Empresa Tele Mundo, que había venido a televisar un Radio Mitin
Gobiernista, en Santiago de Cuba.
Octubre 12.-Fuerzas de la compañía C, Roberto Lamelas,
pertenecientes a las columnas 9 y 10, atacaron simultáneamente a las siete
antemeridiano, el cuartel, la estación de policía y otros puntos del
Poblado del Caney. Mientras otras Patrullas rebeldes se emboscaban en
espera de los refuerzos enemigos. Nuestras fuerzas atacaban los objetivos
militares, quemaban la Junta Electoral y hacían diversos sabotajes en las
comunicaciones y la patrulla rebelde emboscada sorprendía un camión de
soldados causándoles numerosas bajas.
En esta victoriosa acción fueron ocupadas nueve armas, una
ametralladora Dominicana, San Cristóbal, dos Springfield, 2 M-2, de
fabricación Trujillista, dos revólveres y dos pistolas 45, con parque para
todas estas armas. Se le causaron al enemigo 8 muertos y varios heridos, y
se le hicieron 5 prisioneros, cuyos nombres y unidades a que pertenecían,
daremos a conocer próximamente.
Uno de los militares prisioneros fue juzgado en Consejo de
Guerra, y hallado culpable de numerosos crímenes cometidos cuando el
ataque al Cuartel Moncada, el 26 de Julio de 1953, y de otros asesinatos
cometidos recientemente en Santiago de Cuba, por lo que fue condenado a la
última pena.
En el combate de el Caney pereció también un civil y fue
herido grave un rebelde.
Octubre 13.-Numerosos carros, Jeeps y otros vehículos fueron
quemados en distintos lugares de la carretera Central.
Octubre 14.-Una fuerza de la Dictadura trató de cortar los
árboles que rodean la carretera Central, siendo atacada con granadas de
mano por unidades rebeldes, que hirieron 4 casquitos, huyendo el
resto.
Ese mismo día otra fuerza rebelde al mando del Teniente
Fonseca, quemó 6 carros, 4 autos y 2 camiones cargados de cemento. Fuerzas
del Ejército, que venían en autos de alquiler, tratando de sorprender a
nuestros hombres fueron tiroteadas por la misma unidad rebelde que le hizo
una baja, según los campesinos de la zona, un oficial de la dictadura.
También fue apresada una rastra de la compañía
Interamericana de Transporte, propiedad de uno de los hijos de Batista,
que transportaba gran cantidad de ropa y mercancía al Cuartel Moncada, y
que ahora se utilizarán por las fuerzas de la revolución.
En estas incursiones a la carretera Central, fueron
apresados 4 Masferreristas.
PARTE MILITAR DE LA COLUMNA 3 SANTIAGO DE CUBA:
Las patrullas rebeldes 2 y 5, dirigidas por los Tenientes
[Omar] Ginarte y Santos Mora, hicieron una acción combinada, entre los
poblados de Santa Rita y Charco Redondo, sorprendiendo una fuerza del
ejército. El fuego de nuestros hombres arrasó una camioneta y dos Jeep, en
la que viajaban 20 soldados.
Fueron muertos 14 soldados enemigos. Se le ocuparon: 5
Springfield, 549 balas calibre 30-06 [30.06], con 5 cananas. Y 5
Springfields más inutilizados por el impacto de las explosiones y las
balas. 3 soldados de la tiranía fueron hechos prisioneros: Ramón Álvarez
Caballero, natural de Baire, Oriente; Agustín González Quiñones, de
Consolación del Sur, Pinar del Río y Tomás Hidalgo Ayala, de Mariel,
también de aquella provincia. Murió en la acción un valeroso soldado
rebelde: Ramón Viamontes.
Día 14.-Las patrullas rebeldes al mando del capitán Calixto
García, de la Columna número 3, Santiago de Cuba reportan que el teniente
Lázaro [Fortuna Soltura], al frente de una unidad rebelde, quemó un
ómnibus en la carretera central, entre Guisa y Bayamo.
También fue interceptado un camión de leche de la compañía
Nestlé, de Bayamo.
Octubre 15.-Fueron quemados y destruidos por esta misma
fuerza rebelde, 2 carros tanques de petróleo, que transportaban miles de
galones de ese combustible, sosteniéndose una escaramuza sin importancia,
con fuerzas del ejército.
Octubre 15.-En horas de la noche fue tiroteado el cuartel de
Santa Rita, mientras se realizaban numerosos sabotajes en todo el tendido
eléctrico y se destruían varios transformadores, quedando sin fluido
eléctrico Santa Rita y Guisa.
OTRO PARTE DE LA COLUMNA NÚMERO 9 ANTONIO GUITERAS:
El día 11 de Octubre, fuerzas de esta Columna, ocuparon la
carretera Santiago-Guantánamo, en el tramo comprendido entre Cristo y dos
Bocas, manteniendo el tránsito bajo el control rebelde durante 9 horas,
desde el amanecer hasta las 3 de la tarde, en que se retiraron sin ser
molestadas por el Ejército, que desde el Cuartel del Cristo contemplaba la
escena. En esta operación murieron dos soldados que no obedecieron la
orden de Alto.
El día 12 por la noche, otra fuerza de la columna número 9,
tomó el pueblo del Cristo, sin disparar un tiro, dando un mitin
revolucionario en el parque, con la asistencia de todo el pueblo. Todo
esto ocurrió a tres cuadras del Cuartel del Ejército. Al día siguiente el
sargento jefe del puesto fue al cuartel Moncada y pidió su traslado por no
haber podido evitar que los rebeldes le dieran un mitin a ojos y oídos de
sus soldados.
Al otro día, el 13 de Octubre, otra unidad de la Columna
número 9, atacó el mismo cuartel del Cristo, mientras que dos fuerzas
rebeldes más esperaban emboscadas los refuerzos enemigos de la Maya y
Santiago de Cuba. Mientras el Cuartel era atacado, las emboscadas situadas
en la carretera, minada con cargas de más de 100 libras, esperaban los
tanques y la artillería enemiga.
Pero el Ejército dejó sola a la guarnición del Cristo, cuyo
cuartel fue tomado. Se le ocuparon al enemigo un fusil Springfield, se le
causó dos bajas, y tres soldados lograron escapar.
El día 14 de Octubre, otra unidad de la columna 9, ocupó
nuevamente la Carretera Santiago-Guantánamo, entre Alto Songo y El Cristo,
manteniendo el tránsito bajo control rebelde durante 6 horas a la vista
del cuartel de Alto Songo. Un Masferrerista que no obedeció la orden de
registro, fue muerto ocupándosele un revólver.
La noche anterior, como represalia por la toma del Cuartel
del Cristo, una Avioneta de la Dictadura volando a oscuras, ametralló el
poblado del Cristo, hiriendo a dos personas.
Nuevamente el día 15, las fuerzas rebeldes volvieron a
ocupar esta misma carretera, desde la mañana hasta las cuatro de la tarde,
manteniendo un registro de carros y pasajeros sospechosos.
Esta Carretera desde Alto Songo a Dos Bocas, ha sido
declarada por el Comandante de esta columna, Zona
Rebelde.