Wilkie Delgado Correa
En el primer artículo
titulado INICIO DE UNA VISIÓN DESDE SANTIAGO DE CUBA
DEL DISCURSO DE OBAMA EN SANTIAGO DE CHILE, abordamos
ideas esenciales que continuarán siendo referencias para alumbrar el análisis del
discurso.
A partir
de los temas que abordamos anteriormente,
en su discurso Obama continuó lanzando “la nueva era de alianzas que busca Estados
Unidos, no solo con Chile, sino
con todo el continente americano”, porque,
según añadió, en la
Cumbre de las
Américas de Trinidad y Tobago: “Allí,
prometí tratar de forjar alianzas de igualdad y responsabilidad compartida, en base a intereses mutuos, respeto mutuo y valores comunes. Sé que
no soy el primer presidente de Estados
Unidos en prometer un nuevo espíritu
de cooperación con nuestros
vecinos latinoamericanos. Sé que a veces, Estados Unidos ha tomado por descontada a esta región.”
En este
párrafo están contenidas bellas palabras y alianzas de supuestas buenas intenciones que, como otras viejas
promesas, la Alianza
para el progreso de Kennedy
fue un ejemplo de ellas, lanzadas al aire por otros mandatarios
norteamericanos,
no fueron más que burlas y engañifas
para una región que siempre
han considerado su patio trasero, y donde han tenido
aliados serviles que el Norte cortejó y encumbró, y donde también surgieron
rebeldes contestatarios, que los del Norte acosaron y sacrificaron, junto a sus pueblos, en el altar
de su opulencia y poderío, con una acción de matarifes
despiadados. Y luego vuelta a encumbrar
a sus serviles traidores.
Luego Obama
expresa una afirmación cierta: “Pero no olvidemos jamás, nunca, que el futuro
se está forjando en países y pueblos de América
Latina…” pero esta
idea, ¡oh, mágicos
malabarismos intelectuales
imperiales!, la fundamenta
en elementos parcializados
y elude mencionar acontecimientos
medulares y distintivos de una nueva era latinoamericana, caracterizada por la derrota de las dictaduras entronizadas por los Estados Unidos, por el fracaso de la política neoliberal impuesta al hemisferio, por el surgimiento de nuevos líderes y organizaciones políticas
que fueron capaces de derrotar en las urnas, democráticamente, a los viejos políticos y partidos aliados del imperio
e instauraron procesos progresistas e independientes.
La verdadera imagen de América Latina de hoy en día está
configurada por los procesos
unitarios de la alianza de nuevo tipo denominada ALBA, por la unidad lograda en
UNASUR y la proyectada
organización de los Estados de América Latina y
del Caribe, por el nuevo modelo económico
y social que, mucho más independiente de los Estados Unidos, avanza con su desafío
al proyecto imperial denominado
ALCA. Independientemente del espectro político e ideológico variado, la
América Latina actual parece reconocer que la unidad, con diversidad de esta índole, es el mejor
camino, ahora que se cumple el bicentenario de su independencia,
Por otra
parte, Obama afirma que América
Latina está en paz, pero se trata de una paz relativa
y los hechos allá y acullá lo desmienten producto de conflictos sociales y políticos internos, ejemplos son Colombia y México, de contiendas
en que participan indígenas, campesinos y mafias gansteriles que tienen causas distintas. Si este continente está plenamente en paz, qué justificación
tienen tantas bases militares de los Estados Unidos en Colombia y otros países de la geografía
continental.
Tampoco han
sido resueltas todas las viejas
disputas fronterizas, digamos mejor que quedan
viejas disputas fronterizas por solución: por
ejemplo, la frontera argentina que debe
incluir a las Malvinas, o el acceso soberano de Bolivia al mar que no
atiende Chile, o la frontera cubana que debe incluir
el territorio usurpado por la
Base Naval de USA en Guantánamo, o la
frontera entre México y los Estados Unidos, donde mueren más
mexicanos y otros latinoamericanos que en cualquier otro conflicto bélico y el más reciente en la frontera entre Nicaragua y Costa Rica, dirimiéndose
ante un tribunal internacional.
Dijo Obama,
como desde un
púlpito, y parecía
no ver la sangre, que corría bajo
sus pies, de tantos corderos degollados en la región : “Y así como los
viejos conflictos se han desvanecido, también lo han hecho las anacrónicas
pugnas ideológicas que a menudo los
alimentaban. Los trillados
debates –entre la economía
de estado y el capitalismo desenfrenado; entre los abusos de los
grupos paramilitares de derecha y los insurgentes
de izquierda, entre la imagen de un Estados
Unidos que causa todos los
problemas de la región y uno que hace
caso omiso de todos los problemas–
tenían opciones falsas y no reflejan la realidad actual”.
Y es
como si la deidad que dictaran
sus palabras, afirmaran que la palabra ideología debiera desaparecer de los diccionarios y no formar parte de las ciencias políticas y sociales; es como
si ya el capitalismo y el imperialismo no fueran viejas ideologías que pugnan por prevalecer hegemónicamente, a las buenas o a las malas, y es
como si el socialismo, esa no tan vieja ideología, a modo de fantasma que aterra a su
contraria, no estuviera brotando y triunfando, como nunca antes en América; y que todo el pasado sobre este asunto es falso
y no existe, con otro cariz, en la realidad actual.
Sólo valga
como réplica estas ideas de Martí: “Como cuerpos que ruedan por
un plano
inclinado, así las ideas justas,
por sobre todo obstáculo y valla, llegan a logro. Será dado
precipitar o estorbar
su llegada: impedirla, jamás.- Una idea justa que aparece,
vence. Los
hombres mismos que la sacan de su cerebro,
donde la fecundaron con sus dolores, y la alimentan luego que la traen
a luz, no pueden apagar sus
llamas que vuelan como alas, y abrasan a quien quiere detenerlas.“
Ha dicho
Obama la incongruencia que no debe recordarse
el pasado, pues se trata de construir el futuro. Sin embargo, vaya
tamaña inconsecuencia, pues cuando le conviene recurre al pasado. Y así lo hizo en
el discurso inicial
cuando ganó las elecciones,
en que se remontó a la fundación del
Partido Republicano, su contrincante en la contienda
electoral.
Hasta ahora mismo sabíamos que entre más lejos seamos capaces de mirar el pasado, mayor será nuestra
capacidad de proyectarnos y vislumbrar el futuro. Pero, sin embargo, Obama
insiste, en los temas que no le conviene a su persona o a su país, en que
eludamos el pasado a la hora de pensar
en el presente y el futuro. Por cierto, ¡oh, memoria
prodigiosa la de Obama!, recordó, inspirado: “Hace exactamente
50 años, el Presidente John
F. Kennedy propuso una ambiciosa Alianza para el Progreso.” ¿Sabrá que fue
la Revolución Cubana
la causa y razón por la cual inventó
aquella alianza, que fracasó porque
era una engañifa para el hemisferio?
Y estas intenciones de Obama sobre el pasado
de las relaciones entre EE.UU y América Latina tienen
su causa en ideas preclaras que nos legó José Martí: “...
cuando se está contento de su pasado, se
habla de él: cuando no se habla de él es
porque su recuerdo pesa y avergüenza.” Y debemos también saber esta verdad:
“Lo pasado es la raíz de lo presente.
Ha de saberse lo que fue, porque lo que fue está en lo que es”.
Existen muchas otras ideas que merecerían un enfoque crítico o un análisis integral, pero ya otros autores han
revelado sus lados oscuros o medias tintas.
Así que, desgraciadamente, no
me referiré al papel, la traición y culipandeo de los Estados Unidos en el caso del golpe de
estado en Honduras; ni a la
responsabilidad que ha tenido ese país en el boicot a soluciones ante el cambio
climático; ni a la significación geoestratégica
que tiene definida para América Latina y
el mundo; ni a las incumplidas e incumplibles promesas de
resolver justamente el problema de
la inmigración ilegal o el tráfico de armas y de drogas; ni a la importancia reconocida de América
Latina para la economía norteamericana; ni a su afirmación y reiteración de
que “todos somos americanos”, que bien
valdría, si realmente cree en ello, la propuesta de una iniciativa de visa de
libre tránsito que garantice el derecho de todos los americanos a moverse de
sur a norte, y viceversa, en su
continente; ni a su llamado a distribuir
especies de limosnas a los más
necesitados; ni a su reconocimiento más
tarde de rancias ideologías en que “el poder político y económico con demasiada frecuencia está concentrado en las manos de pocos,
en lugar de servir a la mayoría …Y los líderes se aferran a ideologías rancias para justificar su propio poder
y buscan silenciar a sus oponentes porque
tienen la audacia de exigir que se respeten
sus derechos universales”; ni a su aceptación sólo
a haber “dejado en claro que en Estados Unidos aceptamos nuestra responsabilidad por la violencia generada por las
drogas. La demanda de drogas, incluida aquella en Estados Unidos, impulsa esta crisis”, pero no a la aceptación de su responsabilidad en
el genocidio practicado
en el continente
con dirección
y patrocinio de Estados Unidos, y del cual la dictadura de Pinochet en Chile fue
un ejemplo; ni de otros temas.
Así que me referiré a su pincelada, una especie de ojeada fugaz sobre Cuba, que él pensaba podría tener resonancia continental.
Cuando se refería a las luchas de los pueblos y las conquistas en este
continente, con generalidades y sin especificidades, introdujo al final este
despropósito referido a Cuba,
“incluso
ahora, las Damas de Blanco que marchan en silenciosa dignidad.” Fíjense que no se refirió a los cientos y miles de mujeres integrantes del movimiento de las ABUELAS DE LA
PLAZA DE MAYO, en Argentina, que
el precio que pagaron por su
combate verdadero fueron miles de hijos y familiares muertos y desaparecidos, incluyendo niños secuestrados, en un proceso reivindicador que se ha mantenido durante más de treinta años y aun se mantiene.
Por el contrario, hizo referencia al minúsculo grupo, sin sustento legítimo, en lo social y político,
denominado DAMAS DE BLANCO, que
ellas mismas reconocen, confiesan y están orgullosas de recibir apoyo mediático, aliento verbal y de dinero contante y sonante por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Ojala Obama
y la clase dirigente de su país, cumpliera
como un principio inviolable esta afirmación que hizo: “Todo país
seguirá su propio camino, y ninguna nación debe imponer jamás
su voluntad en la otra.” Pero sabemos
que esto es falso y es una mentira, y la realidad actual lo ratifica, como también su parrafada de que “Desde que asumí
el mando, he anunciado los cambios más
significativos en varias décadas a la política de mi país hacia Cuba” y la siguiente, en que expresa claramente su injerencia
en los asuntos internos de Cuba y su pretensión de establecer condiciones al gobierno cubano, como si desconociera todo lo que sufre el pueblo por el bloqueo genocida que se ha practicado durante más de 50 años y que Obama mantiene vigente; como si olvidara
la invasión mercenaria derrotada en Girón hace medio siglo
y todas las agresiones de todo tipo ocurridas en igual lapso. Como si en su era aún no se mantuvieran los mismos planes, programas, estrategias para atentar contra la independencia, soberanía, autodeterminación, libertad y justicia del pueblo cubano, que sabrá hoy como en el pasado, derrotarlos en todos los terrenos.
Sólo nos
queda repetirle a Obama, como
la canción de Serrat: Se equivocó la paloma
¿de la paz
o de la guerra?, se equivocaba. |