Wilkie Delgado Correa
Miércoles, 11 de Abril de 2012
La IV Cumbre de las
Américas que se celebrará en Cartagena, Colombia, no puede tener buenos augurios.
Es conocido que estas Cumbres fueron promovidas por los Estados Unidos cuando
con el ALCA y otros instrumentos pretendían cumplir el viejo “sueño americano”
de apoderarse o de supeditar políticamente a todos los países de América Latina
y el Caribe a su hegemonía.
Su más reciente
negativa a que participe Cuba en este foro ha demostrado el poder de veto del
imperio ante la posible invitación de Colombia como país sede de la IV Cumbre.
El propio Presidente Santos ha declarado que no existía consenso, aunque éste se
refiriera fundamental o exclusivamente al gobierno de los Estados Unidos.
Sin embargo, la
Cumbre se celebrará sin un consenso distinto motivado por la no presencia de
Cuba. El Presidente de Ecuador Rafael Correa ha roto el consenso real para
efectuar el evento en estas condiciones y ha expresado que Ecuador no
participará en dichas cumbres hasta que Cuba no participe en ellas ni se tengan
en cuenta otros intereses de los participantes. Además, durante su desarrollo
se debe introducir en el debate una falta de consenso mayor en voz de los
mandatarios de los países del ALBA, todos exigiendo la no exclusión de la Isla
en este foro internacional.
El Presidente Obama
tendrá que escuchar verdades molestas para la política imperial de su país y se
verá, seguramente, acorralado ante tantos argumentos latinoamericanos y
caribeños. Veremos cuáles serán sus estrategias y con qué sofismas discursivos y
condicionamientos pretenderá prolongar y justificar la no participación de Cuba
en las cumbres futuras. De que tratará de hacerlo de una u otra forma, nadie lo
dude. Quizás intentará que se incluya oficialmente el tema en la agenda de la
próxima cumbre. En fin, todo lo posible por retardar una derrota previsible para
los Estados Unidos.
También es
previsible y justo, que así como sucedió con el ALCA en Mar de Plata, Argentina,
por falta de consenso, lo mismo ocurra con las Cumbres de las Américas, en que
parte o todos los países integrantes del ALBA se decidan a no asistir más a las
mismas si no se toman en consideración sus planteamientos. Cuando la falta de un
consenso potencial se convierta en real por un grupo de países, aunque sean
minoría, el gobierno de los Estados Unidos tendrá que reconocer que ya, en estos
tiempos, la América Latina y el Caribe no son su patio trasero ni obsecuentes
convidados de piedra. Y, por otra parte, existen otras cumbres, como las de
UNASUR y de CELAC, más vitalmente vinculadas a sus intereses y destinos.
Pero en fin, ya
veremos, faltan pocos días para vislumbrar la borrasca o el alba en un sitio
definitorio llamado Cartagena, en Colombia. No obstante, interrogantes de por
medio, un día llegará en que las cosas tomen mejor camino. No lo dudemos. Es
visible en el dilatado horizonte de la realidad futura.
(Cubaperiodistas.cu) |