Una
importante delegación política de Estados Unidos se encuentra entre
nosotros. Se trata del Caucus Negro Congresional (CBC) que, en la
práctica, ha funcionado como parte del ala más progresista del
Partido Demócrata.
Fue
fundado en enero de 1969 por los doce congresistas
afronorteamericanos que integraban el Congreso de Estados Unidos en
aquel momento. En los primeros 50 años del siglo XX solamente cuatro
afronorteamericanos fueron electos al Congreso. Actualmente, como
consecuencia de sus luchas, el CBC cuenta con 42 miembros. Varios de
sus representantes han mantenido posiciones constructivas muy
activas en temas asociados a Cuba.
La
primera delegación del Caucus que nos visitó estaba presidida por
Maxine Waters, en febrero de 1999; la segunda, en enero del 2000.
Influyentes miembros de ese grupo congresional asumieron posiciones
públicas y realizaron otras acciones positivas durante la batalla
por el regreso del niño Elián a la Patria.
En
mayo del 2000 nos visitó otra delegación del Caucus presidida por
quien era entonces su principal líder, James Clyburn, de Carolina
del Norte, e integrada por Bennie Thompson de Mississippi y Gregory
Meeks de Nueva York. Estos congresistas fueron los primeros en
recibir de mi parte la disposición de Cuba para asignar un número de
becas a jóvenes de bajos ingresos con el propósito de estudiar
Medicina en nuestro país, seleccionados por el Caucus Negro
Congresional. Igual proposición hicimos a la ONG Pastores por la
Paz, presidida por el Reverendo Lucius Walker, quien envió los
primeros estudiantes a la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
Cuando arreciaron las presiones y acciones anticubanas de la
administración Bush contra los viajes y la presencia en Cuba de
personas bajo la jurisdicción de Estados Unidos, legisladores del
Caucus Negro se dirigieron al Secretario de Estado, Colin Powell, y
lograron asegurar la licencia que permitiera legalmente a los
jóvenes norteamericanos continuar sus estudios de Medicina en Cuba,
que ya habían iniciado.
Tal
vez Powell, jefe militar de gran autoridad y prestigio, hubiese sido
el primer Presidente negro de Estados Unidos, pero renunció a ser
postulado por respeto a su familia que, debido al asesinato de
Martin Luther King, se oponía tenazmente a esa postulación.
La
delegación del Caucus Negro que visita a Cuba en este momento está
presidida por Barbara Lee, representante por el Estado de
California. Viajó a Cuba por primera vez acompañando al entonces
congresista negro Ronald Dellums, de quien fue asistente y cuyo
escaño ocupó cuando aquel se retiró. En esa ocasión tuve el honor de
conocerla y admirar su espíritu combativo y capacidad de lucha.
El grupo que preside lo integran siete Congresistas Demócratas; los
demás miembros de la delegación son: Melvin Luther Watt, de Carolina
del Norte; Michael Makoto Honda, de California; Laura Richardson,
también de California; Bobby Rush, de Illinois; Marcia L. Fudge, de
Ohio, y Emanuel Cleaver II, de Missouri.
Patrice Willoughby, Asistente Ejecutiva del Caucus Negro
Congresional y cuatro militares de la oficina de enlaces con el
Congreso, bajo las órdenes del teniente coronel Daniel Wolf,
acompañan la delegación.
Valoro el gesto del grupo legislativo. Cumplen rigurosamente el
programa que solicitaron. La aureola alcanzada por Luther King los
acompaña. Nuestra prensa ha reportado ampliamente su presencia. Son
testigos excepcionales del respeto con que se recibe siempre a los
norteamericanos que visitan nuestra Patria. Es difícil que la
delegación haya visto un rostro con expresión de odio y tal vez
admiren la ausencia total de personas analfabetas o menores
limpiando zapatos en las calles. No escapará a ningún ojo crítico
las filas de niños, adolescentes y jóvenes, asistiendo a las
escuelas y universidades, los círculos infantiles, los hogares de
ancianos, los hospitales y policlínicos con personal de salud
altamente calificados, que atienden a todos los ciudadanos. En medio
de la crisis económica internacional no existen colas de ciudadanos
buscando empleo. Las personas que se mueven por las calles, activas
y casi siempre alegres, no se corresponden con las imágenes
estereotipadas con que se presenta muchas veces a Cuba en el
exterior.
Nuestra Patria demuestra que un pequeño país del Tercer Mundo,
hostigado, agredido y bloqueado durante decenas de años, puede
llevar con dignidad su pobreza. Muchos ciudadanos de la nación más
rica del mundo no reciben el mismo tratamiento, y gran parte de
ellos ni siquiera votan; el ejercicio de ese derecho, sin embargo,
lo ejerce bastante más del 90% de nuestra población, que sabe leer y
escribir y es portadora de un estándar no desdeñable de cultura y
conocimientos políticos.
Entre
los visitantes hay opiniones que son colectivas y otras representan
los puntos de vista personales. En general, piensan que el 68% de la
opinión pública norteamericana favorece un cambio de política con
Cuba.
Uno
de ellos expresó que era necesario utilizar este momento histórico
en que coinciden un Presidente negro en la Casa Blanca y una
corriente de opinión favorable a la normalización de las relaciones.
Cuando Alarcón expuso que era un deber moral suprimir la arbitraria
inclusión de Cuba en la lista de países terroristas, le recordaron
que tanto Nelson Mandela como el Congreso Nacional Africano fueron
calificados de terroristas por el Congreso de Estados Unidos.
Otro
de los miembros agradeció a las autoridades cubanas y a la
presidencia del Caucus Negro por propiciar el viaje y sostener este
tipo de intercambio.
Otro
representante explicó el importante significado de Obama para los
Estados Unidos y la necesidad de reelegirse. El Presidente se
considera a sí mismo como un líder político que debe gobernar para
todos los sectores sociales del país, explicó. No obstante,
manifestó su certeza de que Obama cambiará la política hacia Cuba,
pero Cuba debía ayudarlo también.
Un
cuarto miembro del Caucus dijo que a pesar de la victoria de Obama,
la sociedad norteamericana continúa siendo racista. Que Obama
representa la única oportunidad que tiene esa nación de avanzar y
dejar atrás todo el lastre acumulado por los gobiernos anteriores.
“El Presidente no puede ir más allá de la liberación de los viajes y
las remesas a los cubanoamericanos pues declarar el levantamiento
del bloqueo o la normalización total de las relaciones bilaterales
significaría la imposibilidad de reelegirse.” Afirmó,
adicionalmente, que la derecha anticubana todavía tiene poder
suficiente para acorralarlo e impedir que se reelija.
Por
último, otro congresista expresó en el Ministerio de Relaciones
Exteriores, con gran franqueza, que Estados Unidos no debe perder la
oportunidad de reconocer que su política respecto a Cuba ha sido un
total fracaso. Añadió que su gobierno debía pedir perdón a Cuba por
todos esos años de hostilidad y por la política de bloqueo, pues
solo así estaríamos en condiciones de avanzar juntos en la solución
del diferendo bilateral. Señaló que desde su posición hará todo lo
posible por eliminar el bloqueo.
Durante la visita al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología,
uno de ellos, expresando el sentimiento de los demás, calificó de
excelentes los resultados de Cuba en biotecnología y dijo que en
estos momentos la atmósfera política era propicia para construir
puentes de entendimiento y comunicación entre las comunidades
científicas de nuestros países. Recomendó que tuviéramos cuidado en
patentar todo, de acuerdo con las normas internacionales de
propiedad intelectual, para evitar que nos fueran robados los
esfuerzos de tan maravilloso trabajo.
Todos
expresaron la gran impresión que recibieron en la visita al Centro,
donde el Ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, junto a
varios directores de las instituciones científicas, les explicaron
el trabajo de nuestro país en ese campo.
La
principal actividad del 4 de abril, día en que se conmemoraba el 41
aniversario de la muerte del mártir de los derechos humanos, fue la
visita al parque en la capital de Cuba que lleva su nombre, Martin
Luther King, donde se encuentra un monolito de mármol verde oscuro,
jaspeado en negro, con la efigie a relieve en bronce del gran
combatiente negro asesinado por los racistas. Allí hablaron Barbara
Lee, Laura Richardson, Emanuel Cleaver II y Bobby Rush. Los cuatro
resaltaron públicamente el impacto positivo de los intercambios
sostenidos.
Ayer
domingo a las 13:20 horas la congresista Barbara Lee llegó a la
Iglesia Ebenezer del Centro Martin Luther King, donde fue recibida
por Raúl Suárez y directivos del Consejo Nacional de Iglesias de
Cuba. Allí estaban Alarcón y dirigentes del Ministerio de Relaciones
Exteriores.
Antes
Barbara Lee había estado en otras dos iglesias del Vedado. Hizo uso
de la palabra, reiteró pronunciamientos públicos previos y expresó
su intención de realizar gestiones con la administración para
propiciar un cambio de política hacia Cuba y la reactivación de los
intercambios entre iglesias de ambos países.
He
reflejado con la mayor brevedad posible los intercambios sostenidos.
He sido cuidadoso al omitir los nombres de los autores de varios
pronunciamientos porque ignoro si les interesa o no hacerlos
públicos.
Deseaba simplemente ofrecer los elementos de juicio necesarios
para que nuestra opinión pública nacional posea la mayor información
posible sobre el sensible tema de las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama y la visita del
Caucus Negro a Cuba.
Fidel
Castro Ruz
Abril
6 de 2009
2 y
03 p.m. |