La crisis financiera no es el único problema, hay otro peor porque
tiene que ver no con el modo de producción y distribución, sino con
la propia existencia. Me refiero al cambio climático. Ambos están
presentes y serán discutidos simultáneamente.
El próximo domingo 5 de abril se reanudarán en Bonn las
conversaciones de la ONU sobre el cambio climático. Alrededor de 190
países intentan alcanzar un acuerdo sobre la reducción de los gases
con efecto invernadero para más allá del 2012, cuando expira el
Protocolo de Kyoto.
Estados Unidos nunca ratificó ese Protocolo. El nuevo Presidente,
que heredó el problema de Bush, anunció el sábado la creación de un
foro “sobre la energía y el clima”, que reunirá en Washington los
días 27 y 28 de abril, a 17 importantes economías mundiales, entre
ellas, Brasil, México, China y la Unión Europea.
La reunión de Bonn durará 11 días y la delegación de Estados Unidos
estará presidida por Todd Stern, quien tiene previsto leer un
comunicado.
Ivo de Boer, máximo responsable de la ONU sobre el clima, dijo:
“espero que Stern fije las líneas maestras que guiarán a Estados
Unidos.”
Existen fuertes contradicciones sobre el aporte que deben hacer las
economías.
Se discutirán los límites del dióxido de carbono que deben lanzar a
la atmósfera los distintos países del mundo, un gas que amenaza
liquidar las condiciones de vida del planeta.
Existen fuertes discrepancias entre los países industrializados y
los emergentes, como China, India y Brasil; éstos expresan que
desean ver primero cómo los países ricos se comprometen a reducir
las emisiones de CO2.
Mientras tanto, enormes volúmenes de agua que se acumulan en las
montañas de hielo de la región Antártica, se derriten aceleradamente
a ojos vista, como consecuencia del nefasto gas lanzado hasta hoy, y
que seguirá lanzándose durante incontables años. “¡Los científicos
exageran!”, claman los escépticos y sobre tan endebles esperanzas,
continúan soñando.
Siguen llegando noticias sobre la crisis económica mundial a través
de las agencias cablegráficas, incluyendo Xinhua y TASS. De ellas se
infiere que en opinión del Banco Asiático de Desarrollo, la economía
China solo crecerá un 7% en el año 2009. Parece una ironía si se
toma en cuenta que de acuerdo con los análisis del Banco Mundial,
la de los países desarrollados que integran la OCDE se reducirá un
3%; los de la zona euro 2,7%, la de Estados Unidos 2,4% y el
comercio mundial disminuye 6,1%.
El Presidente de Rusia, Dimitri Medvédev, en artículo publicado por
el The Washington Post, propone que Rusia y Estados Unidos
trabajen juntos sobre la elaboración de las medidas para luchar
contra la crisis financiera y examinen la necesidad de la creación
de la moneda mundial de reserva.
El Presidente de China, Hu Jintao, pidió fortalecer la coordinación
entre diferentes naciones sobre políticas económicas y hacer
esfuerzos conjuntos en contra del proteccionismo comercial y de
inversión, para ayudar a la recuperación de la economía mundial. “El
sistema financiero internacional debe emprender las reformas
necesarias de manera integral, equilibrada, gradual y eficaz, para
evitar una crisis mundial en el futuro”, añadió.
George Soros, el famoso magnate norteamericano, de origen húngaro,
declaró: “China saldrá de la recesión más rápidamente que el resto
del mundo”. Señaló que “China tiene un sistema que es más adecuado
para estas condiciones de emergencia.”
Similares opiniones elogiosas se observan entre las noticias
publicadas ayer:
“Desafiando las dificultades económicas en el país y en el
extranjero, el mercado bursátil chino concluyó el primer trimestre
de este año con un repunte de un 30 por ciento, lo que lo convierte
de lejos en la Bolsa importante con mejor desempeño en lo que va del
año”, divulga Reuters, recogiendo opiniones de los analistas.
Mientras China, por su parte, declara que es necesario crear una
nueva moneda internacional de reserva, el Presidente del Banco
Mundial, Robert Zoellick, declara que “El dólar seguirá siendo la
principal moneda de reserva… Un sistema basado en el dólar y la
fortaleza del dólar serán cruciales para sacarnos de este pozo... Se
necesitará más que una Cumbre del Grupo de los 20 países más
industrializados y en vías de desarrollo para establecer una nueva
moneda de reserva.”
El Banco Mundial sostiene que la economía del mundo enfrenta un año
peligroso y que podrá hundirse aún más en la recesión. Admitió que
China irá creciendo, pero a un ritmo menor.
Los países más desarrollados, opina el Banco, se encuentran en una
peor situación, pues sufrirán una clara contracción. Es probable,
afirma, que la necesidad de financiación externa de los países en
desarrollo, aumente a 1,3 millones de millones de dólares en 2009.
Con la disminución del flujo de capitales, esto generaría una brecha
que fluctuaría entre 270 mil y 700 mil millones de dólares.
Por ello, en su criterio, ninguno escapará de las consecuencias de
la crisis económica global, sobre todo los más pobres, donde en
muchos, hará trizas años de progreso. El mundo en desarrollo corre
peligro de pagar un pesado tributo por la crisis originada en los
países del norte.
El Director de la Organización de Comercio, Pascal Lamy, urge al
G-20 a resistir el proteccionismo y evitar acciones de “baja
intensidad”, destinadas a proteger sus industrias de un eventual
colapso.
Por su parte, la OCDE anteriormente mencionada por sus criterios con
relación al descenso del PIB, al abordar el desempleo, señala que
aumentará fuertemente y superará el 10%, “casi se duplicará” con
relación a su nivel de 2007, en los países del G-7: Estados Unidos,
Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá.
El Presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, pidió “valor” a
los miembros europeos que participarán en la Cumbre del G-20 para
reclamar la inclusión de varios estados y territorios de Estados
Unidos en la lista negra de paraísos fiscales nocivos. “Que el señor
Brown le diga a Obama que ponga fin a los paraísos fiscales que se
encuentran en territorio americano”, declaró en una Comisión de
Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.
La futura regulación del sistema financiero internacional se ha
convertido en un punto de fricción entre Londres y Washington, por
un lado y París por el otro.
Abunda la información y los datos que ilustran esta fricción.
Por su parte, el Presidente de la Unión Europea, José Manuel
Durão Barroso, más diplomáticamente expresó su seguridad de que
se logrará consenso, negando que las posiciones de la Unión Europea
y Estados Unidos sean excluyentes. Afirma que “debemos volver a
colocar la ética en el sistema”, clamando por medidas contra los
paraísos fiscales.
La OXFAM, una conocida Organización No Gubernamental, declara que
con 8,42 millones de millones de dólares de dinero público
comprometidos por los gobiernos del mundo rico para el rescate del
sector bancario, podría eliminarse la pobreza mundial durante los
próximos 50 años. Abunda también en argumentos a favor de los
cientos de millones de pobres en el mundo que se hundirán aún más en
la pobreza y a favor de las mujeres, que son las más duramente
golpeadas por la crisis.
Los sindicatos, a través de sus organismos internacionales, demandan
del G-20 se preste la debida atención al desempleo que acompaña a
las crisis y claman para que en la Declaración de la Cumbre se
refieran al trabajo digno y los derechos laborales.
Mañana comienza el Clásico entre las mayores economías del mundo,
las más desarrolladas y las que están por desarrollarse. Las reglas
del juego no están muy claras. Veremos qué se discute y cómo se
discute. ¿Estará elaborada ya y aprobada de antemano una declaración
final? Tal vez sí, tal vez no. De todas formas, será muy interesante
conocer, en medio de tanta diplomacia, qué posiciones adopta cada
cual. De un modo u otro, no habrá secreto posible. Todo ha cambiado.
Fidel Castro Ruz
Abril 1º de 2009
4 y 35 p.m.
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