Finalizado el evento sobre Globalización y Desarrollo con la
presencia de más de 1500 economistas, destacadas personalidades
científicas y representantes de organismos internacionales reunidos
en La Habana, recibí una carta y un documento de Atilio Boron,
Doctor en Ciencias Políticas, Profesor Titular de Teoría Política y
Social, director del Programa Latinoamericano de Educación a
Distancia en Ciencias Sociales, PLED, aparte de otras importantes
responsabilidades científicas y políticas.
Atilio, firme y leal amigo, había participado el jueves 6 en el
programa de la Mesa Redonda de la Televisión Cubana, junto a otras
eminencias internacionales que asistieron a la Conferencia sobre
Globalización y Desarrollo.
Supe
que se marcharía el domingo y decidí invitarlo a un encuentro a las
5 de la tarde del día anterior, sábado 7 de marzo.
Había
decidido escribir una reflexión sobre las ideas contenidas en su
documento. Utilizaré en la síntesis sus propias palabras:
“…Nos hallamos ante una crisis general capitalista, la primera de
una magnitud comparable a la que estallara en1929 y a la llamada
‘Larga Depresión’ de 1873-1896. Una crisis integral, civilizacional,
multidimensional, cuya duración, profundidad y alcances geográficos
seguramente habrán de ser de mayor envergadura que las que le
precedieron.
“Se trata de una crisis que trasciende con creces lo financiero o
bancario y afecta a la economía real en todos sus departamentos.
Afecta a la economía global y que va mucho más allá de las fronteras
estadounidenses.
“Sus causas estructurales: es una crisis de superproducción y a la
vez de subconsumo. No por casualidad estalló en EEUU, porque este
país hace más de treinta años que vive artificialmente del ahorro
externo, del crédito externo, y estas dos cosas no son infinitas:
las empresas se endeudaron por encima de sus posibilidades; el
Estado se endeudó también por encima de sus posibilidades para hacer
frente no a una sino a dos guerras no sólo sin aumentar los
impuestos sino que reduciéndolos, los ciudadanos son
sistemáticamente impulsados, por vía de la publicidad comercial, a
endeudarse para sostener un consumismo desorbitado, irracional y
despilfarrador.
“Pero a estas causas estructurales hay que agregar otras: la
acelerada financiarización de la economía, la irresistible tendencia
hacia la incursión en operaciones especulativas cada vez más
arriesgadas. Descubierta la ‘fuente de juvencia’ del capital gracias
a la cual el dinero genera más dinero prescindiendo de la
valorización que le aporta la explotación de la fuerza de trabajo y,
teniendo en cuenta que enormes masas de capital ficticio se pueden
lograr en cuestión de días, o semanas a lo máximo, la adicción del
capital lo lleva a dejar de lado cualquier cálculo o cualquier
escrúpulo.
“Otras circunstancias favorecieron el estallido de la crisis. Las
políticas neoliberales de desregulación y liberalización hicieron
posible que los actores más poderosos que pululan en los mercados
impusieran la ley de la selva.
“Una enorme destrucción de capitales a escala mundial,
caracterizándolo como una ‘destrucción creadora’. En Wall Street
esta ‘destrucción creadora’ hizo que la desvalorización de las
empresas que cotizan en esa bolsa llega casi al 50 %; una empresa
que antes cotizaba en bolsa un capital de 100 millones, ¡ahora
tiene 50millones! Caída de la producción, de los precios, de los
salarios, del poder de compra. ‘El sistema financiero en su
totalidad está a punto de estallar.
Ya tenemos más de $ 500.000 millones en pérdidas bancarias, hay un
billón más que está por llegar. Más de una docena de bancos están en
bancarrota, y hay cientos más esperando correr la misma suerte. A
estas alturas más de un billón de dólares han sido transferidos
desde la FED al cartel bancario, pero un billón y medio más será
necesario para mantener la liquidez de los bancos en los próximos
años’. Lo que estamos viviendo es la fase inicial de una larga
depresión, y la palabra recesión, tan utilizada recientemente, no
captura en todo su dramatismo lo que el futuro depara para el
capitalismo.
“La acción ordinaria de Citicorp perdió el 90 % de su valor en 2008.
¡La última semana de febrero cotizaba en Wall Street a $ 1.95 por
acción!
“Este proceso no es neutro pues favorecerá a los mayores y mejor
organizados oligopolios, que desplazarán a sus rivales de los
mercados. La ‘selección darwiniana de los más aptos’ despejará el
camino para nuevas fusiones y alianzas empresariales, enviando a los
más débiles a la quiebra.
“Acelerado aumento del desempleo. El número de desempleados en el
mundo (unos 190 millones en 2008) podría incrementarse en 51
millones más a lo largo de 2009. Los trabajadores pobres (que ganan
apenas dos euros diarios) serán 1.400 millones, o sea el 45% de la
población económicamente activa del planeta. En Estados Unidos la
recesión ya destruyó 3,6 millones de puestos de trabajo. La mitad
durante los últimos tres meses. En la UE, el número de desempleados
es de 17,5 millones, 1,6 millones más que hace un año. Para 2009, se
prevé la pérdida de 3,5 millones de empleos. Varios Estados
centroamericanos así como México y Perú, por sus estrechos lazos con
la economía estadounidense, serán fuertemente golpeados por la
crisis.
“Una crisis que afecta a todos los sectores de la economía: la
banca, la industria, los seguros, la construcción, etcétera y se
disemina por todo el conjunto del sistema capitalista internacional.
“Decisiones que se toman en los centros mundiales y que afectan a
las subsidiarias de la periferia generando despidos masivos,
interrupciones en las cadenas de pagos, caída en la demanda de
insumos, etcétera. EEUU ha decidido apoyar a las Big Three (Chrysler,
Ford, General Motors) de Detroit, pero sólo para que salven sus
plantas en el país. Francia y Suecia han anunciado que condicionarán
las ayudas a sus industrias automotoras: sólo podrán beneficiarse
los centros ubicados en sus respectivos países. La ministra francesa
de Economía, Christine Lagarde, declaró que el protectionismo podía
ser ‘un mal necesario en tiempos de crisis’. El ministro español de
Industria, Miguel Sebastián, insta a ‘consumir productos españoles.’
Barack Obama, agregamos nosotros, promueve el ‘buy American!’.
“Otras fuentes de propagación de la crisis en la periferia son la
caída en los precios de las commodities que exportan los
países latinoamericanos y caribeños, con sus secuelas recesivas y el
aumento de la desocupación.
“Drástica disminución de las remesas de los emigrantes
latinoamericanos y caribeños a los países desarrollados. (En algunos
casos las remesas son el más importante ítem en el ingreso
internacional de divisas, por encima de las exportaciones).
“Retorno de los emigrantes, deprimiendo aún más el mercado de
trabajo.
“Se conjuga con una profunda crisis energética que exige reemplazar
al actual, basado en el uso irracional y predatorio del combustible
fósil.
“Esta crisis coincide con la creciente toma de conciencia de los
catastróficos alcances del cambio climático.
“Agréguese la crisis alimentaria, agudizada por la pretensión del
capitalismo de mantener un irracional patrón de consumo que ha
llevado a reconvertir tierras aptas para la producción de alimentos
para ser destinadas a la elaboración de agrocombustibles.
“Obama reconoció que no hemos tocado fondo todavía, y Michael Klare,
escribió en días pasados que ‘si el actual desastre económico se
convierte en lo que el presidente Obama ha denominado década
perdida, el resultado podría consistir en un paisaje global lleno de
convulsiones motivadas por la economía.’
“En 1929 la desocupación en EEUU llegó al 25%, al paso que caían los
precios agrícolas y de las materias primas. Diez años después, y
pese a las radicales políticas puestas en marcha por Franklin D.
Roosevelt (el New Deal), la desocupación seguía siendo muy
elevada (17 %) y la economía no lograba salir de la depresión. Sólo
la Segunda Guerra Mundial puso fin a esa etapa. ¿Y ahora, por qué
habría de ser más breve? Si la depresión de 1873-1896, como
expliqué, duró ¡23 años!
“Dados
estos antecedentes, ¿por
qué ahora saldríamos de la actual crisis en cuestión de meses, como
vaticinan algunos publicistas y ‘gurúes’ de Wall Street.
“No se saldrá de esta crisis con un par de reuniones del G-20, o del
G-7. Si una prueba hay de su radical incapacidad para resolver la
crisis es la respuesta de las principales bolsas de valores del
mundo luego de cada anuncio o cada sanción de una ley aprobatoria de
un nuevo rescate: invariablemente la respuesta de ‘los mercados’ es
negativa.
“Según atestigua George Soros ‘la economía real sufrirá los efectos
secundarios, que ahora están cobrando brío. Puesto que en estas
circunstancias el consumidor estadounidense ya no puede servir de
locomotora de la economía mundial, el Gobierno estadounidense debe
estimular la demanda. Dado que nos enfrentamos a los retos
amenazadores del calentamiento del planeta y de la dependencia
energética, el próximo Gobierno debería dirigir cualquier plan de
estímulo al ahorro energético, al desarrollo de fuentes de energía
alternativas y a la construcción de infraestructuras ecológicas.
“Se abre un largo período de tironeos y negociaciones para definir
de qué forma se saldrá de la crisis, quiénes serán los beneficiados
y quiénes deberán pagar sus costos.
“Los acuerdos de Bretton Woods, concebidos en el marco de la fase
keynesiana del capitalismo, coincidieron con la estabilización de un
nuevo modelo de hegemonía burguesa que, producto de las
consecuencias de la guerra y la lucha anti-fascista tenía como nuevo
e inesperado telón de fondo el fortalecimiento de la gravitación de
los sindicatos obreros, los partidos de izquierda y las capacidades
reguladoras e interventoras de los estados.
“Ya no está la URSS, cuya sola presencia y la amenaza de la
extensión hacia Occidente de su ejemplo inclinaba la balanza de la
negociación a favor de la izquierda, sectores populares, sindicatos,
etc.
“En la actualidad China ocupa un papel incomparablemente más
importante en la economía mundial, pero sin alcanzar una importancia
paralela en la política mundial. La URSS, en cambio, pese a su
debilidad económica era una formidable potencia militar y política.
China es una potencia económica, pero con escasa presencia militar y
política en los asuntos mundiales, si bien está comenzando un muy
cauteloso y paulatino proceso de reafirmación en la política
mundial.
“China puede llegar a jugar un papel positivo para la estrategia de
recomposición de los países de la periferia. Beijing está
gradualmente reorientando sus enormes energías nacionales hacia el
mercado interno. Por múltiples razones que serían imposibles
discutir aquí es un país que necesita que su economía crezca al 8 %
anual, sea como respuesta a los estímulos de los mercados mundiales
o a los que se originen en su inmenso –sólo parcialmente explotado-
mercado interno. De confirmarse ese viraje es posible predecir que
China seguirá necesitando muchos productos originarios de los países
del Tercer Mundo, como petróleo, níquel, cobre, aluminio, acero,
soja y otras materias primas y alimentos.
“En la Gran Depresión de los años 30, en cambio, la URSS tenía una
muy débil inserción en los mercados mundiales. China es distinto:
podrá seguir jugando un papel muy importante y, al igual que Rusia e
India (aunque éstas en menor medida) comprar en el exterior las
materias primas y alimentos que necesite, a diferencia de lo que
ocurría con la URSS en los tiempos de la Gran Depresión.
“En los 30s la ‘solución’ de la crisis se encontró en el
proteccionismo y la guerra mundial. Hoy, el proteccionismo
encontrará muchos obstáculos debido a la interpenetración de los
grandes oligopolios nacionales en los distintos espacios del
capitalismo mundial. La conformación de una burguesía mundial,
arraigada en gigantescas empresas que, pese a su base nacional,
operan en un sinnúmero de países, hace que la opción proteccionista
en el mundo desarrollado sea de escasa efectividad en el comercio
Norte/Norte y las políticas tenderán -al menos por ahora y no sin
tensiones- a respetar los parámetros establecidos por la OMC. La
carta proteccionista aparece como mucho más probable cuando se la
aplique, como seguramente se hará, en contra del Sur global. Una
guerra mundial motorizada por ‘burguesías nacionales’ del mundo
desarrollado dispuestas a luchar entre sí por la supremacía en los
mercados es prácticamente imposible porque tales ‘burguesías’ han
sido desplazadas por el ascenso y consolidación de una burguesía
imperial que periódicamente se reúne en Davos y para la cual la
opción de un enfrentamiento militar constituye un fenomenal
despropósito. No quiere decir que esa burguesía mundial no apoye,
como lo ha hecho hasta ahora con las aventuras militares de Estados
Unidos en Irak y Afganistán, la realización de numerosas operaciones
militares en la periferia del sistema, necesarias para preservación
de la rentabilidad del complejo militar-industrial norteamericano e,
indirectamente, para los grandes oligopolios de los demás países.
“La situación actual no es igual a la de los años treintas. Lenin
‘el capitalismo no se cae si no hay una fuerza social que lo haga
caer’. Esa fuerza social hoy no está presente en las sociedades del
capitalismo metropolitano, incluido Estados Unidos.
“USA, UK, Alemania, Francia y Japón dirimían en el terreno militar
su pugna por la hegemonía imperial.
“Hoy, la hegemonía y la dominación están claramente en manos de USA.
Es el único garante del sistema capitalista a escala mundial. Si USA
cayera se produciría un efecto dominó que provocaría el derrumbe de
casi todos los capitalismos metropolitanos, sin mencionar las
consecuencias en la periferia del sistema. En caso de que Washington
se vea amenazado por una insurgencia popular todos acudirán a
socorrerlo, porque es el sostén último del sistema y el único que,
en caso de necesidad, puede socorrer a los demás.
“EEUU es un actor irreemplazable y centro indiscutido del sistema
imperialista mundial: sólo él dispone de más de 700 misiones y bases
militares en unos 120 países que constituyen la reserva final del
sistema. Si las demás opciones fracasan, la fuerza aparecerá en todo
su esplendor. Sólo EEUU puede desplegar sus tropas y su arsenal de
guerra para mantener el orden a escala planetaria. Es, como dijera
Samuel Huntington, ‘el sheriff solitario’.
“Este ‘apuntalamiento’ del centro imperialista cuenta con la
invalorable colaboración de los demás socios imperiales, o con sus
competidores en el área económica e inclusive con la mayoría de los
países del Tercer Mundo, que acumulan sus reservas en dólares
estadounidenses. Ni China, Japón, Corea o Rusia, para hablar de los
mayores tenedores de dólares del planeta, pueden liquidar su stock
en esa moneda porque sería una movida suicida. Claro está, que esta
también es una consideración que debe ser tomada con mucha cautela.
“La conducta de los mercados y de los ahorristas de todo el mundo
fortalece la posición norteamericana: la crisis se profundiza, los
rescates demuestran ser insuficientes, el Dow Jones de Wall Street
cae por debajo de la barrera psicológica de los 7.000 puntos
–¡descendiendo por debajo de la marca obtenida en 1997!- y pese a
ello la gente busca refugio en el dólar, ¡cayéndose las cotizaciones
del euro y el oro!
“Zbigniev Brzezinski ha declarado: ‘estoy preocupado porque vamos a
tener millones y millones de desocupados, mucha gente pasándola
realmente muy mal. Y esa situación estará presente por un tiempo
antes de que las cosas eventualmente mejoren’.
“Estamos en presencia de una crisis que es mucho más que una crisis
económica, o financiera.
“Se trata de una crisis integral de un modelo civilizatorio que es
insostenible económicamente; políticamente, sin apelar cada vez más
a la violencia en contra de los pueblos; insustentable también
ecológicamente, dada la destrucción, en algunos casos irreversible,
del medio ambiente; e insostenible socialmente, porque degrada la
condición humana hasta límites inimaginables y destruye la trama
misma de la vida social.
“La respuesta a esta crisis, por lo tanto, no puede ser sólo
económica o financiera. Las clases dominantes harán exactamente eso:
utilizar un vasto arsenal de recursos públicos para socializar las
pérdidas y reflotar a los grandes oligopolios. Encerrados en la
defensa de sus intereses más inmediatos carecen siquiera de la
visión para concebir una estrategia más integral.
“La crisis no ha tocado fondo”, dice. “Nos hallamos ante una crisis
general capitalista. Nunca alguna otra fue mayor. La que tuvo lugar
entre 1873 y 1896, duró 23 años, se llamó Larga Depresión. La otra
muy grave fue la de1929. Duró igualmente no menos de 20 años. La
actual crisis es integral, civilizacional, multidimensional.”
De
inmediato añade: “Es una crisis que trasciende con creces lo
financiero, lo bancario y afecta la economía real en todos sus
departamentos”.
Si
alguien toma esta síntesis y la lleva en el bolsillo, la lee de vez
en cuando o se la aprende de memoria como una pequeña Biblia, estará
mejor informado de lo que ocurre en el mundo que el 99% de la
población, donde el ciudadano vive asediado por cientos de anuncios
publicitarios y saturado con miles de horas de noticias, novelas y
películas de ficción reales o falsas.
Fidel Castro
Marzo 8 de 2009
11
y 16 a.m. |