No es demasiado
difícil. Después de su toma de posesión, Barack Obama declaró que la
devolución del territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo a
su legítimo dueño debía sopesar, en primer término, si afectaba o no
en lo más mínimo, la capacidad defensiva de Estados Unidos.
Añadía de
inmediato, que respecto a la devolución a Cuba del territorio
ocupado por la misma, debía considerar bajo qué concesiones la parte
cubana accedería a esa solución, lo cual equivale a la exigencia de
un cambio en su sistema político, un precio contra el cual Cuba ha
luchado durante medio siglo.
Mantener una
base militar en Cuba contra la voluntad de nuestro pueblo, viola los
más elementales principios del derecho internacional. Es una
facultad del Presidente de Estados Unidos acatar esa norma sin
condición alguna. No respetarla constituye un acto de soberbia y un
abuso de su inmenso poder contra un pequeño país.
Si se desea
comprender mejor el carácter abusivo del poder del imperio debe
tomarse en cuenta las declaraciones publicadas en el sitio oficial
de Internet por el gobierno de Estados Unidos el 22 de enero de
2009, después del acceso al mando, de Barack Obama. Biden y Obama
deciden apoyar resueltamente la relación entre Estados Unidos e
Israel, y consideran que el incontrovertible compromiso en Oriente
Medio debe ser la seguridad de Israel, el principal aliado de
Estados Unidos en la región.
Estados Unidos
nunca se distanciará de Israel y su presidente y vicepresidente "creen
resueltamente en el derecho de Israel de proteger sus ciudadanos",
asegura la declaración de principios, que retoma en esos puntos la
política seguida por el gobierno del predecesor de Obama, George W.
Bush.
Es el modo de
compartir el genocidio contra los palestinos en que ha caído nuestro
amigo Obama. Edulcorantes similares ofrece a Rusia, China, Europa,
América Latina y el resto del mundo, después que Estados Unidos
convirtió a Israel en una importante potencia nuclear que absorbe
cada año una parte significativa de las exportaciones de la próspera
industria militar del imperio, con lo cual amenaza, con una
violencia extrema, a la población de todos los países de fe
musulmana.
Ejemplos
parecidos abundan, no hace falta ser adivino. Léase, para más
ilustración, las declaraciones del nuevo Jefe del Pentágono, experto
en asuntos bélicos.
Fidel
Castro Ruz
29 de
enero de 2009
6 y
17 p.m. |