Las
agencias cablegráficas informan que Chávez visitará Cuba mañana
domingo en viaje hacia China, Rusia, Bielorrusia, Francia y
Portugal.
Lo
supe ayer a través de Venezolana de Televisión: firmaba acuerdos de
inversión energética en Caracas con importantes hombres de negocios
de empresas de Japón, Rusia, Malasia, Italia, Argentina,
Estados Unidos, Qatar y Portugal. El propósito es extraer gas de
una de las reservas ubicadas bajo la superficie de 500 mil
kilómetros cuadrados de aguas jurisdiccionales.
Las
empresas serán un 60% de propiedad venezolana, y la inversión se
elevará a 19 mil millones de dólares en esa sola rama. El mundo
está ansioso y sediento de energía fósil.
No
deja de llamar la atención esa actividad en la República Bolivariana
de Venezuela cuando Estados Unidos está sumido en una dramática
crisis financiera, que lo obliga a inyectar en los bancos cientos de
miles de millones de dólares para evitar la debacle. Inversiones de
ese carácter se han venido repitiendo a lo largo del último año, sin
que nadie sepa cuál será la última. Las acciones bursátiles suben
de valor temporalmente, Wall Street y los bancos centrales del mundo
respiran, hasta que el oxígeno del aqualón se agota y hay que
repetir la operación.
Venezuela es, sin duda, el país que más solidario ha sido con Cuba
después de los azotes de los demoledores huracanes. Su Presidente
no vaciló un segundo en brindar, a nombre de su país, toda la ayuda
posible tan pronto el Gustav golpeó y devastó a Pinar del Río y la
Isla de la Juventud. Las ráfagas récord de 340 kilómetros por hora,
las imágenes de destrucción y el prodigioso hecho de que no se
hubiese perdido una vida lo habían impresionado, y ofreció todo lo
que hiciera falta en solidaridad con Cuba, apoyo financiero, e
incluso tierras venezolanas para producir alimentos en áreas no
ciclónicas disponibles.
Fue
el primero, pero no el único país solidario, en una larga lista que
siguió después, con acciones de gran importancia de Rusia, Angola,
Vietnam, China y otros, grandes y pequeños, con más y menos
recursos, que ofrecieron préstamos financieros y créditos blandos
que rebasan la cifra de mil millones de dólares, aparte de
donaciones en dinero, alimentos y recursos, que llegaban por
cualquier vía como expresión del deseo de ayudar a nuestro heroico
y solidario país.
La
hipócrita oferta del gobierno de Estados Unidos fue rechazada. Se
le respondió lo que debía respondérsele. No vacilé en expresar mi
punto de vista. La gusanera dentro y fuera de Cuba cacareó con la
medida. Anhelaban que hiciéramos el bochornoso papel de limosneros.
Pero ese combate no ha cesado y apenas comienza.
Un
cable de EFE informa: “El gobierno de Estados Unidos otorgó una
licencia al Movimiento Democracia, un grupo de exiliados cubanos en
Miami, para que envíe ayuda de manera directa a las víctimas en Cuba
de los huracanes Gustav e Ike.”
Más
adelante el cable añade: “La influyente Fundación Nacional
Cubano-Americana tiene una licencia otorgada por el Departamento del
Tesoro de Estados Unidos que le permite enviar directamente las
remesas de los familiares cubanos a sus familiares en la Isla.”
“La
ayuda será repartida a las víctimas de los ciclones, incluyendo a
disidentes que, según los activistas, no están recibiendo mucha
asistencia y son marginados por el gobierno cubano.”
En
Cuba no se discrimina a ningún ciudadano. A todos se les brinda
gratuitamente servicios de salud, algunos de los cuales en
hospitales de Estados Unidos costarían miles y a veces decenas de
miles de dólares; así como servicios de educación superior a los
jóvenes, tengan o no familiares en el exterior, que en ese país
costarían cientos de miles en esa misma moneda.
Los
que reciben las remesas de dinero de Estados Unidos, después de
pagar el impuesto correspondiente, pueden comprar las cuotas
normales a bajísimo precio y también adquirir productos en las
tiendas de divisas, que hoy ofrecen mercancías cuyos costos en el
exterior se han elevado considerablemente.
Cualquier producto procedente de Estados Unidos que llegue a nuestro
país con fines contrarrevolucionarios debe devolverse o confiscarse.
En
Venezuela laboran casi cuarenta mil cubanos altamente calificados,
que prestan sus nobles servicios al pueblo bolivariano, incluyendo
la formación de especialistas comunitarios e instructores
deportivos. No han abandonado a su Patria; trabajan en el exterior
por el bienestar de los cubanos, y sus frutos llegan a todos, desde
los niños más pequeños hasta los ciudadanos más ancianos. En este
momento, además, hacen aportes de sus salarios, con los que se
comprarán artículos producidos en Venezuela que se repartirán entre
los más necesitados de cualquier provincia. Es un verdadero ejemplo
de cómo deben ser utilizados los recursos en nuestra sociedad.
Chávez es un incansable predicador de las ideas más avanzadas de su
época en Venezuela, enfrentado a casi todos los instrumentos
mediáticos en manos de la oligarquía proyanqui, que tratan de
engañar y confundir al pueblo. Uno piensa que va a descansar un día
hasta que descubre que el descanso de él es la tumba.
El
encuentro con el Presidente bolivariano mañana será breve. El
tiempo indispensable para el intercambio: una hora
aproximadamente. Será un gran honor para mí.
Son
hechos que señalan la infinita diferencia entre lo verdadero y lo
falso.
Fidel
Castro Ruz
Septiembre 20 de 2008
3 y
20 p.m. |