Están a punto de iniciarse los Juegos Olímpicos en China. Hace unos
días escribí sobre nuestro equipo de pelota. Dije que nuestros
atletas tenían una prueba muy dura y no eran ellos los que merecían
las mayores críticas si algo no salía bien. Reconocí su calidad y
patriotismo. Estaban deprimidos por las críticas que llegaban de
Cuba.
Supe después que se mostraban muy animados. Habían aprendido a
manejar los condimentados alimentos coreanos con palitos al estilo
del oriente asiático. Enviaron un vibrante mensaje patriótico el 26
de Julio. Sin duda, enfrentarán con honor la difícil prueba.
Pero, ¿acaso están en igualdad de condiciones que los equipos de
ricas potencias como Estados Unidos y Japón, que van a competir con
Cuba? Estas poseen casi treinta veces más habitantes la primera y
once por lo menos la segunda, no están bloqueadas económicamente y
disponen ambas de enormes riquezas. Nadie les roba ni les saquea
atletas.
Japón ha ordenado a sus profesionales participar en el equipo
olímpico, y tienen que hacerlo porque así lo determinan sus dueños.
Eso no tiene nada que ver con los atletas que han sido convertidos
en mercancías.
Estados Unidos, en vísperas de las Olimpiadas, compró con su dinero
mercenario a Alexei Ramírez, líder jonronero de la Serie Nacional
del 2007 en nuestro país. El manager del equipo que lo compró se
jacta de que no sabe en qué base ubicarlo porque está bien entrenado
en todas. Repugnan los detalles de los trámites mercantiles que
rodearon el caso y divulgaron los cables sobre el reparto de
dinero. Antes, habían comprado al más prometedor pitcher de Pinar
del Río, José Ariel Contreras, sembrando así la inseguridad y la
desconfianza.
En Edmonton, Canadá, antes de iniciarse el juego con el equipo del
país anfitrión del XXIII Campeonato Mundial Juvenil de Béisbol, se
conoció la ausencia del seguro abridor, el zurdo Noel Argüelles, y
del shortstop José Antonio Iglesias, con un promedio de bateo por
encima de 500.
El valiente pitcher juvenil pinareño Julio Alfredo Martínez Wong se
hizo cargo del montículo. Llevaba ocho entradas menos un out,
hombres en base y parecía estar agotado. En el bullpen calentaba
fuerte Joan Socarrás Maya, con instrucciones de estar listo para
entrar en acción. Esteban Lombillo, enérgico y capaz director del
equipo juvenil de Cuba, había ido ya al box. Julio Alfredo, en una
explosión de dignidad, exigió seguir lanzando: “¡Yo termino esto!”
―exclamó. Lombillo, que también estaba amargado por la vil
traición, lo comprendió y confió en él. Julio Alfredo puso el
alma. Sacó el out que faltaba en el octavo. En el noveno, retiró a
los bateadores de uno, dos y tres, y ganó por una carrera al equipo
de Canadá.
El short suplente, Yandy Díaz, jugó excelentemente y bateó el tubey
que fue decisivo para la victoria de Cuba.
Edmonton se ha convertido en un basurero. Los atletas cubanos
fueron mal atendidos. Tiene el privilegio de ser sede anual del
campeonato. Debiera analizarse si vale la pena asistir.
No había sido enviado al evento ni siquiera un representante de la
prensa cubana. Todo se conoce por vías no formales.
Los dignos atletas cubanos del equipo olímpico de pelota, que
han sido excelentemente atendidos por los anfitriones coreanos y lo
serán aún más en China, tendrán que competir en las circunstancias
desfavorables que expliqué antes. Cualquiera que fuese el
resultado, ellos saben que lo que nos importa es el honor y el
valor con que luchen.
Pero no solo en la pelota tiene lugar la agresión imperialista.
Hace unos meses, una parte de nuestro equipo masculino de fútbol se
dejó arrastrar a la traición en Estados Unidos, reduciendo las
perspectivas de Cuba en ese deporte en el área internacional. Una
atleta olímpica de judo y casi segura medalla de oro fue sobornada.
Comprando nuestros atletas, nos arrebataron cinco medallas de
oro seguras en el boxeo olímpico. Es un toque a degüello contra Cuba
robándonos cerebros, músculos y huesos.
¿A qué se debe el temor de los ricos y poderosos hacia nuestra
pequeña y bloqueada isla?
En el ajedrez, Leinier Domínguez lucha en Suiza en uno de los más
importantes torneos internacionales.
En las Olimpiadas, que se inician el 8 de agosto, nuestros atletas
de diversas disciplinas se batirán por el oro con más dignidad que
nunca, y nuestro pueblo disfrutará de sus medallas como jamás lo
hizo. Entonces los fanáticos se acordarán de los traidores.
Fidel Castro Ruz
Julio 31 de 2008
12 y 32 p.m. |