El libro FIDEL,
BOLIVIA Y ALGO MÁS lo recibí como obsequio de Evo, Presidente de
Bolivia, en su última visita a Cuba, el 22 de mayo de 2008.
Supe por él y
por Rafael Dausá, Embajador de Cuba en Bolivia, quien lo acompañó en
esa visita, que los autores deseaban lanzar una nueva edición,
coincidiendo con el 80º aniversario del nacimiento del Che dentro de
dos semanas, el próximo 14 de junio. Tan pronto vi las fotos, los
recortes de prensa, el índice de capítulos y unos cuantos párrafos
textuales, les dije a Evo y a Dausá que me permitieran incluir en el
texto una introducción para darles las gracias a los editores. "Eso
es lo que ellos quieren, porque usted es el autor del libro" —me
respondieron.
Lo leí de un
tirón al día siguiente. Comprendí que se trataba de mis propias
palabras, tomadas textualmente. Estaba ansioso por saber lo que
había dicho en 1993, ahora que las cosas de las cuales hablé
entonces están ya ocurriendo. Ni yo mismo sé cómo respondí en esa
ocasión cada una de las numerosas preguntas serias, algunas muy
hábiles, que me hicieron verter muchos conceptos que llevaba dentro,
aun a riesgo de no ser comprendido. Aquel viaje fue sumamente
difícil. El Che había muerto en Bolivia 26 años antes.
Vi por
televisión recientemente su imponente imagen esculpida en bronce,
rumbo a Rosario, la ciudad donde vino al mundo. Me puse a recordar y
meditar un buen rato sobre las cosas que conversé con él desde que
lo conocí hasta que partió hacia Ñancahuazú, en Bolivia. Nunca
semejantes imágenes pasaban por nuestras mentes y ninguno de los dos
tenía razones para pensar que viviría muchos años.
Hoy cumplo el
deber de recordar lo que dije en ese país cuando lo visité. Les
explicaba entonces que nuestra Patria contaba ya con 40 mil médicos,
y les expuse las ideas que inspiraban nuestra conducta. No invertiré
tiempo en repetirlas, muchas están contenidas en el libro y no
podría hacerlo mejor ni con más espontaneidad.
Once años
después el número de médicos casi se había duplicado y la Escuela
Latinoamericana de Medicina, creada en junio de 1999, contaba con
más de 10 mil estudiantes de la región. Ya estábamos cooperando en
países del Tercer Mundo con miles de especialistas en la salud, como
habíamos prometido en Naciones Unidas en el año 1979, después de la
Cumbre de los Países No Alineados que tuvo lugar en Cuba.
En agosto de
2005 se produce el desastre del huracán Katrina, que azotó el
sureste de Estados Unidos y lanzó el mar sobre los barrios más
pobres de la ciudad de Nueva Orleans. La Habana estaba más cerca de
esa urbe que Nueva York, Washington, Chicago, Boston y otras muchas
ciudades de Estados Unidos. Siguiendo el principio de que la
cooperación ante los desastres no se vincula con las diferencias
ideológicas, ofrecimos nuestra ayuda para salvar vidas humanas. De
inmediato se lo informamos al gobierno de Estados Unidos.
Me limito a
reproducir lo que Cuba se vio en la necesidad de explicar días
después, en encuentro con el Contingente Henry Reeve, el 4 de
septiembre de ese año:
"Masas
desesperadas de población humilde, niños, madres, mujeres, personas
de la tercera edad, tenían necesidades urgentes de atención médica.
En tal situación, no importa cuán rico sea el país, el número de sus
científicos y sus grandes avances técnicos; lo que en ese instante
se requiere son profesionales jóvenes y bien entrenados que, en
circunstancias anómalas, puedan ser enviados por aire o cualquier
otra vía a edificaciones o puntos concretos donde seres humanos
estén en peligro de muerte.
"En el caso de
Cuba, a poca distancia de Louisiana, Mississippi y Alabama, se daban
esas circunstancias propicias para ofrecer apoyo al pueblo
norteamericano. A Estados Unidos en ese momento el mundo le podía
donar miles de millones de dólares sin que con ello se salvara una
sola vida de las que en Nueva Orleans y otros puntos críticos
corrían en esos instantes mortales peligros.
"Cuba no podría
hacer lo más mínimo por salvar a los tripulantes de una nave
espacial o de un submarino nuclear en peligro, pero a las víctimas
del Katrina, en riesgo inminente de muerte, podía ofrecerles
significativa y vital ayuda. Y eso fue lo que hizo desde el primer
instante, el martes 30 de agosto de 2005, a las 12 y 45 p.m., cuando
apenas habían cesado los vientos y las lluvias. No se arrepiente de
ello, aunque ni siquiera se haya mencionado su nombre en la larga
lista de países que ofrecieron solidaridad al pueblo norteamericano.
Lo habíamos hecho en forma discreta y sin publicidad alguna.
"¼ sabía muy
bien que contábamos con hombres y mujeres como ustedes; me atreví a
reiterar la oferta tres días después al prometer que en menos de 12
horas podrían estar en Houston los primeros 100 médicos con los
recursos vitales cargados en sus mochilas. En 10 horas más, otros
500; y en menos de 36 horas, 500 más, para una suma total de 1 100,
que pudieran salvar aunque fuera una vida de las muchas que en esos
instantes dramáticos estaban en riesgo de perderse.
"Tal vez
algunos que desconocen el honor y el espíritu solidario de nuestro
pueblo, pensaron que se trataba de un bluff o una ridícula
exageración. Jamás nuestro país juega con asuntos tan serios ni ha
practicado nunca el deshonor de la demagogia o la mentira¼ En esta
sala hace sólo tres días se guardó un minuto de silencio por las
víctimas del huracán que azotó a ese pueblo hermano¼ y no con 1 100,
sino con 1 586 médicos incluidos 300 de reserva, ante las noticias
cada vez más alarmantes que llegaban¼ Ya anunciamos la disposición
de enviar miles más si fuera necesario¼ Bastaron 24 horas para que
desde todos los rincones del país se movieran hacia nuestra capital
la totalidad de los convocados para llevar a cabo la misión
prometida. Hemos cumplido con absoluta puntualidad y precisión.
"Ustedes honran
la noble profesión médica. Ustedes con su respuesta rápida y sin
vacilación alguna, dispuestos a cumplir el deber en nuevas y
difíciles condiciones, están escribiendo una página en la historia
de la solidaridad entre los pueblos y están señalando un camino de
paz a la sufrida y amenazada especie humana, a la cual pertenecemos
todos¼
"La edad
promedio de todo el personal es de 32 años —la inmensa mayoría no
había nacido al triunfo de la Revolución, y unos cuantos no habían
nacido ni siquiera 15 años después del triunfo, es todo fruto de
estos tiempos duros— y la experiencia promedio en el ejercicio
profesional, no menos de 10 años¼
"El jefe de la
bancada republicana del Senado, Bill Frist, quien se encuentra en
Nueva Orleans, reconoció que ‘los médicos y las enfermeras están
haciendo un gran trabajo, pero sigue habiendo un grave problema de
distribución de la asistencia, y que decenas de personas mueren cada
día’.
"Según el
Boston Globe, Louisiana y Mississippi están enfrentando el peor
desastre de salud pública de la nación en muchas décadas.
"Ese mismo
diario recoge declaraciones del doctor Marshall Boulden, director de
Diabetes y Metabolismo del Centro Médico Universitario de Jackson,
Mississippi, quien señaló: ‘Tenemos la oportunidad de ver cosas que
no hemos visto en muchos años: cólera, fiebre tifoidea, tétanos,
malaria. No habíamos visto condiciones tales en 50 años. Las
personas están hacinadas y deambulan entre los excrementos’¼
"Las mochilas
de nuestros médicos contienen precisamente aquellos recursos
requeridos para enfrentar sobre el terreno los problemas
relacionados con la deshidratación, la hipertensión, la Diabetes
Mellitus, las infecciones en cualquier lugar del organismo: pulmones,
huesos, piel, oído, vías urinarias, sistema reproductivo, aparato
digestivo¼ medicamentos que alivian el dolor y reducen la fiebre¼
para el tratamiento del asma bronquial y otros problemas similares,
con apenas cuatro decenas de productos de probada eficiencia en
tales situaciones de urgencia.
"Cuba posee
autoridad moral para opinar sobre el tema y hacer esta oferta.
Cuenta con el más alto índice de médicos per cápita entre todos los
países y ningún otro ha desarrollado mayor cooperación en el campo
de la salud con otros pueblos...
"La Brigada
Henry Reeve ha sido creada, y sea cual fuere la tarea que
ustedes asuman en cualquier rincón del mundo, o en nuestra propia
Patria, llevarán siempre la gloria de la respuesta valiente y digna
que han dado al llamado de solidaridad con el pueblo hermano de
Estados Unidos, y en especial sus hijos más humildes.
"¡Adelante,
generosos defensores de la salud y de la vida, vencedores del dolor
y de la muerte!" —concluí.
Eso dije hace
casi cuatro años. Las páginas escritas por la Henry Reeve
dondequiera que cumplió o cumple misión, han hecho honor a estas
palabras.
Como en la
historia a veces cada pieza parece ser hecha a mano para demostrar
alguna convicción humana, hace pocos días recibí copia de un
artículo que publicó en Europa el Ministro de la Pesca de Namibia,
quien visitó nuestro país recientemente. Incluirla en este prólogo
es una forma de expresarle mi aprecio por sus palabras; utilizaré
sólo algunos de sus párrafos esenciales para ahorrar espacio y
tiempo.
"Yo soy
producto de la Revolución Cubana. Los namibios están eternamente
agradecidos a Cuba por ser una nación solidaria con principios
firmes y una verdadera amistad hacia Namibia. Los cubanos derramaron
su propia sangre por la libertad e independencia de Namibia.
"En 1977 yo me
fui de Namibia para Angola. Me reuní por primera vez con los
internacionalistas cubanos en Cassinga. En ese momento yo conocía
poco acerca de Cuba y de su pueblo.
"Como pioneros
fuimos educados por los líderes de la SWAPO en el exilio, sobre por
qué los internacionalistas cubanos estaban en Angola. Como niños,
esto nos hizo pensar profundamente.
"Los cubanos
habían asistido voluntariamente a una nación que lo necesitaba.
Ellos estaban sacrificando sus vidas para salvar nuestras vidas y
mantener la paz en Angola. A nosotros, que veníamos de una Namibia
colonizada, esto nos inspiró grandemente.
"Mientras que
nosotros estábamos en Chibia, el régimen del Apartheid de África del
Sur invadió Angola y atacó sin piedad a Cassinga, matando a muchos
namibios indefensos. Nosotros apreciamos el cuidado y la bravura con
que las tropas internacionalistas cubanas vinieron a nuestro rescate.
"Yo me fui a
Cuba en 1978, junto con otros pioneros de la SWAPO. Estábamos
excitados y curiosos. Nunca antes habíamos visto a niños cubanos y
estábamos muy entusiasmados en reunirnos con ellos.
"Nosotros
volamos de Luanda, la capital de Angola, hasta La Habana. Algunos
salimos para la Isla de la Juventud¼ a una escuela específicamente
concebida para que los niños namibios ejercieran sus estudios. En la
Isla se mezclaron con alumnos de Nicaragua, África del Sur,
Mozambique, Angola, Congo, Cabo Verde y el Frente Polisario. Ningún
otro país, grande o pequeño, ha hecho lo que Cuba para educar a las
personas jóvenes de diferentes naciones, teniendo en cuenta sus
necesidades reales.
"El camarada
Helmuth Angula era el Jefe y representante de la SWAPO en Cuba. Él
tenía la responsabilidad de asesorarnos qué debíamos estudiar y
dónde hacerlo. Yo quería hacerme piloto y cosmonauta, pero él
decidió que yo debería estudiar química de los alimentos.
"Cuando
completé mis estudios en química de los alimentos, en 1981, fui
honrado como el alumno más destacado de la escuela. Regresé a Angola
en 1981. En 1984, la SWAPO me envió al Reino Unido para realizar
estudios en ciencias. A mi llegada al Reino Unido, me di cuenta que
muchos de los estudiantes de mi universidad estaban de-sinformados
con relación a Cuba. Yo formé un grupo con otros estudiantes de
países de Latinoamérica para rectificar esta situación. Desarrollé
estudios de bioquímica, con énfasis en las pesquerías marinas, y
obtuve un título de Licenciado en Ciencias y el Doctorado (PhD) en
este mismo campo.
"Debo mi actual
posición en la sociedad al pueblo de Namibia, que sacrificó sus
vidas y peleó bravamente para liberar al país. Pero yo le debo todo
también a la Revolución Cubana. Desde 1997 hasta la fecha soy el
Ministro de Pesquería y Recursos Marinos de Namibia. Ello no hubiese
sido posible sin la ayuda de Cuba."
La revista
New African, editada en Europa sobre temas africanos, en su
número 472, de abril de 2008, afirma que en los decenios de 1970 y
1980, Cuba envió 350 mil patriotas, incluidos civiles y doctores, a
apoyar las luchas de liberación africanas, especialmente en Angola,
Namibia, Mozambique, Guinea-Bissau, Cabo Verde, Sao Tomé y Príncipe.
A la larga, el esfuerzo cubano aceleró la de-saparición del
apartheid en Suráfrica. Nelson Mandela estaba en prisión cuando
Cuba, del otro lado del Atlántico, envió esa fuerza.
¿Cuál debe ser
uno de los objetivos de estas líneas que escribo para mis viejos
amigos bolivianos? Desenmascarar los métodos pérfidos y cínicos del
imperio.
El enemigo es
sumamente vil. Cabalga sobre los instintos, las ambiciones y las
vanidades de aquellos en los que nunca germinó una elemental ética.
En nuestro país
cometió todo tipo de crímenes: organizó bandas, introdujo
masivamente armas y explosivos, invadió el territorio nacional con
mercenarios que llegaron a nuestras costas escoltados por un
portaaviones, buques de guerra y transportadores con infantería
norteamericana lista para entrar en acción tan pronto los apátridas
ocuparan una cabeza de playa; atacaron nuestras bases aéreas con
bombarderos que traían insignias cubanas simulando una rebelión de
la Fuerza Aérea. Cientos de jóvenes revolucionarios perdieron la
vida o fueron heridos combatiendo heroicamente a los mercenarios que
llegaron por mar y aire. Capturados en masa, ninguno de los
invasores fue asesinado, ninguno fue torturado.
Vino después un
largo período de lucha contra los métodos sucios del imperio, que
incluyeron el bloqueo económico, la perenne amenaza de agresión
directa, el intento de asesinato de los líderes, la guerra
bacteriológica y el riesgo altísimo de una guerra termonuclear de
las dos superpotencias, que estuvo a punto de estallar. Cuba, sin
embargo, resistió y sigue resistiendo después de medio siglo de
lucha.
No pretendemos
ser modelo en la construcción del socialismo, aunque sí en la
defensa del derecho a construirlo.
Ejemplos
concretos de cinismo:
Un terrorista
cae preso, se le ocupan los explosivos y se reúnen las pruebas
pertinentes para el juicio; es sancionado a un número de años en
prisión. Se declara incapacitado para realizar movimientos. La
Agencia Central de Inteligencia ha montado la operación. Le escriben
los versos, le publican un libro de poemas y lo presentan al mundo
como poeta inválido y sin asistencia médica; es tan simulador que
desorienta a los propios funcionarios de la prisión. Confunden y
engañan a la opinión pública internacional a través de sus recursos
mediáticos, y no hay enviado especial de los líderes de la
"democracia occidental" que no solicite la libertad del poeta
inválido. Los médicos habían asegurado que no tenía problema alguno
de salud.
Enfrentado a la
verdad filmada de los febriles ejercicios que hacía cada día en
lugares no observados por los custodios, antes de que se
cumplimentara la solicitud de un importante país europeo, se levanta
como un resorte y 24 horas después toma el avión, caminando en
compañía del último emisario europeo hacia el paraíso de la
democracia y la abundancia. Le esperaría un cargo como funcionario
del imperio en una institución internacional que vela por los
derechos humanos. Era el precio que Cuba tenía que pagar a los
gobiernos burgueses para que, en medio del brutal bloqueo yanqui,
mantuvieran relaciones económicas con nuestra patria.
Los cubanos
tienen el privilegio de nacer en un país que gracias a la Revolución
fue el primero en cumplir las metas del milenio en educación: todo
el mundo sabe leer y escribir. No existen niños con discapacidades,
incluidos sordomudos, débiles visuales y ciegos, que no reciban
atención; los servicios de educación y salud se combinan para
protegerlos y alentarlos, a pesar de las dificultades con que
llegaron al mundo.
Si el presunto
autor contrarrevolucionario tiene cualidades narrativas y de
expresión, no debe preocuparse por imprimir libros o buscar
mercados; a los organismos de Inteligencia del imperialismo les
basta con que invente cualquier cosa dramática y culpe a la
Revolución. Tendrá dinero y además fama, su obra será galardonada y
divulgada ad libitum. Es un verdadero insulto a la
intelectualidad.
Cuba forma
atletas, adquiere más medallas de oro per cápita que cualquier otra
nación, universaliza el deporte en aras de la salud de sus
ciudadanos; los países ricos les caen detrás a esos atletas
ofreciéndoles todo el dinero posible y obtienen así jugadores para
integrar sus equipos con atletas nacionalizados de piel india,
mestiza o negra en nada parecida a sus pretendidas razas superiores.
Cuando cae la
URSS, la directora de un centro de rehabilitación, pensando que no
podíamos resistir, aspira a convertirse en propietaria de la
institución, como hicieron algunos colegas de aquel país; se le
descubre y se le destituye. Inventa la teoría de que ello se debe a
su oposición al empleo de células madres de origen humano en las
investigaciones. Nunca habló una palabra de eso. Un médico hijo
suyo, nada brillante en su expediente profesional, trabajaba con
ella en el centro. Viola normas éticas que prohíben el desarrollo de
relaciones sexuales con pacientes o acompañantes. Inconsistente
moralmente, se marcha al país de origen de la dama, donde se
convierte en imprescindible fisioterapeuta de importantes
funcionarios. ¡Excelente material para el chantaje imperialista
contra Cuba!
Se le niega a
ella la solicitud de viajar al exterior. No debe cederse ante el
chantaje: fue la decisión.
El Che legó al
pensamiento revolucionario un principio estratégico cuando,
frunciendo el ceño y señalando el dedo meñique de su mano derecha,
en un discurso ante Naciones Unidas afirmó: "¡Al imperialismo no se
le puede dar ni un tantico así!
Estaba a punto
de partir con un puñado de internacionalistas cubanos hacia el
antiguo Congo Belga, donde Lumumba fue asesinado por el imperialismo
a los ojos de las tropas de la ONU y ocupó el cargo un títere
corrupto. Sus ideas sobre la realidad del mundo se pondrían a
prueba.
Un día, en acto
multitudinario que tuvo lugar en la Plaza de la Revolución el 18 de
octubre de 1967 para rendir homenaje al Che, herido en combate y
ultimado por un disparo homicida varios días antes, expresé ante el
pueblo conmovido por las noticias algunas ideas esenciales que deseo
incluir textualmente en estas líneas:
"¼ el mes de
julio o agosto de 1955 conocimos al Che. Y en una noche —como él
cuenta en sus narraciones— se convirtió en futuro expedicionario del
Granma. Pero en aquel entonces yo no tenía ni barco, ni
armas, ni tropas. Fue así como, junto con Raúl, el Che integró el
grupo de los dos primeros de la lista del Granma.
"¼ fue uno de
los más familiares, de los más admirados, de los más queridos y, sin
duda alguna, el más extraordinario de nuestros compañeros de
revolución.
"Che era una de
esas personas a quien todos le tomaban afecto inmediatamente, por su
sencillez, por su carácter, por su naturalidad, por su compañerismo,
por su personalidad, por su originalidad¼ "
"Se le veía
impregnado de un profundo espíritu de odio y desprecio al
imperialismo¼ había tenido la oportunidad de presenciar en Guatemala
la criminal intervención imperialista a través de los soldados
mercenarios que dieron al traste con la revolución de aquel país."
"¼ Puede haber
influido profundamente en su conducta la idea de que los hombres
tienen un valor relativo en la historia, la idea de que las causas
no son derrotadas cuando los hombres caen y la incontenible marcha
de la historia no se detiene ni se detendrá ante la caída de los
jefes."
"¼ Diría que es
de esos tipos de hombres difíciles de igualar y prácticamente
imposibles de superar."
"¼ cuando
nosotros pensamos en el Che, no estamos pensando en sus virtudes
militares. ¡No! La guerra es un instrumento de los revolucionarios,
¡lo importante es la revolución, la causa revolucionaria, las ideas
revolucionarias, los objetivos revolucionarios, los sentimientos
revolucionarios, las virtudes revolucionarias!"
"Che era un
hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, de
profunda cultura. Reunía en su persona al hombre de ideas y al
hombre de acción."
"Che reunía las
virtudes que pueden definirse como la más cabal expresión de un
revolucionario: hombre de honradez suprema, sinceridad absoluta, a
quien en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha."
"Trabajador
infatigable, en los años que estuvo al servicio de nuestra patria no
conoció un solo día de descanso."
"¼ era un
estudioso de todos los problemas, un lector infatigable. Su sed de
abarcar conocimientos humanos era prácticamente insaciable, y las
horas que le arrebataba al sueño las dedicaba al estudio. Los días
reglamentarios de descanso los dedicaba al trabajo voluntario. Fue
el inspirador y máximo impulsor de ese trabajo¼ "
"¼ el lado
débil del enemigo imperialista: creer que con el hombre físico ha
liquidado su pensamiento, ha liquidado sus ideas, ha liquidado sus
virtudes, ha liquidado su ejemplo."
"Nosotros
estamos absolutamente convencidos de que la causa revolucionaria en
este continente se repondrá del golpe, que no será derrotada por ese
golpe."
"¼ ¡de corazón
digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola
mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, es el
Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos,
debemos decir con vehemencia revolucionaria: ¡Queremos que sean como
el Che!"
"¡Ningún hombre
como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu
internacionalista!"
"En su mente y
en su corazón habían desaparecido las banderas, los prejuicios, los
chovinismos, los egoísmos, ¡y su sangre generosa estaba dispuesto a
verterla por la suerte de cualquier pueblo¼ "
"¼ sangre suya
por la redención de los explotados y los oprimidos, de los humildes
y los pobres, se derramó en Bolivia. ¡Esa sangre se derramó por
todos los pueblos de América!"
"¼ es por eso
que debemos mirar con optimismo el porvenir."
Después de
aquella memorable noche en que pronuncié estas palabras, la
Organización de Pioneros acogió la esencia de la idea y lanzó una
consigna: "¡Pioneros por el comunismo, seremos como el Che!"
El Ejército
Rebelde había nacido de las cenizas del destacamento que trajo el
Granma y ganó la guerra con las armas ocupadas al enemigo en
combate. Che fue testigo excepcional y participante del contragolpe
con que la Columna No. 1 "José Martí", en la Sierra Maestra,
reforzada con pequeñas unidades de otras columnas, cuyas fuerzas en
conjunto no rebasaban los 300 hombres, destrozó la última ofensiva
del gobierno militar pro yanqui en Cuba, que lanzó 10 mil hombres de
sus fuerzas élites contra aquel baluarte.
Fue a raíz de
los primeros combates de aquella desigual batalla cuando, al ver
caer las bombas enemigas sobre los hogares campesinos, auguré que la
lucha contra el imperio iba a ser mi destino verdadero.
Recordé al
mártir de Dos Ríos, nuestro Héroe Nacional José Martí, y recordé al
Che cuando en días recientes leí un cable del enviado especial de
NOTIMEX, fechado el 26 de mayo, haciéndose eco de la declaración de
una joven cubana que había solicitado permiso para recibir uno de
los tantos premios que propicia el imperialismo para mover las aguas
de su molino:
"¼ Si la idea
de las autoridades cubanas de haberme negado el permiso para viajar
a recibir el galardón fue una especie de castigo, no ha sido nada
dramático.
"Ese día lo
celebré aquí en mi casa, con mi familia y mis amigos, quienes me
entregaron simbólicamente un pergamino que yo misma hice¼
"Compro una
tarjeta de Internet, que oscila entre cinco y siete dólares, para
enviar mis textos¼
"No soy
opositora, no tengo un programa político, ni siquiera tengo un color
político, y esa es una característica de mi generación y del mundo
actual: ya la gente no se define ni de izquierdas ni de derechas,
son conceptos cada vez más obsoletos.
"No pertenezco
ni he pertenecido nunca a un grupo político, nunca fui de la
Juventud Comunista, nunca intenté militar en el Partido Comunista,
fui pionera porque todos hasta los 16 años teníamos que serlo¼
"Mi blog tiene
un récord de comentarios espeluznantes que a mí me asustan¼
"No tengo
protección social ni pensión cuando llegue a vieja, pero me permite
mantener mi autonomía económica. Doy clases de Español a extranjeros
y guío turistas por mi ciudad, hablo muy bien el alemán. Así me gano
la vida."
Lo grave no son
las afirmaciones de este tipo, que divulgan de inmediato los medios
masivos del imperialismo, sino la generalización como consigna; peor
aún: que haya jóvenes cubanos que piensen así, enviados especiales
para realizar labor de zapa y prensa neocolonial de la antigua
metrópoli española que los premie.
Los que más
sacrificios han hecho dentro y fuera de Cuba son militantes del
Partido. Lo que para otros constituye una opción para ellos es un
deber. Así lo demuestra el pueblo cuando selecciona los candidatos a
delegados del Poder Popular. Para hacer la Revolución creó Martí un
partido antes de que lo hiciera el propio Lenin. Por eso no fuimos
anexados a Estados Unidos. Por eso existe Cuba con sus raíces y su
cultura.
Otra prueba de
la confusión y el engaño sembrados por el imperialismo fue la
declaración formulada por un conocido artista brasileño el mismo día
en que se publicó el mencionado cable:
"Si hablamos de
cómo son observados los derechos y las cuestiones de libertad y
respeto a los hombres, estoy ciento por ciento más del lado de
Estados Unidos que de Cuba."
Una agencia de
noticias europea informó que "el músico explicó la inclusión de un
tema inédito, Bahía de Guantánamo, en su repertorio en vivo,
que presenta en Río de Janeiro luego del escándalo por violaciones
de los derechos humanos contra capturados bajo cargo de terrorismo.
"Si yo fuera un
tipo de persona de izquierda pro Cuba, anti Estados Unidos, no
sentiría ninguna decepción por lo ocurrido en las cárceles de
Guantánamo", declaró el artista.
En dos
palabras: el músico brasileño le pidió perdón al imperio por
criticar las atrocidades cometidas en aquella base naval en
territorio ocupado de Cuba.
El mes de junio
apenas comienza. Reinan la incertidumbre y la inseguridad.
Ruego a los
lectores bolivianos la paciencia y el sentido del humor de que
hicieron gala en aquellos días, cuando hace 15 años les hablé.
Continúen impulsando los programas de educación y salud. Cuenten
siempre con nuestra cooperación.
Sin la nueva
edición del libro, este largo prólogo carecería de objetivo.
Gracias.
Fidel Castro
Ruz
Junio 4 de 2008 |