La primera
información que vi llegó a través de la agencia de noticias italiana
ANSA el 22 de abril.
"La Paz, 22 de
abril.— Una Comisión de Diputados investigará el caso de una becaria
boliviana muerta en Cuba, cuyo cadáver fue repatriado sin varios de
los órganos vitales, entre ellos el cerebro."
"El Presidente
de la Comisión de Política Social de la Cámara, Guillermo Mendoza,
anunció que pedirá a la Cancillería todos los antecedentes del caso,
según la agencia católica de noticias Fides.
"Los parientes
de Beatriz Porco Calle, quien estudiaba en Cuba como becaria,
denunciaron que el cadáver fue entregado por funcionarios de la
Embajada cubana sin ojos, lengua, dientes ni sus otros órganos
vitales, entre ellos el cerebro, sin explicación alguna.
"El diputado
Mendoza dijo se hará ‘una exhaustiva revisión’ de la legislación
cubana sobre transplantes de órganos y los compromisos que firman
los becarios bolivianos cuando viajan a Cuba."
La agencia
española EFE comunica una noticia parecida, pero añade: "¼ la
familia de la joven reclamó una indemnización a la Embajada de Cuba
en Bolivia, y al denegársele, ‘amenazaron con ir a la prensa’,
apuntó.
"Creo que los
familiares se han excedido pidiendo ‘indemnización’, opinó el
Canciller (de Bolivia), quien afirmó que el gobierno ha realizado
una ‘labor humanitaria’ en este caso," concluyó la información.
Para cualquier
observador de las realidades, no hacía falta mucho más. Todo se
podía deducir sobre lo ocurrido.
A pesar de eso,
indago sobre los trámites formales, solicito detalles y precisión
para responder este supuesto e inhumano despojo de un cadáver.
Solicito adicionalmente informes precisos, en cifras exactas, sobre
nuestra cooperación médica con Bolivia, un país de nuestra América
que el imperio quiere desintegrar.
Desde la
elección de Evo Morales, de pura cepa india, en la sufrida Bolivia,
le ofrecimos apoyo en salud pública y educación. Recuerdo muy bien
aquella tarde. Estábamos seguros de que podíamos salvar cada año
muchos miles de vidas y reintegrar la salud visual y otras formas
plenas de salud a un número incalculable de personas sin costo
alguno para esa nación. Se aplicaría de inmediato un intenso y
probado programa de alfabetización integral en varias lenguas, una
de ellas, la más hablada: el español.
En Bolivia
laboran 119 educadores cubanos con el objetivo de transmitir su
experiencia y conocimientos para declararla en solo dos años y medio
Territorio Libre de Analfabetismo. Nuestro país aportó desde el
primer instante los equipos y el material didáctico necesario para
ese desafío: 30 mil televisores de 21 pulgadas importados de China;
un número igual de videograbadoras con 16 459 transformadores y 2
000 sistemas fotovoltaicos, los cuales constituyen toda una red para
los cursos subsiguientes de educación a lo largo del día; un millón
359 mil cartillas para alfabetizar en español, quechua y aymara;
folletos de lectura y otros materiales que omito para no hacer
interminable la lista. Una parte de los paneles solares de nuestra
reserva para tiempos de guerra fueron enviados a Bolivia. El
transporte igualmente gratuito de esos materiales fue garantizado
oficialmente por Cuba a Evo durante una visita a nuestro país pocas
semanas después del triunfo.
Por su parte
Venezuela, que acababa de ser declarado Territorio Libre de
Analfabetismo con el método "Yo sí puedo", se incorporó al programa.
Fueron creados
en Bolivia 23 727 puntos de alfabetización. Se han incorporado el
76,6 por ciento de los iletrados y se han alfabetizado ya el 62 por
ciento de los que no aprendieron en las escuelas primarias a leer y
escribir, sin cobrarles un solo centavo.
Fue sin embargo
en el campo de la salud en el que se realizó el mayor esfuerzo de
cooperación con ese pueblo, allí donde murieron el Che y otros
compañeros cubanos y latinoamericanos y una joven internacionalista
alemana. En ese terreno ningún país puede competir hoy, y tal vez
durante bastante tiempo, con Cuba. Es una forma de colaboración
gratuita con los más pobres, y a la vez fuente de exportación de
servicios a otros países del mundo que disponen de muchos más
recursos. En América Latina especialmente, y el Caribe, hemos
brindado cooperación gratuita en esta esfera a los más necesitados.
Trabajan
ardorosamente en Bolivia 1 852 compatriotas; de ellos, 1 226
médicos, 250 enfermeras especializadas, 119 técnicos de la salud, 9
estomatólogos, 86 profesionales y técnicos de otras ramas; 102
personas seleccionadas, consagradas a servicios vitales de diversa
índole que necesitan en el exterior las brigadas cubanas y los
pacientes ingresados.
La Brigada
Médica Cubana labora en 215 municipios de los 9 departamentos de
Bolivia, atendiendo a personas modestas y a quienes soliciten sus
servicios. Disponen de equipamiento óptimo donado por nuestro país.
En 18 posiciones oftalmológicas quirúrgicas se han operado de la
vista 186 508 pacientes. Su capacidad supera ampliamente los 130 mil
por año.
Nuestros
médicos han ofrecido ya casi 12 millones de consultas desde que los
primeros llegaron a Bolivia. Sólo a base de cálculo se puede estimar
el número de vidas salvadas, ya que como norma sus pacientes no
recibían atención alguna.
Quizás el más
impactante aspecto de nuestra cooperación médica radica en la
formación de 5 291 jóvenes bolivianos que estudian medicina en Cuba,
entre ellos 621 en la Escuela Latinoamericana de Medicina, en la que
se han producido ya tres graduaciones con excelentes resultados, y 4
670 del nuevo programa. No exagero si afirmo que entre los más
firmes y combativos amigos de Cuba en América Latina, y por supuesto
en Bolivia, están los familiares cuyos hijos estudian esa
especialidad en nuestra patria.
La joven
estudiante Beatriz Porco Calle, de 22 años de edad, a la que se
refiere el cable, portaba pasaporte número 5968246; procedía del
departamento de Oruro, provincia de Samara, municipio de Curahuara
de Carangas, comunidad rural de Toypicollana, de procedencia
indígena y religión cristiana adventista. Cursaba satisfactoriamente
el segundo año de la carrera médica, en la Facultad "Miguel Sandarán
Corzo", de Matanzas.
Pierde
bruscamente la conciencia el 6 de marzo en el baño de su dormitorio.
Médicos y profesores deciden trasladarla de inmediato al Hospital
Provincial. En el examen físico no surgen elementos que permitan
explicar las causas, tampoco en los análisis de laboratorio y otros
medios, incluida la tomografía axial computarizada. Se recupera bien
y se le da de alta. Cefaleas y mareos se presentan breve tiempo
después. Nuevas investigaciones médicas. Se siente estresada. Se
aplican los medicamentos adecuados para tales situaciones. El 23 de
marzo, a las 7 y 30 p.m., nuevas pérdidas de conciencia. De nuevo al
sistema de urgencia acompañada por un profesor; cuidados intensivos,
donde se diagnostica lo que se conoce, antes de fallecer, como
muerte cerebral.
Se notifica al
Ministerio del Exterior y al Embajador de Bolivia, los cuales
preparan documentación para viajar en caso de fallecimiento, lo que
ocurre casi una semana después, el día 28.
Es remitida al
Instituto Nacional de Medicina Legal, que está obligado a realizar
la necropsia para conocer las causas de la muerte. Se cumplen con
rigor los trámites pertinentes. El novio de la estudiante y otros
compañeros suyos recogieron pertenencias y sellaron equipajes. En la
Facultad, misa el 31 de marzo. Diagnóstico textual del Instituto:
"muerte por hipertensión endocraneana, enfermedad cerebrovascular
hemorrágica por malformación vascular meníngea cerebelosa
congénita". Era inevitable en ese caso la extracción del bloque
visceral y toma de muestras pertinentes.
Una profesora
de la Facultad acompañó el cadáver a Bolivia hasta entregarlo a
familiares. La Misión Médica cubana asumió los gastos de traslado a
su lugar de origen y funerales.
Es duro
escribir sobre esto. Más duro aún leer los cables que transmiten por
el mundo la idea de un cadáver despojado de sus órganos, que obligan
a Cuba a ofrecer estas explicaciones.
Es bien claro
lo ocurrido. El imperio necesita contrarrestar verdades de Cuba que
no soporta. Intriga y alienta a familiares para reclamar
indemnización; asigna la tarea, como se aprecia en uno de los
cables, y lanzan por el mundo la repugnante mentira a través de un
parlamentario y la agencia Fides de noticias. De ahí, a la
máquina demoledora de sus medios y técnicas mediáticas.
En nuestro
propio país —no vacilo en afirmarlo— hay personas insensibles, de
escasos conocimientos sobre realidades, que con respuestas rápidas e
impensadas afirmarán: " no debemos ayudar a Bolivia". Jamás
comprenderán que, tanto en la política como en la revolución, la
alternativa de una estrategia errónea o equivocada es la derrota.
Fidel
Castro Ruz
24 de
abril de 2008
7 y
15 p.m. |