El artículo del Señor Charbel Barakat no hubiera causado ningún
interés de nadie por su contenido de pensamientos frustrantes si no
estaríamos viviendo en un tiempo donde necesitamos desesperadamente
a los sueños muy realistas de Fidel. Esos sueños que culminaron con
victorias y quisiera en esta ocasión evocar algunas de ellas, a ver
si llevan a algunos a dedicarse a otros trabajos menos indignantes
que el de escribir ideas que ni quitan ni ponen (y no aportan nada),
o bien de lo contrario, a defender el sueño que alegra a todos los
amigos y la gente sincera.
"La historia me absolverá!" Son palabras de Fidel Castro, que se
empinó con toda su juventud enérgica a decirlas en alta voz frente
a los verdugos, y luego dijo que llevó las armas para hacerle frente
a la dictadura agente y servil de Estados Unidos, ya que no le quedó
a su generación la libertad de expresión por otros medios para
denunciar lo que abundaba en Cuba en aquella época batistiana, como
el analfabetismo, la corrupción y La falta de educación y enseñanza
así como la falta de la atención médica, por no hablar de la
transformación de la isla en aquel entonces en burdeles y cabarets
objetivo del turismo barato de Estados Unidos.
Fidel no dormía, movilizando a todos los creyentes en el sueño de
liberarse de aquella pesadilla de la influencia norteamericana y de
sus consecuencias. ¿Lo que alegra a los norteamericanos precisamente
es que los frustrados que no creen en la visión de Castro no leen
las estadísticas ni las cifras, ni saben que la educación en Cuba es
gratuita después del triunfo de la revolución cubana, igualmente la
atención médica, la cultura el arte y otros logros alcanzados,
inclusive la vivienda se ha convertido en casi gratuita para los
ciudadanos.
El sueño se hizo realidad en Cuba y no se ha quebrado a pesar de
medio siglo de bloqueo, hasta salió de las fronteras establecidas
por la guerra fría, causando el insomnio a Washington porque sus
éxitos estimulaban a los pueblos de América Latina, cuyas riquezas
habían sido saqueadas sometidos a todo tipo de dictaduras apoyadas
por Estados Unidos, con todo lo que ello representa de hambre,
opresión y empobrecimiento para dichos pueblos. Y esos pueblos hoy
no hubieran logrado hoy recuperar la iniciativa si no fuera porque
Washington esta bien "ocupada" en Afganistán, Iraq, Irán, Siria y
contra Hezbullah.
Cuba no solo rompió las cadenas norteamericanas, sino también salió
del círculo de influencia soviética, y la mejor prueba de su
autenticidad y legitimidad es el hecho de permanecer de pie hasta el
día de hoy, a pesar del derrumbe de la Unión Soviética, algo que
fue corroborado aún mas con el rol de alta moral desempeñado por
Fidel Castro y sus compañeros en defensa de Angola y por la
Liberación de Namibia de la ocupación de Sudáfrica, por no hablar
también de los miles de jóvenes cubanos que combatieron el régimen
del apartheid en Johannesburgo y contribuyeron a su derrocamiento,
en representación de toda la humanidad.
Estoy en desacuerdo con todas las teorías filosóficas que han
brotado del genio de "BARAKAT" y que nos llegaron en estos malos
tiempos, salvo con una sola que si coincido con el: Es verdad que
Fidel tendrá una tumba coloreada de mosaico que será visitada por
todos los revolucionarios del mundo y será un lugar para peregrinen
los que creen en un futuro mejor, donde no seremos ni esclavos por
nacimiento ni dominados por los señores hereditarios. Fidel lo ha
hecho ya para que la historia donde él mismo trazó las páginas más
brillantes de gloria y de orgullo lo absuelva.
Fidel renunció, dejando la bandera en manos de los que la llevarían
alto después de él, no sólo en Cuba sino también en todo el mundo.
Castro puede partir en cualquier día, dejando para todos una
herencia inagotable de un genio político creativo que la tendremos
presente haciéndole frente a las locuras del "caos creativo
norteamericano".
En hora buena!! La tierra hoy en día está embarazada, y la
humanidad tan generosa que nos ha dado hombres revolucionarios que
sembraron en todas partes sueños como esos, seguirá dando aún más.
Nabil Khalil, 20 de febrero del 2008
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