Lo primero al abordar el tema es recordar las palabras de Roberto
González, abogado, hijo de familia cubana refugiada
en Estados Unidos durante la tiranía, que regresó al triunfo
de la Revolución. Tanto él como René nacieron en ese país durante
la estancia de su familia allí. Ha estado todo el tiempo batallando
por la libertad de su hermano René, que sufre cruel e injusta
prisión junto a otros cuatro héroes defensores de su pueblo en la
lucha contra el terrorismo.
“Lo más malo que nos puede pasar es que por un sentimiento tanto
de derrota como de victoria nos desmovilicemos. El caso de los Cinco
lo ganamos cuando ellos estén en La Habana… Este es un juicio que tú
lo ganas muchas veces en los hechos y lo pierdes en Derecho, lo
pierdes en la decisión de los jueces.”
Sabias y prudentes palabras de un verdadero experto batallando
contra desvergüenzas; él mismo expresó su asombro por lo ocurrido.
En la Mesa Redonda se nos explicó la trascendencia que tuvo
la participación en la ciudad de Atlanta de 73 personalidades con
gran prestigio en el mundo sobre cuestiones relacionadas con el
Derecho Internacional. Allí se hizo evidente e irrefutable que
no existieron los delitos que se les imputaban a los acusados, con
sanciones que fueron unánimemente aprobadas por un jurado
supuestamente imparcial, en la peor comunidad del planeta
para alcanzar una decisión justa. Hay que leer textualmente y
analizar lo que expresaron en la Mesa o por vía telefónica cada
uno de los que hablaron y las afirmaciones de los que todavía faltan
por hablar.
En casos reales de espionaje juzgados recientemente en Estados
Unidos la sanción no pasa de 10 años. A nuestros cinco compatriotas
ni siquiera se les ha podido probar el cargo de conspiración para
cometer espionaje. El destino cruel e insólito de los mismos y sus
familiares obedece a la política pérfida y confesa seguida
por Washington de aplicar el terrorismo contra el pueblo cubano,
violando durante casi medio siglo las más elementales normas
de las Naciones Unidas y la soberanía de los pueblos.
Hay muchas cosas importantes que pueden añadirse y están probadas,
pero hoy deseo ser breve para que estas palabras sean transcritas
y publicadas en la prensa nacional. Lo más importante es que
nuestro pueblo desarrolle una sólida e indestructible conciencia
sobre estas realidades.
Fidel Castro Ruz
22 de agosto del 2007
4 y 35 p.m. |