Una inusual noticia apareció hace unos minutos a través de EFE y de
REUTERS. Me atengo a la versión española: “Un día, el Buen Dios se
llevará a Fidel Castro.”
Esto no lo declaró en una piadosa iglesia. Tal como hizo en West
Point, donde pronunció la famosa frase de lo que debían esperar
decenas de oscuros rincones del mundo, nuestro hombre habló en la
Academia de la Marina de Guerra ubicada en Newport. Respondía a una
pregunta, claramente elaborada, sobre la situación en Latinoamérica
que le hizo un graduado colombiano de la Academia. ¡Qué casualidad!
De inmediato, cual si estuviera ansioso por decir algo sobre Cuba y
quejoso a la vez con el Buen Dios, añadió: “Sólo hay un país
antidemocrático en nuestra vecindad y ese es Cuba. Creo firmemente
que los cubanos deben vivir en una sociedad libre. Nos interesa que
Cuba sea libre y les interesa a ellos que no tengan que vivir bajo
una forma de gobierno anticuada que es represivo.”
Antes había prometido: “Seguiremos presionando a favor de la
libertad en Cuba.”
Ni corto ni perezoso, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional
de la Casa Blanca Gordon Johndroe, al preguntársele si Bush deseaba
la muerte de Castro, respondió: “El Presidente estaba hablando de un
acontecimiento inevitable.” Pareciera que el genial funcionario y
su jefe van a vivir miles de años.
Ahora comprendo por qué sobreviví a los planes de Bush y de los
presidentes que ordenaron asesinarme: el Buen Dios me protegió.
Fidel Castro Ruz
Junio 28 del 2007
6 y 32 p.m.
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