Los hechos se suceden con increíble ritmo. A veces
ocurren varios simultáneamente. Uno siente deseos o más bien
necesidad de comentar alguno por su importancia intrínseca y su
valor como ejemplo. No hablo hoy de lo ocurrido en Ginebra, que ha
sido considerado un merecido triunfo revolucionario de los países
del Tercer Mundo. Hablaré de la respuesta de Cuba al Consejo de
Relaciones Exteriores de la Unión Europea, publicada el pasado
viernes 22 de junio en la primera página de Granma.
Son palabras dignas de nuestra Revolución y su alta
dirección política. Uno por uno fueron abordados y clarificados los
puntos que debían recibir inmediata respuesta. Los enumero y
reitero:
1.- “Con Cuba, solo
será posible un diálogo entre soberanos e iguales, sin condiciones
ni amenazas pendientes. Si la Unión Europea desea algún diálogo con
Cuba debe eliminar definitivamente dichas sanciones, que desde
entonces resultaron inaplicables e insostenibles.”
2.- “Las
‛Conclusiones’ tampoco mencionan la llamada ‛Posición Común’,
acordada de manera apresurada por los Ministros de Finanzas de la UE
en 1996 bajo la presión de Aznar y a partir de un borrador escrito
en el Departamento de Estado norteamericano.”
3.- “Después de tantos
errores y fracasos, la única conclusión obvia que correspondería
sacar a la Unión Europea es que la llamada ‛Posición Común’ debe
desaparecer, porque no hubo ni hay razón alguna para que exista y
porque impide sostener una relación normal, mutuamente respetuosa y
de interés común con nuestro país.”
4.- “Un grupo de
influyentes naciones europeas han realizado esfuerzos para cambiar
esta ridícula situación. Otros, como la República Checa, se han
consagrado como peones norteamericanos en el mapa europeo. Las
‛Conclusiones del Consejo’ se inmiscuyen de manera calumniosa en
asuntos estrictamente internos cubanos, emiten juicios y anuncian
actos injerencistas e hipócritas que Cuba considera ofensivos,
inaceptables y rechaza enérgicamente.”
5.- “Cuba es un país
independiente y soberano y la Unión Europea se equivoca si cree que
puede tratarlo de otra manera que como a un igual.”
6.- “La Unión Europea
ha mostrado una persistente y humillante subordinación a los Estados
Unidos que la incapacita para sostener posiciones basadas en los
intereses europeos y la hace cómplice, aunque diga lo contrario, del
criminal e inhumano bloqueo que este aplica contra el pueblo cubano,
y del que las ‛Conclusiones’ no se atreven a decir una palabra.”
7.- “En la Cumbre que
sostuvo en abril con Estados Unidos, la Unión Europea se plegó para
cuestionar a Cuba y aceptó una mención que reconoce legitimidad al
‛Plan Bush’. Son conocidos sus conciliábulos con mensajeros del
imperio, incluso con el espurio interventor nombrado por los Estados
Unidos para Cuba.”
8.- “La Unión Europea
es vergonzosamente hipócrita cuando se dirige, injustamente, a Cuba
pero calla sobre las torturas norteamericanas en la ilegal Base
Naval de Guantánamo, que usurpa territorio cubano, y en Abu Ghraib,
que se aplican incluso a ciudadanos europeos.”
9.- “Calla
impúdicamente sobre los secuestros de personas por parte de los
servicios especiales estadounidenses en terceros países y ha
prestado su territorio para colaborar con los vuelos secretos de la
CIA y para cobijar cárceles ilegales. No ha dicho nada tampoco sobre
las decenas de personas desaparecidas en esas circunstancias ni
sobre los cientos de miles de civiles asesinados en Iraq.”
10.- “Es a la Unión
Europea a quien corresponde rectificar los errores cometidos con
Cuba.”
Aun a riesgo de convertir la reflexión en extensa,
deseo añadir algunos elementos de juicio. La Unión Europea ha sido
conducida por Washington a un callejón sin salida honorable. La
guerra fría concluyó con la victoria del consumismo real del
capitalismo desarrollado frente al ansia de consumo que éste
despertó en amplias masas del campo socialista y de la propia Unión
Soviética. Perdieron la batalla de ideas. Al pueblo ruso, eje
central de la Revolución de Octubre, le arrancaron compromisos
importantes que a su vez se acompañaban de acuerdos y garantías para
su seguridad y soberanía: Europa fue liberada de más de 400 cohetes
SS-20, como los calificaba la OTAN, que eran móviles, con tres
ojivas nucleares cada uno, y apuntaban a todos los rincones de
Europa donde había bases militares norteamericanas y fuerzas de la
OTAN. En su embriaguez triunfalista, la agresiva alianza había
acogido en su seno a muchas antiguas repúblicas socialistas
europeas, algunas de las cuales, en busca de ventajas económicas,
han convertido al resto de Europa en rehenes de su política
exterior, sirviendo incondicionalmente los intereses estratégicos de
Estados Unidos.
Cualquiera de los miembros de la Unión Europea puede
bloquear una decisión. Tal sistema no funciona políticamente y merma
en la práctica la soberanía de todos. La Unión Europea está ahora
peor que el antiguo campo socialista. Ya se anuncia al vanidoso
Blair, el constructor de submarinos sofisticados, amigo de Bush,
como posible candidato futuro a la presidencia de la Unión. Los
cables comunican que hoy ha sido
designado Enviado Especial para el Medio Oriente,
donde tanto contribuyó a la desastrosa guerra desatada por Estados
Unidos.
En el tema energético se ve a los gobiernos
europeos mendigar combustible en las pocas regiones donde el imperio
no se ha apoderado de él por la fuerza, de la misma forma que compra
con papeles cualquier empresa europea.
El euro es sin embargo una moneda sólida, mucho más
que el dólar, que se devalúa constantemente. Aunque este es
defendido por los poseedores de bonos y billetes yanquis, el imperio
corre los riesgos de un descalabro de dramáticas consecuencias
económicas.
Por otro lado, Europa sería una de las áreas más
afectadas por el calentamiento climático. Sus famosas y modernas
instalaciones portuarias quedarían bajo el agua.
Hoy propone con desespero tratados de libre comercio
con América Latina peores que los de Washington, buscando materias
primas y biodiésel. Ya se escuchan críticas sobre el tema. Pero el
dinero europeo no es de la comunidad, es de las transnacionales y en
cualquier momento se marcha hacia los países con mano de obra barata
buscando rentabilidad.
Con su altiva y digna respuesta, Cuba ha puesto el
énfasis en lo fundamental.
Aunque toda buena estrategia incluye una buena
táctica, ni una ni la otra son correctas si se tolera la altanería y
la autosuficiencia.
Los propios europeos comprenderán un día a qué
absurda situación los llevó el imperialismo y que un país del Caribe
les haya dicho las verdades necesarias. El caballo desbocado del
consumismo no puede seguir su loca carrera porque es insostenible.
La última reunión de la Unión Europea sobre el
futuro tratado comunitario fue una prueba más de la desmoralización
reinante. La agencia AFP publicó el pasado domingo 24 de junio que
“El jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, expresó su ‛amargura’
por la cumbre en Bruselas de los líderes de la Unión Europea, a los
que acusó de haber dado el ‛espectáculo’ de una Europa ‛sin
emoción’, en entrevista al periódico La Repubblica de este
domingo.”
“‛Como proeuropeo, siento amargura por el
espectáculo que presencié’, dijo Prodi, ex presidente de la Comisión
Europea.
“‛El empeño de algunos gobiernos por negar cualquier
aspecto emocional de Europa me duele’, añadió, refiriéndose a
Polonia, República Checa, Holanda y Gran Bretaña.
“‛Son los mismos gobiernos que reprochan a Europa
estar lejos de los ciudadanos’, consideró.
“‛Pero cómo hacemos para implicar a los ciudadanos
sin sentimientos (…) cómo les podemos hacer sentirse orgullosos de
ser europeos si se les niegan los símbolos como la bandera y el
himno’, se preguntó.”
“‛Tony Blair lleva a cabo una batalla contra la
Carta de Derechos Fundamentales’, dijo.”
“Criticó al presidente polaco Lech Kaczynski, quien
le dijo que no podía compartir sus posiciones porque Italia y
Polonia ‛son pueblos muy distintos’.”
“‛Nunca’ los euroescépticos se manifestaron ‛de
forma tan explícita y programática’ como en la última cumbre,
concluyó Prodi.”
Bush en la reunión del G-8 les había lanzado a los
europeos un cubo de agua helada.
En esta época decisiva no importa el número de
enemigos, que serán cada vez menos, sino “el número de estrellas en
la frente”.
Fidel Castro Ruz
27
de junio del 2007
6:30
p.m.