Beirut, 11 sep (PL) La situación de los refugiados procedentes de
Darfur en Chad y otros lugares parece ser utilizada por Washington
para resolver asuntos internos y preparar mentalmente a la comunidad
mundial para "liberar" al pueblo de Sudán, al estilo de Iraq.
El problema de Darfur, en el oeste sudanés, que provoca la
catástrofe de casi un millón y medio de refugiados, surgió hace
años, a raíz de los choques entre tribus agrícolas y otras ganaderas
que se disputaban los deteriorados recursos naturales de la
región.
El gobierno de Estados Unidos prefirió, desde entonces, ser el
número 15 entre los países que participan en ayudar a resolver los
problemas del hambre en el mundo, según las Naciones Unidas, y sólo
se acordó de los pobres de Darfur cuando vio que puede sacarle
provecho al asunto.
Observadores de la campaña presidencial norteamericana comentan
que el interés repentino de Washington en este tema puede ser un
medio para desviar la atención pública de la escalada de
enfrentamientos y la cantidad de sus soldados muertos en Iraq.
Señalan también el interés del mandatario republicano George W.
Bush de ganar la simpatía de la comunidad afronorteamericana de
Estados Unidos, la cual se conoce generalmente por su apoyo a los
demócratas en las elecciones presidenciales.
El intento de Washington de imponer un embargo económico sobre la
venta de petróleo de Jartum puede señalar un objetivo más de una
administración que lanzó una guerra por el crudo contra Iraq y puede
estar preparando otra por el control del oro negro sudanés.
La situación en Darfur es crítica, según reportes de entidades
internacionales, aunque su gravedad no radica solamente en los
centenares de ciudadanos muertos injustamente allí, sino por los que
pueden perecer en Sudán si Estados Unidos decide "liberarlo" y matar
a mil personas cada mes como hace ahora en Iraq.