Beirut, 7 sep (PL) El reciente fracaso del lanzamiento de un
satélite espía israelí expuso en parte la gravedad de la escalada
armamentista en el Oriente Medio y, en especial, lo relacionado con
las armas de destrucción masiva.
Voceros del gobierno de Tel Aviv dijeron que el satélite tenía el
objetivo de espiar la marcha de los centros nucleares de Irán, que
según Estados Unidos aún no ha logrado fabricar armas atómicas.
Fuentes del Ministerio de Defensa israelí aseguraron que la
destrucción del cohete Shavet portador del satélite Horizonte-6 se
debió a una falla técnica durante la tercera etapa de su lanzamiento
de la base aérea Palmahem, ubicada en el sur del país.
Los observadores del desempeño nuclear iraní coinciden en su
limitación en este período, aunque con su capacidad coheteril
tradicional puede alcanzar cualquier parte del Estado hebreo.
Los cohetes iraníes Chihab-3 tienen la velocidad de seis
kilómetros por segundo o sea cuatro veces la de los cohetes Scud que
alcanzaron el territorio israelí 39 veces durante la Guerra del
Golfo de 1991, pese a los famosos Patriot.
Eso quiere decir que las informaciones captadas por el mencionado
satélite serían de vital importancia para el sistema de defensa
aérea israelí, que requiere además efectivos medios anticoheteriles,
como es el caso de los cohetes Aro, fabricados recientemente en
cooperación con Estados Unidos.
El desarrollo del proyecto Aro costó dos mil 200 millones de
dólares y su director, Ariel Hertzug, dijo a la televisión israelí
que las pruebas realizadas en Los Angeles tuvieron éxito total, y
afirmó que seguirán logrando los avances requeridos contra las
"futuras amenazas" de Irán.
Por otra parte, el periódico israelí Ha"aretz aseguró el pasado
lunes que los aviones norteamericanos F-16 se utilizarán para cargar
armas atómicas y apuntó que ya existe un pequeño grupo de pilotos
entrenados para dar golpes nucleares partiendo de varias bases en
Israel.
La publicación norteamericana Nuclear Notebook recuerda en su
número de este mes que Estados Unidos entregó 25 aviones F-16 a las
fuerzas aéreas israelíes, capaces de cargar cuatro y media toneladas
de carburante y 11 de municiones.
Aunque ese texto no asegura que Israel adaptará esas naves para
misiones nucleares, Estados Unidos dedica los F-16 Eagle a esos
fines, en particular.
Nuclear Notebook cita un reporte del Pentágono de 1991 sobre la
obtención israelí de unas 200 armas nucleares, entre bombas, agujas
y otras de uso táctico, además de 50 misiles balísticos Hereco -con
alcance de 500 kilómetros- almacenados en la base Zakharia, a 45
kilómetros al sudeste de Tel Aviv.
Pese a la mencionada capacidad ofensiva y defensiva de Israel
parece que las autoridades de ese país no sienten la seguridad que
les ofrece tener tal superioridad militar en la región.
Lo anterior lo confirma el corresponsal militar del periódico
Jerusalem Post, Arieh O'Sullivan, al reafirmar que el cohete iraní
Shihab-3 tiene el doble de la velocidad establecida para su rival el
misil interceptor Aro.