El Che Regresar al lomerío del centro de la isla
el 16 de octubre de 1958 con el mandato de asumir la jefatura de
todas las fuerzas del Movimiento 26 de Julio. Contó entonces con el
apoyo del Partido Socialista Popular y el Directorio 13 de
Marzo.
No obstante, el médico argentino-cubano se opuso
a quienes desde el Segundo Frente del Escambray trataban de llevar
la guerra por derroteros diferentes a los que guiaron la lucha
revolucionaria.
El 26 de octubre, apenas una decena después de
la llegada a la zona, ocurre el bautismo de fuego de la columna ocho
con la liberación del poblado de Güinía de Miranda, para continuar
el desalojo de todas las guarniciones ubicadas en esas elevaciones y
demostrar la preparación y moral del Ejército Rebelde.
Fue el 16 de diciembre con la toma de Fomento y
la destrucción del puente de Falcón, el inicio de la ofensiva final
que completó la liberación de 17 poblados y ciudades de las actuales
provincias de Sancti Spíritus, Villa Clara y Cienfuegos antes del
enfrentamiento en Santa Clara.
Todo estaba preparado para la batalla final,
durante la cual el plan de acción desarrollado por el Che reflejó un
profundo conocimiento de la estrategia y táctica militares, la
previsión de cada detalle y la acción combinada de todos los
factores.
Con el victorioso combate en la ciudad cabecera
de la provincia, protagonizada por las fuerzas rebeldes, los últimos
días de 1958 constituyeron una pesadilla para la tambaleante
dictadura de Batista, que perdió una docena de tanques y un tren
blindado de 22 vagones con cañones, municiones, antiaéreas y
ametralladoras.
Un reducido número de hombres destruyó la
fortaleza que representaba el convoy ferroviario, los soldados
gubernamentales estaban solo dispuestos a luchar a distancia, desde
cómodas posiciones y fueron sacados del tren con "cocteles molotov",
un armamento artesanal formado por botellas inflamables..
En manos de las tropas rebeldes cayeron poco a
poco importantes posiciones, como la central eléctrica y toda la
parte nordeste de la urbe, hasta que el último día del año se
eliminaban los focos de resistencia que aún quedaban.
Apoyados por el pueblo, los rebeldes tomaron
importantes bastiones del ejército en pertrechados cuarteles de la
localidad, en aquel momento eje del llano central con 150 mil
habitantes y centro del transporte y las comunicaciones.
Para los pueblos liberados por el Che quedó por
siempre el mensaje que enviara a los villareños el dos de enero de
1959, cuando su destacamento partía hacia la capital.
"...al retirarse nuestra columna invasora,
enormemente aumentada por el aporte de los hijos de este suelo, lo
hacemos con todo el sentimiento de dejar un lugar querido y
profundos afectos personales". (Luz María
Martínez)