General de División Rogelio Acevedo González, capitán del
Ejército Rebelde, de la Columna no. 8 del Che
Al
comenzar el mes de diciembre de 1958, el Che y su tropa, la
Columna no. 8 "Ciro Redondo", llevaban 45 días de haber
llegado en la invasión desde Oriente y estaban en el este
del macizo montañoso del Escambray.
Durante
la campaña de Las Villas, el Che intercambia opiniones sobre
las acciones con sus oficiales (al centro con gorra el autor
de este trabajo).
Para
ese momento, ya el Che había logrado aglutinar la mayoría de
las fuerzas revolucionarias que existían en el Escambray (Directorio
Revolucionario; Partido Socialista Popular; fuerza del 26 de
Julio) y había excluido de esa unión, a las desprestigiadas
y poco combativas fuerzas del 2do. frente del Escambray.
En poco
más de un mes, su tropa en unión de las fuerzas que allí
estaban, habían liberado de soldados enemigos el territorio
montañoso y sus accesos, así como también habían logrado a
fines del mes de noviembre y primeros días de diciembre
rechazar y frenar en seco en tan solo 4 días, una ofensiva
general, que inició el ejército del 3er. distrito militar de
la tiranía en Las Villas, con fuerzas de más de 1 000
hombres, bien armados y entrenados, con varios tanques, los
cuales pretendían llegar en tres direcciones hasta la
comandancia del Che en El Pedrero-Manacas.
Una
de las acciones más importantes de la Batalla de Santa Clara
fue la toma del tren blindado, que pretendía reforzar las
tropas del tirano en el centro y oriente del país.
Estas
fuerzas enemigas tuvieron fuertes pérdidas y fueron paradas
en seco y rechazadas por unos 150 hombres al mando del Che.
En esta ofensiva fueron capturados 2 tanques y buena
cantidad de armas y municiones, y el ejército sufrió muchas
bajas entre muertos y heridos.
Por
otra parte, mientras se frenaba la ofensiva del ejército, el
primero de diciembre, después de algunas reuniones, se
firmaba el documento conocido como "El Pacto del Pedrero"
con las fuerzas del Directorio Revolucionario, bajo la
dirección del comandante Faure Chomón y el Che, a nombre del
Movimiento 26 de Julio.
A
partir de creadas todas estas condiciones, las fuerzas del
Che y del comandante Camilo podían cumplir las tareas
planteadas por el Comandante en Jefe a los jefes de las
columnas rebeldes en Las Villas, del 12 de noviembre de
1958, cuando daba unas instrucciones a las tropas rebeldes
destacadas en esa provincia en las que señaló: "las
Columnas 2 y 8 del Ejército Rebelde, situadas en Las Villas,
recabando el apoyo de las demás fuerzas revolucionarias que
allí combaten, deben a su vez interceptar las carreteras y
vías férreas, para impedir el cruce de tropas enemigas hacia
Oriente y evitar que puedan retirarse las que permanezcan
junto a la tiranía y queden combatiendo en este extremo de
la isla, donde virtualmente están siendo arrollados ya por
nuestras fuerzas" (1).
De esta
forma, se habían creado las principales condiciones, para
bajar al llano, e iniciar la toma de guarniciones enemigas,
en el centro del país, así como inutilizar sus vías de
comunicaciones de todo tipo (carreteras, ferrocarriles,
puentes, etc.).
El 1ro.
de diciembre, al referirse a la situación del régimen, el
Che expresó:
"Creo
que estamos al borde de un colapso. Si factores ajenos a la
nación intervienen, quizás se mantengan algo. De todas
maneras, las fuerzas populares son tan grandes, que el
colapso es inevitable". (2)
Y al
ser interrogado sobre la ofensiva que iniciaba el Ejército
Rebelde en Las Villas señaló:
"Estimo
necesario y vital dejar incomunicado el Occidente con el
Oriente y estimo que la ciudad de Santa Clara estará
virtualmente en nuestras manos cuando realmente se haga una
ofensiva de todos los factores revolucionarios agrupados."
En los
días que siguieron a estas declaraciones, las fuerzas
revolucionarias en Las Villas, encabezadas por el Che,
comenzaron intensos preparativos de todo tipo, incluyendo el
adiestramiento de cientos de nuevos reclutas en la Escuela "Ñico
López", en Caballete de Casas. Dichos reclutas durante
nuestra ofensiva, de diciembre, fueron siendo armados por
decenas y cientos, a medida que se iban tomando uno a uno,
los principales cuarteles de la dictadura hasta estar en las
puertas de Santa Clara.
Sería
largo de contar para un artículo periodístico, todos los
combates y escaramuzas de todo tipo, que efectuó en
diciembre de 1958 la Columna no. 8, bajo la dirección del
Che en unión del Directorio 13 de marzo y el Partido
Socialista Popular y la agrupación de fuerzas que bajo la
dirección de Camilo, con su Columna no. 2, combatía al norte
este de Las Villas.
En cada
uno de estos combates, emboscadas o toma de poblaciones
veíamos la enorme y patriótica colaboración de toda la
población, su ayuda en todo, en prácticos, diciéndonos dónde
estaban los policías o soldados atrincherados, dándonos agua
o comida, atendiendo como pudieran a nuestros heridos leves
o trasladando a los heridos graves a hospitales, y sobre
todo ese increíble aliento, apoyo y cariño con que nos
recibían y se ponían a nuestra disposición.
De esta
forma, se organizó por el Che el 10 de diciembre la toma de
la ciudad de Sancti Spíritus con fuerzas de un pelotón al
mando del capitán Armando Acosta.
Paralelamente, el grueso de las fuerzas nos dirigíamos el 14
y 15 de diciembre, a poner sitio a la ciudad de Fomento.
Existía allí un cuartel con unos 200 soldados y policías que
habían tomado posiciones en varios edificios de la ciudad,
además de las tropas que estaban en el cuartel.
El Che
puso emboscadas en los principales accesos a la ciudad, como
fue en la carretera de Fomento a Placetas. Y allí en Fomento
se combatió día y noche, por espacio de 4 días, tomando
lugar por lugar, todas las posiciones enemigas.
El
refuerzo enemigo para ayudar a fomento no llegó, ni de
Placetas, ni de Santa Clara, y el 18 de diciembre se rindió
el último reducto de Fomento, que fue el cuartel.
El jefe
del cuartel era el teniente Reinaldo Pérez Valencia, quien
combatió bien y decidió quedarse combatiendo con el Ejército
Rebelde, bajo las órdenes del Che.
Capturamos allí más de 200 armas, el ejército tuvo 3 muertos
y 9 heridos, nosotros 4 muertos (3 de ellos invasores y 5
heridos), dentro de nuestros heridos, estaban el capitán
Joel Iglesias y el teniente Manuel Hernández, dos de
nuestros más valiosos y valientes oficiales.
Con las
armas capturadas, como estaba indicado, se armaron alrededor
de 200 nuevos combatientes de nuestra escuela de reclutas.
Los prisioneros rendidos y bien tratados, los entregamos al
otro día al próximo cuartel que pensábamos atacar, que era
Cabaiguán.
Esta
forma de actuar, al entregar los prisioneros, creaba las
condiciones para que al próximo cuartel a atacar, llegaran
un grupo de soldados rendidos, con poco deseo de volver a
pelear y hablándoles a los otros soldados, que allí estaban,
de que si se rendían, nada les iba a pasar como a ellos, no
así, si se quedaban peleando.
Hay
algo que me gustaría señalar, que demuestra los rasgos
humanos del Che y su inteligencia al actuar en los combates
previendo hasta los menores detalles.
Cuando
un pelotón nuestro atacaba un cuartel, casi siempre tenía
muertos y heridos, entonces el Che, en el próximo combate,
al darle misiones ponía a ese pelotón, en un lugar de menos
riesgo de acción (una emboscada esperando un refuerzo; o de
reserva para una contingencia, etc.). Esto daba tiempo a ese
pelotón, a reponer las bajas con otros compañeros nuevos, a
cambiar o reponer los jefes heridos o caídos, y esto todos
lo comprendíamos, pues así todos los pelotones rotábamos por
el combate.
El Che,
además, no daba tregua ni descanso al enemigo y de esa
manera ininterrumpida, fuimos tomando en 13 días, uno a uno,
un grupo de guarniciones grandes del enemigo en Las Villas (Fomento-Cabaiguán-Guayo-Sancti
Spíritus-Placetas-Remedios-Caibarién) y en total ocupamos en
estas acciones aproximadamente unas 1 100 armas y municiones
de todo tipo, tomamos además, prisioneros a cerca de 1 000
oficiales —sargentos y soldados. También habíamos sufrido el
dolor y la pena de tener unos 13 muertos, de nuestra tropa,
en estos combates, con cerca de 30 heridos.
Camilo
con su Columna no. 2, por su parte, combatía en el norte
este de Las Villas y ya había tomado varios cuarteles (Meneses-Zulueta)
y había hecho grandes emboscadas exitosas al ejército y
ahora atacaba, desde el 20 de diciembre, al cuartel de
Yaguajay, el cual con unos 250 oficiales y soldados y una
buena posición hacía una fuerte resistencia.
Después
de tener el Che y las fuerzas revolucionarias, tomado todo
el este de la provincia de Las Villas y de la costa norte a
la costa sur, solo faltaba para cumplir su misión: tomar la
ciudad de Santa Clara.
En mi
caso por ser de Las Villas, del pueblo de Remedios, conocía
bastante bien que la guarnición de Santa Clara era grande y
bien armada, y tenía el regimiento Leoncio Vidal; la
estación de policía; la motorizada, una pista aérea militar,
etc. Según datos oficiales que conocimos después del triunfo
de la Revolución, Santa Clara tenía cerca de 3 000 oficiales
y soldados; 10 tanques y tanquetas y apoyo aéreo de 6-8
aviones; era el objetivo militar más grande que ninguno de
los atacados antes por nosotros y pensé que el Che esperaría
que Camilo tomara Yaguajay para juntos, con las otras
fuerzas revolucionarias, atacar Santa Clara, pero el Che,
decidió no darle tiempo al enemigo y atacaría a toda
velocidad.
En la
noche del 27 de diciembre, estando emboscado en la carretera
de Santa Clara a Camajuaní, recibí una nota del Che, en la
que me indicaba explorar con mi pelotón toda la carretera de
Camajuaní, hasta la entrada de Santa Clara. Me ordenaba,
además, que tomara la Universidad y lo esperara allí, al
amanecer del 28 de diciembre y así lo hice.
Luego
supe que esa noche el Che se reunió con el resto de los
jefes de pelotones y los jefes de las fuerzas del Directorio
Revolucionario 13 de marzo y les informó su decisión de
atacar Santa Clara y las ideas de cómo pensaba hacerlo.
Señaló cómo tenía en mente impedir los refuerzos que
vinieran de La Habana, con las fuerzas del comandante Víctor
Bordón, emboscándolo en el pueblo de Santo Domingo.
El
ejército de Batista en Santa Clara, además de estar en el
regimiento Leoncio Vidal había decidido defender la ciudad
por posiciones. Tenían tomados unos 8 edificios que
dominaban una parte de la ciudad cada uno. El cuartel 31; la
motorizada; la estación de policía; la audiencia; la cárcel,
el gran hotel; el gobierno provincial y como si esto fuera
poco, hacía uno o dos días, había llegado de la capital un
tren blindado, con unos 20 carros y dos locomotoras con unos
350 soldados y armamento para 500-600 hombres en su
interior. Este tren tenía como objetivo seguir hacia oriente
y como no pudo pasar por los puentes volados del ferrocarril
por nosotros, se quedó estancado a la salida de Santa Clara
para Oriente y estaba estacionado en la falda de una loma
que se llama El Capiro, a medio kilómetro al este de Santa
Clara.
En este
momento del mes de diciembre se combatía en todo Oriente, la
Columna no. 1, al mando del Comandante en Jefe Fidel Castro,
tomaba a Palma Soriano el 27 de diciembre, a solo 40
kilómetros de Santiago de Cuba.
Santiago estaba cercado; al igual que las guarniciones de
Guantánamo, Bayamo, Holguín y Las Tunas.
En
estas condiciones comenzó la batalla de Santa Clara el 28 de
diciembre de 1958.
Durante
cuatro días las fuerzas revolucionarias de unos 400-500
hombres, fuimos distribuidos por el Che para atacar y tomar
cada uno de los ocho puntos de resistencia del enemigo en la
ciudad, para posteriormente atacar el regimiento Leoncio
Vidal, el cual era hostigado.
No es
fácil en pocas ideas poder relatar las múltiples acciones y
hechos patrióticos y valerosos vividos por todos nosotros en
esos días en esta batalla.
Sí
puedo afirmar, que la audacia desplegada por el Che al
atacar Santa Clara, después de la toma de Remedios y
Caibarién, no le dio tiempo al enemigo a poder reaccionar
atrayendo tal vez, otras fuerzas del resto del país.
Por
otro lado debo destacar que ninguno de los oficiales más
viejos de nuestra columna guerrillera tenía experiencia en
la lucha en las ciudades y el Che continuamente nos daba
ideas de cómo desarrollar esta guerra. Ejemplo de ello
fueron sus indicaciones de cómo luchar contra los tanques,
atravesando carros, camiones y guaguas en las calles y con
botellas de gasolina encendidas tirárselas desde las azoteas,
o atravesando casas, rompiendo las paredes con mandarria,
cuando no se podía avanzar por la calle, como se hizo frente
a la estación de policía de Santa Clara o cuando indicó
levantar la línea del tren para descarrilar el tren blindado;
o hacer un uso móvil de la bazuca para la lucha contra los
tanques dentro de la ciudad, o cómo organizar la cacería de
los francotiradores enemigos en el combate.
De todo
esto y más podemos hablar sobre las enseñanzas del Che y sus
ideas, pero por sobre todas las cosas, su presencia física
constante, valiente y arriesgada, en los lugares en que
combatíamos y en que luchábamos. Nos controlaba, nos daba
ideas de cómo combatir, nos alentaba a todos y nos
comprometía, a hacer aún un mayor esfuerzo por ganar aquella
batalla rápido.
Hay
algo que no puedo dejar de mencionar, el excelente
comportamiento, valiente y patriótico de toda la población
de Santa Clara en estos días difíciles y heroicos del
combate por la ciudad.
La
aviación de la tiranía golpeaba día y noche; no había
electricidad en la ciudad; no había agua; todo el tiempo las
familias bajo el tiroteo y aun así toda la población nos
daba su apoyo, ayuda y cooperación, nos ofrecía comida, agua,
nos daba refugio en su casa, abriendo puertas cuando venía
un tanque o tanqueta por la calle y también nos daba
información de los francotiradores enemigos. Fueron unos
días en que en Santa Clara brilló el patriotismo y la
valentía de todos en la lucha por derrotar la tiranía.
Así
fueron las acciones del Che y su tropa en diciembre de 1958,
en Las Villas.
Al
recordar todos estos hechos 50 años después, nos llenamos de
emoción y sano orgullo revolucionario por lo que se hizo y
por lo que estamos seguros se volvería a hacer si nuestra
Patria es agredida.
Gloria
eterna a los 16 compañeros nuestros que cayeron combatiendo
en santa clara y a las decenas de civiles que fueron
víctimas inocentes de las acciones del ejército y de la
aviación de la dictadura en todos estos combates.
(1)
archivo del instituto de historia de cuba, instrucciones de
fidel a los jefes de columnas, del 12 de noviembre de 1958.
(2)
archivo del instituto de historia, versión taquigráfica de
las declaraciones del che transmitidas por radio, el 1ro. de
diciembre de 1958.
Granma 23-12-2008 |