La Habana, 19 abr (ACN) Discurso íntegro del líder de la Revolución
cubana, Fidel Castro Ruz, en la clausura del 7mo Congreso del
Partido Comunista de Cuba:
Constituye un esfuerzo sobrehumano dirigir cualquier pueblo en
tiempos de crisis. Sin ellos, los cambios serían imposibles. En una
reunión como esta, en la que se congregan más de mil representantes
escogidos por el propio pueblo revolucionario, que en ellos delegó
su autoridad, significa para todos el honor más grande que han
recibido en la vida, a este se suma el privilegio de ser
revolucionario que es fruto de nuestra propia conciencia.
¿Por qué me hice socialista, más claramente, por qué me convertí
en comunista? Esa palabra que expresa el concepto más distorsionado
y calumniado de la historia por parte de aquellos que tuvieron el
privilegio de explotar a los pobres, despojados desde que fueron
privados de todos los bienes materiales que proveen el trabajo, el
talento y la energía humana. Desde cuándo el hombre vive en ese
dilema, a lo largo del tiempo sin límite. Sé que ustedes no
necesitan esta explicación pero sí tal vez algunos oyentes.
Simplemente hablo para que se comprenda mejor que no soy
ignorante, extremista, ni ciego, ni adquirí mi ideología por mi
propia cuenta estudiando economía.
No tuve preceptor cuando era un estudiante de leyes y ciencias
políticas, en las que aquella tiene un gran peso. Desde luego que
entonces tenía alrededor de 20 años y era aficionado al deporte y a
escalar montañas. Sin preceptor que me ayudara en el estudio del
marxismo-leninismo; no era más que un teórico y, desde luego, tenía
una confianza total en la Unión Soviética. La obra de Lenin
ultrajada tras 70 años de Revolución. ¡Que lección histórica! Se
puede afirmar que no deberán transcurrir otros 70 años para que
ocurra otro acontecimiento como la Revolución Rusa, para que la
humanidad tenga otro ejemplo de una grandiosa Revolución Social que
significó un enorme paso en la lucha contra el colonialismo y su
inseparable compañero, el imperialismo.
Quizás, sin embargo, el peligro mayor que hoy se cierne sobre la
tierra deriva del poder destructivo del armamento moderno que podría
socavar la paz del planeta y hacer imposible la vida humana sobre la
superficie terrestre.
Desaparecería la especie como desaparecieron los dinosaurios, tal
vez habría tiempo para nuevas formas de vida inteligente o tal vez
el calor del sol crezca hasta fundir todos los planetas del sistema
solar y sus satélites, como gran número de científicos reconocen. De
ser ciertas las teorías de varios de ellos, las cuales los legos no
ignoramos, el hombre práctico debe conocer más y adaptarse a la
realidad. Si la especie sobrevive un espacio de tiempo mucho mayor
las futuras generaciones conocerán mucho más que nosotros, aunque
primero tendrán que resolver un gran problema. ¿Cómo alimentar los
miles de millones de seres humanos cuyas realidades chocarían
irremisiblemente con los límites de agua potable y recursos
naturales que necesitan?
Algunos o tal vez muchos de ustedes se pregunten dónde está la
política en este discurso. Créanme que me apena decirlo, pero la
política está aquí en estas moderadas palabras. Ojalá muchos seres
humanos nos preocupemos por estas realidades y no sigamos como en
los tiempos de Adán y Eva comiendo manzanas prohibidas. ¿Quién va a
alimentar a los pueblos sedientos de África sin tecnologías a su
alcance, ni lluvias, ni embalses, ni más depósitos subterráneos que
los cubiertos por arenas? Veremos que dicen los gobiernos que casi
en su totalidad suscribieron los compromisos climáticos.
Hay que martillar constantemente sobre estos temas y no quiero
extenderme más allá de lo imprescindible.
Pronto deberé cumplir 90 años, nunca se me habría ocurrido tal
idea y nunca fue fruto de un esfuerzo, fue capricho del azar. Pronto
seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno,
pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que
en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden
producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos
necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A nuestros
hermanos de América Latina y del mundo debemos trasmitirles que el
pueblo cubano vencerá.
Tal vez sea de las últimas veces que hable en esta sala. He
votado por todos los candidatos sometidos a consulta por el Congreso
y agradezco la invitación y el honor de escucharme. Los felicito a
todos, y en primer lugar, al compañero Raúl Castro por su magnífico
esfuerzo.
Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos
perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí,
Maceo y Gómez, en marcha indetenible.
Fidel Castro Ruz
Abril 19 de 2016 |