EE UU fomentó una lucha sectaria bajo supuestos principios
religiosos
Por Ernesto Gómez Abascal – Especial para Alahednews
A finales del pasado siglo y una vez concluida la confrontación
este-oeste, que bajo un ropaje ideológico ocultaba diferentes
propósitos de dominación o liberación, colonización o
descolonización, según el punto desde donde se observara, y
considerándose los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN,
vencedores de la misma, era necesario encontrar un nuevo enemigo que
les asegurara la continuación de sus empeños bélicos por lograr la
hegemonía mundial.
Los ataques criminales a los edificios de las Torres Gemelas en New
York y al Pentágono en Washington, le vinieron como “anillo al
dedo”, a la estructura financiera-militar que domina en los Estados
Unidos, cuyo vocero era en ese momento el ignorante y
¿ex-alcohólico? presidente George W. Bush, para proclamar la “guerra
contra el terrorismo”, dirigida fundamentalmente contra el mundo
islámico.
El terrorismo, que teóricamente se podría definir como “acciones
violentas ejercidas indiscriminadamente para obtener ventajas u
oscuros intereses, y donde personas inocentes sufren o pagan las
consecuencias de otros supuestos culpables”, ha sido utilizado desde
hace muchos siglos, casi desde el mismo inicio de la humanidad.
Muy desde un comienzo, se ha intentado vincular a interpretaciones
religiosas. El libro de Josué, en el Antiguo Testamento de la
Biblia, narra como, por mandato de Jahvé (Jehová), Dios de los
hebreos, estos ocuparon los territorios de la entonces Judea y
Samaria, matando a todo ser viviente que encontraran a su paso. Eso
se supone ocurrió hace unos tres mil años y era puro terrorismo.
El terrorismo se utilizó indiscriminadamente durante las dos
guerras mundiales. Las bombas atómicas lanzadas por los Estados
Unidos, cuando ya casi finalizaban las hostilidades sobre Hiroshima
y Nagazaki, dos ciudades que no eran objetivos militares, son en mi
opinión, ejemplo supremo de terrorismo de estado.
Pero en el Medio Oriente, la guerra iniciada en época de la
administración de George W. Bush con el argumento de luchar contra
ese mal, en realidad fomentó una lucha sectaria, que bajo supuestos
principios religiosos, ha provocado y aún continúa produciendo,
cientos de miles de víctimas inocentes, sino millones, hasta el
punto de que hoy, nadie puede sentirse seguro. Alguien, invocando el
poder de “Allah”, puede hacer explotar un artefacto que termine con
su vida y la de otros cientos.
un atentado con coche bomba en iraq
Los sionistas, según se afirma, hacen lecturas de pasajes del libro
de Josué antes de bombardear indiscriminadamente al pueblo palestino
en Gaza o Cisjordania, o a las aldeas libanesas. En mezquitas de las
petromonarquías del Golfo, se colecta dinero entre los fieles
sunitas, el cual es utilizado después para pagar a suicidas, que
creyendo ir al paraíso, se convierten en bombas vivientes y se hacen
explotar en mercados y mezquitas chiitas de Bagdad u otras partes de
Iraq, Siria, o en el sur de Beirut, provocando cualquier cantidad de
muertos, heridos y mutilados. ¿Realmente pensarán que van al cielo?,
¿Será que Allah, todopoderoso y misericordioso, los aceptará como
buenos creyentes?
¿Pensarán lo mismo los pilotos de modernos aviones, o los
aparentemente pacíficos padres de familia que desde una oficina en
Utah o desde una base militar en cualquier lugar del mundo dirigen
los llamados drones que bombardean aldeas en Afganistán, Pakistán o
Yemen, asesinando a veces familias completas, confundiendo
tranquilas fiestas y bodas, con reuniones o campos de entrenamiento
enemigos? ¿Podría aspirar al paraíso quien corta la cabeza de un ser
humano como si fuera un carnero?
¿Creerá ciertamente el cristiano Barack Obama, quien se ha dicho
decide los que deben ser ejecutados por estos modernos medios, de
que esto le asegura el pasaje al cielo?
¿Qué tienen que ver las religiones, todas basadas en principios de
paz, justicia, generosidad, hermandad, etc., con estos terribles y
sanguinarios hechos?
el terrorismo se volvera contra sus patrocinadores
No soy una autoridad o especialista en cuestiones de religión como
para juzgar esto, pero estoy seguro que algo anda muy mal y como
siempre, son los poderosos, el imperio estadounidense y los
sionistas, quienes están estimulando esta criminal lucha sectaria
para sacar provecho de ella y para dominar y vencer en el Medio
Oriente, con el riesgo de extenderla, con gran peligrosidad, a otras
regiones como fórmula de división y destrucción.
Es evidente que son ellos los que ahora apoyan a sunitas contra
chiitas en Irán, Iraq, Siria y Líbano, países donde de una u otra
forma predominan estos y se han opuesto y enfrentado con valentía a
la dominación estadounidense-sionista. Allí es donde más autos
bombas estallan y donde más daño está haciendo el terrorismo. En
Líbano, persiguen claramente estimular el estallido de una guerra
sectaria, para debilitar a Hezbulá y de paso, también la alianza que
este mantiene con Siria e Irán, lo cual favorecería a la entidad
sionista y dejaría las manos libres para arremeter contra su vecino
en la frontera norte.
Pero quienes promueven y dirigen esta política de terrorismo,
debían estar conscientes de que esta se puede volver contra ellos
mismos. Ya ha sucedido antes. Al Qaeda, quien se dice ejecutó los
atentados en el 2001 en New York y Washington, fue creada por EEUU
en colaboración con sus socios del Golfo y Pakistán para expulsar a
los soviéticos de Afganistán. Después se multiplicaron y extendieron
por distintos lugares y ellos, u organizaciones afines, han golpeado
intereses estadounidenses o de sus aliados en diversos países,
incluida Europa Occidental.
Grupos takfiríes, que en algún momento utilizaron para derrocar al
gobierno de M. Gadafi en Libia, después asaltaron el consulado
yanqui en Benghazi y dieron muerte a su embajador, el mismo que
antes había servido de coordinador del gobierno estadounidense para
hacerlos participar en aquella guerra sucia.
miembros de un grupo takfiri
Actualmente se afirma que existen cerca de mil grupos con bases en
diferentes países del Medio Oriente y norte de África. Sus
representantes integran el grueso de las fuerzas que tratan
inútilmente de derrocar el gobierno de Damasco y actúan también en
Líbano. Algunos de ellos son: Estado Islámico de Iraq y Cham; Frente
Al Nusra; Liwaa al Islam; Frente Islámico de Liberación de Siria:
Siria Islamic Front; Soqour al Sham; Brigadas del Farouk; Nothern
Storm Brigades; Consejo Militar Supremo, y muchas más. En ellas
actúan elementos de unos 60 países, incluidos ciudadanos
estadounidenses y de países occidentales pertrechados de ideas
fanáticas y extremistas, cada vez mejor armados y entrenados.
El imperio estadounidense y sus aliados, en su empeño hegemónico
deben recapacitar y sacar mejor las cuentas. Es hora de renunciar al
fascismo y al extremismo irracional. Sólo la paz, la convivencia
pacífica, la justicia, la generosidad, y la solidaridad humana,
serán capaces de conducirnos al Paraíso, al menos aquí en la tierra.
Después, después veremos. |