El conflicto sirio y asuntos económicos dominan en el encuentro
Por Ernesto Gómez Abascal, Especial para Alahednews.com.lb
La reciente visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Turquía,
tiene un significado que no puede ser pasado por alto, especialmente
cuando parece alentarse desde los Estados Unidos y sus aliados de la
OTAN, una nueva “Guerra Fría”. Debe tenerse en cuenta además, que es
evidente el propósito occidental de arrastrar a Rusia a un conflicto
armado en sus fronteras o en las cercanías de estas.
A pesar de que el gobierno de Ankara ha estado jugando un papel
negativo, dando aliento y apoyo desde un principio a la guerra
sectaria y la introducción de grupos takfiries en territorio sirio y
ha sido un factor fundamental en los intentos de derrocamiento del
gobierno de Bashar Al Assad, posición contraria a los intereses
rusos, desde Moscú se han cuidado en evitar la confrontación con su
vecino otomano. Lejos de esto, el reciente viaje de Putin y las
negociaciones sostenidas con el presidente Recep T. Erdogan, parecen
estar dirigidas a lograr cierta distensión.
Analizamos que el gobierno turco ha entrado también en una abierta
carrera de contradicciones con Estados Unidos, cuyos dirigentes han
tratado de presionarlo públicamente para que se sume a la guerra
contra el DAESH y ofrezca facilidades a la coalición por ellos
creada, para que su aviación opere desde los cercanos aeropuertos en
su territorio. Estados Unidos también se ha negado a la solicitud
del gobierno de Ankara de crear una zona de seguridad a lo largo de
la frontera turca, así como a su demanda de dar prioridad a la lucha
por derrocar al gobierno de Bashar Al Assad en lugar de hacerlo
contra los terroristas de DAESH.
Putin visita Turquia
Los complicados movimientos políticos, que tratan de aprovechar
estas contradicciones, incluyeron nuevas ofertas de suministro de
gas ruso a Turquía, país del cual recepciona actualmente más del 50%
de su consumo, unos 63 millones de metros cúbicos, ofreciéndoles un
precio preferencial con una rebaja de un 6% . Analistas del
periódico Today Zaman, sin embargo, estiman que Erdogan ha escuchado
estas ofertas con cierta desconfianza, aunque también existe el
compromiso, ya firmado con empresas rusas, para la construcción de
la primera central termonuclear en el país otomano.
Antes de su viaje a Ankara, tanto Putin como el canciller ruso S.
Lavrov, sostuvieron conversaciones en Sochi con Walid Mualem,
vicepresidente y canciller sirio, donde se reiteraron la
coincidencia de posiciones y el compromiso de Moscú de continuar
apoyando la lucha contra el terrorismo y la búsqueda de una solución
mediante un diálogo interno sin intervención extranjera. Ambas
partes expresaron igualmente su apoyo a la propuesta del enviado
especial de la ONU, Stepan di Misture, de comenzar una desescalada
militar a partir de la ciudad de Alepo.
Es significativo que en sus últimos pronunciamientos, los
dirigentes rusos, tanto Putin como Lavrov, a la vez que vienen
reiterando su firmeza ante las provocaciones occidentales, también
reiteran la necesidad de acogerse a los principios de la legalidad
internacional y a la actuación a través de acuerdos adoptados por el
Consejo de Seguridad de la ONU, que EEUU y sus aliados vienen
menospreciando reiteradamente.
Por otra parte, y también en fecha reciente, los máximos dirigentes
de Irán e Iraq a pesar de sus serías contradicciones con el gobierno
de Ankara, han sostenido contactos con este, y la lucha contra el
DAESH parece lograr ciertos avances, aunque todos reconocen la
inefectividad de los ataques aéreos de la coalición, considerados
ilegales por violar la soberanía siria. Las fuerzas armadas sirias,
después de casi cuatro años de guerra, han retomado la iniciativa y
aunque el final del conflicto, según reconoce el propio presiente
Bashar Al Assad, no está cercano. Esto ha llevado a los EEUU y sus
aliados de la OTAN y de la región, a reflexionar sobre la posible
búsqueda de otras alternativas, ya que el riesgo que ofrece el apoyo
a bandas de terroristas takfiries asesinas, -quienes pueden
posteriormente emprenderla contra ellos mismos-, no les resulta de
utilidad, más bien todo lo contrario, puede resultarles
contraproducente. La imagen ofrecida por estos a través de los
medios de información se ha proyectado muy negativamente sobre las
alianzas que mantienen con socios del Golfo Pérsico.
Otro conflicto que ha tomado auge y que tiene que ver con lo
anterior, es el kurdo. La lucha por el control de la ciudad de
Kobani, en la frontera sirio-turca, es solamente una pequeña muestra
visible del problema mayor. El gobierno de Ankara, no acepta el
triunfo y la consolidación a lo largo de casi toda su frontera con
Siria, de fuerzas kurdas que califica como terroristas, aliadas o
integrantes del PKK. Debido a ello se ha negado a actuar
enérgicamente contra el DAESH y lejos de esto, les ha facilitado
apoyo, en otra contradicción con los Estados Unidos.
Sin embargo, no todos los kurdos mantienen la misma posición.
Estados Unidos e incluso el enclave sionista, han logrado
importantes alianzas con organizaciones kurdas del norte iraquí, las
cuales les han prestado sus servicios. La frontera de Turquía
constituye la salida natural para el comercio con esta región, así
como para el contrabando de petróleo. El gobierno central de Bagdad,
parece que recientemente ha aceptado llegar a un acuerdo económico
con los gobernantes kurdos de esta zona que ya gozaba de autonomía,
después de largos años de disputa.
Las guerras que EEUU, sus aliados sionistas y occidentales, así
como sus agentes en la región, han logrado iniciar con carácter
étnico o sectario, están provocando mucho daño y sufrimiento a los
pueblos de la zona, pero también podría pasar cuenta a los que las
iniciaron. Los pueblos no son carneros que se dejan llevar
impunemente al matadero. La historia ha demostrado que quienes
luchan y resisten, y se mantienen firmes, terminan triunfando. |