Entrevista con Hamid Majeed Mousa, Secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Iraq
Ernesto Gómez Abascal
Rebelión
-¿Diez años después de la criminal invasión de Iraq, cuál es la
evaluación del Partido Comunista de Iraq de la situación actual?
HMM: El Partido Comunista Iraquí estaba trabajando antes de la
guerra con la consigna: “No a la guerra, no a la dictadura”, y
cuando la guerra tuvo lugar y colapsó el régimen de Saddam, el
partido se opuso a la ocupación y llamó a crear un Iraq
independiente y democrático. Dijimos que la guerra no crearía un
Iraq donde la aspiración del pueblo para alcanzar una vida digna y
democrática, construir una economía balanceada y dinámica, podría
ser alcanzada. El partido, por lo tanto, trabajó después de la
guerra con otras fuerzas políticas nacionales para alcanzar los
prerrequisitos para terminar la ocupación extranjera y alcanzar la
democracia, la independencia y soberanía nacional.
Los años que han transcurrido desde la caída de la dictadura no han
traído muchas ganancias para el pueblo iraquí. Es verdad que los
iraquíes salieron de una dictadura terrible y criminal y se puso fin
a las sanciones internacionales, pero la mejora del nivel de vida,
las libertades públicas, no ha sido suficiente en comparación con
los sacrificios del pueblo. El legado de la dictadura se mantiene en
muchos aspectos de la vida social, económica y cultural; las fuerzas
del terrorismo y el sabotaje, incluyendo el extremismo religioso,
los remanentes de al-Qaeda, y del antiguo régimen, continúan
operando, y la corrupción financiera y administrativa ha aumentado.
Todo esto ha dificultado e impedido que el país avance hacia nuevas
metas que puedan facilitar al pueblo una mejor vida, libertad e
instituciones legales que protejan al país de la excesiva burocracia
y de la posibilidad de retornar a la dictadura.
Después del 2003, un sistema político basado en una distribución
sectaria y étnica del poder, fue adoptado. Este sistema siempre
produce tensiones sociales, fragmentación política y rivalidades que
impiden el desarrollo del proceso político, e impide la
consolidación de instituciones democráticas y de los cuerpos legales
necesarios.
Entonces, resumiendo, el resultado de los diez años desde la
ocupación, es muy modesto y muy desalentador. Las fuerzas políticas
dominantes tienen una gran responsabilidad por este desarrollo,
especialmente a partir de que el deseo y las aspiraciones del pueblo
iraquí eran alcanzar la salida de las fuerzas militares ocupantes de
su territorio al final del 2011. Pero la consolidación de la
independencia nacional, en sus diferentes dimensiones, requiere la
unidad nacional basada en un proyecto nacional democrático, un
estado de instituciones civiles regidas por la ley. Estas siguen
siendo hoy las aspiraciones del pueblo iraquí, que se movilizan para
alcanzar un proceso de cambios políticos y de reformas radicales que
transformen al país, y lo lleven desde la triste realidad actual, a
alcanzar sus altas aspiraciones e intereses.
-Muchos consideran que la incapacidad de controlar el país y
alcanzar la estabilidad, es resultado de la tendencia, predominante
en el gobierno central, de establecer una alianza con Irán y los
Estados Unidos, y debido a la interferencia de regímenes del Golfo y
Turquía, que alientan una guerra civil sectaria, con el propósito de
dividir Iraq en tres estados. A esto se suman los ataques
terroristas contra la población. ¿Cómo analiza el PCI esta situación?
HMM: El resultado natural y las consecuencias de la política de
dividir el poder según principios sectarios y étnicos y en la
construcción de las relaciones políticas, ha sido la intensificación
de las contradicciones que reflejan los intereses de diferentes
clases sociales en los niveles dirigentes del país, este conflicto
necesariamente aumenta las contradicciones y produce tendencias
políticas que no sirven a la estabilidad, la paz y la seguridad en
Iraq. Por el contrario, refuerzan las tensiones y rivalidades y
lleva a las partes rivales a adoptar métodos antidemocráticos. Estos
métodos incluyen el establecimiento de milicias para imponerse sobre
sus oponentes o para imponer restricciones a sus rivales, lo cual
distorsiona el carácter del estado, limita la libertad, viola los
derechos humanos y promueve la práctica de discriminación sectaria.
Por otra parte las fuerzas opuestas con el objetivo de obtener
éxitos o de incrementar las posibilidades de poder, acuden a buscar
apoyos externos con los cuales mantienen estrechos intereses al
igual que vínculos ideológicos y sectarios. Esto facilita el camino
a la interferencia de poderes regionales y otros en los asuntos
internos de Iraq a costa de los intereses del pueblo. Esto es lo que
está sucediendo en estos momentos, como los esfuerzos que están
tratando de llevar a Iraq a involucrarse en los conflictos de la
región por la vía de alimentar el problema sectario, en el cual
Catar, Turquía y los Estados del Golfo, así como Irán están jugando
un papel muy activo.
La escalada en las confrontaciones internas, las tensiones en las
relaciones sectarias, así como la creciente intolerancia entre
partes, están empujando en la dirección de impedir la unidad
nacional, al tiempo que sabotean el principio de ciudadanía iraquí
para producir la división del estado. Nosotros los comunistas,
pensamos que el sistema federal podría ser consistente con la
constitución, si se respeta el deseo popular y los métodos
democráticos. También pensamos que la división de Iraq o el
establecimiento de regiones sobre bases sectarias sería una abierta
declaración de guerra civil, la que es incompatible con la
democracia y el deseo de nuestro pueblo del principio de unidad
ciudadana en nuestra propia patria. Por lo tanto, la división
serviría a los planes de los poderes regionales e internacionales y
está en línea con el plan anunciado por el Vicepresidente
estadounidense Joe Biden para dividir Iraq en tres pequeños estados
bajo el título de “Iraq Federado”. Eso llevaría a los iraquíes a una
espiral de conflictos sangrientos y de luchas internas, ninguna
secta o comunidad se beneficiaría de esta empresa criminal.
-Desde hace dos años se está desarrollando una guerra contra el
gobierno del Partido Baas en Siria, usando terroristas,
principalmente salafistas y yihadistas, los cuales son reclutados y
financiados por Occidente y sus aliados del Consejo de Cooperación
del Golfo y Turquía ¿Cuál es la posición del PCI en relación con
esta guerra?
HMM: Nosotros como partido comunista, llamamos muy tempranamente a
respetar la voluntad del pueblo sirio y sus decisiones para
construir un sistema democrático, que responda a los deseos del
pueblo y facilite el desarrollo de Siria según los requerimientos de
la vida democrática y constitucional y evitara cualquier
manifestación violenta.
Estamos totalmente convencidos de que esa es la vía necesaria y
correcta para alcanzar una reforma y un cambio en Siria, sobre la
condición de que esta tenga lugar de forma pacífica sin la
interferencia de fuerzas externas en sus asuntos internos y
respetando la voluntad popular. Ahora que los sucesos han tenido
lugar contra el deseo de los amigos de Siria y del pueblo sirio, no
podemos dejar de señalar el hecho de que muchas fuerzas terroristas
se han desarrollado en Siria antes de la sublevación. Muchas de
estas fuerzas habían sido introducidas en Iraq a través del
territorio sirio y con el conocimiento de la Inteligencia siria,
atacando y matando al pueblo iraquí sin justificación ninguna. Las
cosas han cambiado en este momento debido a que estos elementos
cambiaron sus identidades y se aliaron con algunos poderes
imperialistas y con fuerzas y partidos antidemocráticos, y cometen
masacres contra el pueblo sirio además de tratar de sabotear el
país.
Estamos al tanto de los grandes daños causados por la escalada
terrorista en Siria y el creciente papel que están jugando las
fuerzas extremistas y terroristas al-Qaeda y elementos del Frente
al-Nusra. Tememos que los efectos de esta guerra adquieran un total
carácter sectario, lo cual Catar y Turquía trabajan por alcanzar.
Por un lado estamos preocupados por esto y su impacto negativo en la
situación interna de Iraq y por el otro consideramos que su
continuidad no sirve a los intereses del pueblo sirio.
Consecuentemente, primero llamamos al diálogo entre el gobierno
sirio y la oposición nacional democrática, y segundo, urgimos la
adopción de un proyecto nacional democrático que lleve a una
solución de los problemas políticos y sociales.
En tercer lugar, rechazamos el uso de la violencia por todas las
partes, sin excepciones. También rechazamos de forma absoluta y
firme la interferencia de países extranjeros en cualquier forma,
directa o indirecta, abierta o encubierta. Este es el único camino
que pudiera restaurar la paz y la seguridad en Siria y ofrecer a su
pueblo tranquilidad y estabilidad.
-¿Cuáles son las relaciones entre el Partido Comunista Iraquí con el
Partido Comunista del Kurdistán y cómo las describe?
HMM: Nosotros vivimos en una sola patria, tenemos preocupaciones
comunes en los asuntos estratégicos, que son los mismos. Planteamos
nuestra política estratégica conjunta en el Congreso Nacional del
PCI. Los camaradas kurdos, miembros del PCK quienes gozan de un
estado autónomo sobre asuntos del Kurdistán, participan en este
Congreso en una proporción y una forma que es determinada por los
Comités Centrales de ambos partidos. En acuerdo con otros camaradas
iraquíes de diferente origen étnico, ellos participan en la
discusión de los documentos del partido, dan sus opiniones,
contribuyen a la adopción de acuerdos y toman parte en los niveles
de dirección del Partido Comunista Iraquí. Ellos constituyen el 20%
de los miembros del Comité Central del PCI y el Secretario del
Comité Central del Partido Comunista del Kurdistán es miembros del
Buró Político del PCI.
Entre las sucesivas reuniones del Comité Central, se sostienen otras
reuniones de consulta entre comités especializados, así como entre
los Buroes Políticos de ambos partidos, y algunas veces entre los
dos Comités Centrales, con el objetico de hacer consultas y formular
planes apropiados, especialmente en relación con los asuntos de la
unidad de Iraq.
Al mismo tiempo, el PCK tiene su propio programa que le permite
actuar con independencia en asuntos relacionados con su región.
Tiene sus propias reglas internas, las cuales regulan el trabajo de
la organización partidista en su propia región. El Partido Comunista
del Kurdistán representa una extensión y un desarrollo de la antigua
“Organización Regional para el Kurdistán” que mantenía el PCI, la
cual ha evolucionado de acuerdo al desarrollo
político-administrativo de Iraq, especialmente después del
establecimiento del federalismo en el Kurdistán.
El Partido Comunista del Kurdistán desarrolla los detalles de su
programa y su política concreta, que es consistente con esta
realidad y con el objetivo de desarrollar su papel dentro del pueblo
kurdo de Iraq. Nuestras relaciones están basadas en principios
comunistas y en el espíritu internacionalista, así como en la
historia y principios comunes. Esta es una relación fuerte,
sostenida y dinámica.
-¿Cómo evalúa el PCI la situación en el Medio Oriente y en el mundo
árabe en general, y que usted piensa del calificativo de “Primavera
Árabe”?
-HMM: El Medio Oriente está viviendo un momento de transformaciones
y luchas, basado en las aspiraciones de los pueblos y en los
esfuerzos del mundo árabe
─los
cuales poseen grandes recursos naturales y potencial humano─
con los que podría alcanzar la libertad y una vida próspera. Sin
embargo ellos están viviendo en un estado de subdesarrollo, pobreza,
hambre y necesidades.
Sus aspiraciones son legítimas, ellos anhelan la reconstrucción y
cambios de los regímenes existentes, para crear sistemas que
reflejen sus intereses y sean consistentes con los deseos y
disponibilidades que existen, la naturaleza de los tiempos y la
evolución del mundo actual. Son aspiraciones justas de estos pueblos
a disfrutar una vida mejor con dignidad y libertad, garantizando sus
derechos básicos.
Por otro lado existen regímenes antidemocráticos, retrógrados y
dictatoriales, apoyados por las fuerzas globales de la reacción y el
imperialismo que están explotando las riquezas de los pueblos
árabes, manteniéndose en el poder a través de métodos brutales y
robando las riquezas del país.
Esta es la verdadera naturaleza del conflicto en el Medio Oriente y
la base de los acontecimientos que están ocurriendo. Los pueblos en
los países árabes, mientras viven desarrollos de situaciones
internas y globales, también están afectados por una serie de
factores en sus esfuerzos por alcanzar sus derechos. Por lo tanto
pensamos que las sublevaciones ocurridas en los pueblos árabes no
son movimientos artificiales, ni revoluciones que han sido
importadas desde el exterior, no son conspiraciones organizadas
desde fuera.
Ellas tienen una base objetiva, la cual responde al deseo de los
pueblos árabes de establecer estados libres y democráticos en los
cuales se pueda disfrutar del derecho a una vida decente. Esta es la
verdadera aspiración de los pueblos árabes. Pero desgraciadamente,
otros problemas inciden en estos movimientos, tales como el débil
papel de fuerzas organizadas con una clara orientación política, lo
cual es el resultado de la represión sufrida a causa de los
regímenes dictatoriales que han aplicado el terror, los asesinatos y
la tortura. Como consecuencia, ha prevalecido la espontaneidad lo
que a la vez ha posibilitado que prevalezcan y se esparzan
doctrinas, ideas y teorías, que han impedido al amplio movimiento de
masas integrado por millones de personas alcanzar sus legítimos
objetivos. Estas son debilidades y vacios que han sido explotados
por fuerzas que representan un limitado papel en la oposición.
Algunas de estas fuerzas han sido capaces de dirigir el nuevo
escenario político, partiendo de que poseen recursos materiales y
mediáticos y disfrutan de una presencia política más amplia que las
nuevas dirigencias populares que carecen de programas políticos
claros y fuerzas progresistas y revolucionarias, cuya contribución y
presencia ha sido debilitada. En cambio las fuerzas que prevalecen
en el escenario político han recibido apoyo del exterior. Muchos
países extranjeros, instituciones y organismos, fueron sorprendidos
por la dimensión de los movimientos de protesta, sus tendencias
radicales y la naturaleza de sus objetivos. Por lo tanto ellos
trabajaron para contener y debilitar estos movimientos, tratando de
mantenerlos dentro de determinados límites, con el fin de sostener
los nuevos regímenes bajo control y poder continuar explotando las
capacidades de estos países, especialmente sus recursos naturales.
He aquí el problema que han enfrentado las revoluciones de la
Primavera Árabe. Nosotros honramos y respetamos la voluntad de los
pueblos y sus deseos de liberación. Por otro lado señalamos
tempranamente las deficiencias y limitaciones de este amplio
movimiento de masas, y alertamos sobre la posibilidad de que se
facilitara el camino a las fuerzas contrarrevolucionarias y a las
fuerzas internas y externas que colaboran con él, con el fin de
contener el movimiento de masas.
A pesar de esto, pensamos que el movimiento no está derrotado
todavía ni ha llegado a su fin. Las fuerzas revolucionarias en los
países de la Primavera Árabe están luchando y se reorganizan para
contener a las contrarrevolucionarias, retrogradas y
antidemocráticas, y evitar que estas dominen el escenario político y
desvíen la sublevación y la revolución de sus objetivos reales.
-¿Cuáles son las prioridades del trabajo del Partido Comunista de
Iraq?
HMM: El PCI trabaja para la consolidación de instituciones
democráticas y para la búsqueda de una solución a los problemas
creados por el sistema de distribución del poder mediante una
fórmula sectaria y étnica, que es el origen de la distorsión de la
vida política en Iraq. Eliminar esto, sería el punto de partida para
consolidar la democracia, los valores, las instituciones y
mecanismos, y el sistema de gobierno. Este sería el camino adecuado
para reconstruir la economía del país y dirigir sus recursos para el
desarrollo y para asegurar una vida próspera para su pueblo. Sería
la forma de asegurar la cohesión social, activar el carácter de
ciudadanía, el rechazo a la discriminación y la forma de prevenir
interferencia exterior. Sería la base para la restauración total de
la soberanía económica y política, y para eliminar las consecuencias
de la ocupación y la dictadura que prevaleció durante muchos años.
El PCI ha participado en la lucha electoral, y sus representantes,
en alianza con otras fuerzas progresistas, han adoptado programas
consistentes con sus intereses nacionales democráticos. Ellos desean
asegurar los derechos del pueblo iraquí, igual oportunidades de
trabajo, rechazar la discriminación, facilitar el disfrute de
servicios básicos, asegurar los derechos humanos y la estabilidad,
poner fin a la situación caótica y combatir el terrorismo.
Reconstruir un nuevo país sobre bases económicas sólidas, con una
estrategia científica que utilice sus enormes recursos y los
ingresos provenientes del petróleo, para combatir el desempleo y
elevar el nivel de vida de la población. Esto es lo que los
representantes del Partido en la coalición electoral, han presentado
en las elecciones provinciales que han tenido lugar el pasado 20 de
abril.
Junto a ello, hemos sido capaces de recorrer un largo camino
dirigido a eliminar el legado de la ocupación y la guerra en Iraq y
nos movemos en la dirección de construir un Iraq unificado,
independiente y con una democracia federal y civil.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor
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