Ernesto Gómez Abascal • La Habana, Cuba
Viernes, 17 de Mayo y 2013 (12:00 pm)
A partir del pasado 28 de abril, se produjeron nuevas y combativas
manifestaciones del pueblo saharaui en las ciudades de El Aaiún,
Cabo Bojador y Smara, en protesta por la aprobación en el Consejo de
Seguridad, de una resolución que extendía por un año más las
operaciones de las fuerzas de la ONU (MINURSO), pero que excluía el
otorgamiento a estas de capacidad para velar por el respeto de los
derechos humanos de la población de ese territorio ilegalmente
ocupado por Marruecos.
Un proyecto de resolución, propuesto inicialmente por EE.UU., que
obedecía a la demanda de organizaciones humanitarias internacionales
y a la presión de la amplia mayoría de la comunidad internacional
que apoya el derecho a la autodeterminación y la independencia del
pueblo saharaui, fue vaciado de este contenido ante el rechazo de
las autoridades del Reino de Marruecos y sus aliados europeos.
Las manifestaciones en territorio saharaui, fueron duramente
reprimidas por la policía y fuerzas de seguridad marroquíes, con un
saldo de no menos de 40 heridos. Los grandes medios de prensa
occidentales, demostrando una vez más su hipocresía, no informan de
estos sucesos, ni hacen campaña contra Marruecos, pues su monarquía
es fiel aliada de las grandes potencias europeas y de los EE.UU.
España, que era la antigua potencia colonial ocupante, no cumplió
en su momento con el mandato de la ONU en relación al proceso de
descolonización para este territorio antes conocido como Saguía el
Hamra y Río de Oro, e ilegalmente lo repartió entre Marruecos y
Mauritania, aunque en definitiva la monarquía alauí con sede en
Rabat, fue quien finalmente ocupó toda la antes provincia española.
Los sucesivos gobiernos de Madrid, sin importar su signo político,
han rechazado el cumplimiento de la responsabilidad, aún legalmente
pendiente, de llevar a cabo el proceso de descolonización, en
abierta complicidad con el Reino marroquí con quien comparte fuertes
intereses económicos.
El actual presidente español Mariano Rajoy, y su ministro de
Relaciones Exteriores, José M. Margallo, apoyaron la resolución
modificada del Consejo de Seguridad y por supuesto, no muestran
ninguna preocupación por los derechos del pueblo saharaui. Lejos de
esto, han fortalecido sus relaciones con el represivo régimen de
Marruecos y disminuido la ayuda humanitaria que brindan a los
saharauis, de cuyo sufrimiento son los principales responsables.
Esta, sin embargo, no es la actitud del pueblo español, que
manifiesta constantemente su solidaridad en diferentes campos y gran
simpatía hacía el hermano pueblo árabe.
El actual gobierno ibérico ni siquiera se preocupa por su propio
pueblo, el cual sufre las consecuencias de las políticas
neoliberales, con las que elevan a cifras récords los índices de
desempleo, miseria, desahucios y hasta suicidios por estas causas,
afectando severamente la educación, la salud pública y la seguridad
social. Sin embargo, tienen la hipocresía de hablar de violación de
derechos humanos en otros países, donde no solo se respetan estos,
sino que trabajan incansablemente por otorgarle a sus pueblos el
mayor nivel de felicidad posible, preocupándose por aumentar los
niveles de empleo, mejorar la educación y la sanidad pública, la
seguridad social, y promover planes para resolver viviendas
decorosas a quienes carecen de estas.
En este mes de mayo se cumplen 40 años del inicio de la lucha del
pueblo saharaui por su independencia, así como de la creación del
Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguía el
Hamra y Río de Oro), organizado después de la acción traicionera del
gobierno español.
Casi desde el inicio de esta justa lucha, el pueblo y el gobierno
cubanos le tendieron la mano al pueblo saharaui, fue así que comenzó
su ayuda humanitaria y desde entonces se han formado en Cuba
cientos de jóvenes como profesionales y técnicos de la salud,
educación, ingenieros y otras especialidades. Adicionalmente, muchos
cubanos han brindado sus servicios médicos y educacionales en los
campamentos de refugiados saharauis en la zona de Tinduf,
compartiendo con sus habitantes las difíciles condiciones
humanitarias en que se ven obligados a subsistir debido a las
ambiciones colonialistas marroquíes y a la irresponsabilidad
cómplice del gobierno de Madrid. Cuba ha denunciado la situación
colonial que sufre el pueblo saharaui, en todos los foros
internacionales y en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra.
A finales del año 2012, en el campamento de Gdeim Izik, en las
afueras de la ciudad del Aaiún, capital del Sahara Occidental, se
produjeron grandes manifestaciones en demanda de justicia e
independencia, las cuales fueron brutalmente reprimidas por los
ocupantes. No se han podido conocer las verdaderas cifras de muertos
y desaparecidos en estas acciones que muchos han considerado el
inicio de la verdadera Primavera Árabe. De ahí provino la demanda de
que las fuerzas de la MINURSO, monitorearan la situación de los
derechos humanos y velaran por su no violación por los ilegales
ocupantes.
De esto se habla poco, pero a pesar de ello este heroico pueblo no
cesa ni cesará en su justa lucha para obtener sus derechos a la
autodeterminación e independencia. Continúan demostrándolo con una
firmeza increíble a pesar de las adversas condiciones en que
desarrollan su resistencia a la ocupación y en la forma como
mantienen sus tradiciones, su idioma y su cultura, cuyo origen está
enraizada en lo más profundo de las arenas del desierto.
La esencia de esta particular civilización y
el espíritu de este hermano pueblo, está expresada en la ceremonia
muy especial que realizan al darle la bienvenida a los visitantes
que llegan hasta sus jaimas (tiendas beduinas) en pleno desierto y
les ofrecen un brindis con un pequeño vaso de te verde muy especial,
que usted debe beber, en tres momentos: “el primero, amargo como la
vida; el segundo, dulce como el amor; y el tercero, suave como la
muerte.” |