El doble moral
practicado por Occidente, principal motivo del terrorismo
Por Ernesto Gómez
Abascal - Especial para Alahednews
El pasado domingo 11,
más de un millón de personas se manifestaron en París, respondiendo
al llamado del presidente François Hollande, para demostrar su
condena a la acción terrorista cometida contra el semanario satírico
Charlie Hebdo, que costó la vida a 12 trabajadores, así como el
asesinato de una policía municipal y otras 4 personas, en total 17.
Participaron también en la movilización más de 40 jefes de Estado y
Gobierno, así como numerosas personalidades.
La criminal acción
terrorista, ampliamente divulgada por los medios masivos, ha
concitado la más fuerte condena en casi todo el mundo y han sido
muchos los gobiernos y autoridades, que han enviado mensajes de
condolencia al gobierno galo y expresado su repudio ante tales
hechos, los cuales coinciden en estos mismos días, con acciones
similares ocurridas en Líbano, Palestina, Siria e Iraq, entre otros
países, que han aportado incluso un número mucho mayor de muertes.
La organización libanesa,
Hezbolá, la palestina Hamas y las máximas autoridades de Irán,
también han emitido declaraciones de condena, tratando de restar
credibilidad a quienes aprovechan tales actos para realizar campañas
contra el Islam, religión de paz, donde un pequeño grupo de
creyentes a veces instigado y preparado por los servicios especiales
de las grandes potencias, adoptan formas violentas de acciones
indiscriminadas.
Tal campaña cobró fuerza
en Occidente a finales del pasado siglo y posteriormente, cuando la
proclamada “guerra contra el terrorismo”, lanzada por los Estados
Unidos, devino en ocasiones, en guerra contra el Islam. Muchos de
los más importantes medios masivos de información adoptaron entonces
la fórmula de “terrorismo islámico”, como una expresión permanente,
como si los musulmanes fueran los únicos terroristas en este mundo.
¿Acaso alguien ha visto en alguna publicación los términos de
“terrorismo judío”, o “terrorismo cristiano”?
Los cientos de miles de
muertos provocados por estas guerras y los asesinatos cometidos por
tropas estadounidenses y de países de la OTAN, en Afganistán, Iraq,
Libia y Siria, directa o indirectamente, y que constituyen actos de
puro terrorismo, ha llevado a la conciencia de estos sufridos
pueblos, que la guerra es contra ellos, su cultura y religión. Es
una gran muestra de la hipocresía Occidental, el hecho de que el
domingo 11 participen en una manifestación contra el terrorismo
dirigentes de países que están comprometidos con alianzas que llevan
acciones criminales o que protegen al estado sionista, cuando
recientemente ha bombardeado a la población civil de Gaza provocando
cientos de muertos, algunos dentro de sus propias casas, muchos de
ellos niños indefensos. Habría que preguntarse qué hacía Benjamín
Netanyahu en la manifestación de Paris.
Analizando los hechos
desde el punto de vista moral, también habría que cuestionarse si 17
franceses valen más que cientos de miles de árabes, o que todos los
ciudadanos palestinos muertos por reclamar el reconocimiento de sus
legítimos derechos a poseer su propio estado, derecho que por demás,
está plasmado en numerosas resoluciones de la ONU y que la entidad
sionista se niega a cumplir. Los franceses que murieron valen tanto
como los árabes caídos en las guerras de agresión pero no más, por
tanto condenemos junto a esas acciones realizadas en territorio
francés, las que se están ejecutando diariamente en Siria, Iraq o en
los territorios ocupados de Palestina.
Para terminar con el
terrorismo, hay que acabar con la doble moral que practican en
muchos casos, los poderosos países occidentales.
Los cubanos han sufrido
durante más de 55 años, la práctica de esta doble moral. Desde los
Estados Unidos, quien se toma el derecho de hacer listados
clasificando de terroristas a unos u otros, se lanzaron infinidad de
acciones terroristas contra Cuba, lo cual ha arrojado un saldo de
cientos de muertos, heridos y mutilados. Terroristas que fueron
entrenados y apoyados por la Agencia Central de Inteligencia han
cometido impunemente estos crímenes y hoy se pasean libremente por
las calles de Miami y otras ciudades, conspirando o planificando más
acciones violentas. Luis Posada Carriles, uno de los más connotados
terroristas preparados por la CIA, ha confesado ser el autor de la
voladura en pleno vuelo, de un avión de la línea comercial cubana,
donde murieron 73 personas. Igualmente está comprobada su
participación como organizador de una ola de atentados con bombas en
hoteles de La Habana, en la cual murió un turista italiano. Está
reclamado por la justicia en Venezuela y en Cuba, pero no es el
único caso.
Para tratar de derrocar
el gobierno legítimo de Siria, han utilizado organizaciones de
extremistas y fanáticos, que desde hace cuatro años han provocado
una guerra con miles de muertos y la destrucción de buena parte del
país. Existe información que indica que los propios servicios
especiales franceses han participado en el entrenamiento de estos
grupos a quienes también han facilitado armamento, de la misma forma
que hicieron en Libia.
Terroristas, que
también operan desde Estados Unidos y Centroamérica, han ejecutado
planes para desestabilizar y derrocar al gobierno de Venezuela, con
actos que desde el pasado año han causado más de 40 muertes.
El Islam es una religión
de paz, tal como lo son el cristianismo y el judaísmo, todas tienen
como uno de sus principales mandatos el “no matarás”. Sin embargo,
por constituir la religión predominante en los países del Tercer
Mundo, donde el imperialismo y el colonialismo quieren imponer sus
intereses hegemónicos, es objeto de una campaña de difamación que
repite como si fuese una consigna la frase de “terrorismo islámico”.
Los criminales y terroristas, a quienes no les ponen el apellido,
son a los que invaden y tratan de controlar el Medio Oriente para
apoderarse del petróleo, el gas y otras riquezas.
2015-01-13 | 13:41 min
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