Ernesto Gómez Abascal
Alahednews.lb
Las causas justas son invencibles y el destino de los opresores es
la derrota
Este mes se cumplen 41 años del inicio de la lucha del Frente
Polisario, contra la ilegal ocupación de su territorio por la
monarquía marroquí.
A pesar de que la lucha del pueblo saharaui proviene de mucho antes,
fue en mayo de 1973 cuando se constituyó el Frente Polisario e
inició de forma organizada los combates para obtener la
independencia nacional.
El colonialismo español, después de ser derrotado en Cuba en 1898,
había ocupado ese territorio -conocido como Sagüia el Hamra y Río de
Oro-, casi totalmente desértico en el noreste africano, con una
escasa población, fundamentalmente nómada, pero muy rico en fosfato
y con un apetecible banco pesquero frente a sus costas, dentro de
sus aguas territoriales.
España, según dictamen de la Comisión de Descolonización de la ONU,
debió iniciar, a principio de los años setenta, el proceso de
autodeterminación con la población del territorio, para poner fin a
su condición colonial, pero intereses políticos reaccionarios
determinaron que lo entregara, en su mayor parte, a la ambiciosa y
expansionista monarquía marroquí, y una porción sureña al gobierno
de Mauritania, el cual, poco tiempo después renunciaría a ella
debido a su incapacidad de resistir la guerra que le hacían los
saharauis. Marruecos se quedó con todo el territorio y promoviendo
una demagógica campaña que llamó “la marcha verde”, lanzó decenas de
miles de sus ciudadanos para colonizarlo.
El proceso de autodeterminación continuó, hasta nuestros días,
pendiente de ejecutar por la ONU y los sucesivos gobiernos de España,
comprometidos con intereses económicos marroquíes y los de otros
países de la OTAN, especialmente Francia, lejos de actuar para que
este se lleve a cabo, han puesto todo tipo de obstáculos al
obligatorio procedimiento. Una buena parte del pueblo saharaui se
mantiene refugiado en campamentos en territorios argelinos, viviendo
en condiciones infrahumanas o en una franja de territorio liberado
tras un inmenso muro militarizado y colmado de minas y todo tipo de
explosivos construido por los ocupantes.
La monarquía, al igual que los sionistas de “Israel”, no sólo ocupan
ilegalmente territorio ajeno, sino que han tratado de expandirse y
tomar partes de territorios argelinos y mauritanos. Casi acabada de
obtener la independencia de Francia, después de años de sangrienta
lucha, Argelia debió enfrentar en 1962, los intentos marroquíes de
apoderarse de una parte de su territorio. En aquella ocasión, un
regimiento de tanques cubanos fue enviado para ayudar a los hermanos
argelinos a repeler la ilegal agresión.
Antes de la ocupación marroquí del Sahara Occidental, una delegación
de la ONU recorrió el territorio y se entrevistó con sus habitantes,
así como con autoridades de países fronterizos, pudiendo constatar,
tal como lo dictaminó en su informe, que el pueblo saharaui se
pronunciaba claramente por la independencia total y no por su
anexión a ninguno de sus vecinos.
Sin embargo, Marruecos lo invadió ilegalmente y obligó a sangre y
fuego, a una buena parte de la población, a refugiarse en el
desierto y en la región adyacente de Argelia, sin ofrecerle otra
alternativa a estos que iniciar la lucha por la liberación nacional.
Visité el Sahara y me entrevisté con los dirigentes del Frente
Polisario tan temprano como en mayo de 1977, cuando estaba en plena
intensidad la lucha que ese pueblo libraba en condiciones muy
desventajosas, dado el amplio apoyo que recibía la monarquía de
algunas potencias occidentales, especialmente de Francia. Pude
confirmar personalmente, la voluntad de este heroico pueblo y su
decisión irrenunciable, que se mantiene hasta nuestros días, de
obtener la independencia.
Reunión con Mohamed Abdelaziz, Secretario General del Frente
Polisario en los campamentos en 1977. El autor es el primero de
izquierda a derecha
Tal como ha sucedido con la ilegal ocupación de Palestina, las
potencias occidentales practican una doble moral en este caso. Las
autoridades de Rabat realizan todo tipo de violaciones, reprimen y
masacran al pueblo patriota saharaui, mantienen cientos de
encarcelados en condiciones infrahumanas, torturan y desaparecen a
sus ciudadanos. Pero no son llevados a tribunales internacionales ni
a Comisiones de Derechos Humanos. Tampoco Marruecos aparece en las
famosas e hipócritas listas que publica el Departamento de Estado.
Todo lo contrario, reciben de sus aliados y de sus amos, ayuda de
todo tipo, incluido moderno armamento. Por supuesto, la “gran prensa
occidental” pasa por alto lo que sucede en el Sahara Occidental.
En buena medida, fue por allí por donde comenzó en noviembre de
2010, la denominada “primavera árabe” cuando las manifestaciones
populares se iniciaron o las promovieron en otros países de la
región. En un gran campamento de carpas, Gdeim Izik, en las afueras
de la ciudad de El Aiun, miles de saharauis que demandaban la
libertad e independencia, incluidos mujeres, ancianos y niños,
fueron salvajemente atacados por militares y fuerzas de la seguridad
marroquí, que prendió fuego al campamento, con un saldo desconocido
hasta el momento, de muertos, heridos y desaparecidos.
La represión contra la voluntad independentista del pueblo saharaui
es permanente. La gran prensa calla y el gobierno de España,
responsable ante la ONU de que se culmine el proceso de
autodeterminación, le da la espalda. Los hipócritas de las potencias
occidentales y su gran prensa, están muy ocupados observando e
inventando lo que ellos dicen sucede en Siria, Cuba, Venezuela u
otros países que no se les subordinan. En el Sahara y en Palestina,
“todo marcha normalmente”, gracias al apoyo que ellos brindan a los
gobernantes lacayos que en esos países sirven a sus intereses.
La coalición reaccionaria del Consejo de Cooperación del Golfo, ha
hablado de la posibilidad de premiar a la monarquía de Rabat con
admitirla como uno de sus miembros, a pesar de estar a cientos de
kilómetros de la región. Bien podrían hacer lo mismo con Ia entidad
sionista. De hecho, todos trabajan por los mismos objetivos y se
subordinan a las órdenes del imperio y de la OTAN.
Ya es hora de levantarnos junto al hermano pueblo saharaui, las
causas justas son invencibles y el destino de los opresores de los
pueblos es la derrota.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor
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