Obama da apoyo al mismo terrorismo que había atacado a Estados
Unidos
Por
Ernesto Gómez Abascal* - especial Alahednews
Confieso
que en las últimas semanas he pasado especial trabajo para tratar de
interpretar correctamente los movimientos que se producen en torno
al conflicto que envuelve la región y que toma como centro la guerra,
que como objetivo central trata de liquidar el gobierno que preside
Bashar al Asaad en Damasco.
Mucho me he acordado de algo que escribió el apóstol de la
independencia cubana, José Martí, cuando en 1889 reportaba como
periodista para el periódico La Nación, de Buenos Aires, lo que
ocurría en la Conferencia Panamericana en Washington. Entonces allí,
el naciente imperio estadounidense, en plena expansión, trataba de
perfeccionar los mecanismos de dominación económica, financiera y
comercial, sobre el resto del continente, presionando por diferentes
medios, para crear una “unión monetaria”.
Martí entonces escribió: “en política, lo real es lo que no se ve”
y en su previsión de los hechos afirmaba que lo que realmente se
pretendía bajo la supuesta unión, era “dividir para reinar”.
Tengo la impresión que después del forcejeo ruso, las cosas se han
movido y cambios importantes se perciben en la región. A partir de
la firme decisión de Moscú de defender a Siria, cuando Putin publicó,
lo que para mí fue una histórica carta dirigida al pueblo
estadounidense alertándolos de las graves consecuencias que podría
traer la decisión tomada por Obama de atacar a Siria, alegando que
Damasco había traspasado la línea roja utilizando armas químicas,
lo cual todo hacía indicar era una provocación montada por
mercenarios y terroristas “yihadistas” con apoyo saudita.
Es
evidente que permanece en la política estadounidense la decisión de
cambiar al gobierno de Damasco y en esto coinciden con otros
miembros de la OTAN, especialmente con Turquía, país que por tener
una larga frontera con el agredido, han venido utilizando
ampliamente. Sin embargo, el gobierno turco también tiene intereses
particulares que no necesariamente tienen coincidencia con los
planes de Washington. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP),
es religioso y aunque no lo proclame como tal, viene a ser como la
Hermandad Musulmana turca y esto condiciona en cierta medida su
actuación. Antes de la guerra ya venían trabajando para estimular y
crear en Siria un partido sunnita y estaban arriesgando mucho,
incluso sus importantes relaciones con Rusia e Irán, sus principales
suministradores de energía y grandes socios comerciales. Las
aspiraciones eran ¿o todavía son?, aplicando el pensamiento neo-otomanista,
tomar a Siria como país subordinado o como protectorado. En esto
influye especialmente el interés por dominar las futuras rutas de
importantes gasoductos y oleoductos, interés que está en la base
oculta de esta guerra. En ello yace en parte, lo que decía Martí,
“lo real está en lo que no se ve”.
La
reacción de disgusto turco fue tal, que llegó a acordar la compra
con la República Popular China de un sistema de defensa coheteril,
que está fuera de las normas de la OTAN.
al
kusair tras ser liberada
No
sólo Turquía se sintió casi abandonada ante la decisión de
Washington de no lanzar, al menos por el momento, la guerra abierta
contra Siria. También Arabia Saudita y Qatar, financieros decisivos
de esta guerra sucia, asumieron el hecho casi como una traición,
pues a partir del desalojo de los mercenarios y “yihadistas” de la
ciudad de Al Qusair, casi en la frontera libanesa y puerta de
entrada para hombres y pertrechos militares, que supuestamente
crearían en las cercanas ciudades de Homs y Hama, la capital de la
“oposición siria”, quedó demostrado que sin una fuerte campaña
aérea de la OTAN, como ocurrió en Libia, sería imposible derrotar
las fuerzas del gobierno sirio.
Desde
entonces se ha producido un viraje en el teatro de operaciones
militares y el ejército sirio y las milicias populares que lo apoyan
han venido recuperando terreno sin cesar e incluso el gobierno
parece haber ganado más apoyo. Las organizaciones que se le
enfrentan, aparecen cada vez más divididas e incluso luchan entre
sí.
Por
otra parte, en Washington y en capitales europeas, se asustaron,
ante el auge que venían tomando las milicias afiliadas a Al Qaeda y
de tendencias similares, integradas por mercenarios que según se ha
afirmado ya habrían llegado desde más de cincuenta países. La
posibilidad de que las acciones militares de EEUU y la OTAN le
facilitaran a estas hordas de terroristas fanáticos la llegada al
poder en Damasco, y crearan allí un califato, preocupaba también a
“Israel”. La crueldad de estos extremistas había llegado al límite
de difundir ellos mismos, como muestra de “su meritoria fe”, videos
donde aparecían decapitando a sangre fría a sus prisioneros, que no
eran necesariamente combatientes enemigos, sino simplemente miembros
de una secta diferente, aunque también fueran islámicos. Para
presenciar el terrible espectáculo, alineaban en primera fila, a los
niños de la aldea.
terroristas ejecutan a civiles
En
el Congreso comenzaron a levantarse voces acusando a Obama de apoyar
el mismo terrorismo que había atacado a Estados Unidos y este no ha
tenido otra alternativa que mostrar su preocupación y comenzar a dar
pasos al menos para aparentar que actúa para corregirlo. Por ello
dispuso el recorrido urgente de su Secretario de Estado John Kerry
por la zona, quien a pesar de declarar en Riad que las relaciones se
mantenían normalmente, no pudo evitar que trascendiera el evidente
malestar saudita. En esto ha jugado un importante papel los primeros
contactos establecidos por Washington con el nuevo presidente iraní.
Sin
embargo, las relaciones sauditas estadounidenses están cimentadas en
intereses mutuos, pues los del Golfo conocen que dependen para su
defensa exterior de la protección yanqui. En Washington están
igualmente conscientes de que el dinero y el petróleo saudita, son
vitales para el funcionamiento del complejo militar industrial, que
se mantiene en buena parte gracias a las enormes compras que
regularmente le hacen. Existe un acuerdo normando esto desde los
primeros años de la década del cuarenta del siglo pasado.
Por
ello en parte, el gobierno estadounidense casi no menciona que 16 de
los 19 terroristas que atacaron los edificios de las Torres Gemelas
y el Pentágono, eran sauditas. Si hubieran sido iraníes, muy
probablemente habrían hecho desaparecer el país persa bajo un
bombardeo atómico.
El
golpe militar en Egipto, es otro hecho que ha movido el escenario
medioriental. El gobierno turco no ocultó su decepción y enorme
disgusto, pues la Hermandad Musulmana instalada allí después de
ganar las elecciones, la consideraba como parte de una alianza que
presidida por Ankara, incluía también al gobierno islámico de Túnez
y a la cual pretendían incorporar a Libia después de estabilizarla;
a Hamas como fuerza política predominante en Palestina; y a un
gobierno sunita moderado que debía tomar el poder en Damasco. Qatar
formaría también parte de este esquema, que serviría de contrapeso a
otros dos centros de poder regional: Irán y la Casa de Saud.
Pero
sobre esto y otras cosas “reales pero que no se ven”, continuaremos
escribiendo en próximos artículos.
La
Habana, noviembre del 2013.
*Ernesto Gómez Abascal, es periodista y escritor cubano
especializado en temas del Medio Oriente. Desde el Dpto. de RRII del
Partido Comunista de Cuba, atendió durante muchos años, las
relaciones con los partidos, organizaciones políticas y movimientos
de liberación nacional del norte de África y Medio Oriente. Ha sido
también embajador en Siria, Jordania, Iraq y Turquía y ha publicado
varios libros sobre la región. Su último texto: “EL OTOÑO DEL
IMPERIO EN EL MEDIO ORIENTE”, acaba de publicarse en Turquía y en
La Habana.
2013-11-07 | 13:17
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