Se consolida la unidad antimperialista y se reafirma la pérdida de
influencia de EEUU
Por Ernesto Gómez Abascal, especial para Alahednews
Durante los pasados días 28 y 29, se celebró en Costa Rica, la III
Reunión Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños, integrada por 33 países de esta región, que a diferencia
de la Organización de Estados Americanos, la OEA, no incluye a los
dos países desarrollados del norte, Estados Unidos y Canadá.
La cumbre, se distinguió por sus firmes pronunciamientos a favor de
desarrollar la unidad en la diversidad, la actuación cohesionada y
el respeto a las diferencias, que continuará siendo su principal
propósito y una necesidad ineludible. En este sentido, la reunión
hizo énfasis en la necesidad de continuar la lucha por erradicar la
pobreza y la miseria, pero también se pronunció contra la política
de los Estados Unidos en la región. Se puede afirmar, que la
influencia yanqui, nunca ha conocido un nivel más bajo en el área.
Existe hoy un compromiso con la justicia y el derecho de los pueblos
superior al de cualquier otro periodo histórico.
Una representación del Movimiento Independentista Puertorriqueño
participó como miembro de la delegación de Nicaragua. Rubén Berrios,
su presidente, subrayó que la persistencia del colonialismo en su
país “constituye una afrenta a la dignidad de Nuestra América y una
violación a los más elementales derechos humanos”, pero que su
presencia en la III Cumbre de la CELAC, es una “clara señal de los
nuevos tiempos”. El compromiso por incrementar la lucha por la
independencia de Puerto Rico, fue ratificado por la reunión, así
como la demanda de liberar al patriota Oscar López Reyes, quien
lleva más de 30 años preso por las autoridades estadounidenses y
constituye el prisionero político más antiguo del continente.
Igualmente, se denunciaron las sanciones impuestas contra Venezuela
y las presiones ejercidas contra otros países de la región, quienes
han adoptado posiciones independientes, como Bolivia, Ecuador,
Argentina, Brasil, Uruguay y otros. En este sentido, se reafirmó la
necesidad de continuar fortaleciendo la integración y la solidaridad
regional, para enfrentar los problemas de la economía mundial. El
rechazo a los ataques contra Argentina por los “fondos
especulativos”, el respaldo a la demanda de soberanía sobre las
Islas Malvinas, y la demanda del gobierno de Rafael Correa de
Ecuador, para que la empresa Chevrón ofrezca una justa compensación
por los daños ocasionados a su país, también fueron tratados por
varios jefes de delegaciones.
Casi todos los países se pronunciaron en respaldo a la demanda de
Cuba sobre el levantamiento del bloqueo económico, comercial y
financiero impuesto a Cuba por los Estados Unidos, como fórmula para
avanzar en la normalización de las relaciones diplomáticas, y sobre
la necesidad de retirar a nuestro país de la lista de naciones que
patrocinan el terrorismo.
El presidente de Cuba, abundó además, explicando que una
normalización de relaciones con los Estados Unidos, debía incluir
una justa compensación por los daños causados por el bloqueo
económico y las agresiones cometidas por ese país; la devolución del
territorio ocupado ilegalmente en la Base Naval de Guantánamo y el
cese del bloqueo.
Se precisó que Cuba asistirá, con plenos derechos y contando con el
respaldo de los países que integran la CELAC, a la reunión Cumbre de
las Américas que tendrá lugar en Panamá, en el mes de abril próximo.
Muchos de los países del continente, ya habían anunciado que si los
Estados Unidos insistían en vetar la asistencia de Cuba, ellos
tampoco asistirían, poniendo en crisis la reunión. Valorando esta
situación, posiblemente los Estados Unidos tomaron la decisión de no
continuar oponiéndose y además dar pasos hacia la normalización de
relaciones. No obstante, allí el presidente Obama tendrá que
enfrentar una difícil situación ante la persistencia de la demanda
de terminar con el bloqueo económico y la retirada de la Isla del
listado de países que patrocinan el terrorismo.
Otros países presentarán también sus propias demandas, fundamentadas
en el texto de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona
de Paz, que constituye la plataforma indispensable y el
reconocimiento de que todo Estado tiene el derecho inalienable a
elegir su sistema político, económico, social y cultural, sin
injerencia en ninguna forma por parte de otro Estado, lo que
constituye un principio irrenunciable de Derecho Internacional.
Será otra prueba difícil para el mandatario estadounidense.
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