Por
Ángel Rodríguez Álvarez (Especial para Siempre con Cuba)
El
Comandante Ernesto Guevara, caracterizado entre otras virtudes por
su espíritu critico, la severidad y el rigor para evaluar
acontecimientos y personas, y nada obsequioso con los halagos, dejo
numerosos testimonios de su admiración y respeto por Fidel Castro.
Así
fue desde el primer encuentro sostenido con el líder revolucionario,
en junio de 1955, “en una de esas frías noches de México ”, como
recordó él, donde evidentemente nació en unas horas de conversación
una total identificación y simpatía entre ambos.
Deducción lógica si se sabe que Fidel, reacio a aceptar nuevos
extranjeros en la futura expedición, incluyera al argentino como
médico de la tropa y no necesitara de esfuerzos para que este
aceptara enrolarse.
De
este modo narró aquel momento en la entrevista concedida a Jorge
Ricardo Masetti, en abril de 1958, en la Sierra Maestra: “ Charlé
con Fidel toda una noche, y al amanecer, ya era el médico de la
futura expedición…Fidel me impresionó como hombre extraordinario.
Las cosas más imposibles eran las que encaraba y resolvía. Tenía una
fe excepcional en que una vez que saliera hacia Cuba iba a llegar.
Que una vez llegado iba a pelear. Y que peleando iba a ganar.
“
Compartí su optimismo . Había que hacer, que luchar, que concretar.
Que dejar de llorar y pelear. Y para demostrarle al pueblo de su
patria que podía tener fe en él porque lo que decía lo hacía, lanzó
su famoso: En el 56 o seremos libres o seremos mártires, y anunció
que antes de terminar ese año iba a desembarcar en un lugar de
Cuba…” Gracias a la costumbre de plasmar diariamente en blanco y
negro los asuntos considerados importantes, escribió durante su
segundo viaje por América Latina la evaluación de aquel encuentro.
“Un
acontecimiento político es haber conocido a Fidel Castro, el
revolucionario cubano, muchacho joven e inteligente, muy seguro de
sí mismo y de extraordinaria audacia, creo que simpatizamos
mutuamente ”
Después de la preparación militar, la expedición, el azaroso
desembarco del Granma, los primeros tiempos de sobrevivencia de la
guerrilla, la mayoría de edad del Ejército Rebelde, vendría la
victoria tras 25 meses de heroica guerra popular y el comienzo de
las profundas transformaciones revolucionarias de la sociedad cubana.
Intenso e irrepetible proceso histórico que vivirá el Che en íntimo
contacto con el jefe rebelde, tiempo más que suficiente para calar
profundo en su personalidad y justipreciar el papel determinante que
desempeñó en el curso de los acontecimientos conducentes a la
primera Revolución Socialista en el hemisferio occidental.
El
nueve de abril de 1961 – seis años después del memorable encuentro
en tierra azteca- , el Che dejó sentado en el artículo “ Cuba ¿
Excepción histórica o vanguardia en la lucha anticolonialista?que
una de esas excepciones promotoras de la Revolución cubana era Fidel
Castro. Por el alcance y profundidad del análisis, vale citarlo en
extenso.
“ El
primero, quizás, el más importante, el más original, en esa fuerza
telúrica llamada Fidel Castro, nombre que en pocos años ha alcanzado
proyecciones históricas. El futuro colocará en su lugar exacto los
méritos de nuestro Primer Ministro, pero a nosotros se nos antojan
comparables con los de las más altas figuras históricas de toda
Latinoamérica.
“ Y
, ¿ Cuales son las circunstancias excepcionales que rodean la
personalidad de Fidel Castro? Hay varias características en su vida
y en su carácter que lo hacen sobresalir ampliamente por sobre todos
sus compañeros y seguidores. Fidel es un hombre de tan enorme
personalidad que, en cualquier movimiento donde participe, debe
llevar la conducción, y así lo ha hecho en el curso de su carrera
desde la vida estudiantil hasta el premierato de nuestra patria y de
de los pueblos oprimidos de América. Tiene todas las características
de gran conductor, que sumadas a sus dotes personales de audacia,
fuerza y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre la
voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de
sacrificio que hoy ocupa.
“
Pero tiene otras cualidades importantes – añade el Che para
completarnos este retrato magistral de Fidel – como son su capacidad
para asimilar los acontecimientos y las experiencias, para
comprender todo el conjunto de una situación dada sin perder de
vista los detalles, su fe inmensa en el futuro y su amplitud de
visión para prevenir los acontecimientos y anticiparse a los hechos,
viendo siempre más lejos y mejor que sus compañeros. Con estas
grandes cualidades cardinales, con su capacidad de aglutinar, de
unir, oponiéndose a la división que debilita, su capacidad de
dirigir a la cabeza de todos la acción del pueblo, Fidel Castro hizo
más que nadie en Cuba para construir de la nada el aparato hoy
formidable de la Revolución cubana.”
Extraordinariamente aguda resulta la descripción que hace el Che en
su ensayo “ El Socialismo y el hombre en Cuba”, cuando narra con
trazos precisos, con esa capacidad suya para la síntesis y la poesía,
la relación tan especial que estableció Fidel con el pueblo. Veamos
:
“
Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el
pueblo solo puede apreciarse viéndole actuar. En las grandes
concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos
diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el
interlocutor.
“
Fidel y la masa comienzan a vibrar en un dialogo de intensidad
creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto coronado por
nuestro grito de lucha y de victoria.” En innumerable textos el
Guerrillero Heroico legó a la posteridad el significado íntimo de su
relación con el Comandante en Jefe. Una de tantas citas es la
contenida en la carta enviada a un ciudadano cubano, el 26 de
febrero de 1964 – poco tiempo antes de marchar a cumplir la misión
liberadora que se impuso a si mismo: “ Si alguna vez tiene que
decirme otra cosa, recuerde que no soy maestro; solo uno más entre
los hombres que hoy luchan por hacer una Cuba nueva, pero que tuvo
la suerte de vivir al lado de Fidel en los momentos mas difíciles de
la Revolución cubana…”
Y
finalmente, en esta incompleta selección, dos ideas básicas del
combatiente argentino-cubano de lo que significó Fidel para él,
escritas en ese inmortal canto a la ternura que es su carta de
despedida, leída por el Líder de la Revolución el tres de octubre de
1965:
“ Mi
única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde
los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido
con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de
revolucionario.” Y en resumen, la expresión sintetizada del más puro
sentimiento, ese que solo se expresa en los momentos del recuento
supremo: “Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi
último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti.
Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que
trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos “ |